Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Iraq: La pasada noche, pusieron en el canal 4 la película «Historia de Mujeres». Para proteger la identidad de la directora, que vive en Bagdad y teme represalias, apareció con el nombre de Zeina.
Antes de que el film se pasara, Zeina me había enviado un e-mail en el que decía:
«Querida Haifa, espero que al recibir esta carta tu y tu familia os encontréis muy bien. Te escribo para decirte que van a poner hoy en televisión la película sobre las mujeres iraquíes. Me interesa conocer tu opinión. Te deseo lo mejor, saludos, Zeina.»
Inmediatamente, tras ver la película, le envié a Zeina mi opinión por e-mail. Recibí dos respuestas. La primera era breve:
«Me hace feliz de que te parezca excelente. Gracias. Zeina.
P.S.: Han matado al hermano de Intisar. Encontró su cadáver en la morgue del hospital. Estaba degollado. Me dijo que se marchaba de aquí. Bien, siento tener que contarte esto, pero ya sabes cómo está la situación.»
Intisar es la farmacéutica que acompañaba a Zeina mientras rodaban la película en Al-Qaim.
No contesté. No podía. Se me perdieron las palabras, al igual que los jóvenes iraquíes. Secuestrados, con tiros en la cabeza, asesinados, degollados, torturados, taladrados, atados y amordazados, cadáveres, desaparecidos… El silencio trata de abrigar las emociones. El silencio se ha convertido en nuestra forma de llorar por nuestros muertos: hermanos, hermanas, padres, madres, maridos y niños; nuestros anónimos e innumerables muertos. A no ser que…
A pesar de mi silencio, recibí un segundo e-mail de Zeina esta mañana:
«Gracias, Haifa, estoy contenta de ver que aún tienes esperanza. La resistencia y su espíritu continúan. Las historias así lo cuentan. Pero se me rompe continuamente el corazón de ver a nuestros maravillosos jóvenes iraquíes degollados como ovejas – incluso peor, aplastados como insectos.
Me llena de tortura, como a todas las madres iraquíes, esperar tan sólo unos segundos de más cuando mis hijas vuelven a casa del colegio. Las pesadillas pueblan nuestras noches. ¿Y qué es lo que tenemos en el horizonte? Nada. Sólo oscuros y sombríos cuadros de entidades míseras, ineficaces y retrógradas controladas por quien tú ya sabes… Ese es el futuro de Iraq… Ya no existe Iraq actualmente: tienen que encontrarle otro nombre.
Desearía poder tener más esperanza; al menos para sentirme un poco mejor de lo que me siento. Pero leo cada día casi todos los periódicos. Escucho hablar a la gente y observo. Es muy difícil para mí encontrar esperanza en lo que veo. Como mujer, puedo decirte que no tenemos esperanza, no importa en qué.
Perdóname otra vez por estos sentimientos tan deprimentes. Te escribí esta respuesta ayer por la noche, muy tarde ya, pero decidí no enviarla. Pensé que quizá podría sentirme mejor por la mañana y escribir con más ánimo. Pero el problema no era la noche: era la realidad, que es más oscura que las noches de Bagdad estos días. Bien, creo que ya conoces todo lo que acabo de contar. Te deseo lo mejor. Zeina».
A pesar de esos «sentimientos depresivos», yo sé que Zeina continuará su trabajo. Ella es una de las pocas periodistas independientes que aún trabajan en Iraq desafiando a las fuerzas de la ocupación y a su gobierno de paja, con sus milicias étnicas y sectarias. Más de 100 periodistas iraquíes han sido asesinados desde la invasión en marzo de 2003. Mujeres periodistas, académicas y doctoras que no nos sobraban precisamente.
Sabah Ali, una periodista iraquí independiente que envía informes de vez en cuando al Tribunal de Bruselas, escribió el 8 de mayo:
«La Unión de Periodistas Iraquí publicó un informe con la lista de los periodistas iraquíes asesinados en los últimos tres años. La lista le llevó cinco meses de trabajo sobre el terreno, documentando cuándo, dónde, cómo y por quién fueron asesinados. Es la relación siguiente: 69 periodistas fueron asesinados por las milicias o por grupos de hombres armados de procedencia desconocida; 21 murieron a causa de las explosiones o de los combates; 17 murieron por disparos de las tropas estadounidenses y 2 por disparos de las tropas iraquíes».
Sabah Ali también nos proporciona una lista de nombres de los periodistas asesinados con información detallada sobre las circunstancias de sus muertes.
El 27 de octubre de 2004, Liqa Abdul Razaq, una presentadora de noticias de la cadena de TV al-Sharquiya, recibió disparos cuando caminaba con su bebé de dos meses por el distrito de Al-Dura de Bagdad; Layla al-Saad, Decana de Derecho en la Universidad de Mosul, fue degollada en su casa; Maha Ibrahim, editora jefe de la TV de Bagdad, fue asesinada el 3 de julio de 2005 por los disparos de militares estadounidenses.
La periodista iraquí Raed Mohammed Wageh Wazzan, de la estación de la TV pública regional Iraqiya fue encontrada muerta el 25 de febrero, cinco días después de que un grupo de pistoleros enmascarados la hubiera secuestrado junto a su hijo en el centro de la ciudad norteña de Mosul. Le dispararon en la cabeza.
El cruel asesinato de Atwar Bahjat, una de las mejores periodistas de la televisión del país, fue el último [*].
Estas mujeres fueron asesinadas por darle voz a los que no la tienen, pero en el «nuevo Iraq» todas las mujeres son oprimidas en multitud de formas. Bajo esa democracia que todavía sigue siendo tan fervorosamente aclamada por Bush y Blair, las mujeres se enfrentan con arrestos tan sólo por protestar.
Véase un ejemplo: el 3 de mayo, las fuerzas estadounidenses arrestaron a Sanaa al-Badri, una doctora, en Dhuluiya, a 25 millas al norte de Bagdad, un día después de haber acusado a las fuerzas estadounidenses de haberle robado oro por valor de 4.000 dólares durante un asalto a su casa, dijeron los funcionarios.
N. de T.:
[*] En relación con la muerte de Atwar Bahjat, véase en Rebelión:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=27779
Texto original en inglés:
www.commentisfree.guardian.co.uk/haifa_zangana/2006/05/they_are_killing_iraqi_women.html