Resulta asombroso, encontrarse con atropellos como los que pueden leerse hoy referentes al cobro de la SGAE a una gala en favor de los niños indios ciegos y por si no fuera suficiente, además pretenden cobrar por lo que se lleva gritando años para animar a los equipos en los campos de fútbol. El día […]
Resulta asombroso, encontrarse con atropellos como los que pueden leerse hoy referentes al cobro de la SGAE a una gala en favor de los niños indios ciegos y por si no fuera suficiente, además pretenden cobrar por lo que se lleva gritando años para animar a los equipos en los campos de fútbol.
El día informativo sobre la SGAE ha dado más de sí. Cinco personas, tres de ellas relacionadas con la entidad gestora de derecho, solicitaron, sin autorización y con el argumento de tener una orden para hacerlo -que no existía-, registrar la casa de un administrador de dos páginas web de enlaces P2P para examinar su material informático.
La cultura y el conocimiento no se salvan de las formas que está adoptando el capitalismo. La propiedad intelectual ha pasado a ser objeto de privatización para el enriquecimiento de los autores, o de los más ‘aprovechados’ que corren a registrarlo. El reconocimiento queda en segundo plano.
Se puede leer en la Wikipedia, que la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) es una entidad española reconocida legalmente como de gestión colectiva, dedicada a la gestión de los derechos de autor de sus socios, entre los que se cuentan toda clase de artistas y empresarios del negocio de la cultura. Es una organización sin ánimo de lucro que gestiona el cobro y la distribución de los derechos de autor de los autores y a la vez vela por los intereses de los editores.
En la página web de la SGAE, citan textualmente que «Los autores tienen derecho a recibir una remuneración por la explotación comercial de las obras. Lógicamente, el autor por sí mismo no puede hacer valer estos derechos. Al asociarse y declarar sus obras, el autor delega esta función en la SGAE quien, en su nombre, concede las licencias que permiten la utilización de sus creaciones. «
Después de conocer esto, no se puede entender que está misma entidad declare a Europa Press que Alfonso Aguado es socio suyo, pero que ellos no están demandando nada a Izquierda Unida.
Esta misma tarde ha llegado una nota a TerceraInformación, firmada por S.M.L en representación del Gabinete de Presidencia del Consejo de Dirección SGAE. En dicha nota solicitan la rectificación alegando que «No es cierto que nosotros exijamos 15.000 euros a IU. Se trata de un hecho entre un particular y una entidad, que es IU. Repito que nosotros no tenemos nada que ver en ese asunto. Por favor, corregidlo.«.
Los «no derechos» por los que quiere cobrar Alfonso Aguado, están registrados en la SGAE a su nombre, como HIMNO OFICIAL DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA. Entonces sería la SGAE la responsable de cobrar la retribución. Por esto último no se puede entender la petición de rectificación de S.M.L.
Alfonso Aguado debería valorar permanecer en la SGAE, le han dejado con ‘el culo al aire‘. ¿Que ocurre entonces? ¿La SGAE «gestiona el cobro y distribución de todos los derechos de autor» menos los de Alfonso Aguado? ¿Alfonso Aguado se ha quedado sin amigos?
La SGAE entona el «no he sido yo» de Rosendo Mercado, otro de sus socios.