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Europa: Ciudades le dan la espalda a Microsoft

Fuentes: IPS

Muchos organismos públicos de Europa se distancian de la gigante estadounidense de la informática Microsoft y se vuelcan al software libre. La Alcaldía de París anunció que considera reemplazar su red informática, hoy basada sobre el sistema operativo Windows, que comercializa Microsoft, con software de dominio público que utilice programas como el sistema operativo Linux, […]

Muchos organismos públicos de Europa se distancian de la gigante estadounidense de la informática Microsoft y se vuelcan al software libre.

La Alcaldía de París anunció que considera reemplazar su red informática, hoy basada sobre el sistema operativo Windows, que comercializa Microsoft, con software de dominio público que utilice programas como el sistema operativo Linux, OpenOffice y Mozilla.

La planificada revisión del sistema de procesamiento de datos de la comuna parisina implicaría para 2008 la compra de 15.000 computadoras nuevas equipadas con nuevos programas.

Microsoft sostuvo en enero que el cambio le costaría a París 15 millones de dólares, y ofreció un descuento de 60 por ciento sobre sus propios sistemas, que abatiría los costos, aseguró, a menos de siete millones de dólares.

Pero el software libre es más adecuado para las necesidades del Estado, según Joachim Larisch, director administrativo de la alemana Universidad de Bremen.

«Desde su mera concepción, Linux puede ser adaptado libremente por los usuarios, sin necesidad de solicitar permiso de productores de software privados», explicó Larisch.

Mientras Linux es el sistema operativo que ofrece más competencia a Windows, OpenOffice es un sistema libre de procesamiento de datos que le disputa las computadoras al Office de Microsoft y el navegador de Internet Mozilla desafía al Explorer.

Todos esos programas son de fuente abierta, como se denomina a aquellos que los usuarios pueden modificar con libertad para cubrir mejor sus necesidades. Mientras, el software de Microsoft y otros de distribución comercial son encriptados, por lo que sólo pueden ser cambiados por los propietarios de la patente.

«Además de ser gratuitos, Linux y OpenOffice pueden ser adaptados fácilmente a las necesidades de un gobierno. Y Mozilla no sufre los numerosos problemas de seguridad del Explorer, que son muy peligrosos para una administración pública», sostuvo el experto alemán.

Por añadidura, los usuarios de Linux no están obligados a usar programas asociados con el sistema, como sí están compelidos los de Microsoft. Los primeros, incluso, pueden instalar los programas de la compañía estadounidense sin problemas operativos.

El uso de software libre se convirtió en un problema central en la consideración de estrategias para erradicar la brecha digital que separa los países industriales del Sur en desarrollo, y aun a los ricos de los pobres dentro de las sociedades.

En la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (WSIS) celebrada en Ginebra en diciembre, representantes de organizaciones no gubernamentales y de los países pobres enfatizaron en la necesidad de apoyar el software libre para promover el acceso a la información y a las tecnologías de la comunicación.

Los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil y de los países del Sur pobre chocaron con la presión del gobierno de Estados Unidos.

«Parte de la brecha digital se origina en obstáculos artificiales al principio de compartir la información. En Ginebra, el gobierno de Brasil procuró medidas para promover el software libre, pero el gobierno de Estados Unidos se mostró firmemente en contra», dijo a IPS el activista Richard Stallman.

El presidente estadounidense George W. Bush recibió grandes contribuciones financieras para su campaña de Microsoft, según Stallman, que es ciudadano estadounidense.

Las consideraciones basadas sobre la soberanía nacional constituyen otro argumento poderoso para desalojar los programas de Microsoft de las administraciones públicas, según expertos.

«Si una oficina pública cambia de Microsoft a Linux, romperá la dependencia de una corporación extranjera privada», dijo a IPS Bernard Benhamou, analista de la Agencia Francesa para el Desarrollo de la Administración Electrónica.

«Por supuesto, hay ventajas económicas en tal cambio. Pero la cuestión de la soberanía es central para un asunto de importancia estratégica en materia de procesamiento electrónico de datos», agregó Benhamou.

Si la ciudad de París reemplazara los programas de Microsoft con software de fuente abierta, seguiría el camino abierto por la alcaldía alemana de Munich, encabezada por el socialdemócrata Christian Ude.

En mayo de 2003, Munich se convirtió en la primera administración de una gran ciudad en adoptar el software libre. Con un millón de habitantes, es la tercera de Alemania.

Temiendo un efecto dominó en Europa, el jefe ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer ejerció presión personal sobre la administración de la ciudad para que la alcaldía mantuviera sus programas.

El mes pasado, fue la ciudad noruega de Bergen la que cambió su sistema operativo de Windows a uno de fuente libre.

Fuentes oficiales informaron a IPS que aguardan una nueva reducción de precios de Microsoft. «Estamos seguros de que Microsoft teme perdernos, y también estamos seguros de que están dispuestos a pagar un alto precio para impedirlo», dijo un informante.

El principal ejecutivo de Microsoft en Francia, Christophe Aulnette, se rehusó a comentar el caso, pero dijo que su compañía espera que los gobiernos «eviten tomar decisiones ideológicas y se basen sólo en la eficacia de un sistema».

El ministro de Servicios Públicos de Francia, Renaud Dutreil, exhortó a fines de junio a todos los administradores estatales a considerar el descarte de Microsoft.

«Microsoft debería ser considerado un proveedor normal, y no el único proveedor de software. El software libre se ha convertido en una alternativa creíble, tanto en términos de precio como de funcionalidad», dijo Dutreil.

Hasta hace muy poco, la administración pública ha sido un coto privado de Microsoft. Los servicios gubernamentales e instituciones públicas de todo el mundo han confiado casi unánimemente en el sistema operativo Windows.

Pero eso está cambiando con rapidez, especialmente en las instituciones educativas estatales.

Jacques Le Marois, el fundador francés de Mandrakesoft, fabricante de programas que distribuye Linux en Francia, dijo que la declaración de Dutreil es «una señal política de enorme importancia, y debería tener un fuerte impacto en cuanto a las opciones de la administración estatal».

Microsoft afronta otros grandes desafíos en Europa. En marzo, la Comisión Europea, rama ejecutiva de la Unión Europea, impuso a la compañía una multa de 600 millones de dólares por «abuso de una posición comercialmente dominante».

Además, la Comisión Europea ordenó a Microsoft ofrecer a los usuarios de Windows un sistema que no los obligue a utilizar el programa MediaPlayer, que brinda acceso a archivos de audio y vídeo obtenidos en Internet. (FIN/2004)