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El teniente Watada resucita los principios de Núremberg

Fuentes: Progreso Semanal

Imaginen que un tribunal decidiera que el Teniente del Ejército Ehren Watada tuvo razón en negarse a obedecer órdenes de dirigirse a Irak en 2006. Esta Inmaculada Concepción legal provocaría el inmediato retiro de las fuerzas de EEUU de Irak -si Bush obedeciera la ley.En mayo de 2006, Watada dijo a la periodista Sarah Olson […]

Imaginen que un tribunal decidiera que el Teniente del Ejército Ehren Watada tuvo razón en negarse a obedecer órdenes de dirigirse a Irak en 2006. Esta Inmaculada Concepción legal provocaría el inmediato retiro de las fuerzas de EEUU de Irak -si Bush obedeciera la ley.

En mayo de 2006, Watada dijo a la periodista Sarah Olson que no obedecería la orden de partir para Irak. También hizo declaraciones públicas de que la guerra era ilegal, según el precedente de Nuremberg. El 22 de junio de 2006, Watada se negó a subir a un avión rumbo al Medio Oriente. El ejército lo sometió a una corte marcial por «perder viaje», negarse a marchar a Irak y por actitud impropia de un oficial.

El tema está contemplado en las leyes de Nuremberg de agosto de 1945: crímenes de guerra, incluyendo la guerra ilegal, y el deber de oponerse. Si Bush no tiene un legítimo casus belli para atacar a Irak, Watada debiera ser declarado inocente. Las lecciones de Nuremberg estaban destinadas a enseñar a los oficiales que deben considerar la legalidad de dar órdenes a las tropas bajo su mando para que cometan actos en una guerra ilegal.

«Por primera vez», explicó en Nuremberg el juez del Tribunal Supremo Robert Jackson en agosto de 1945, «naciones poderosas se han puesto de acuerdo no solo en cuanto a los principios de responsabilidad por crímenes de guerra de persecución, sino también en cuanto al principio de responsabilidad individual por el crimen de atacar la paz internacional».

A partir de ese momento, las naciones no solo coincidirían en una declaración abstracta «de que el lanzamiento de una guerra de agresión es ilegal». Los juicios por crímenes de guerra dejarían «en claro ante el mundo que los que llevan a sus naciones a una guerra agresiva deben enfrentarse a la responsabilidad personal por tales actos». Con esto él quería decir «que realizar una guerra agresiva es el camino hacia el banquillo de los acusados, no el camino a las condecoraciones».

Los alemanes debían comprender que «el delito por los que sus derrotados líderes son juzgados no es el de haber perdido la guerra, sino de haberla iniciado. Y no debemos dejarnos arrastrar a un juicio acerca de las causas de la guerra, pues nuestra posición es que ninguna injusticia ni política justificará lanzar una guerra agresiva. Se renuncia a ella y se le condena como instrumento de política».

Jackson y sus colegas juristas asumieron a Nuremberg como un «instrumento para establecer la responsabilidad individual del guerrerismo, entre cualesquier pueblos, como un crimen internacional.»

Ahora parece que Bush violó las mismas leyes que los líderes de EEUU lucharon por grabar como guía permanente para proscribir la guerra agresiva. Las justificaciones de inexistentes ADM y vínculos con Al-Qaeda para atacar a Irak en 2003 tienen casi la misma fuerza que el pretexto de Hitler para invadir Polonia en 1939 -un falso ataque polaco a fuerzas alemanas. Las leyes de Nuremberg prohibieron tales pretextos para la guerra después de que más de 100 millones de personas murieran en dos guerras mundiales en el curso de medio siglo.

Después de la 2da. Guerra Mundial, a fin de establecer otros medios que no fueran la guerra, las grandes potencias crearon las Naciones Unidas. Cuando Bush invadió a Irak, violó la Carta de la ONU. Es más, una reunión especial del Consejo de Seguridad en febrero de 2003 se negó explícitamente a apoyar su plan de invasión.

En sesiones anteriores al juicio, el presidente del tribunal militar, Tte. Cnel. John Head, trató de convencer a Watada, sin éxito, de que la defensa basada en las leyes de Nuremberg no tenia sentido. Head no consideraba que había manera de que los militares se resistieran a las órdenes -aun las órdenes para cometer genocidio. Aparentemente el escribano del tribunal militar no le mostró los resultados del caso Hamdan v. Rumsfeld, una decisión del Tribunal Supremo del 29 de junio de 2006 que declaraba que las leyes internacionales y de EEUU prohibían a los oficiales de EEUU cometer crímenes de guerra.

Head ignoró este caso cuando escribió: «Una audiencia basada en la ‘defensa de Nuremberg’ consistiría en testigos que declararían que la guerra de Irak es un crimen contra la paz, una guerra de agresión y una violación de la Carta de la ONU, del derecho internacional y de las leyes de EEUU. El acusado declararía que su negativa a ir a Irak está basada en su creencia de que cometería crímenes de guerra, porque Estados Unidos está implicado en una guerra de agresión y en un crimen contra la paz». Head no iba a permitir tales testigos.

Cuando Watada insistió en utilizar Nuremberg como defensa, Head declaró nulo el proceso: previamente había insistido en que «El motivo del acusado para no desplegarse y su creencia de que la legalidad de la guerra de Irak no son elementos del delito. Por tanto, el motivo es irrelevante… Incluso si se hubiera permitido a la defensa la audiencia que solicitaban, la decisión no hubiera sido diferente». Head dijo que Watada se había declarado culpable inadvertidamente al admitir los hechos planteados por el Ejército: negarse a desplazarse a Irak y hacer discursos anti-guerreristas. Watada insistió en su deber a negarse a obedecer órdenes ilegales, derivadas de una guerra ilegal. Head no comprendió o quería desvincularse del juicio.

Eric Seitz, abogado de Watada, argumentó que «la legalidad de la guerra de Irak no es meramente una cuestión política. La intención específica del Tte. Watada fue la de evitar acciones ilegales en Irak. Por el bien del debido proceso, necesitamos la oportunidad para presentar este caso».

Head desestimó tanto el argumento del debido proceso como la idea de que los militares disfrutaran de las protecciones inherentes a la libertad de palabra. Esto significa que, según un documento de la Unión Norteamericana de Libertades Civiles presentado a favor de Watada: «Si se permiten las acusaciones (de discurso político) presentadas en este caso, significaría que a los militares se les prohíbe totalmente expresar su opinión honesta acerca de temas políticos de significativo interés público. Silenciar un discurso como el del Tte. Watada viola la Constitución, al mismo tiempo que daña a los militares y al público en general».

Watada fue más allá: «Con el fin de detener una guerra injusta e ilegal, los soldados pueden negarse a seguir peleando en ella», dijo en su discurso de agosto de 2006 en la Universidad de Washington. «Si los militares se dieran cuenta de que esta guerra es contraria a lo que ensalza la Constitución -si se deciden y dejan sus armas- ningún Presidente podrá volver a iniciar una guerra agresiva».

Y agregó: «Si los ciudadanos deciden permanecer en silencio por medio de la ignorancia auto impuesta o por elección, serán tan culpables de estos crímenes como los militares». Sus palabras suenan de manera similar a lo que se decía de los alemanes después de la 2da. Guerra Mundial.

«Como norteamericanos, debemos dar un paso al frente y decir si estamos de acuerdo con lo que está sucediendo o si no estamos de acuerdo con lo que está sucediendo», dijo Watada al público en Seattle. «Si ustedes no están de acuerdo,… entonces van a tener que preguntarse qué están dispuestos a sacrificar a fin de corregir la injusticia y los agravios de este gobierno con relación a la guerra de Irak».

A fines de febrero, el gobierno volvió a presentar las mismas acusaciones contra Watada. Los tribunales militares aún no han fijado nueva fecha para el juicio. Watada continuará insistiendo en su obligación de negarse a servir en una guerra ilegal. Grupos anti-guerra lo aplauden Los leales a Bush lo llaman traidor. Si es declarado culpable de todas las acusaciones, Watada podría ser sentenciado a seis años de prisión y a un licenciamiento deshonroso.

La comprensión que tiene el Ejército de lo que son crímenes de guerra se ha limitado considerablemente desde Nuremberg. Considera que los crímenes de guerra son actos específicos. Los soldados no deben obedecer órdenes de ejecutar a prisioneros o torturarlos; pero el personal militar no debe cuestionar la legalidad misma de la guerra. Irónicamente, en la guerra de Irak los tribunales militares se verían desbordados si el Ejército fuera a observar tan siquiera esta estrecha definición. Antes de decidirse a desobedecer la orden Watada «estuvo deprimido». «Cuando me dije eso… tengo la decisión de hacer lo que es correcto desde el punto de vista moral, lo que tengo en mi conciencia, y con lo que puedo vivir por el resto de mi vida –aunque eso tenga consecuencias, tengo esa oportunidad de decidir. Cuando comprendí eso, y cuando decidí lo que era adecuado para mí, nuevamente fui un hombre libre. Pienso que todo el mundo debe recordar eso y comprender qué es importante en la vida.» (http://www.anti-state.com/blog/?p=66) Las convicciones actuales de Watada reflejan una amplia opinión pública sobre la guerra en sí. Sesenta y seis por ciento dice ahora que no vale la pena pelear en la guerra de Irak», informó una encuesta de ABC News/Washington Post del 28 de febrero. Comités congresionales han comenzado a investigar las declaraciones de la Administración Bush acerca de las armas de destrucción masiva, secuestro de prisioneros y uso de la tortura. Los demócratas consideraron las elecciones de noviembre de 2006 como un mandato para terminar la guerra de Irak. Pero Bush ha enviado más tropas. La resistencia de Watada brinda a los activistas contra la guerra y al Congreso un nuevo camino. Si la decisión de Bush de invadir a Irak violó la ley, los soldados deben deponer sus armas y regresar a casa. Los demócratas debieran dejar de retorcerse las manos. La mayoría de los norteamericanos lo festejarían.

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http://www.progresosemanal.com/index.php?progreso=Landau&otherweek=