Traducido para Rebelión por Susana Merino
Ocho años después de la «Operación Libertad para Irak» (Operation Iraqi Freedom) la coalición liderada pro los EE.UU. deja en el país rastros de muerte y destrucción.
Esta guerra costó un billón de dólares, pero lo que tiene números escalofriantes es sobre todo el costo humano: más de 70.000 soldados estadounidenses y cerca de un millón de iraquíes muertos, sin contar la astronómica cantidad de heridos y de inválidos.
La guerra de los números
Nada justifica la pérdida de una sola vida y aquí estamos ante cifras aterradoras.
Oficialmente habrían sido 3.865, los soldados estadounidenses víctimas de la guerra de Irak (1). La Asociación de Antiguos Combatientes estadounidenses habla de 70.000 o sea una cantidad de soldados muertos mayor que la de Vietnam que habrían sido 58.195.
Según esa Asociación, 73.846 estadounidenses habría muerto en Irak, de ellos 17.847 en el campo de batalla y 55.999 entre el personal de apoyo.
También existe, para meditar, una curiosa cantidad de las llamadas enfermedades no diagnosticadas que llegarían a 14.874.
La cantidad de denuncias interpuestas por los soldados por las discapacidades generadas por la guerra fue 1.620.906, el 36% de los soldados se consideran víctimas de diferentes discapacidades.
Un tema tabú es la cantidad de suicidios de antiguos combatientes que el Pentágono procura esconder. Solo durante el año 2005, la televisora CBS descubrió a través de una investigación, que han sido 6.256 lo que representa un promedio de 120 suicidios por semana.
Más de un millón de iraquíes muertos
Es difícil establecer la cantidad de iraquíes muertos en esta guerra. En realidad nadie sabe cuantos iraquíes murieron en este conflicto. La frialdad de los números apunta hacia cifras que varían entre los 100.000 y 1,2 millones de muertos, dependiendo de la fuente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud iraquí, en una encuesta realizada en 2007, llegaron a la conclusión de que se habrían producido 151.000 muertos iraquíes durante los tres primeros años de guerra, es decir un promedio de 120 diarios.
Otra investigación realizada por la revista médica «The Lancet» publicada en 2006, daba cuenta de más de 600.000 iraquíes muertos. Este número escalofriante significa más de 500 muertos diarios y un total del 2,5% de la población.
Finalmente el instituto británico de sondeos de opinión Opinion Research Business (ORB), daba cuenta de que en el 2007, el 16% de los iraquíes entrevistados afirmaba que había al menos un muerto en su familia y en algunos casos dos. Llegando a la conclusión de que haciendo cuentas habría sido más de un millón los iraquíes muertos durante la guerra, en una población de 26 milllones de habitantes.
Los EE.UU. abandonan un Irak radioactivo
Más de 1.620 toneladas de residuos radioactivos (uranio empobrecido) estallaron en suelo iraquí. Un enorme desastre ecológico. Comparativamente la bomba de Hiroshima tenía 64 kg. lo que representa 14.000 bombas de Hiroshima.
Durante centenares de años esos residuos radioactivos continuarán matando. Algunos científicos estiman que existe actualmente suficiente material radioactivo como para matar a un tercio de la población mundial.
A pesar de que nunca se encontraron en Irak, armas de destrucción masiva han sido los estadounidenses quienes las han instalado ahora en el terreno en forma de material radioactivo. La tasa de malformaciones congénitas aumentó 600 veces.
Cuanto mayor es la destrucción, mayor es el negocio de la reconstrucción
El costo de la reconstrucción de Irak ha sido valuado en 100.000 millones de dólares. El negocio del siglo. Prácticamente todo fue destruido por los bombardeos: pozos petroleros, hospitales, carreteras, aeropuertos, puertos, redes eléctricas y de agua, escuelas…
Las empresas elegidas para realizar la reconstrucción son solo seis, todas estadounidenses, todas seleccionadas por el Ministerio de Defensa de los EE.UU. El primero de la lista es Halliburton, cuyo antiguo presidente era el vicepresidente estadounidense Dick Cheney, quién todavía forma parte del consejo de la filial Kellog Brown and Root. También está la empresa Bechtel Corp, que estaba presidida por George Schultz, antiguo secretario de Estado de EE.UU.
La principal diferencia entre el Plan Marshall y la reconstrucción de Irak reside en que el primero estaba destinado a reconstruir lo que los nazis habían destruido durante la segunda guerra mundial, mientras que en Irak fueron los propios EE.UU. los que destruyeron las redes de agua, electricidad, aeropuertos, escuelas y hospitales.
Todo induce a creer que esa destrucción fue premeditada, si no cómo se explicaría el bombardeo de las redes de agua y electricidad en Bagdad, mientras los estadounidenses no se cansaban de pregonar que sus «bombas inteligentes» solo destruían y con gran precisión objetivos bien definidos.
Como es el pentágono el que decide cuáles son las empresas que van a participar en la reconstrucción, los EE.UU. se contratan a sí mismos. En la elección de las empresas reconstructoras no interviene cualquier organización internacional.
Desde el punto de vista estrictamente comercial, el acuerdo de Camp David de 1989 preveía que las empresas egipcias e israelíes tendrían un tratamiento especial en el caso de que fueran necesarias en la reconstrucción de países de Oriente Medio. Egipto nunca se benefició de ese acuerdo mientras que las empresas israelíes ya han obtenido contratos por valor de 7.000 millones de dólares.
Nota
(1) Según icasualties.org, 4.484 militares estadounidenses murieron en Iraq
Fuente: octopedia.blogspot.com http://tribunaliraque.info/pagina/artigos/noticias.html?artigo=1033
rCR