A finales del mes pasado [de octubre], el general de Brigada Joseph Votel, un estadounidense alto y simpático con aspecto juvenil, hizo una solicitud urgente a un viejo amigo de Washington, también general de Brigada, pero en la Brigada Golaani, no en la Rangers [a la que pertenece Votel], Nitzan Nuriel, jefe del Departamento de […]
A finales del mes pasado [de octubre], el general de Brigada Joseph Votel, un estadounidense alto y simpático con aspecto juvenil, hizo una solicitud urgente a un viejo amigo de Washington, también general de Brigada, pero en la Brigada Golaani, no en la Rangers [a la que pertenece Votel], Nitzan Nuriel, jefe del Departamento de Relaciones Exteriores de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI -el Ejército israelí). El mensaje era tan urgente que el Pentágono ni siguiera puso al día a su agregado militar en Tel aviv. Votel rogó a Nuriel que le enviara un objeto de alto secreto que el Ejército israelí había desarrollado y que podría ser útil en combatir los artefactos explosivos de fabricación casera utilizados contra las fuerzas estadounidenses en Iraq [1].
Nuriel llamó al jefe del Cuerpo de Ingenieros, el general de Brigada Shimon Daniel, que fue jefe del Comando Norte del cuerpo de ingenieros durante la guerra contra los artefactos explosivos de fabricación casera de Hezbolá antes de la retirada del Ejército israelí de Líbano y que había mantenido contactos profesionales con Votel y sus ayudantes durante el pasado año y medio. Daniel reunió a los expertos israelíes ,mientras Nuriel alivió la carrera de obstáculos en relación con la coordinación y los permisos, y en el tiempo récord de cinco días, el aparato en cuestión y sus manuales estaba camino de EEUU.
Israel, la salvación para Bush
Puede parecer exagerado, infundado o, como mínimo, pretencioso, pero a finales de 2005 la salvación del presidente de EEUU, George W. Bush, depende en gran medida de la Inteligencia militar israelí: de la habilidad de las Fuerzas de Defensa de Israel, del ministro de Defensa y de las industrias armamentísticas para ayudar a los estadounidenses a frustrar los ataques con artefactos explosivos de fabricación casera en Iraq, que se están convirtiendo en el punto débil sobre el que la Administración Bush se tambalea. Esta conclusión es el último eslabón en una cadena lógica, conocida entre quienes toman las decisiones y los miembros del Ejército, pero que se ha ocultado al resto.
El problema más grave de Bush está en Iraq; el atolladero ha tenido como resultado la muerte de más de 2.000 soldados estadounidenses desde el inicio de la guerra, aunque una cuarta parte de ellos murieron en accidentes, por enfermedad o se suicidaron. El elemento más mortífero son los artefactos explosivos de fabricación casera colocados en las carreteras o en coches bomba. Según admiten los estadounidenses, la ayuda más eficaz en su lucha contra los artefactos explosivos de fabricación casera proviene de Israel. Los ángeles ayudantes que trabajan para librar a Bush del desastre son, por tanto, Daniel, Nuriel y Rafael. Este último nombre no es una persona sino una empresa: [también conocida como] la Autoridad de Desarrollo de Armamento. Una parte de la actividad de Rafael, la de proteger a los soldados estadounidenses en Iraq y Afganistán, fue dada a conocer el verano pasado mediante un informe que contaba que el Ejército estadounidense estaba comprando equipos de protección contra explosivos fabricados conjuntamente por Rafael y por la empresa estadounidense General Dynamics. Otras actividades de Rafael son secretas.
Votel es uno de los oficiales a quien el Ejército estadounidense está orgulloso de presentar al público en entrevistas y en comparecencias ante el Congreso. En su puesto anterior como coronel, Votel fue el comandante en jefe de una unidad de élite de las fuerzas estadounidenses, la Brigada 75ª de los Rangers, los «comandos paramilitares» en términos del Ejército israelí (los sayeret), pero diez veces mayor en número. Los rangers de Votel aterrizaron en Afganistán en 2001 y tomaron un aeropuerto conocido como Camp Rhino [Campo Rinoceronte], que entonces se convirtió en el aeropuerto base de las fuerzas que tomaron Kandahar y Kabul. Después Votel dirigió a los rangers en la guerra de Iraq, hasta que fue nombrado para dirigir una unidad para luchar contra los artefactos explosivos de fabricación casera.
Como antiguo ranger, Votel contacto, en un principio, con el general de Brigada Yossi Hyman, jefe de Infantería de las FDI y oficial de tropas paramilitares. A iniciativa de Hyman, el Cuerpo de Ingenieros y el Ejército se pusieron a las órdenes del equipo de Votel.
Un presupuesto de 1,2 mil millones de dólares
Votel recibió un presupuesto anual de 1,2 mil millones de dólares y un ascenso al rango de general. Su equipo, que al principio eran unidades sólo del Ejército [de Tierra], creció para incluir una representación de los marines, las Fuerzas Especiales, y de las Fuerzas Aéreas y la Armada. Esta movilización para combatir los artefactos explosivos de fabricación casera refleja la gravedad del problema, pero no lo resuelve. Es verdad que pocos artefactos explosivos de fabricación casera alcanzan sus objetivos, pero el resultado sigue siendo brutal e intolerable: tres de cada cinco personas asesinadas en Iraq en pocos meses atrás lo fueron por artefactos explosivos de fabricación casera colocados bien sobre el terreno o bien en coches bomba. Los enemigos de los estadounidenses preparan los artefactos de forma que la explosión lance proyectiles ardiendo que penetren los blindados e incluso si la protección personal de los soldados -chalecos antibalas y similares que frenan las balas de Kalashnikov y los fragmentos [de metralla]- les salva el cuerpo, sus extremidades y otros órganos provocan heridas con peligro de muerte posterior [2].
En la primavera de 2004, cada uno de los artefactos explosivos accionados en Iraq causó bajas [3]. Si bien es cierto que en lo que va de año solo una de cada cuatro explosiones ha causado bajas, las cifras absolutas de las pérdidas están en constantemente aumento. El comandante británico de Basora y de la zona sur de Iraq, el general del Alto Estado Mayor James Dutton reconoce haber tenido 18 bajas por artefactos explosivos de fabricación casera en los últimos tres meses [4].
Es peligroso trasladarse por Iraq con uniforme estadounidense o británico y da miedo prestar servicios en una unidad de desactivación de artefactos. El pasado mes [de octubre] Defensa Nacional, la revista mensual de la Asociación Industrial de Defensa Nacional estadounidense, que ha dado cobertura permanente al desarrollo de la lucha contra los artefactos explosivos de fabricación casera, informó que la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Armada estadounidense, que fue reclutada para reforzar al Ejército y los marines, no ha logrado mantener una de cada seis de sus posiciones establecidas [en Iraq]. Los miembros de las unidades de artificieros reciben una paga extra por peligrosidad, paracaidismo y submarinismo, que alcanza los 625 dólares al mes. Para tentarlos a que sigan en el servicio, si acumulan un mínimo de seis años de experiencia, la Armada les ofrece una paga extra de 45.000 dólares a la firma del contrato.
Excusas antiguas y pretextos evidentes
En una de sus recientes visitas a Israel, una delegación de las fuerzas de combate de Votel estuvo tres días acompañando a las unidades del Ejército israelí, al mando del oficial en jefe del Cuerpo de Ingenieros del Comando Norte y con el apoyo de la unidad del Cuerpo de Ingenieros Yahalom, un comando de operaciones especiales. El Ejército estadounidense mantiene frecuentes y regulares contactos con las FDI.
El Ejército israelí se enorgullece de ello. Por su parte, el ejército estadounidense está avergonzado, dando excusas antiguas y pretextos evidentes -como dirían los árabes- con los que son incapaces de ocultar su bochorno profesional. No se trata de una cuestión de planificación conjunta de operaciones o de secretos de Inteligencia; es una cuestión de salvar vidas -vidas estadounidenses-, un tema que está en el epicentro de la preocupación de los políticos en Washington. Sin embargo, en lugar de felicitarse a sí mismos por saber cómo se lograron [esos conocimientos] con la sangre de los soldados de las FDI muertos en Líbano y en los Territorios [palestinos], y que son propiedad pública de Israel, los políticos israelíes (el último de ellos, Mofaz [5], con motivo de su visita a Washington hace una semana) están deseosos de renunciar al estatus de esposa legal y asumir el papel de amante secreta de los estadounidenses.
Oficialmente, el Centcom (el Comando Central estadounidense [6]) tiene prohibido hablar directamente con Israel -se supone que solo de ha de hacer a través de Eucom (Comando europeo) o de Washington. Normalmente la prohibición se cumple, pero los asuntos de vida y muerte dejan sin efecto esta normativa. El Centcomo desespera de la burocracia; mientras los soldados [estadounidenses] mueren todos los días y tres de sus oficiales de servicio en Iraq han viajado ya a Israel para aprender del Ejército israelí cómo luchar contra los artefactos explosivos de fabricación casera. Y también hay combatientes israelíes en Iraq que fueron liberados del Ejército israelí para alistarse en el estadounidense. No son soldados de tierra, sino miembros de Oketz, la unidad de perros adiestrados del Ejército israelí, que enseñan a instructores estadounidenses en la base de su unidad cómo trabajar con perros [en la detección de explosivos].
Una cuestión de rango
En la mejor tradición del discurso oficial ambiguo de Washington, e incluso después de que se le hubiera requerido a Israel que no mencionara nada, el Pentágono decidió mencionar la implicación israelí para demostrar que no está quedado una sola piedra sin remover en la lucha contra los artefactos explosivos de fabricación casera en Iraq. Hace una semana, Los Angeles Times informó que la única estrella [de general de Brigada] que lleva Votel le hace difícil moverse por los pasillos del Pentágono. Es necesario un oficial de mayor graduación, un general de tres estrellas. Es una idea peculiar: otros dos trozos de metal cortado en los hombros de un general y los artefactos explosivos de fabricación casera desaparecerán. La Armada respeta a los expertos y la experiencia, el Ejército respeta el rango, se dice que afirmó para [la revista] Nacional Defense el comandante de la unidad de explosivos de la Armada. Quizá sea el teniente general Russel Honore, que obtuvo honores al comandar sus tropas tras el Katrina en Nueva Orleáns. Honore, que dirige las unidades de la Reserva y las fuerzas de la Guardia Nacional enviadas a Iraq y Afganistán, se escandalizó de que el entrenamiento de los solados no incluyera suficiente preparación para tratar con los artefactos explosivos de fabricación casera.
En una nota de prensa autodefensiva del Pentágono, el general James Conway, director de Operaciones de la Junta de Jefes de Personal, afirmó que se ha dado la máxima prioridad a la lucha contra los artefactos explosivos de fabricación casera. «La única herramienta efectiva que le queda a la resistencia iraquí contra las fuerzas de coalición son los artefactos explosivos», manifestó Conway, y una vez que EEUU y las fuerzas de coalición encuentren la manera de eliminar los artefactos explosivos «[…] todo habrá acabado». El todo en cuestión es la campaña en Iraq, pero antes de que eso ocurra Conway confirmó que le han propuesto nombrar a un general de tres estrellas por encima de Votel, (el rango del propio Conway) para supervisar el trabajo respecto a los artefactos explosivos de fabricación casera.
Para demostrar que los estadounidenses están aprendiendo de las mejores fuentes y de las más experimentadas, Conway señaló que los británicos se habían enfrentado al problema de los artefactos explosivos en Irlanda del Norte y que los israelíes se han enfrentado a los suicidas en Israel y Líbano. «Hemos intentado estudiar cuáles fueron sus experiencias y aprender de ellas». El general británico Dutton ha añadido otra información que explica por qué es vital recurrir al conocimiento que las FDI obtuvieron enfrentándose a los artefactos de Hezbolá: los materiales y la tecnología utilizada en la fabricación de artefactos explosivos de fabricación casera llegan a Iraq desde el mismo sitio: Irán [7].
Una gota en el océano
Votel y sus colegas revisaron públicamente una serie de sistemas y estratagemas utilizadas por los enemigos de EEUU en Iraq y Afganistán: detonación por radio, por cable, explosión remota de coches bomba y utilización de cadáveres de perros y ovejas. Se han entregado miles de sistemas para interceptar [los artefactos explosivos] a las fuerzas armadas estadounidenses, pero según los informes, esos sistemas además interfieren en la red de comunicación de las fuerzas estadounidenses, por lo que los soldados suelen apagarlos. Otra dificultad para EEUU ha sido recabar información precisa sobre los ataques perpetrados con artefactos explosivos, tales como el tiempo de detonación, la situación del artefacto y la situación de la fuerza que fue atacada. Un análisis de esta información en el sur de Líbano ayudó al Ejército israelí a mejorar sus tácticas de combate contra Hezbolá.
La clave para acabar con los coches bomba, manifestó un oficial israelí a sus colegas estadounidenses, reside en registrar la flota de vehículos en Iraq y marcarlos de forma que sea posible reconocerlos a una distancia segura e identificar a los vehículos sospechosos que no se encontraban en la carretera con anterioridad. El punto débil de los estadounidenses es el movimiento por las carreteras de sus patrullas y convoyes. El Ejército estadounidense también ha comprendido que es esencial entrenar a todo el personal logístico y a los conductores como tiradores, a fin de que capaces de hacer frente a un ataque cuya finalidad sea asesinarlos o secuestrarlos. Además, a fin de que sepan situarse en un lugar seguro [del vehículo], se ha actualizado un simulador de respuestas eficaces [ante ataques] en desplazamiento en convoy.
Un soldado que no está en el lugar no resulta herido y el pecado original del Ejército estadounidense en Iraq, en su misión de proteger al régimen emergente de Bagdad, es su fracaso en desarrollar un «control no presencial», es decir, una acción rápida y concentrada en potencia, con un objetivo bien definido, que logre resultados sin acumular una presencia a gran escala [de soldados] que finalmente se convierta en un desastre. El Ejército israelí aprendió a hacer esto, si bien es cierto que a una impresionante pequeña escala, en su actividad contra el terrorismo palestino en Cisjordania. Esta es una doctrina denominada de combate descentralizado, cuyos derechos de autor pertenecen, en parte, al ex comandante de la Armada israelí, el contralmirante retirado Yedidya Yaari, ahora presidente de Rafael.
En relación al campo de lucha contra los artefactos de fabricación casera -y en otros también- las FDI y sus sofisticadas empresas de armamento en la industria israelí están tan por delante de sus socios estadounidenses, que tienen que contrarrestar su propia admiración con una dosis de modestia. No es que la destreza de los israelíes sea poca sino que las necesidades de los estadounidenses son cuantiosas. «La nueva Brigada [estadounidense] que está equipada con el vehículo de combate Striker es responsable en Iraq de un área de 38.000 kilómetros cuadrados, casi el doble del tamaño de Israel», ha señala un realista mando del Ejército israelí esta semana, «y sin restar importancia a las lecciones que hemos aprendido y enseñado a otros sobre [seguridad de] convoyes que tenían que cubrir ocho kilómetros de distancia hasta los puestos Beaufort y Dlaat (en Líbano), sus convoyes tienen que cubrir 80 y a veces 180 kilómetros. Por tanto nosotros, con todos los respetos, somos una gota en el océano»
* Escrito por el analista militar de ‘Ha’aretz’, el principal diario israelí, este texto incluye consideraciones y adjetivaciones que no son, evidentemente, compartidas por IraqSolidaridad. Sin embargo, la relevancia de la información en él incluida (desde el recurso de EEUU a Israel en relación a la guerra en Iraq, o la implicación en ésta del propio Israel, hasta datos inéditos sobre bajas estadounidenses y británicas) permite justificar su inclusión en la ‘web’ de la CEOSI.
Texto original en inglés en: www.haaretz.com/hasen/spages/644348.html
Notas de IraqSolidaridad:
1. En inglés Improvised explosive devices (IED), artefactos explosivos de fabricación casera. Sobre la que es el arma predominante de la resistencia iraquí y su constante perfeccionamiento, véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_25-10-05.html.
2. El número de heridos por las bombas caseras está creciendo exponencialmente. Desde el 19 de marzo de 2003 hasta el 28 de noviembre de 2005, el Pentágono reconoce que han resultado heridos en combate 15.804 militares estadounidenses. Las cifras relativas a la última quincena son espectaculares: una media diaria de 17 heridos en acción, más del doble de las semanas precedentes (UPI, 28 de noviembre, 2005).
3. Baja, soldado tanto herido como muerto.
4. Una cifra mucho mayor que la oficial. Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_1-12-05.html.
5. Shaul Mofaz es ministro de Defensa de Israel. Se ha incorporado al nuevo partido de Ariel Sharon, abandonando el Likud.
6. El mayor de los mandos militares territoriales de EEUU en el exterior, que cubre Oriente Medio y Asia Central.
7. El autor sin duda asume la tesis israelí o británica, falsa. Todo permite afirmar que la técnica y los materiales con los que se fabrican estas bombas son estrictamente iraquíes, manufacturadas y mejoradas por oficiales del antiguo Ejército iraquí. Estas bombas son además el arma predominante de la resistencia iraquí más crítica con la penetración iraní en Iraq. Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ceosi-iraq_resist_5-05-05.html y http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ceosi-iraq_9-06-05.html.
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde
IraqSolidaridad (www.nodo50.org/iraq).