Traducido del inglés por Sinfo Fernández
Cuadro del artista iraquí Said Shnin
¿Por qué los estadounidenses dicen «thang» en lugar de «thing» (1).
Thang o thing, lo mismo da… Lo que se intenta es reducir a la persona a mero objeto. Lo que se trata es de convertirles (a él/a ella) en una cosa.
Les apuesto a que si mi blog fuera sobre sexo «oriental», sería uno de los más visitados…
No estoy juzgándoles. Lejos de mi intención. Después de todo, el sexo es más placentero que la muerte… Incita, seduce, excita, conduce al éxtasis… En cambio, Iraq no. Lo entiendo.
Iraq apenas interesa. En efecto, pueden apostar a que conocer lo que ocurre aquí les hará sentirse flojos y frígidos… Eso si ya no lo son.
He percibido algo muy peculiar en el mundo ciber: Una especie de voyeurismo predominante siempre al acecho…
Quiero decir que hasta los dolores y las penas son objeto de intenso escrutinio. Pero no sólo el dolor de una. Ese voyeurismo hacia los otros llega hasta los límites más enfermizos…
¿Sabían que recibo correos inquiriendo la talla de mi sujetador? ¿El número que calzo? ¿¡Imagino a algún fetichista de los pies…!?
No es que yo tenga nada en contra del pecho o de los pies, pero deben admitir que esta generación no es la más adecuada para que se produzca un levantamiento, ¡y mucho menos una revolución…! ¡Ja! Lo tienen muy duro.
Había un veterano de guerra que me escribía y, siendo amable como soy, no voy a revelar su nombre…
Me decía en su correo: «No puedes ser una mujer árabe real. Las mujeres árabes no son como tú. Las vi en Iraq. Estaban ansiosas por complacer a un hombre (a él). Desde luego, nunca podría contarle eso a mi esposa estadounidense, se enfadaría muchísimo. Además, me sorprende tu lenguaje, se supone que eres musulmana».
Otro ¡ja!
Sr. veterano de guerra, ¿no se te ocurrió pensar que esas «encantadoras» mujeres estaban ansiosas de complacerte porque estabas armado hasta las dientes? ¿No pedías un placer sumiso a cambio de seguridad?
No sois más que un puñado de mierda auténtica.
Recuerdo haber leído una historia, desgraciadamente no puedo encontrar el enlace… Pero tienen que creerme, no miento, a menos que sea absolutamente necesario. A menos que necesite salvar mi trasero. En ese caso, pienso que es correcto hacerlo hasta en un tribunal. Se llama actuar bajo coacción.
Hubo un soldado estadounidense que desertó y esto fue lo que contó. Recuerdo palabra por palabra, porque puse todo mi interés para no olvidarlo…
Dijo al efecto: «Íbamos por los alrededores buscando insurgentes. Y llegábamos a una casa. Los hombres no estaban habitualmente allí. Nos llevaba una media hora volver todo patas arriba. Me pedían una y otra vez que esperara fuera de la casa. Después de haber asaltado y arrasado el lugar, los oficiales entraban. Y nosotros nos quedábamos fuera vigilando el lugar. Podían pasar allí una o dos horas y escuchábamos gritos dentro. Podíamos escuchar cómo gritaban las mujeres. No hacíamos preguntas…»
Humm… ¿Sexo oriental, quizá? ¿Al estilo estadounidense? ¿Al estilo Abir? (2)
Y ¿qué hay de esos muchachitos iraquíes? Esos que eligen cuidadosamente por las calles y bulevares? Los hambrientos, los desesperados… ¿Los recuerdan?
¿Y qué hay de las chicas jóvenes, de no más de 14 años, a las que decís en vuestra lengua… «Follar a una árabe es lo mejor«… Y ella sonreirá sin entender. Y le pondréis en la mano un billete de cinco dólares para un «polvo»… ¿Las recordáis?
¿No? Pues ellas sí.
¡Ah! Esa «cosa» oriental. Esos lugares estrechos…
Iraq era también un sitio que se resistía, ¿no es verdad?
Hasta que lo forzasteis del mismo modo que lo hicisteis en Abu Ghraib. Pero Abu Ghraib es sólo la punta del iceberg.
Os forzasteis a vosotros mismo en él…
¡Ahh, esa virgen-cosa oriental!
Y disparabais contra los hajjis (3), ¿verdad? Esos viejos «bastardos» que no pueden hablar vuestra lengua. Con aquella mirada de desesperación en sus ojos. Con la mirada de la «pérdida». ¿Es por eso que suplicaban en árabe? ¿Os dijeron, con acento roto, «por favor señor»?
Os sentíais muy altos y fuertes, ¿verdad? De la misma forma que os sentís con el muchachito o con la niña de 14 años.
Ah! Resistente Iraq… Intentando salvarse de vuestra invasión, o eso pensáis.
Gente de EEUU. Tengo noticias para vosotros.
Este es el infierno que habéis creado. No hay nada apretado aquí. Todo está disperso.
La sangre está dispersa, las vidas están dispersas…
Los apretados cuerpos están dispersos.
Todo está disperso… en una inmensa inundación, en un inmenso huracán,
que os envolverá,
que inundará vuestros «estrechos» corazones y vuestras igualmente «estrechas» mentes…
Esto no es el Katrina, no es el Dean… Este es el huracán iraquí.
El huracán del niñito del bulevar, el huracán de la muchacha de 14 años que era «guau, tan estrecha«… el huracán de los desesperados, de los perdidos, de los «hajjis«…
Y esta es la mujer árabe con la que no podéis identificaros.
Ella está aquí. Tecleando…
Y avisándoos de la marea que pronto os engullirá.
Yeah, también soy esa «cosa oriental». Por tanto, tened cuidado.
N. de la T.:
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Thing significa cosa en inglés. No se puede traducir en la frase para poder entender lo que quiere expresar la autora.
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Sobre la historia de Abir, véase en Rebelión la traducción del artículo:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=34614
(3) Hajji: título honorífico que se da a una persona musulmana que ha realizado el peregrinaje a La Meca; es también utilizado con frecuencia para referirse a las personas mayores.
Enlace con el texto original en inglés:
http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/08/that-oriental-thang.html
Sinfo Fernández forma parte del Colectivo de Rebelión y Cubadebate.