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Las autoridades de ocupación niegan información sobre mujeres detenidas

El peso de la humillación: la situación de las mujeres iraquíes detenidas

Fuentes: IraqSolidaridad

A los pocos meses de la ocupación de Iraq, salieron a la luz denuncias de violaciones de Derechos Humanos en las cárceles dirigidas por las autoridades de ocupación. Costó casi un año y la publicación de fotografías sobre los abominables hechos de tortura en Abu Ghraib antes de que el mundo empezase a ser escuchar […]

A los pocos meses de la ocupación de Iraq, salieron a la luz denuncias de violaciones de Derechos Humanos en las cárceles dirigidas por las autoridades de ocupación. Costó casi un año y la publicación de fotografías sobre los abominables hechos de tortura en Abu Ghraib antes de que el mundo empezase a ser escuchar las voces de los prisioneros y de aquellos que intentan defenderlos.

Hoy, en el cuarto año de la ocupación anglo-estadounidense, decenas de miles de iraquíes todavía sufren en la cárcel sin una acusación, sin un juicio a la vista y privados del derecho a defenderse ante un tribunal de las acusaciones en las que se basó su detención [1]. Por varias razones, también a las mujeres iraquíes les han alcanzado las redadas de las detenciones y suman un buen porcentaje de los detenidos, no sólo en Abu Ghraib, sino en muchas otras cárceles. Además de sufrir las mismas calamidades que sus compañeros varones, las mujeres padecen otro sufrimiento: el silencio. El sufrimiento tiene dos caras que emanan, primero, de la negativa de las autoridades de ocupación, para empezar, a aceptar que hay mujeres detenidas y, segundo, de la naturaleza del estigma social que rodea la detención y encarcelamiento de mujeres.

Amenazadas, maltratadas, violadas y torturadas: tal es el destino silenciado de un número indeterminado de mujeres iraquíes con las prácticas bárbaras de la ocupación. Trataremos aquí de la confusión que rodea a la existencia de «mujeres detenidas por razones de seguridad» y los pretextos dados por las autoridades de ocupación para detenerlas. Después se analizará el trato que se da a las mujeres durante el proceso de detención e interrogatorio, porque su tormento no empieza en la cárcel sino en el momento en el que caen sobre ellas las fuerzas de seguridad.

Desmentido

Las autoridades de ocupación (con esta denominación hacemos referencia a las fuerzas militares extranjeras y al ejército iraquí, a la policía y a las fuerzas especiales que operan bajo órdenes de la ocupación) aplican el término «detenido de seguridad» a todos los «[…] encarcelados detenidos por motivos de seguridad bajo las estipulaciones de la resolución 1546 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CS de NNUU) bajo la premisa de que se les considera una amenaza fundamental a la estabilidad y a la seguridad de Iraq». La teoría está muy bien. En la práctica, un «detenido por [motivos de] seguridad» es cualquier persona que haya sido objeto de una detención arbitraria -por ejemplo, sin una orden judicial, con independencia del sexo, la edad o las circunstancias.

Numerosas organizaciones de Derechos Humanos han informado de la presencia, «por motivos de seguridad», de mujeres detenidas en muchas cárceles por todo Iraq. Las pruebas indican el maltrato extendido, la degradación y la tortura física y psicológica, además de las insalubres y antihigiénicas condiciones de encarcelamiento. No se sabe con exactitud el número de mujeres detenidas.

Entre las organizaciones que están documentando las detenciones de mujeres iraquíes hay varios grupos de mujeres y de Derechos Humanos independientes que trabajan dentro y fuera de Iraq (como Voluntad de las Mujeres [2], el Observatorio de la Ocupación, la Liga Iraquí y La Voz de la Libertad de los Derechos Humanos), publicaciones institucionales y de partidos políticos (especialmente las publicadas por la Asociación de Ulemas Musulmanes, el Partido Islámico Iraquí, la Organización Nacional Iraquí de Medios de Comunicación y Cultura), e instituciones internacionales de Derechos Humanos y organizaciones contra la guerra (Amnistía Internacional, Cruz Roja Internacional, la Misión de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas en Iraq y el Tribunal BRussells).

Además, están los testimonios personales de los detenidos tras su liberación. Uno de esos casos es el de Huda al-Azaui, que fue entrevistada tras su salida de Abu Ghraib. Otro es el caso de Abdel Yabar al-Kubaisi, secretario general de la Alianza Patriótica Iraquí, que estuvo alrededor de un año detenido en Campo Cropper [del Aeropuerto Internacional de Bagdad] y quien recuerda cómo, noche tras noche, escuchaba los gritos y lloros de las mujeres a las que torturaban durante los interrogatorios [3].

Secretismo y escándalo

Las estimaciones sobre el número de iraquíes detenidos desde la invasión en marzo de 2003 van desde 30.000 a 100.000 [4]. Una potente maquinaria de secretismo y desinformación rodea la situación y la situación de los detenidos por razones de seguridad, incluso de las personas muy conocidas como el del escritor de relatos y traductor Mohsen al-Jafafi, detenido en abril de 2003 y que no ha sido liberado hasta abril de este año. En general, las autoridades de ocupación se niegan a ser claros sobre el número de detenidos, quizás para tener la libertad de aumentar o reducir el número como lo consideren necesario.

Lo mismo es de aplicación al número y paradero de las mujeres detenidas. Sin embargo, en su caso, el motivo del secretismo tiene dos aspectos: durante los dos primeros años, al menos, no sólo la ocupación quiso ocultar las detenciones de mujeres, sino también sus familias. Hay dos razones fundamentales por las cuales una familia querría permanecer en silencio. En primer lugar, las mujeres detenidas podrían haber sido miembros del Partido Baaz, o de una de sus organizaciones y temían una venganza. En segundo lugar, temían el estigma de tener una mujer de la familia en prisión, pensamiento que evoca violación y embarazo no deseado.

Las autoridades de ocupación, por su parte, estaban deseosas de negar la existencia de mujeres detenidas, especialmente tras el escándalo de los abusos sexuales en Abu Ghraib. Se negaron a dar información con la esperanza de engañar a la opinión pública tanto internacional como nacional.

Internacionalmente, la Administración Bush fue particularmente recelosa respecto a la paz internacional, las organizaciones de Derechos Humanos y de mujeres y los activistas. Después de que miembros del Congreso [estadounidense] vieran fotografías de mujeres detenidas en Abu Ghraib obligadas a punta de pistola a mostrar sus pechos, responsables del gobierno de EEUU impidieron que esas fotografías se hicieran públicas [5]. A pesar de que mencionaron ataques de represalia contra las fuerzas estadounidenses en Iraq, todo el mundo sabe que el encubrimiento fue para evitar que EEUU sufriera otra ignominia internacional.

En el interior de Iraq, las autoridades de ocupación suprimieron información sobre mujeres detenidas para no provocar la ira, por un lado y, por otro, para dar al pueblo iraquí la sensación de que la ocupación respetaba las tradiciones locales, especialmente en relación con el especial estatus de la mujer. De vez en cuando, los colaboracionistas iraquíes ayudaron a promover esta impresión. El 18 de abril de 2004, el ministro del Interior, Chief Ahmed Yusef, emitió un comunicado negando los malos tratos a las mujeres detenidas. Afirmó:

«Somos musulmanes. Sabemos muy bien cómo tratar a nuestras mujeres detenidas».

Aparte de casos de detenidas muy conocidas como Huda Salej Amas y Rihab Taha, las autoridades de ocupación, en general, no hablan sobre la existencia de mujeres detenidas. La información disponible desmiente su silencio.

Pruebas de los malos tratos

El 20 de abril de 2004, Abdul Basat Turki, el primer ministro iraquí de Derechos Humanos, concedió una entrevista a The Guardian sobre la situación de las mujeres encarceladas en Iraq. Turki dimitió recientemente de su puesto en protesta por las violaciones de los Derechos Humanos cometidas por las fuerzas estadounidenses y por la determinación de Paul Bremer de ignorar sus informes y negarle el permiso para visitar Abu Ghraib.

Turki manifestó a The Guardian que advirtió repetidamente a Bremer sobre las violaciones de los encarcelados en Abu Ghraib, pero que Bremer sistemáticamente había ignorado todas las advertencias. En diciembre de 2003, un mes antes de que el ejército estadounidense organizara su propia investigación secreta en Abu Ghraib, Turki, Turki llamó a Bremer para quejarse del trato dado a las mujeres detenidas. «Se les negó la atención médica. No tenían aseos adecuados. Solo se les dio una manta a pesar de que era invierno», manifestó el ex ministro.

Amnistía Internacional (AI) entrevistó a varias mujeres víctimas de malos tratos y tortura después de su puesta en libertad de Abu Ghraib. Muchas denunciaron haber sido golpeadas, amenazadas de violación, maltratadas verbalmente y de haberlas sometido a aislamiento durante largos períodos de tiempo. Un informe de AI afirma que desde la invasión en 2003, a las mujeres encarceladas en Iraq se las ha amenazado cotidianamente de violación.

En una de las escasas ocasiones en la que Anne Clwyd, la enviada británica de Derechos Humanos a Iraq, fue proclive a hablar de las violaciones de los Derechos Humanos tras la invasión fue cuando supo de la detención y la subsiguiente tortura de una mujer de 70 años, cuyos torturadores obligaron a hacer unas bridas improvisadas y después se subieron encima de ella como si fuera un burro.

Un informe de la organización iraquí Voluntad de la Mujer confeccionó una relación de los tipos de tortura física y psicológica infligida contra las mujeres en las cárceles iraquíes. Entre las más degradantes está llevarlas desnudas a los interrogatorios y después que los interrogadores, guardas y traductores las sometan a burlones y humillantes comentarios. Antes de eso, las prisioneras sufren cotidianamente amenazas de que se les va a privar del agua o la comida, se las confina en celdas mínimas que impiden cualquier movimiento, se las expone a condiciones extremas de frío y calor y se las impide dormir.

Huda al-Ezaui narra que estuvo aislada durante 156 días. Después detuvieron a su hermana y la arrojaron a la celda con ella junto con el cadáver de su hermano. Entre otros tipos de tortura que le infligieron está el haberla tenido durante 12 horas de pie mientras era objeto de continuas amenazas e intimidaciones. Las fuerzas estadounidenses y la Guardia Nacional Iraquí detuvieron el 17 de febrero de 2005 a al-Ezaui junto con sus dos hijas: Nora de 15 años y Sara de 20, acusadas de apoyar a la resistencia.

Ali al-Qaisi, el hombre cuyos torturadores colocaron una bolsa en la cabeza, a quien obligaron a permanecer en una caja de madera mientras le enrollaban cables alrededor del cuerpo y después le hicieron la foto que se convirtió en un símbolo mundial de la ocupación y del horror de Abu Ghraib, recuerda su angustia al escuchar los gritos y lloros de las mujeres detenidas. «Hombres desnudos les tiraban la comida en las celdas», cuenta, y añade: «Nos sentíamos impotentes mientras escuchábamos sus gritos, incapaces de hacer nada más que rezar al Dios Todopoderoso».

La Brigada Lobo del ministerio del Interior detuvo a Jalda Kaki, un ama de casa de 46 años, en Mosul, su ciudad natal. Poco después apareció en la televisión estatal iraquí afirmando que había apoyado a un grupo de la resistencia. Más tarde se retractó de su confesión, revelando cómo sus captores la habían dado latigazos y la habían amenazado con violarla. Los lobos, pertenecientes a un grupo creado en octubre de 2004, recibieron dos meses de entrenamiento intensivo a cargo del personal militar estadounidense antes de ser destacados en operaciones de seguridad contra «grupos armados». La brigada se ha hecho famosa por sus prácticas de tortura y otras formas de tratamiento inhumano [6].

Suheib Baz, un cámara de al-Jazeera, declaró a The Independent que él personalmente había visto torturar a una niña de 12 años. «Estaba desnuda, y lloraba hacia mi pidiéndome ayuda mientras la golpeaban», indicó. También narra que los guardas de las cárceles habían hecho fotos de esos horrores.

Sin cifras

Todavía siguen negándolo, o difuminando las cifras. Como resultado, seguimos encontrando informaciones como esta: «El 6 de febrero de 2006, un portavoz del ejército declaró a la agencia France Press que habían liberado a 50 detenidos, a pesar de que negase que hubiera mujeres entre ellos» y «cuatro mujeres siguen en prisión después de que el mes pasado fueran puestos en libertad 400 detenidos, entre los que se encontraban cinco mujeres».

Las autoridades británicas anunciaron recientemente que desde octubre de 2005 ya no tienen ni mujeres ni niños detenidos. Incluso si tomamos esta declaración en toda su extensión, indica que las autoridades británicas han detenido mujeres y niños con anterioridad a esta fecha, lo que contradice sus anteriores negativas [sobre los hechos]. También contradice las declaraciones realizadas por el general Muntazer al-Samerani en una entrevista con la agencia France Press en diciembre de 2005. El anterior responsable de las Fuerzas Especiales iraquíes reveló la existencia de nueve centros secretos de detención así como la existencia de centros de detención de mujeres en Bagdad y en los distritos de Kazemiya y Rishad. Añadió que en esos centros las mujeres eran objeto de torturas y violaciones cotidianas.

El 20 de octubre de 2005, responsables de la prisión de mujeres de Kazemiya confirmaron una violación. Denegaron el permiso para investigar el hecho a NNUU.

Según un informe de la Misión de Ayuda de NNUU para Iraq, la policía iraquí torturó a una mujer detenida en la comisaría de Diwaniya en marzo de 2005. La víctima relató que le aplicaban descargas eléctricas en los talones. Le dijeron que violarían a su hija adolescente si no aportaba la información que querían los interrogadores.

Esta es la punta del iceberg. Un informe publicado el 29 de octubre de 2005 por la Asociación Nacional Iraquí para los Derechos Humanos indica que las mujeres detenidas en los centros de detención del ministerio del Interior son objeto de numerosas violaciones de los Derechos Humanos, incluyendo «violaciones sistemáticas a manos de los investigadores y otras formas de daño físico para obligarlas a hacer confesiones». El informe añade que las prisiones carecen de las más mínimas condiciones de higiene y que se priva a las mujeres de las instalaciones fundamentales, como los aseos. El ministro de Justicia ha confirmado la precisión del informe.

En tales circunstancias, es un insulto para su reputación el que frecuentemente obliguen a las mujeres detenidas a firmar un documento antes de ser puestas en libertad en el que declaran que han sido tratadas adecuadamente. El propósito de esta declaración es silenciarlas y privarlas de ejercitar en un futuro su derecho a la denuncia.

Es de resaltar que la primera pregunta que se les hace a las mujeres detenidas es «Eres sunní o chií?»; la segunda: «¿Eres virgen»?

Métodos de detención

Las detenciones arbitrarias continúan produciéndose a pesar del llamado «gobierno de unidad nacional». Las fuerzas de ocupación son, premeditadamente, tan brutales como pueden cuando asaltan los domicilios. Amenazan a las mujeres, confiscan el dinero, las joyas y otras pertenencias, obligan a las mujeres a mirar mientras intencionadamente humillan a sus maridos, hijos o padres y a veces les obligan a hacer fotos con las cámaras de los soldados estadounidenses.

La mayoría de las detenciones y asaltos se producen después de las doce de la noche, cuando las personas están durmiendo. En algunos barrios, ahora las mujeres duermen completamente vestidas para no estar en pijama si asaltan su hogar. A veces se despliega artillería pesada en los asaltos, lo que incluye tanques y helicópteros, a pesar del hecho de que tal despliegue de fuerza excede con mucho las necesidades de la operación. Dar bofetadas, patadas e insultar a los miembros masculinos de la familia, y encerrar a las mujeres y niños en los cuartos de baño son cosas cotidianas.

El 18 de junio de 2005, la Liga Iraquí se reunión en Mosul con varias mujeres que habían estado prisioneras y cuyos parientes aún seguían encarcelados. La Liga supo que las fuerzas de seguridad, de forma habitual toman como rehenes a esposas, padres, hermanos o hermanas, o incluso menores, en el caso de que el sospechoso al que persiguen no se encuentre en su casa. Los interrogadores, casi invariablemente, preguntan a las mujeres a quiénes de sus parientes varones han detenido, en lugar de preguntas sobre hechos de los cuales las mujeres podrían ser, ellas mismas, responsables.

Hay numerosas mujeres en la cárcel que todavía estaban criando a sus hijos en el momento de su detención y sufren un trauma psicológico importante por haberlas separado de sus hijos.

Excusas ilegales

Una de las causas más extendidas de la detención de mujeres en Iraq es la de usarlas como moneda de cambio para obligar a sus familiares varones a entregarse a las autoridades. Se llevan a las esposas y a las hijas y las amenazan con violarlas delante de sus familiares varones para obligarlas después a confesar. Tampoco es infrecuente que detengan a las mujeres con acusaciones de «apoyar a la resistencia». Lo que narramos a continuación no es más que un índice de la escala de las constantes amenazas que penden sobre las mujeres iraquíes:

«Zakiya Sabaawi fue detenida porque su marido, buscado por el ejército ocupante, ha huido.»

«Iman Ahmed, de Amiriya [barrio de Bagdad], fue detenida para obligar a su hermano, que es buscado por las fuerzas de ocupación, a entregarse.»

«Sara Taha al-Jumaili, de Faluya, fue detenida dos veces. La primera vez ocurrió el 19 de octubre de 2005, cuando las fuerzas estadounidenses dijeron que era la hija de Zarqawi. Es de todos sabido que Sara es la hija de Taha al-Jumaili, el conocido político que estuvo detenido por las fuerzas de ocupación cuando detuvieron a Sara. La pusieron en libertad tras una manifestación popular y el anuncio de una huelga general. Nuevamente la detuvieron el 8 de noviembre de 2005 acusada de terrorista. Otra vez no la pusieron en libertad hasta que se anunció una huelga general y se repartieron panfletos amenazando a las fuerzas de ocupación con actos de represalia.»

«Un responsable del ministerio iraquí de Justicia anunció ayer que un consejo de revisión, formado por seis oficiales iraquíes y tres oficiales estadounidenses se reunieron el 17 de enero y llegaron al acuerdo de poner en libertad, a los pocos días, a seis mujeres iraquíes detenidas. Ayer, el ministerio de Justicia confirmó que todavía está esperando a que las fuerzas estadounidenses pongan en libertad a las mujeres, a pesar de las declaraciones estadounidenses afirmando lo contrario […]. Desde entonces, las declaraciones de los responsables iraquíes han estado en conflicto con las de sus contrapartes estadounidenses en relación a la liberación de seis de las ocho mujeres iraquíes detenidas en cárceles estadounidenses bajo la acusación de implicación con el terrorismo.»

«Las fuerzas de ocupación detuvieron a Ilahm Huseí, a cuyo marido, Yaser Ibrahim Hasán, asesinaron delante de ella y de su familia el 6 de mayo de 2006 durante un asalto en su casa en el distrito universitario en Bagdad centro. La pareja acababa de celebrar el nacimiento de su primer hijo cinco días atrás.»

Cárceles secretas

No hay cifras exactas sobre el número de cárceles y campos de detención controlados por las autoridades de ocupación. Según un reciente informe de AI, la mayoría de los detenidos por razones de seguridad están en alguna de las cuatro instalaciones estadounidenses: Campo Buka, a las afueras de Basora; Abu Ghraib, en Bagdad; Campo Cropper en Bagdad y Fuerte Sousa, cerca de Suleimaniya. Además de estas, las fuerzas estadounidenses utilizan las instalaciones por todo el país de varios regimientos para fines concretos. Las fuerzas británicas tienen un número de «detenidos por razones de seguridad» en una instalación en Campo Shoeiba, cerca de Basora.

Imán Jamás afirma que hay cinco cárceles secretar en Iraq además de las diez conocidas, de las cuales tres están en Bagdad: la famosa Abu Ghraib, al-Kazimiya y al-Risafa [7]. El 4 de mayo de 2004, el subcomandante en Jefe de las operaciones, el general Jeffrey Miller, afirmó en una rueda de prensa que además de los tres centros de detención principales dirigidos por el ejército estadounidense, hay 13 ó 14 campos más pequeños utilizados para la clasificación de detenidos. Hajj Alí, director de la organización para la Defensa de Detenidos en Cárceles de la Ocupación, afirma: «Con Sadam [Husein] había 13 cárceles. Ahora tenemos 36 dirigidas por el gobierno y 200 por las milicias. Todas ellas tienen el beneplácito del gobierno estadounidense».

Según el informe de la Oficina de Democracia y Derechos Humanos del Departamento de Estado estadounidense de 6 de marzo de 2006, en Iraq existen 450 centros de detención. Algunos de esos controlados por el ministerio del Interior y otros por el ministerio de Defensa iraquí. Además, hay centros de detención secretos diseminados por todo el país. Los partidos kurdos también dirigen al menos cinco centros de detención fuera del sistema penal oficial.

Intolerable

La tortura y el trato inhumano son considerados graves violaciones de los Derechos Humanos de acuerdo a la Cuarta Convención de Ginebra (artículo 147). Incluso tras la supuesta transferencia de autoridad, el 28 de junio de 2005, el CS de NNUU reafirmó la continuidad y absoluta vigencia, y la obligación de todos los partidos, al cumplimiento de la ley humanitaria en Iraq, lo que incluye las Convenciones de Ginebra.

La tortura y el trato inhumano están prohibidos por la legislación internacional, como se refleja en el Estatuto de Roma que crea el Tribunal Penal Internacional (artículo 8.2) donde el trato cruel e inhumano y la tortura en disputas armadas no internacionales se consideran Crímenes de Guerra.

Mientras AI calificó el sistema las detenciones por motivos de seguridad -y los actos de tortura y brutalidad infligidos a los detenidos con ese sistema­ como Crímenes de Guerra, describió el sistema que suplantó [al existente] tras el asalto de la soberanía [de Iraq] como tiránico debido a las sistemáticas y generalizadas violaciones de los Derechos Humanos fundamentales y de la legislación humanitaria internacional. Esta organización sostiene que las fuerzas de ocupación dirigidas por EEUU en Iraq son directamente responsables de esos crímenes, que incluyen aquellos que cada vez con mayor frecuencia perpetran las fuerzas de seguridad iraquí. La legislación internacional y la legislación humanitaria no hacen absolutamente ninguna excepción en lo relativo a la prohibición de tortura, ni siquiera en casos extremos en tiempos de guerra.

Para agravar lo intolerable, las fuerzas de la denominada Coalición, y todos los que trabajan con ellos, disfrutan de inmunidad respecto a las leyes civiles y penales iraquíes, según la resolución 1546 del CS de NNUU y las cartas intercambiadas entre las autoridades iraquíes y las estadounidenses. Además, las recomendaciones del Consejo conjunto de revisar la libertad de detenidos, cuyos miembros incluyen representantes de los ministerios iraquíes de Justicia, Interior y derechos Humanos, no son vinculantes. El subcomandante en Jefe de las operaciones de detención de las fuerzas de la coalición es quien tiene la última palabra a la hora de decidir si a un detenido se le pone en libertad o no.

Respecto a los gobiernos iraquíes bajo la ocupación, hasta ahora no se han denunciado casos de malos tratos, torturas y asesinatos ante los tribunales, con la sola excepción de unos pocos policías en Bagdad acusados de violaciones y torturas sistemáticas contra las mujeres detenidas.

Las mujeres detenidas, como muchos menores en cárceles iraquíes, son las víctimas de un sistema brutal, degradante y amenazador para la vida. Además, las injusticias perpetradas relacionadas con casos de género en el proceso de la detención, el interrogatorio y el encarcelamiento, constituyen una violación intencionada de los valores morales mantenidos por la sociedad iraquí.

Estas violaciones no terminarán mientras que Iraq siga ocupado por fuerzas que disfrutan de inmunidad frente a las leyes iraquíes y mientras las autoridades de ocupación sigan tratando a los ciudadanos iraquíes con desprecio racista para sentirse mejor respecto al saqueo de la riqueza nacional y a la violación de los más básicos derechos de las personas según la legislación internacional y las convenciones de Derechos Humanos. Lo peor de todo es que las autoridades iraquíes, que afirman representar a una nación soberana e independiente, consienten esta situación.

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde.

Notas de IraqSolidaridad:

1. Sobre el número de presos en Iraq, centros y condiciones de detención y el recurso a la tortura, menores detenidos, así como el concepto de «detenido por razones de seguridad», puede leerse en IraqSolidaridad: Stephen Zunes: La responsabilidad de EEUU en la violencia sectaria de Iraq – Más de 14.000 iraquíes detenidos por los ocupantes. NNUU reconoce la vinculación de los ‘escuadrones de la muerte’ a los nuevos aparatos de seguridad iraquíes Informe de ‘Human Right First’ «Tras la alambrada» (y II): Los presos bajo control de EEUU en Iraq: indefinición jurídica y opacidad EEUU amplia los centros de detención en Iraq ante el incremento de presos acusados de relación con la resistencia Joseph Kay: Nuevos documentos confirman la amplitud e implicación de la cúpula militar de EEUU en las torturas a prisioneros iraquíes Neil Mackay: Niños prisioneros en Iraq – El ejército estadounidense secuestra a cinco niños para usarlos como rehenes en la ciudad de Beiyi Informe sobre la violación de los Derechos Humanos en Iraq bajo la ocupación – Report on Violations of Human Rights in Iraq under occupation 2. Su web es: http://www.iraqiwomenswill.org/. Miembros de esta organización, interlocutoras de la CEOSI, han aparecido en una lista de amenaza de muerte contra activistas. 3. Véase en IraqSolidaridad: Entrevista a Abdelyabar al-Kubaysi tras su liberación: «Varios detenidos murieron bajo tortura» y Al-Kubaysi presenta ante la Asamblea estatal de la CEOSI la creación del Frente Patriótico Nacionalista e Islámico como el mayor logro de la resistencia 4. Según la Red de Seguimiento de Derechos Humanos en Iraq, al menos 250.000 iraquíes habrían pasado por centros de detención en los tres primeros años de ocupación. 5. Véase en IraqSolidaridad: El Pentágono oculta más de mil documentos e imágenes sobre torturas y asesinatos en Abu Ghraib. El material inédito incluye 546 fotos de detenidos muertos bajo tortura 6. La Brigada Lobo del ministerio del Interior ha sido asociada con Escuadrones de la muerte. Véase en IraqSolidaridad: Max Fuller: Tortura y asesinatos extrajudiciales en Iraq y Andrew Buncombe y Patrick Cockburn: Miles de personas han sido asesinadas en los últimos meses por los ‘Escuadrones de la muerte’ – Carlos Varea: El pueblo iraquí considera mayoritariamente que la ocupación empeora la situación interna 7. Sobre detenidos puede leerse de esta autora en IraqSolidaridad: Imán Ahmad Jamas: Testimonios de prisioneros iraquíes en las prisiones estadounidenses en Iraq – Detenidos en el país cautivo (I) e Imán Ahmad Jamas: Testimonios de prisioneros iraquíes en las prisiones estadounidenses en Iraq – Detenidos en el país cautivo (II).

www.iraqsolidaridad.org.