Los médicos del país advierten que la mitad de las muertes podrían evitarse. La reconstrucción es percibida como un desastre. Más de 2.000 médicos y enfermeras han sido asesinados 18.000 más han dejado el país. Incluso se carece de los tratamientos más básicos. La desintegración de los servicios de salud en Irak está dejando a […]
Los médicos del país advierten que la mitad de las muertes podrían evitarse. La reconstrucción es percibida como un desastre. Más de 2.000 médicos y enfermeras han sido asesinados 18.000 más han dejado el país. Incluso se carece de los tratamientos más básicos.
La desintegración de los servicios de salud en Irak está dejando a sus civiles sin defensa ante la continua violencia que está azotando el país, advierten los médicos iraquíes
Afirman que al menos la mitad de las muertes civiles, calculadas en 655.000 desde la invasión de 2003, podrían haberse evitado si se hubiese provisto una atención médica adecuada.
En diversos llamamientos, los médicos ruegan ayuda para frenar el explosivo aumento de la tasa de mortalidad y aliviar el sufrimiento de las familias y niños afectados. Dicen que los gobiernos y la comunidad médica internacional están ignorando sus ruegos.
En los primeros 14 meses después de la invasión de 2003, se gastaron casi veinte mil millones de dólares (11 mil millones de libras esterlinas) de fondos británicos y estadounidenses, en la reconstrucción del país, incluyendo cientos de millones en la recuperación y reequipamiento de la red nacional de 180 hospitales y clínicas.
Pero miles de millones se perdieron por causa de la combinación de actividad criminal, corrupción e incompetencia, dejando a los iraquíes sin siquiera un atención médica básica.
La violencia que las fuerzas aliadas fracasaron en atenuar, ha significado que a principios de año se quedara sin fondos un proyecto de reconstrucción de 200 millones de dólares para la creación de 142 centros de atención médica básica, con sólo 20 de ellos en curso de ser completados, un resultado que la Organización Mundial de la Salud describió como «chocante». En marzo, el grupo Medact dijo que 18.000 médicos habían abandonado el país desde 2003, además calculan que 250 de los que se quedaron fueron secuestrados y, sólo en 2005, 65 fueron asesinados.
Medact también afirmó que «situaciones fácilmente tratables como la diarrea o las enfermedades respiratorias causaron el 70% de las muertes infantiles», y que «de las 180 clínicas que los EEUU esperaron construir para finales de 2005, sólo 4 se han completado y ninguna está en funcionamiento»
El Dr. Bassin Al Sheibani y dos colegas del Diwaniyah College of Medicine escribieron hoy en el British Medical Journal que, como la violencia aumenta, «la realidad es que no podemos ofrecer ninguna atención médica a para muchas de las víctimas».
«Los departamentos de emergencia están compuestos por médicos que no tienen la experiencia o las aptitudes adecuadas para manejar casos de emergencia. El equipo médico admite que más de la mitad de los muertos podrían haber sido salvados si se contara con un equipo entrenado y experimentado».
Dicen que, en la mayoría de los casos, es imposible conseguir equipos, suministros y medicinas. «Muchos de los departamentos de emergencias no son más que pasillos con camas, extractores de fluidos y tubos de oxígeno».
Y agregan: «nuestra experiencia nos ha enseñado que los servicios médicos deficientes son más desastrosos que el desastre en sí mismo. Pero a pesar de la violencia diaria que está golpeando a Irak, la comunidad médica internacional está haciendo poco más que observarla desde lejos».
Las carencias fueron gráficamente reflejadas en un informe documental del Canal 4, realizado por Guardian Films, y emitido en febrero. Mostró que los niños enfermos de diarrea morían de deshidratación porque los hospitales no tenían las agujas del tamaño adecuado para inyectarles líquidos.
El documental enseñó a los médicos del hospital de niños de Diwaniyah luchando para darle medicinas por ventilación a una niña de dos días llamada Zehara, que nació con el sistema pulmonar deficiente porque no tenían máscaras del tamaño adecuado. Estas máscaras cuestan unos pocos centavos pero, al igual que el resto del material sanitario, son escasas.
Se le pidió al padre de Zehara que comprara vitamina K en el mercado negro para inyectar urgentemente a la niña. Pero ya era demasiado tarde -cuando regresó ella ya había muerto, y también su hermano gemelo, unas horas más tarde.
En otro informe de ayer escribe Peter Kandela, un médico iraquí -que ejerció durante 30 años como médico de cabecera en Surrey- viajó a través de Jordania y Siria entrevistando al equipo médico iraquí que escapó de la violencia.
«La actual fuga de cerebros de Irak es la peor que el país ha vivido en toda su historia moderna», comenta.
«En el nuevo Irak hay un precio vinculado con tu posición y estatus social. Aquellos médicos que han permanecido en el país saben que están muy expuestos al riesgo de secuestros y se aseguran de que sus parientes tengan un fondo para pagar el rescate en el caso de que los apresen».
Cuenta el caso de un cirujano detenido por un grupo de hombres armados -a pesar de la presencia de guardias de seguridad que había contratado para su protección- quienes lo primero que hicieron fue buscar su agenda para conseguir otras posibles víctimas. «Tuvieron la audacia de de sugerir que a cambio de un buen trato en cautividad, yo recomendara otras personas para secuestrar», dijo el cirujano. Fue liberado ileso luego de un recate de 250.000 dólares que pagó su esposa.
En Bagdad, donde nadie puede escapar de la violencia, los hospitales brindaban el último refugio. Pero éstos ahora son inseguros también, y los iraquíes están evitando acudir a ellos. Los hospitales públicos en la ciudad están controlados por la Shiia – sospechada de permitir la entrada de escuadrones de la muerte allí para asesinar a suníes. Abu Nasr, primo de un hombre herido por la explosión de un coche bomba y que luego fue sacado a la fuerza de su cama en el hospital y acribillado a balazos, dijo al Washington Post: «Ahora preferimos morir antes que ir a los hospitales. Yo jamás volveré a pisar uno, nunca. Los hospitales se han convertido en campos de batalla».
Apuntes médicos
34.000 médicos iraquíes registrados antes de la guerra de 2003.
18.000 médicos iraquíes se fueron del país desde la invasión de 2003.
2.000 cantidad estimada de médicos iraquíes asesinados desde 2003.
250 médicos iraquíes secuestrados.
34 especialistas en cirugía reconstructiva en Irak antes de la invasión de 2003.
20 de ellos fueron asesinados o expulsados. El 72% de los iraquíes que necesitan cirugía reconstructiva sufren de heridas por disparos o metralla.
164 Enfermeras asesinadas -77 heridas
243.000.000 dólares han sido reservados por la administración norteamericana para construir 142 clínicas privadas en la post-invasión de Irak.
20 de esas clínicas han sido construidas hasta abril de 2006.
0 dólares es lo que queda del fondo.
1.000.000.000 de dólares ha gastado la administración norteamericana en el sistema de salud iraquí.
8.000.000.000 de dólares es la cantidad de dinero que se necesitará en los próximos 4 años para levantar el sistema sanitario.
70% de las muertes infantiles son causadas por «enfermedades fácilmente tratables», como la diarrea y enfermedades respiratorias.
270.000 niños nacidos después de 2003 no han sido vacunados.
Indicadores de salud:
68% de los iraquíes no tienen acceso al agua potable.
19% de los iraquíes acceden al sistema de alcantarillado
Jeremny Laurance es un analista político británico que colabora regularmente en el cotidiano londinense The Independent.
Traducción para www.sinpermiso.info: Camila Vollenweider