Un brasileño ha conseguido demostrar, una vez más, que se puede ganar mucho dinero en el mundo de la música prescindiendo del copyright. João Marcelo Bôscoli creó en 1998 la discográfica Trama y ya ha logrado superar en volumen de negocio a la multinacional Sony en Brasil. Trama, afincada en Saô Paulo, lleva distribuyendo música […]
Un brasileño ha conseguido demostrar, una vez más, que se puede ganar mucho dinero en el mundo de la música prescindiendo del copyright. João Marcelo Bôscoli creó en 1998 la discográfica Trama y ya ha logrado superar en volumen de negocio a la multinacional Sony en Brasil. Trama, afincada en Saô Paulo, lleva distribuyendo música gratuitamente en formato mp3 desde el año 2001, actualmente tiene un repertorio de más de 34.000 canciones y ya ha trabajado con 13.000 artistas.
La clave de Trama radica en su slogan «no vendemos plástico, trabajamos con música«. Hay infinidad de estudios que explican qué porcentajes del precio de un CD van a parar a cada uno de los que intervienen en el proceso de producción, promoción y distribución, y muchos músicos se resignan a quedar a merced de las empresas discográficas tradicionales. Por el contrario, el eslogan de Trama me parece fantástico: ellos centran su atención en la música, en el producto que venden, y se valen de las ventajas de las nuevas tecnologías para producir y promocionar a sus artistas.
La tecnología no sólo cambia los soportes o los medios de producción, sino que en muchas ocasiones revoluciona al mercado en sí mismo. Al igual que a muchos periodistas les está costando entender que los blogs y las webs son algo más que cambiar el papel por la pantalla, a muchos músicos y empresarios de la música les cuesta entender que la red nos ofrece un nuevo paradigma de la producción, promoción y distribución con muchas más posibilidades para todos y mucho más justo. Ahora cualquier grupo o pequeño empresario es capaz de producir un disco y de promocionarlo en la red. Además para parte de la sociedad está comenzando a cambiar el paradigma en cuanto a derechos de autor, y eso también ofrece muchas posibilidades a todos para hacer más «música y menos plástico«, como dicen estos revolucionarios brasileños. Poco a poco se va demostrando que hay formas alternativas de producir y de ganar dinero. Apoyemos a este tipo de iniciativas.