Somos un grupo de iraquíes, herederos de la rica diversidad religiosa, interconfesional y étnica, reunidos para tratar la complicada situación por la que estamos atravesando y el futuro al que aspiramos para nuestra nación y nuestros conciudadanos. Nuestro objetivo es preservar la seguridad y la unidad de nuestro pueblo y de nuestra civilización de enraizados […]
Somos un grupo de iraquíes, herederos de la rica diversidad religiosa, interconfesional y étnica, reunidos para tratar la complicada situación por la que estamos atravesando y el futuro al que aspiramos para nuestra nación y nuestros conciudadanos. Nuestro objetivo es preservar la seguridad y la unidad de nuestro pueblo y de nuestra civilización de enraizados valores humanos.
Los asistentes acordamos una serie de puntos que entendemos son los principios que rigen los verdaderos valores nacionales y la ciudadanía iraquí, a saber:
1. La independencia nacional y las relaciones regionales e internacionales
Salvaguardar la total independencia e integridad territorial de Iraq, de modo que las políticas y las decisiones tienen que ser tomadas en base a los intereses comunes de sus ciudadanos y al mantenimiento de las relaciones de buena vecindad, reconociendo que el restablecimiento de los vínculos de cooperación entre Iraq y sus vecinos son medios necesarios que marcarán el final de todas las guerras y los conflictos que ha vivido Iraq.
Creemos que la Carta de Naciones Unidas, junto a los tratados y protocolos que emanan de ella, son los fundamentos para lograr la convivencia entre los pueblos de la región, al igual que el principio de no injerencia en los asuntos internos de cada país constituye uno de los principios más importantes y garantes de dicha convivencia.
En cuanto a las relaciones internacionales, Iraq siempre ha estado abierto a establecer relaciones en igualdad con los diferentes países de acuerdo a las necesidades e intereses de su pueblo sin imposiciones o tutelajes de ninguna de las partes.
2. El sistema político
El sistema político ha de fundamentarse en los principios democráticos y constitucionales que sientan las bases del pluralismo político, de la transferencia pacífica del poder y de la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. La soberanía del Estado recae sobre el pueblo como fuente suprema de la legitimidad del sistema político.
El sistema político debe basarse en:
a) El derecho de los ciudadanos a elegir con plena libertad a sus representantes en las asambleas legislativas nacionales y municipales mediante la celebración de elecciones periódicas. Dichas asambleas han de garantizar el cumplimiento de la ley, la inexistencia de coacción, las injerencias externas y la garantía del pluralismo ideológico y político en los programas electorales de los partidos políticos.
b) Todos los iraquíes deben tener derecho a disfrutar de igualdad de oportunidades para optar a los cargos y a los puestos oficiales, y deben ser elegidos en base a sus competencias y cualificaciones y no por la pertenencia a una etnia, confesión o región concreta.
c) El derecho de los ciudadanos a controlar y auditar la actuación de los responsables gubernamentales a través de las instituciones oficiales y organizaciones civiles independientes. Todos los iraquíes son iguales ante la ley; ninguna persona o grupo goza de privilegios, poder o inmunidad fuera del ámbito de aplicación de la ley.
d) Los ciudadanos, sus colectivos y organizaciones tienen derecho a manifestarse pacíficamente ya sea en protesta por las actuación de del gobierno o para expresar sus demandas a las instituciones.
3. Los derechos y libertades
Todos los ciudadanos poseen derechos y libertades reconocidos y adquiridos por nacimiento sin intermediación de terceros siendo los siguientes unos de los más importantes:
a) La seguridad personal así como la protección frente a los desastres a los que el Estado ha de anticiparse en su resolución, además de los derechos a la libre circulación y de opinión.
b) La igualdad entre todos los ciudadanos sin distinción de sexo, edad, etnia, religión e ideología; la inadmisibilidad de la esclavitud humana, la tortura y la privación forzosa de la libertad sin un proceso legal y justo, además del reconocimiento de la libertad de expresión y de reunión.
c) El derecho de todos los/las iraquíes a casarse conforme a su voluntad y a fundar una familia. El derecho al trabajo y a una seguridad social que garantice la dignidad humana a través de la provisión de vivienda, servicios sanitarios y educación.
4. Las riquezas del país
La tierra de Iraq y sus riquezas pertenecen a los ciudadanos y a todos ellos de manera inalienable. Todos somos responsables de la utilización de estos recursos, de su protección contra las agresiones internas y externas, contra su dilapidación y aprovechamiento por parte de cualquier facción, etnia o confesión.
Ha de garantizarse la distribución equitativa de los fondos del Estado y de las rentas provenientes de sus recursos naturales con el fin de prestar servicios a los ciudadanos y de erradicar la pobreza.
5. Los derechos de las mujeres
Las mujeres disfrutan, en igualdad con los hombres, de plenos derechos como ciudadanas de conformidad con la legislación nacional y con las leyes y los convenios internacionales. Que la condición de las mujeres como pilar de la familia y la sociedad no sea un factor que obstaculice, reduzca y evite su trabajo junto a los hombres con el fin de superar la anómala situación que asola Iraq y que ha llevado al retroceso en materia de derechos de las mujeres y al quebranto de su dignidad. Los derechos de las mujeres son derechos humanos y su aplicación es necesaria a fin de lograr el desarrollo económico y social y construir un futuro en igualdad y justicia.
6. El rechazo al terrorismo y el restablecimiento de la paz social
El terrorismo que se ha instalado en Iraq, cuya presencia previa a la ocupación era inexistente, es condenable en todas sus formas e inaceptable de manera total y absoluta, lo que incluye la violencia que ejerce y permite el gobierno. Con el fin de evitar la confusión de la que podrían aprovecharse algunos y de distinguir de las facciones terroristas a la resistencia nacional, a la que todos los pueblos oprimidos tienen derecho, englobamos bajo el título de terrorismo lo siguiente:
a) Cualquier acción -en todas y cada una de sus formas- que inflija temor e intimidación en cualquier individuo o grupo que arriesgue el uso y disfrute de sus derechos naturales.
b) La utilización deliberada y sistemática de métodos de intimidación y terror contra los asistentes a reuniones pacíficas y contra las zonas residenciales.
c) Cualquier acto inhumano cometido por cualquier organismo -ya sea oficial o no- que tenga por objeto atacar la seguridad de los ciudadanos y sus estructuras y organizaciones sociales, que suponga una violación de la dignidad humana o que pretenda su marginación y eliminación.
El terrorismo no es una consecuencia natural de los conflictos de nuestra sociedad sino que ha sido creado artificialmente por parte de ciertas fuerzas de seguridad extranjeras y locales en función de sus propios intereses. Este fenómeno crece a causa de la marginación, la exclusión y el abuso al que está sometido el pueblo iraquí, puesto que el terrorismo alimenta los sentimientos de venganza y los explota para beneficio propio. Por todo ello, rechazamos cualquier forma de extremismo religioso, ideológico y conductual y apoyamos las iniciativas y los esfuerzos de mediación y resolución de los conflictos civiles de manera pacífica.
Fuente original: http://www.iraqsolidaridad.org/2014/06/declaracion-del-encuentro-consultivo-iraqui-en-londres/