Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
El ejército estadounidense ha aislado ciertas zonas del barrio de Dora con bloques de hormigón que bloquean el paso de los vehículos.
Ahora los residentes [en estas zonas] dan rienda suelta a su furia contra el ejército estadounidense al que acusan de haber convertido su barrio en una enorme cárcel.
Dora es una de las zonas más violentas de Bagdad y las repetidas incursiones del ejército estadounidense no han logrado pacificarla.
Los residentes afirmaron que al menos tres distritos están completamente aislados lo que ocasiona escasez de comida y de verduras.
No se permite a los coches entrar o salir de estas zonas, lo que hace que para los pacientes sea difícil llegar a los hospitales y para los dueños de comercios reponer los suministros.
«Estas medidas nos han causado muchísimos problemas. Ahora nos encontremos bajo el fuego de todas partes. Continúan cayendo sobre nuestras cabezas los morteros y bombas de rebeldes y terroristas mientras que el ejército estadounidense ha convertido nuestras zonas en una enorme cárcel», afirmó Abu Saif.
Los residentes ahora tienen que andar largas distancias para llegar a las terminales de autobús y a los coches y ambulancias les resulta imposible llevar a los pacientes a los hospitales.
Um Mohammed, una ama de casa, afirmó que de día en día se estaban deteriorando las condiciones de vida en Dora. «Casi nos hemos convertido en detenidos en un campo de prisioneros. No hay agua y no hay electricidad ni tampoco carburante para poner en marcha los generadores», afirmó.
Mohammed Salem culpó al gobierno de la dura situación de Dora. Afirmó que incluso antes de que los estadounidenses asediaran determinadas zonas el gobierno había fracasado a la hora de suministrar a los residentes raciones de comida, carburante y otros servicios públicos.
Dora ya estaba rodeado de vallas y muros, pero es la primera vez que el ejército estadounidense separa sus distintas zonas con bloques de hormigón.
Adnan Ahmed instó al primer ministro Nouri al-Maliki y al parlamento a que ordenaran a los estadounidenses que dejaran de construir muros en Dora.
«Nos hemos convertido en prisioneros de los estadounidenses. Sus taques y [vehículos blindados] Humvee han ocupado nuestras calles, y sus francotiradores los tejados de las casas, y disparan indiscriminadamente a cualquier persona que encuentren andando por las calles», afirmó.
Falah Hassan afirmó que estas prácticas del ejército estadounidense han vuelto a la mayoría de la población contra ellos. «A veces los soldados estadounidenses se llevan a sus barracones a gente normal, mujeres y hombres, que sale de sus casas para ir a comprar. Los encadenan y humillan antes de liberarlos».
«Este gobierno no presta la menor atención a los inocentes hijos de esta nación a los que se está sometiendo a prácticas inhumanas», afirmó Hassan.
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