El libro In Defense of Julian Assange1, publicado recientemente (en inglés) por OR Books, aporta nuevas luces al debate en curso en torno a este periodista-editor y la entidad mediática que fundó, WikiLeaks. Editado por Tariq Ali y Margaret Kunstler, el libro explora diferentes facetas del trabajo de Assange y sus contribuciones a la revelación […]
El libro In Defense of Julian Assange1, publicado recientemente (en inglés) por OR Books, aporta nuevas luces al debate en curso en torno a este periodista-editor y la entidad mediática que fundó, WikiLeaks. Editado por Tariq Ali y Margaret Kunstler, el libro explora diferentes facetas del trabajo de Assange y sus contribuciones a la revelación de información clave de interés público que los gobiernos interesados han intentado ocultar. Expone la ofensiva mediática para desacreditarlo, y examina las implicaciones del enredo legal al que se ha enfrentado en el Reino Unido, Suecia y los Estados Unidos.
Con profunda preocupación, varios de los autores y autoras aportan su testimonio sobre el actual estado de aislamiento del periodista en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en Londres; otros relatan aspectos de su anterior estadía durante siete años en la Embajada ecuatoriana y su posterior expulsión, el pasado mes de abril. El 23 de septiembre pasado, se completó su sentencia de seis meses por violar la libertad bajo fianza en el Reino Unido, pero él sigue detenido a la espera de la decisión de los tribunales británicos sobre la solicitud de extradición de los Estados Unidos, en una audiencia que tendrá lugar en febrero de 2020.
Los cargos que enfrenta Assange en Estados Unidos, que podrían significar la cadena perpetua, se presentan como una gran amenaza para la libertad de prensa. Así lo dice James Goodale -el abogado que defendió al New York Times en el caso de los Documentos del Pentágono- citado en la contraportada del libro: «La acusación contra Assange por ‘conspirar’ con una fuente es la más peligrosa que pueda recordar con respecto a la Primera Enmienda, en todos mis años representando a organizaciones mediáticas». Varios autores denuncian que esta amenaza significa que cualquier periodista de cualquier país que investigue asuntos de seguridad podría ser acusado por el sistema judicial estadounidense por buscar información que el gobierno estadounidense no desee que se revele.
Un tema recurrente a lo largo del libro es la violación del debido procedimiento judicial que Julian Assange sigue enfrentando. Se presentan pruebas de manipulación en la investigación sueca sobre agresiones sexuales, que inició en 2010 (poco después de que WikiLeaks publicara los documentos secretos de guerra estadounidenses sobre Afganistán e Irak, entregados por Chelsea Manning), en particular, que el Reino Unido estaba instando a las autoridades suecas a que continuaran la investigación, a pesar de la ausencia de pruebas, y que no consideraran el caso como ‘una simple solicitud de extradición más’.
Además, como afirman los editores en su introducción, «si viviéramos en un mundo en el que se respetaran las leyes, la acusación contra Assange por no haber asistido a una audiencia de libertad bajo fianza (un delito menor) habría resultado en una multa o una pena de prisión breve, seguida de la puesta en libertad y el regreso a su Australia natal». Pero, añaden, tanto el Reino Unido como Australia son sumisos a las demandas de EE.UU., y EE.UU. necesita dar ejemplo, como advertencia a otras personas para que no sigan el camino de WikiLeaks.
Difamación
Uno de los temas centrales del libro es la campaña de difamación dirigida explícitamente contra Julian Assange desde todo el espectro político y mediático. La introducción expone que «la acusación de espionaje de Estados Unidos contra Assange muestra que ha sido víctima de operaciones psicológicas -rumor, desinformación y noticias falsas- diseñadas para destruir su reputación y difamar su carácter». Una de ellas fue la campaña de desprestigio a principios de este año en la prensa ecuatoriana y mundial, aludiendo a sus supuestos «hábitos sucios», diseñada para minimizar las reacciones de rechazo a su detención.
Mientras que Assange y sus abogados han sostenido constantemente que la razón principal por la que buscó protección en la embajada ecuatoriana era evitar la extradición por espionaje, los medios de comunicación han insistido en lo contrario, restándole importancia a la amenaza de los Estados Unidos. Sin embargo, el hecho de que las acusaciones de los Estados Unidos se presentaran inmediatamente después de su expulsión de la Embajada demuestra que estos temores estaban bien fundados.
En las diferentes secciones del libro, Caitlin Johnstone responde una por una a las acusaciones que a menudo hacen los críticos de Assange y cita hechos concretos para desacreditar una serie de mitos y mentiras difundidos por los medios de comunicación.
Los fundamentos filosóficos de WikiLeaks
Una sección de la publicación explora las implicaciones más amplias en términos de Internet, la censura y el periodismo científico. En esta sección, Slavoj Žižek pregunta: «¿Por qué ahora?» Su respuesta es: Cambridge Analytica: «un nombre que representa todo lo que Assange es, por lo que lucha: los vínculos entre las grandes corporaciones privadas y las agencias gubernamentales». Este autor explica que el mayor logro del nuevo complejo cognitivo-militar, y que a menudo reemplaza el uso de la opresión directa, es la comprensión de que: «Los individuos están mucho mejor controlados e ‘inducidos’ a tomar la dirección deseada cuando continúan sintiéndose a sí mismos como agentes libres y autónomos de su propia vida». Quienes están en el poder tratan de minimizar el escándalo de Cambridge Analytica como un caso particular de ‘uso indebido’; Assange ha expuesto esas relaciones del ‘estado profundo’ y por lo tanto tiene que ser silenciado.
Otros temas examinados y documentados son el debate en torno a los aciertos y errores de la publicación por WikiLeaks de documentos sin expurgar datos sensibles, las implicaciones de la publicación de los correos electrónicos de Clinton y su impacto en el resultado de las elecciones presidenciales de EE.UU., junto con la supuesta conexión entre Assange y Rusia. Otras contribuciones se centran en el legado de Assange y WikiLeaks.
La publicación finaliza con el texto de la acusación de 18 cargos formulados contra Assange por el sistema de justicia estadounidense, que podrían sumar una sentencia de 175 años de cárcel.
Precisamente por esta razón, estamos en un momento crítico para construir el apoyo a Assange e impedir su entrega a la administración estadounidense, no sólo para proteger sus propios derechos humanos y su integridad física y mental, sino también para defender la libertad de expresión y el periodismo de investigación a nivel mundial. Por lo tanto, esta publicación está concebida, como su título indica, como una contribución a la defensa de Assange. Este desafío ha adquirido una nueva urgencia, puesto que el lanzamiento del libro coincidió con la publicación por parte de 60 médicos de una carta en la que denuncian que el periodista podría morir en prisión si no recibe tratamiento médico inmediato y adecuado.
Unos 40 escritores han contribuido con contenido, entre ellos Noam Chomsky, Daniel Ellsberg, John Pilger, Vivienne Westwood, Pamela Anderson y la autora de este artículo.
Sally Burch es una periodista británica-ecuatoriana y directora ejecutiva de ALAI. Es una de las autoras del libro In Defense of Julian Assange.
1 Tariq Ali, Margaret Kunstler (ed.), 2019. In Defense of Julian Assange, OR Books, Nueva York. https://www.orbooks.com/catalog/in-defense-of-julian-assange/