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Faluya: los crímenes de guerra del Pentágono avivan una más amplia resistencia

Fuentes: IAC/Iraq Solidaridad

«Quizá sea Hue el ejemplo histórico más próximo a Faluya. Después de todo fue Ho Chi Minh, el dirigente comunista y organizador de la resistencia vietnamita, quien dijo que si fuera necesario los vietnamitas estaban dispuestos a luchar durante décadas, incluso durante generaciones. The New York Times lo dejó entrever cuando su corresponsal en Mosul escribió acerca de los niños que jugaban en un patio en esta ciudad: «Amin Mohamed, de diez años, y sus amigos corrían por ahí con pistolas de juguete. ‘Nos dividimos en dos equipos’, afirmó, ‘los muyahidines [combatientes] contra el ejército estadounidense’. Y en sus batallas, afirmó, siempre ganan los muyahidines’.»

La Administración Bush y el Pentágono esperaban que la imagen de sus operaciones en Faluya que diera la vuelta mundo fuera la de una fuerza todopoderosa, contundente en la batalla, clemente en la victoria: un versión de guerra por tierra de [la operación] «conmoción y pavor». Sin embargo, a pesar del control que tiene el Pentágono de los periodistas «empotrados» y de la casi ausencia de nuevas fuentes independientes en Iraq, la principal imagen de Faluya es el vídeo de un marine estadounidense ejecutando a un resistente herido y desvalido.

El 17 de noviembre las principales noticias acerca de Iraq eran que la activa resistencia armada se había extendido a Mosul, Beiji, Baquba, Ramadi, Tikrit, Iskandariya, Samarra y Bagdad, con la ocupación de comisarías de policía y la captura de armas por parte de la resistencia contra la ocupación.

En la propia Faluya, tras nueve días de batalla las fuerzas estadounidense continuaban con sus ataques aéreos. La resistencia, muy inferior en fuerzas y en número, seguía siendo capaz de responder a los disparos. Según se informa algunas unidades de la resistencia están volviendo a Faluya para seguir disparando a las tropas estadounidenses.

La ofensiva consiguió mostrar que el ejército estadounidense está abrumadoramente bien armado y que es abrumadoramente destructivo, pero también cruel y que está asustado. En vez de demostrar Conmoción y pavor [1], ha mostrado al mundo Abu Ghraib II.

El 17 de noviembre Associated Press citó las palabras del corresponsal del [canal de televisión estadounidense] NBC Kevin Stines, el periodista que había grabado el vídeo original del prisionero iraquí tiroteado, en las que afirmaba que el 12 de noviembre los marine estadounidenses habían matado en la mezquita de Faluya a otros tres prisioneros iraquíes desarmados y heridos.

Los comentarios en Internet compararon Faluya con otras ciudades asediadas a lo largo de la historia: Gernika, destruida por los bombardeos nazis en la Guerra Civil española; Estalingrado, la ciudad soviética cuya resistencia marcó el giro decisivo de la Segunda Guerra Mundial al derrotar al imperialismo alemán; Argel, que los franceses ocuparon pero nunca llegaron a controlar completamente durante la guerra de liberación de Argelia, y Hue, en Vietnam, cuya reconquista por las tropas estadounidenses después del levantamiento de Tet en 1968 les hizo perder la guerra cuando se supo que habían masacrado a cinco mil personas.

Ninguna comparación puede ser exacta y los iraquíes escribirán su propia historia. Con todo, de cada uno de estos ejemplos históricos se pueden obtener lecciones que los generales del Pentágono y la Casa Blanca de Bush parecen incapaces de aprender. La mayoría de los informes del Pentágono sobre las bajas en Faluya reconocen unos 38 soldados estadounidenses muertos y más de 300 heridos, 200 de los cuales lo son de gravedad. A lo largo de la semana más de cuatrocientos soldados estadounidenses gravemente heridos o enfermos fueron evacuados por avión a hospitales alemanes. El Pentágono afirma que sus tropas han matado a más de 1.200 «insurgentes», que es como al gobierno estadounidense le gusta llamar a los iraquíes que defienden a su país de los invasores.

El ejército estadounidense no lleva la cuenta de los civiles muertos. Generales estadounidenses de alta responsabilidad afirmaron que la mayoría de los 300 mil habitantes de Faluya habían huido de sus casas al tiempo que presumían de haber matado a pocos civiles. Pero al menos 50 mil permanecieron en sus casas.

Desastre humanitario

Al hablar con los pocos periodistas independientes que quedan en Iraq las agencias humanitarias hacen una valoración diferente: «[…] La Cruz Roja Iraquí, que está apoyada por Cruz Roja y por la Fundación de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha calificado la situación en Faluya de «enorme desastre» ([informa]el periodista de IPS Dahr Yamail en dahrjamiliraq.com).

«[…] Hablando de forma anónima por temor a las represalias del ejército estadounidense, un alto mando militar destinado en la Cruz Roja en Bagdad declaró a IPS que ‘al menos 800 civiles’ habían sido asesinados hasta el momento en Faluya.»

«[…] Muna Salim, que logró huir de la ciudad con su hermana después de que el resto de la familia fuera asesinada por las bombas estadounidenses, afirmó que en los últimos días Faluya ha pasado de ser un campo de batalla a convertirse en una ciudad fantasma», informa Yamail.

«La mayoría de las familias permanecieron dentro de sus casas todo el tiempo», declaró Muna una vez que llegó a Bagdad. «Siempre estábamos muy hambrientos porque no queríamos comernos nuestra comida o bebernos toda el agua. Nunca sabíamos si íbamos a poder conseguir más y por eso tratábamos de ser cuidadosos con la comida». No fue capaz de hablar de los asesinatos.

«La Cruz Roja iraquí tiene varios equipos de trabajadores y médicos y camiones cargados de alimentos esperando la autorización del gobierno provisional apoyado por EEUU y del ejército estadounidense, pero no han recibido el permiso para entrar en la ciudad.»

Sara Khorshid escribe en IslamOnline.net: «[…] Puede que los que están en Bagdad estén mejor que los habitantes de Faluya todavía cercados en su ciudad, la cual está siendo atacada ahora desde tierra por el ejército estadounidense. Se está arrasando todo. ‘Todo está destruido: las zonas residenciales, nuestras casas. Bombardearon el hospital, las clínicas, a los médicos, las infraestructuras, todo’, afirma Abu Mohammed.

«¿Qué pasa con al-Zarqawi? ¿Dónde está? ¿Es un fantasma?», pregunta Umm Usama. «En Faluya no existe al-Zarqawi, no hay luchadores árabes, como ellos sostienen». En nombre de al-Zarqawi se ha asesinado a 1.200 personas en Faluya según el ejército estadounidense, que describe a las víctimas como «insurgentes» y «guerrillas». Testigos oculares afirman que las víctimas son civiles residentes en la ciudad.

«[Dada esta trágica situación] Quien quiera que crea que EEUU ha invadido y ocupado Iraq para llevar la democracia y la libertad o bien es un estúpido o bien coopera con los estadounidenses en contra de los iraquíes», afirma Monter Yaakub, otro residente de Faluya [refugiado] en Bagdad.

«[…] Estoy obligado a cumplir la promesa que hice los habitantes de Faluya con los que hablé y a dar a conocer sus llamamientos por medio de este artículo: Abu Mohamed apela a los medios de comunicación occidentales para que informen de la terrible situación que están viviendo [en Faluya]. Umm Waddah apela a los árabes que ven en la televisión árabe la tragedia iraquí, para que actúen y ayuden a sus hermanos y hermanas en Iraq. Y Umm Usama nos pide que recemos por Faluya y por Iraq».

En [la web] freearabvoice.com se pueden encontrar informes de la propia resistencia. Pero incluso en la prensa convencional se pueden encontrar informes sobre como la resistencia ha abierto frentes en una docena de ciudades de lo que se denomina el «Triángulo Sunní» a pesar de que no es exclusivamente sunní, ni tiene la forma de un triángulo.

La resistencia ocupó nueve comisarías de policía en Mosul, una ciudad de aproximadamente de tres millones de habitantes al norte de Bagdad. Al menos en cinco lugares se han incendiado pozos de petróleo y oleoductos.

Impacto político

En los países árabes ya han tenido lugar manifestaciones de miles de personas en solidaridad con Faluya. Quizá más importante aún fue la respuesta en el propio Iraq.

Haifa Zangana escribe en [el periódico británico] The Guardian del 17 de noviembre:

«[…] El cuarto día del ataque por tierra a Faluya, el viernes pasado [12 de noviembre] en cuatro mezquitas de Bagdad hubo rezos conjuntos de suníes y shi’íes a los que asistió masivamente la población. Los rezos inter-comunitarios fueron el distintivo de la Revolución de 1920.»

Según un informe Xinhua del 17 de noviembre, unos 47 partidos políticos y religiosos iraquíes han decidido boicotear las elecciones generales urdidas por Washington para enero de 2005. La razón es «los ataques dirigidos por los estadounidenses contra ciudades como Nayaf, Kerbala, Samarra, Ciudad Sadr, Adhamiya y especialmente el genocidio de Faluya», afirma la declaración. Según Xinhua, el acuerdo ha sido firmado fundamentalmente por facciones sunníes dirigidas por la Asociación de Clérigos Musulmanes, pero también fue firmado por ocho grupos shi’íes y por un partido cristiano.

Otro lugar en el que Faluya tendrá un importante impacto político es EEUU y entre las tropas estadounidenses. El 16 de noviembre el periódico The New York Times informó ya de que el ejército estadounidense había ordenado a más de 4 mil veteranos volver al servicio activo. Más de 1.800 ya habían solicitado exenciones o prórrogas. De unos 2.500 que tenían que haber llegado a las bases militares el 7 de noviembre para recibir instrucción 733 no acudieron, es decir un 29%.

En EEUU ha habido manifestaciones en respuesta a los crímenes de guerra de Faluya en las ciudades de Baltimore, Boston, Nueva York, Filadelfia, Chicago, San Diego, San Francisco, Boulder, Colorado, Washington D.C, Búfalo, Nueva York, y en otras ciudades.

Quizá sea Hue el ejemplo histórico más próximo a Faluya. Después de todo fue Ho Chi Minh, el dirigente comunista y organizador de la resistencia vietnamita, quien dijo que si fuera necesario los vietnamitas estaban dispuestos a luchar durante décadas, incluso durante generaciones.

The New York Times lo dejó entrever cuando su corresponsal en Mosul escribió acerca de los niños que jugaban en un patio en esta ciudad: «Amin Mohamed, de diez años, y sus amigos corrían por ahí con pistolas de juguete. ‘Nos dividimos en dos equipos’, afirmó, ‘los muyahidines [combatientes] contra el ejército estadounidense’. Y en sus batallas, afirmó, siempre ganan los muyahidines«.

Nota de IraqSolidaridad:

1. Nombre oficial de la campaña aérea del Pentágono contra Bagdad durante la invasión de 2003.

John Catalinotto es miembro del International Action Center de Nueva York, organización integrada en la coalición de ANSWER (Actúa Ahora para Para la Guerra y el Racismo)

IAC (Nueva York). IraqSolidaridad (www.nodo50.org/iraq), 25 de noviembre de 2004
Traducción de Beatriz Morales para IraqSolidaridad