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“La madre de las cortinas de humo”. El parlamentario británico Galloway frente al Senado de EE.UU.

El verdadero escándalo de Petróleo por Alimentos

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por German Leyens

Trascripción de la declaración

«Senador, no soy actualmente, ni he sido jamás, comerciante en petróleo, y tampoco lo ha sido nadie por mi cuenta. Jamás he visto, poseído, comprado, vendido un barril de petróleo – ni lo ha hecho nadie por mi cuenta.

«Ahora bien, sé que los estándares se han derrumbado en los últimos años en Washington, pero para ser abogado usted es extraordinariamente displicente con toda idea de justicia. Estoy aquí hoy, pero usted ya me declaró culpable la semana pasada. Usted difamó mi nombre en todo el mundo sin haberme siquiera formulado una sola pegunta, sin haber tomado contacto conmigo, sin haberme escrito jamás o haberme llamado por teléfono, sin ningún intento de tomar contacto conmigo de alguna manera. Y a eso lo llama justicia.

«Ahora quiero referirme a las páginas que se refieren a mi persona en este documento y quiero destacar las áreas que constituyen – seamos generosos y digamos errores. Luego quiero poner esto en el contexto en el que creo que debe estar. En la primerísima página de su documento sobre mi persona usted afirma que he tenido «numerosas reuniones» con Sadam Husein. Es falso.

«Tuve dos reuniones con Sadam Husein, una vez en 1994 y una vez en agosto de 2002. Por más que se abuse del idioma inglés eso no puede ser descrito como «numerosas reuniones» con Sadam Husein.

«En realidad, me reuní con Sadam Husein exactamente con la misma frecuencia con la que lo hizo Donald Rumsfeld. La diferencia es que Donald Rumsfeld se reunió con él para venderle cañones y para darle mapas sobre cómo apuntar mejor esos cañones. Yo me reuní con él para tratar de llevar a un fin de las sanciones, el sufrimiento y la guerra, y en la segunda de las dos ocasiones, me reuní con él para tratar de persuadirlo de que permitiera que el Dr. Hans Blix y los inspectores de armas de la ONU volvieran al país – un uso bastante mejor de dos reuniones con Sadam Husein que el que hizo su propio Secretario de Defensa.

«Fui un oponente a Sadam Husein cuando los gobiernos y los empresarios británicos y estadounidenses le estaban vendiendo cañones y gas. Solía manifestar ante la embajada iraquí cuando funcionarios británicos y estadounidenses entraban para comerciar con él.

«Usted verá en los archivos oficiales del Parlamento, Hansard, del 15 de marzo de 1990 en adelante, una voluminosa evidencia de que tengo antecedentes bastante mejores de oposición a Sadam Husein que usted y que cualquier otro miembro de los gobiernos británico o estadounidense.

«Ahora usted dice en este documento, usted cita a una fuente, usted tiene el descaro de citar a una fuente, sin jamás haberme preguntado si la afirmación de la fuente es verídica, que soy ‘propietario de una compañía que ha obtenido sustanciales beneficios del comercio con petróleo iraquí’.

«Senador, yo no poseo compañía alguna, con la excepción de una pequeña compañía cuyo propósito exclusivo, su único propósito, es recibir los ingresos de mis honorarios periodísticos de mi empleador, Associated Newspapers, en Londres. No poseo una compañía que haya comerciado con petróleo iraquí. Y a usted no le incumbe presentar una cita, sin fundamento alguno y falsa, implicando otra cosa.

«Ahora, usted no tiene prueba alguna en mi contra, Senador, excepto mi nombre en listas de nombres provenientes de Irak, muchas de las cuales fueron hechas después de la instalación de su gobierno títere en Bagdad. Si usted hubiese tenido alguna de las cartas en mi contra como las que tuvo contra Zhirinovsky, e incluso Pasqua, habrían estado hoy ahí en su presentación de diapositivas para los miembros de su comité.

«Usted tiene nombres en listas que le fueron suministradas por la investigación Duelfer, que le fueron entregadas a él por el ladrón de bancos condenado, el estafador y timador Ahmed Chalabi, al que muchos en su país, lo que habla a favor de estos últimos, se dan cuenta ahora de que jugó un papel decisivo en el arrastre de su país al desastre en Irak.

«Al principio hubo 270 nombres en esa lista. Eso, de alguna manera, se diluyó hasta que quedaron los nombres que usted decidió utilizar en este comité. Algunos de los nombres en ese comité incluían al antiguo secretario de su Santidad el Papa Juan Pablo II, el antiguo jefe de la oficina presidencial del Congreso Nacional Africano, y muchos otros que tenían una característica definidora en común: todos estaban contra la política de sanciones y de guerra que ustedes llevaron a cabo estruendosamente y que nos ha llevado a este desastre.

«Usted cita al señor Dahar Yassein Ramadan. Bueno, ahí hay algo en mi contra, nunca he visto al señor Dahar Yassein Ramadan. Parece que su sub-comité lo ha hecho. Pero sé que es su prisionero. Creo que está en la prisión Abu Ghraib. Creo que confronta acusaciones por crímenes de guerra, punibles con la pena de muerte. En estas circunstancias, sabiendo lo que el mundo sabe sobre cómo ustedes tratan a los prisioneros en la prisión Abu Ghraib, en la base aérea Bagram, en la Bahía de Guantánamo, incluyendo, si me lo permite, a ciudadanos británicos que son mantenidos en esos sitios.

«No estoy seguro de cuánta credibilidad alguien pueda dar a algo que sea extraído de un prisionero en estas circunstancias. Pero usted cita 13 palabras de Dahar Yassein Ramadan a quien no he visto en mi vida. Si dijo lo que dijo, se equivoca.

«Y si usted tuviera alguna evidencia de que yo me haya involucrado alguna vez en alguna transacción petrolera real, si usted tuviera alguna evidencia de que alguna persona alguna vez me dio algún dinero, ya estaría hoy ante el público y ante este comité porque yo estuve de acuerdo con su señor Greenblatt [Mark Greenblatt, asesor legal del comité].

«Su señor Greenblatt fue absolutamente correcto. Lo que cuenta no son los nombres en el papel, lo que cuenta es ¿dónde está el dinero, Senador? ¿Quién me pagó cientos de miles de dólares en dinero? La respuesta es nadie. Y si usted tuviera a alguien que alguna vez me pagó un centavo, lo habría presentado hoy.

«Ahora usted se refiere in extenso a una compañía nombrada en estos documentos como Aredio Petroleum. Digo hoy, aquí, bajo juramento: Jamás he oído hablar de esa compañía, jamás me he reunido con alguien de esa compañía. Esa compañía jamás me ha pagado un centavo y le diré algo más: Puedo asegurarle que Aredio Petroleum jamás ha pagado un solo centavo a la Campaña del Llamado Mariam. Ni un solo centavo. No sé quiénes son Aredio Petroleum, pero me atrevo a decir que si les pregunta le confirmarán que jamás me han visto o me han pagado un solo centavo.

«Ya que estamos en este tema, ¿quién es el antiguo alto funcionario del régimen con el que habló ayer? ¿No piensa que tengo derecho a saberlo? ¿No piensa que el Comité y el público tienen derecho a saber quién es realmente ese antiguo alto funcionario del régimen que entrevistó ayer y que usted estuvo citando en mi contra?

«Ahora, uno de los errores más serios que usted ha hecho en este conjunto de documentos es, para ser sincero, un tal disparate de escolar que pone en ridículo los esfuerzos que ha hecho. Usted afirma en la página 19, no una vez sino dos, que los documentos a los que se refiere cubren un período diferente que los documentos mencionados por The Daily Telegraph que fueron objeto de una demanda por calumnias que gané en el Tribunal Supremo en Inglaterra el año pasado.

«Usted declara que el artículo de The Daily Telegraph citó documentos de 1992 y 1993, mientras que usted habla de documentos de 2001. Senador, los documentos de The Daily Telegraph tienen una fecha idéntica a los documentos que usted menciona en su informe. Ninguno de los documentos de The Daily Telegraph trató un período de 1992, 1993. Jamás puse pie en Irak hasta fines de 1993 – nunca en mi vida. No pueden existir, de ninguna manera, documentos que se relacionen con asuntos de Petróleo por Alimentos en 1992, 1993, porque el sistema de Petróleo por Alimentos no existía en la época.

«Y a pesar de todo, usted dedicó toda una sección de este documento a afirmar que sus documentos provienen de una era diferente que los documentos de The Daily Telegraph cuando la verdad es todo lo contrario. Sus documentos y los documentos de The Daily Telegraph se refieren exactamente al mismo período.

«Pero tal vez usted estaba confundiendo la acción de The Daily Telegraph con el Christian Science Monitor. El Christian Science Monitor ciertamente publicó en sus primeras planas una serie de afirmaciones en mi contra muy similares a las que ha hecho su comité. Ciertamente se basaron en documentos que comenzaron en 1992, 1993. Esos documentos fueron desenmascarados por el propio Christian Science Monitor como falsificaciones.

«Ahora, los sitios en la red y los periódicos neoconservadores en los que usted aparece como un tremendo héroe, senador, se entusiasmaron al límite cuando aparecieron los documentos en el Christian Science Monitor, estaban todos totalmente convencidos de su autenticidad. Estaban todos absolutamente convencidos de que esos documentos me mostraban recibiendo 10 millones de dólares del régimen Sadam. Eran todas mentiras.

«En la misma semana en la que The Daily Telegraph publicó sus documentos en mi contra, el Christian Science Monitor publicó los suyos, que resultaron ser falsificaciones, y el periódico británico, Mail on Sunday, compró un tercer conjunto de documentos que también resultaron ser falsificaciones en una investigación forense. Así que esto no tiene nada de descabellado. No tiene absolutamente nada de descabellado.

«La existencia de documentos falsificados que me implican en actividades comerciales con el régimen iraquí es un hecho probado. Es un hecho probado que esos documentos falsificados existían y que fueron circulados entre periódicos derechistas en Bagdad y en todo el mundo inmediatamente después de la caída del régimen iraquí.

«Ahora, Senador, me dediqué en cuerpo y alma a oponerme a la política que usted impulsó. Puse toda la esencia de mi vida política para detener el asesinato en masa de iraquíes por las sanciones contra Irak, que mataron a un millón de iraquíes, en su mayoría niños, la mayoría muertos antes de que siquiera supiesen que eran iraquíes, pero murieron sólo porque eran iraquíes con la desgracia de haber nacido en esa época. Me dediqué en cuerpo y alma a impedir que ustedes cometieran el desastre que cometieron al invadir Irak. Y le dije al mundo que su argumentación a favor de la guerra era un montón de mentiras.

«Le dije al mundo que Irak, contrariamente a sus afirmaciones, no poseía armas de destrucción masiva. Le dije al mundo, contrariamente a sus afirmaciones, que Irak no tenía conexiones con al-Qaeda. Le dije al mundo, contrariamente a sus afirmaciones, que Irak no tenía conexiones con la atrocidad del 11-S, 2001. Le dije al mundo, contrariamente a sus afirmaciones, que el pueblo iraquí resistiría a una invasión británico-estadounidense de su país y que la caída de Bagdad no sería el comienzo del fin, sino sólo el fin del comienzo.

«Senador, en todo lo que dije sobre Irak, resultó que tenía razón y que ustedes se equivocaban y 100.000 personas pagaron con sus vidas; 1.600 de ellos soldados estadounidenses enviados a sus muertes sobre la base de un montón de mentiras; 15.000 de ellos heridos, muchos de ellos discapacitados para siempre, por un montón de mentiras.

Si el mundo hubiese escuchado a Kofi Annan, cuya destitución usted exigió, si el mundo hubiese escuchado al presidente Chirac, al que usted quiso presentar como una especie de corrupto traidor, si el mundo me hubiese escuchado, y al movimiento contra la guerra en Gran Bretaña, no nos encontraríamos ante el desastre en el que nos encontramos hoy en día. Senador, ésta es la madre de las cortinas de humo. Ustedes están tratando de distraer la atención de los crímenes que han apoyado, del robo de miles de millones de dólares de la riqueza de Irak.

«Eche un vistazo al verdadero escándalo de Petróleo por Alimentos. Eche una mirada a los 14 meses que estuvo a cargo de Bagdad, los primeros 14 meses en los que 8.800 millones de dólares de la riqueza de Irak se perdieron bajo su control. Eche una mirada a Haliburton y a otras corporaciones estadounidenses que no sólo robaron el dinero de Irak, sino el dinero del contribuyente estadounidense.

«Eche una mirada al petróleo que ustedes ni siquiera contabilizaron, que ustedes estaban sacando del país y vendiendo, ¿dónde quedaron los ingresos resultantes? Eche una mirada a los 800 millones de dólares que les dieron a los comandantes militares estadounidenses para que los repartieran por el país sin contarlos o pesarlos.

«Eche una mirada al auténtico escándalo que estalla hoy en los periódicos, revelado en el anterior testimonio en este comité. Que los mayores violadores de las sanciones no fueron ni mi persona ni los políticos rusos, ni los políticos franceses. Los verdaderos violadores de las sanciones fueron vuestras propias compañías con la connivencia de vuestro propio gobierno.»

http://www.informationclearinghouse.info/article8868.htm