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Asia

Erotismo con causa

Fuentes: IPS

El conservador cine de Asia ha adoptado un tono erótico, pero los realizadores de la región exploran la sexualidad humana con más sensibilidad que nunca antes.

La nueva tendencia quedó de manifiesto en el séptimo Festival de Cine Asiático (Cinefan), organizado por la institución de arte Osian, en Nueva Delhi. Considerado «la mayor vitrina del cine asiático», el festival presentó 120 películas de más de 30 países, y atrajo multitudes.

Las películas que más público atrajeron fueron justamente las de mayor contenido sexual. Una de ellas fue «One Night» (Una noche), de la directora y actriz iraní Niki Karimi.

En el filme, una mujer pide a su hija que pase la noche fuera de casa para evitar que estuviera cerca de un huésped. La joven, llamada Negar, sale a las calles de Teherán, y lo que vive esa noche sirve a Karimi para presentar la sexualidad como «herramienta para articular problemas de género».

«La mentira, la violencia y el sexo hierven bajo la superficie, y el público busca afirmarse en todo esto», explicó la directora.

Neville Tulli, presidente de Cinefan, rechazó las críticas al carácter sexual explícito de muchas películas diciendo que la prensa suele concentrarse en un solo aspecto de las cosas y excluir todos los demás.

«Si una película muestra a una mujer fumando, eso no refleja una realidad universal», dijo.

Lo cierto es que la mayoría de los filmes exhibidos tenían que ver con el sexo y la sexualidad.

«Cry no More» (No llores más), otra película iraní, explora la frustración sexual femenina por causa de las humillaciones reiteradas. «Tómame como otros hombres lo han hecho. No sentiré nada, porque tú también eres un hombre», dice un personaje femenino.

Algunos directores tomaron elementos del pasado para ofrecer un nuevo tratamiento de la sexualidad. «Borrowed Bride» (Novia prestada), una película turca, examina la extinta práctica de contratar mujeres con experiencia para enseñar prácticas sexuales a futuros maridos.

«Lo que me interesó fue que esa educación sexual era practicada libremente a través de una institución respetada, en una época (a mediados de los años 30) en que regían estrictos códigos islámicos», explicó el director del filme, Atif Yilmaz.

«Nisshabd» (Silencio), que se llevó el premio a la mejor película india, es la historia de un hombre que busca encontrarse a sí mismo a traves de su amiga y amor de la infancia Sonali, pero no lo logra porque es presa de una obsesión.

Su estrategia es equivocada, por eso está condenado al fracaso, explicó el director del filme, Jahar Kanungo.

La tailandesa «Iron Ladies» (Damas de hierro) se cuenta entre los filmes que tratan la sexualidad de manera revolucionaria, en contraste con las fantasías románticas que tradicionalmente poblaron el cine asiático. La película cuenta la historia de un grupo de travestis que forman un exitoso equipo de vóleibol.

Mientras, «The Wayward Cloud» (La nube caprichosa), de Tsai Min Liang, fue descripta como «un intento de transformar la pornografía en arte».

Pero Sharon Lowen, una bailarina estadounidense residente en India, opinó que «si estas películas tuvieran un público masivo, ayudarían a neutralizar los miedos y el sentido de la ‘otredad’ de muchos».

«Estos realizadores han experimentado una transformación mediante la creatividad. Todos tienen un ardiente deseo de tocar como han sido tocados», dijo Lowen a IPS.

Cuando a un director se le preguntó qué había ocurrido con la fantasía del cine asiático, respondió: «La fantasía se fue a Occidente, y el realismo llegó al Oriente».

«En Occidente, el cine se ha orientado a la computación, mientras que el cine asiático y árabe está hoy más arraigado en la realidad. Ambos han pasado por turbulencias en las últimas dos décadas», agregó.

La mayoría de los filmes presentados en el festival, que terminó el 24 de julio, tienen protagonistas femeninas. Pero algo los diferencia: la mujer asiática es vista como alguien que cambia el curso de las cosas, porque es la que más sufre los cambios en el mundo en desarrollo.

En Cinefan, el amor es fortuito y las parejas son obligadas a permanecer juntas por razones de conveniencia o supervivencia, explicó Bhushan Nagpal, crítico de cine y uno de los organizadores.

«La protagonista de hoy podría ser una prostituta bengalí que debe cruzar la frontera para sobrevivir, y manipula a la vez el amor y la religión sólo para mantenerse con vida en un nuevo ambiente hostil», dijo Nagpal.