Dos largas filas de ataúdes vacíos esperan a la puerta del hospital. Hombres y mujeres, caras cansadas bajo el sol abrasador, que buscan a un padre, un hijo, un marido, un hermano, un primo, etc, que desapareció hace unos días. Las familias esperan poder encontrar hoy a su ser querido. Han oído que las patrullas […]
Dos largas filas de ataúdes vacíos esperan a la puerta del hospital. Hombres y mujeres, caras cansadas bajo el sol abrasador, que buscan a un padre, un hijo, un marido, un hermano, un primo, etc, que desapareció hace unos días. Las familias esperan poder encontrar hoy a su ser querido. Han oído que las patrullas de la policía especializadas en buscar cada mañana cadáveres por las calles de Bagdad han recogido 93 cuerpos de diferentes basureros y colectores de aguas residuales.
Las cámaras frigoríficas del hospital sólo pueden conservar algunas decenas (en el pasado no tenían más de diez), pero han añadido otras nuevas. Aún así no pueden cubrir la demanda. Conservan los cuerpos unos días, o no los conservan en absoluto, depende de la cantidad. Sacan fotos de los cuerpos no identificados, les ponen un número y tratan de encontrar cualquier marca que los pueda identificar antes de incinerarlos para poder dar una respuesta a las familias que esperan al sol.
Algunos cuerpos están torturados y deformados hasta hacerlos irreconocibles, sin ojos, con la piel arrancada o quemada Algunos han sido salvajemente asesinados, a otros les han disparado a la cabeza desde cerca, pero todos tienen las manos atadas y los ojos vendados. La mayoría son jóvenes. Algunos no tiene documentación.
De vez en cuando los lamentos de las mujeres y las sirenas de la policía y de las ambulancias cubren los gritos de la gente. Muchas horas después, los ataúdes se desplazan, llenos con cuerpos o vacíos, para volver al día siguiente en busca de los seres queridos.
Maniobra política
Según numerosas fuentes, durante los últimos cuatro meses al menos han sido asesinados 1.500 iraquíes al mes [1]. Muchas de las personas secuestradas o arrestadas nunca regresan, ni aparecen sus cuerpos. Un tendero de Bagdad pidió ser ejecutado en su tienda cuando lo quisieron detener unos hombres policías- enmascarados. Se negó a acompañarlos, a exponerse a las brutales torturas e insistió en que lo mataran en la tienda. Los policías no se negaron. Le dispararon hasta matarlo y se marcharon tranquilamente. Miles de iraquíes (cien mil, según un informe más reciente) se encuentran desplazados actualmente, huidos de barrios en los que son minoría, un paso muy peligroso hacia la división de Iraq en diferentes regiones confesionales y étnicas.
En una conferencia de prensa celebrada el 9 de mayo de 2006, el nuevo primer ministro [iraquí], Nuri al-Maliki, admitió que los Escuadrones de la muerte forman parte de las fuerzas de la policía iraquí, pero afirmó que trabajan por su cuenta y que cuando cometen sus crímenes utilizan el uniforme, los vehículos y las armas de la policía. Prometió limpiar de ellos el ministerio del Interior. Pero en su primer día en el cargo, al-Maliki invitó a las milicias de los partidos sectarios a que se unieran a las fuerzas de seguridad [2]. Por su parte, el ministro del Interior, Bayan Jabr Soulagh, admitió asimismo que el responsable de los Escuadrones de la muerte y de los secuestros es un importante general de la policía iraquí. Se dice que unos días antes fueron arrestados muchos altos funcionarios de la policía y del ejército.
Las confesiones de al-Maliki y Soulagh (ambos de la coalición chií [Lista Unida Iraquí] [3]) se han producido en los días anteriores al anuncio del nuevo gobierno. Soulagh y la coalición chií hegemónica en el Parlamento luchan por conservar en sus manos el puesto de ministro del Interior en este nuevo y largamente aplazado gobierno, a pesar de que todos los demás miembros de la cámara están en contra de ello, precisamente por su vinculación con los Escuadrones de la muerte. Todo el mundo entiende que estas confesiones no son más que una maniobra política para mantenerse en el cargo y que el importante general antes mencionado -si es que existe- no sería más que un chivo expiatorio, una manera de limpiar el ministerio del Interior y sus tropas sectarias de los crímenes de los Escuadrones de la muerte, que comienzan a operar a partir de que [el anterior primer ministro] al-Yaafari asumiera el cargo a principios de 2005..
Se afirma que Soulagh permitió a las milicias sectarias de la policía utilizar su autoridad y cometer arrestos colectivos, asesinatos y torturas [4]. De no ser así, ¿quién enviaba las enormes y fuertemente armadas patrullas de policía durante el toque de queda nocturno?, ¿quién estableció las prisiones clandestinas en las que recibir a cientos de detenidos, luego torturados antes de ser estrangulados o tiroteados para ser finalmente arrojados a los depósitos de basura y de aguas residuales?, ¿cómo es posible que estas enormes caravanas de hombres armados se movieran libremente durante el toque de queda sin que la policía y el ejército estadounidense se dieran cuenta?
El gobierno al-Yaafari
Los soldados estadounidenses también están ejecutando a hombres sobre el terreno, delante de sus familias. En Samarra y Ramadi se han documentado al menos tres casos de soldados estadounidenses que han matado a miembros de varias familias ante civiles. Según un testigo, el año pasado, en un pueblo al norte de Bagdad, los soldados estadounidenses asesinaron con sus metralletas a dos hombres y dispararon a un tercero en la boca.
Ciertamente, todo ello no es un fenómeno nuevo en Iraq en los últimos tres años. A principios de 2003 y de 2004, en diferentes partes de Iraq, especialmente en el oeste y norte del país, se encontraron algunos cuerpos salvajemente asesinados o a los que se había disparado. Las víctimas eran conocidas por ser colaboradores o informadores, o incluso traductores del ejército estadounidense. También algunos cuerpos de hombres que habían sido arrestados previamente por soldados estadounidenses fueron encontrados cerca de hospitales o en lugares desérticos. Pero en ambos casos se registraron relativamente pocos incidentes. Muchos iraquíes que habían sido detenidos por soldados estadounidenses desaparecieron, especialmente aquellos que estaban heridos.
Pero en 2005, durante el gobierno al-Yaafari, la amplitud del fenómeno se hizo mucho mayor, cuando cientos de sunníes, previamente detenidos por el nuevo ejército o la nueva policía iraquíes eran encontrados después muertos, brutalmente torturados o quemados, con agujeros de taladrado en el cuerpo, con las uñas, los dientes y los ojos arrancados, con los huesos rotos. Muchos prisioneros que después fueron liberados hablaron del mismo tipo de torturas en las cárceles del ministerio del Interior, ubicadas en distintas partes de Bagdad o en otras provincias.
La situación evolucionó hacia arrestos colectivos aleatorios en zonas sunníes y mixtas de Bagdad. En [los barrios de] al-Madain, al-Shula, y al-Hurria, entre otros lugares, los hombres fueron detenidos por sus apellidos. Decenas de hombres fueron detenidos al mismo tiempo por hombres uniformados, armados y enmascarados que afirmaban ser de las fuerzas de seguridad iraquíes, y que conducían camionetas sin ningún tipo de identificación y grandes coches nuevos. Cuando las familias preguntaban en el ministerio del Interior, los funcionarios negaban haber enviado esas patrullas.
Uno de los casos conocidos al respecto ocurrió el pasado verano en al-Shula, cuando treinta y cinco hombres de una calle fueron arrestados en la misma noche y de la misma manera, y sus cuerpos fueron encontrados unas semanas después en la frontera iraní. Otro caso fue el de once jóvenes trabajadores que volvían a casa en coche la noche del 10 de julio de 2005, fueron arrestados por la policía y encerrados en un contenedor que había cerca hasta que murieron asfixiados. El 23 de febrero de 2006 el joven y bien conocido periodista iraquí Atuar Bahjat fue secuestrado por hombres armados y torturado con electrodos. Se le encontraron decenas de agujeros en su cuerpo: había muerto desangrado. El crimen fue filmado en vídeo.
Miles de casos horribles y de fotografías han sido publicados en muchos periódicos iraquíes y mostrados en conferencias de prensa convocadas por organizaciones de Derechos Humanos en los últimos dos años [5]. Las autoridades estadounidenses pretenden que no saben nada de estas atrocidades, si bien las mayores prisiones iraquíes están controladas por estadounidenses [6]. El 24 de marzo de 2006 el diario The New York Times publicó en su portada un artículo en el que se afirmaba que después de haber adiestrado a la policía iraquí para luchar contra la resistencia, los funcionarios estadounidenses están adiestrándola ahora sobre el respeto a los Derechos humanos (¡!), lo que implicaba que la situación en las prisiones había llegado a ser intolerable.
Samarra, punto de inflexión
Después de los ataques a los santos lugares del chiísmo de al-Askari y al-Mahdi en Samarra el 22 de febrero de 2006 la situación ha cambiado dramáticamente. Resulta muy interesante recordar que los principales medios estadounidenses afirmaron entonces que esto suponía un punto de ruptura para Iraq. Ciertamente, lo ha sido. A partir de ese día, miles de iraquíes han sido asesinados, secuestrados o hechos desaparecer.
La recién creada Red Iraq No Violento (Non Violent Iraq Net), una coordinadora de 125 organizaciones iraquíes, ha publicado estadísticas sobre los últimos cuatro meses que muestran que desde principios de este año ha habido 5.734 operaciones militares en Iraq, la mayoría de ellas en Bagdad, Baquba y [la provincia de] al-Anbar. Las operaciones incluyeron la destrucción de mezquitas, el desplazamiento de familias, secuestros, amenazas a personas y disparos contra civiles. El 95% de estas operaciones militares registradas se efectuaron contra civiles de manera indiscriminada. Según el diario al-Mashriq, el director de la morgue de Bagdad informó a Reuters que sólo en Bagdad 4.442 cuerpos han sido llevados al centro en los primeros cuatro meses de 2006; si se cuentan las provincias la cifra supera con mucho los 1.500 cadáveres al mes.
Notas de IraqSolidaridad:
1. Véase en IraqSolidaridad: El número de presos en Iraq sigue aumentando. Se extiende la oleada de asesinatos de los ‘Escuadrones de la muerte’ 2. Véase en IraqSolidaridad: Nueva vuelta de tuerca en el afianzamiento del sectarismo en el país: Al-Maliki, nuevo primer ministro de Iraq 3. El primero es de la organización Dawa, el segundo del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq. Sobre el primero, véase la referencia de la anterior nota. 4. Véase en IraqSolidaridad: Mahan Abedin: Badr, Irán y los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes y Andrew Buncombe y Patrick Cockburn: Miles de personas han sido asesinadas en los últimos meses por los ‘Escuadrones de la muerte’ – Carlos Varea: El pueblo iraquí considera mayoritariamente que la ocupación empeora la situación interna 5. Véase en IraqSolidaridad: Informe sobre la violación de los Derechos Humanos en Iraq bajo la ocupación – Report on Violations of Human Rights in Iraq under occupation 6. Véase referencia de nota 1.
Traducción del inglés para IraqSolidaridad de Beatriz Morales.