Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Estamos a finales de 1974. Me acuerdo como si fuera ayer. Era de noche. Joven militante, protegido por dos vigilantes, escribo «Libertad para Eva Forest» en las paredes de Bruselas. Y también «¡Abajo Franco!». No conozco personalmente a Eva, pero su combate ya se ha convertido en el mío, su valentía me da fuerzas…
Dieciocho años más tarde, en la primavera de 1992, suena el teléfono: «Hola, soy Eva Forest». Tardo un rato en reponerme. ¿»La auténtica» Eva Forest? «Sí, soy editora en Hondarribia y me gusta mucho tu libro ¡Ojo cono los media!, me gustaría publicarlo». Empieza una amistad …
Eva es quien publicó en castellano mis tres libros sobre las estrategias de guerra y de desinformación de Estados Unidos: ¡Ojo con los media!, El juego de la mentira, (fue Alfonso quien encontró este equivalente al Poker menteur francés) y Monopoly. La OTAN a la conquista del mundo. Su determinación y su compromiso incansable van a permitir alertar al publico de habla castellana contra las mentiras mediáticas y movilizar para construir una información crítica. Empieza un largo combate.
Finales de la década de 1990. Por las carreteras cubiertas de nieve de un hermoso País Vasco, Eva conduce hacia donde tendrá lugar mi próxima conferencia… Descubrimientos, iras comunes, proyectos de futuro: discutimos apasionadamente durante todo el camino. A veces me parece que Eva está más concentrada en la conversación que en conducir y no estoy muy tranquilo. Pero llegamos a buen puerto y vamos juntos, una vez más, a llevar el mensaje, a escuchar preguntas y testimonios, a establecer contactos, a desarrollar la red…
Abril de 2002. Un autobús a través del desierto iraquí. En un intento desesperado por detener la guerra de Bush hemos llamado a una «misión de paz» que reúne a 120 personas venidas de 17 países. Eva va en la primera fila del autobús, al lado de la científica belga Lise Thiry. Son las dos personas mayores del grupo, pero mientras que los demás nos adormecemos por el cansancio, ellas van a hablar toda la noche intercambiando sus experiencias y rehaciendo el mundo. La víspera de entrar en el infierno los iraquíes supieron que unos europeos no aceptaban las mentiras de Bush. Todos nos dijeron que nunca se dejarían avasallar…
Noviembre de 2004. Me llama Eva (habíamos tomado la costumbre de llamarnos por teléfono regularmente). Es para invitarme: «Michel, ¡tienes que venir con nosotros a descubrir Venezuela!» «Es que tengo muchísimo trabajo en este momento…» «No, no, es muy importante, tienes que venir»¿Quién puede resistirse a Eva?. Un mes después, gracias a ella descubro a Chávez, a los venezolanos y el nuevo espíritu de América Latina. Mi libro Los 7 pecados capitales de Hugo Chávez estará dedicado a Eva.
Septiembre de 2005. Nueva Orleans acaba de ser devastado por el huracán Katrina o, más exactamente, por la política criminal de George Bush. Eva me llama: «Michel, ¡tienes que escribir algo sobre esto, es tan revelador de los crímenes de capitalismo!». Es un momento muy difícil, mi hija Marie acaba de morir en unas circunstancias dramáticas a la edad de 27 años y me encuentro muy abatido. Pero Eva y mi compañera consiguen devolverme las fuerzas. Gracias a ellas el libro Huracán tratará de hacer justicia a las víctimas. Que tantos sufrimientos sirvan al menos para arrojar luz sobre las despiadadas leyes del mundo en el que vivimos…
Durante los meses siguientes nos volveremos a ver en diferentes partes del mundo. Y también, en otoño de 2006 en esa magnífica casa de Hondarribia, donde es tan magnífico reencontrarse con Eva y Alfonso. Días llenos de recuerdos, de emociones y de proyectos. Unos días que siempre dan fuerzas…
El 19 de mayo de 2007 acabo de llegar a Caracas. Al día siguiente será el segundo aniversario de la muerte de mi hija Marie y no paro de pensar en ello. Con todos los invitados internacionales de la red En Defensa de la humanidad, Chávez y los amigos venezolanos nos reciben en el escenario del teatro Teresa Carreno. Durante la sesión Abel Prieto, ministro de Cultura cubano, se inclina sobre mí y me anuncia la terrible noticia: «Se ha terminado para Eva». No puedo evitar llorar.
Pero, ¡no se ha terminado! Eva sigue estando presente en los corazones de todos los que la hemos conocido y querido. Eva vive en nuestros combates. Pienso en ella a menudo y me sigue dando fuerzas. Como en 1974.
También nosotros pasaremos un día la antorcha a quienes nos siguen. Pero gracias a luchadores y luchadoras valientes como Eva la humanidad será liberada un día.
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