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Preparando el Terreno

Fuera de la consideración árabe (I)

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández



Cuadro del artista iraquí Sabah Mayid

Hay una palabra que me ha estado incomodando mucho estas últimas semanas desde que Ahmadineyad aterrizó en la Zona Verde de Bagdad ocupada por los estadounidenses. Esa palabra, a la se sigue recurriendo en muchos artículos y «análisis», es «inconscientemente».

Otras variaciones son «equivocaciones, meteduras de patas, errores, errores de cálculo…»

Probablemente se están preguntando adónde quiero ir a parar. De acuerdo, les contaré la causa de mi malestar…

La mayor parte de los artículos, comentarios, etc… procedentes de EEUU y Occidente y de algunos medios árabes, especialmente de la Izquierda Árabe Revolucionaria (un término equivocado) sostienen lo siguiente:

EEUU, en su estupidez y arrogancia, está «inconscientemente» sirviendo Iraq en bandeja de plata a Irán. Sostienen también que EEUU, a causa de su escasa planificación y falta de conocimientos e información, cometió varios errores estratégicos, meteduras de patas, equivocaciones, en el Iraq Ocupado. Y que uno de esos evidentes errores es la muy extendida influencia iraní en el Sur de Iraq, en Bagdad, y yo debería añadir en «Kurdistán», ya que Irán jugó un papel muy importante en el movimiento separatista kurdo, junto con Israel.

Ahora bien, esa palabra «inconscientemente» me fastidia hasta lo más hondo. Me fastidia porque presume que inicialmente los estadounidenses actuaron realmente con buena fe. Desde luego, nadie saldría y diría eso abiertamente, pero algo así se insinúa. El argumento es que la ocupación de Iraq habría sido algo bueno si se hubiera hecho lo que se prometió hacer, porque después de todo (y volvemos al mismo viejo y manido discurso), Sadam Husein era un dictador tiránico.

En aras de la claridad y la verdad, rastreemos por un momento en la historia:

La oposición Nacional Iraquí (INC, en sus siglas en inglés) estaba en contacto con la administración estadounidense desde la I Guerra del Golfo, i.e. desde la década de los noventa. La INC, encabezada por Ahmed Chalabi (y K. Makiya) y comprendida, pero no limitada, a los siguientes elementos:

  • A. Hakim del SCII, de Irán (nacido en Irán y alimentado en Irán)

  • Representantes del partido Dawa, especialmente M. Al Rubaie, Al Safari, Kubba (el partido Dawa se formó en Irán y mantuvo estrechos vínculos con Hizbollah en el Líbano durante la década de los ochenta. Ambos fueron responsables de las bombas de Bagdad y Beirut durante la guerra Irán-Iraq, que alcanzaron la infraestructura y los intereses iraquíes).

  • Representantes de la Hawa o Marjaiyah (*) de Sistani (exiliado en Irán hasta la ocupación) y los representantes de Al Sadr.

  • Ayad Allawi y Pachachi (sunní) estaban también entre sus miembros.

  • Y los últimos, pero no los menos importantes, Talabani y Barzani, los dos señores de la guerra kurdos.

La INC encabezada por Chalabi logró el apoyo total de Wolfowitz, Rumsfeld, Cheney, Perle y, desde luego, Bush, que les bombearon millones de dólares en preparación de la posterior invasión y ocupación de Iraq.

Esas personalidades aterrizaron con los estadounidenses. Algunos venían de Londres, otros de Teherán y otros de Estados Unidos.

El plan para la división étnica y sectaria de Iraq figuraba ya en la agenda. De ahí que esas personalidades, con todas sus lealtades hacia sectas y etnias, fueran tan necesarias.

La primera falacia fue que Iraq es de mayoría chií y que los sunníes han estado en el poder desde la Monarquía, robando por lo tanto sus derechos políticos a los chiíes. Por supuesto, el movimiento antibelicista y otros escritores anti-ocupación como Cockburn y compañía asumieron esta falacia, que se convirtió en el pan y la sal de todos ellos. Ni que decir tiene que Chomsky devino en su primer portavoz extendiendo esa mentira y recogiendo así la misma canción que emanaba de la Casa blanca.

Y, desde luego, pueden añadir la letanía de la represión kurda, increíblemente bien tejida por las agencias de propaganda de la CIA y del Mossad y que todas las «bien intencionadas» izquierdas de Occidente se tragaron al completo, incluidos los «medios alternativos».

No quiero diluirme demasiado en ese tema, ya expondré esas falacias en algún otro escrito. (¡Cielos, tengo tanto que escribir!)

La razón por la que estoy mencionando esos pequeños retazos de historia es para mostrarles algo obvio.

Es decir, que en la década de 1990 (y, en mi opinión, mucho antes), la CIA, el Pentágono, las inteligencias británica e israelí, cuando tramaron el plan para la invasión de Iraq, sabían EXACTAMENTE quién formaba esa oposición «iraquí», de dónde provenía y adónde se dirigían sus máximas lealtades.

En otras palabras, cuando delegación tras delegación de la INC se reunían en Londres y Washington, los estadounidenses sabían muy bien que el SCII, que el partido al-Dawa (del que es miembro Maliki, el actual Primer Ministro «iraquí»), que la más alta marjaiyah chíi debían todos sus lealtades a Irán. Después de todo, desde ahí iban/volaban para asistir a esas reuniones.

A propósito, y es muy importante que lo mencione aquí, durante la guerra Irán/Iraq, llegó hasta Qum como dinero/contribución la quinta parte de los ingresos personales/individuales de los chiíes (una forma de impuesto religioso). El dinero no fue a parar a los tesoros de la Hawza de Nayaf o Kerbala, no, llegó hasta Irán en el momento más álgido de la guerra Irán-Iraq. La razón por la que estoy elaborando esta información, es para mostrarles la primordial afinidad/compromiso de los chiíes -en particular en Nayaf y Kerbala- con Irán. Y permítanme recordar al lector que Jomeini pasó varios años de su exilio en IRAQ, justo hasta 1978, antes de ser extraditado a Francia a petición del shah. Volvió a Irán en 1979, ¡un año antes de la guerra Irán-Iraq).

Los estadounidenses que, en nombre del lobby sionista, diseñaron la división sectaria y étnica de Iraq, sabían muy bien donde se situaban la mayoría de las lealtades chiíes. Habían preparado el terreno para ello desde la I Guerra del Golfo (y antes) e Irán lo capitalizó.

Por eso, cuando aparece algún escritor o comentaristas con las palabras «equivocación, metedura de pata, error de cálculo», no se engañan más que a ellos mismos. No había NADA INCONSCIENTE en todo el plan. Todo se conocía con anticipación.

En otras palabras, para hacérselo más sencillo, les pediría que volvieran a leer esta frase varias veces hasta que la asimilen de verdad:

«Sin la ayuda de Irán, la ocupación de Iraq no hubiera sido nunca posible»

Los estadounidenses lo sabían, los israelíes lo sabían y los iraníes lo sabían, y se prepararon para ello.

Ahora los legos pueden sentirse muy confusos y pensar que cómo puede ser posible todo eso:

¿Qué hay de todo esa charla anti-imperialista desde Irán sobre el Gran Satán, qué hay de sus discursos anti-sionistas, qué pasa con….? Eso se llama una inmensa tapadera. Colocada, sencillamente.

Y para los legos que se pregunten también qué hay de las amenazas estadounidenses de atacar Irán, qué hay de las sanciones contra Irán, qué pasa con todos los ladridos de la comunidad internacional contra la amenaza iraní…, les diría que eso se llama campaña de manipulación psicológica.

No hubo equivocaciones. No hubo meteduras de pata y no había nada inconsciente en todo el diabólico plan.

Pero, ¿por qué Iraq?, podrían pensar para sí mismos.

Eso se lo contaré en un próximo escrito. Piensen sólo en lo que han leído.

Y para ayudarles en sus reflexiones les recomiendo dos artículos:

  1. Wafa’a Al Natheema: Iraq :One hand worth of fingers

  2. Ghassan Charbel: The Great Satan’s Gift

Hasta la próxima…

Enlace con texto original en inglés:

http://arabwomanblues.blogspot.com/2008/03/out-of-equation-part-i.html

(*) Seminario de estudios islámicos chiíes tradicionales

http://arabwomanblues.blogspot.com/2008/03/out-of-equation-part-i.html