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Reseña de “La guerra simbólica. Hacia una semiótica para la emancipación” de Fernando Buen Abad Domínguez

Guerra (simbólica) al capital

Fuentes: Rebelión

La guerra simbólica. Hacia una semiótica para la emancipación, de Fernando Buen Abad Domínguez. Edicions Bellaterra, 2012, Barcelona, 264 páginas.

La guerra que el capitalismo libra al mundo libre de sus ataduras ya no es solamente material sino que, por el contrario, la contienda se desenvuelve principalmente en el horizonte simbólico, en el plano semiótico. Simplificando un tanto (inmerecidamente) la cuestión, esta sería la provocativa y lúcida tesis que vertebra la totalidad de la obra de Fernando Buen Abad Domínguez. Si hasta hace pocas décadas, el yugo del capitalismo se manifestaba de una forma estructural, producto de la desigualdad económico-social que genera la inevitable lucha de clases, en los últimos tiempos el territorio donde el dominio capitalista mejor se desenvuelve es en el imaginario, expresado psicoanalíticamente. De ahí que, una de las formas más eficaces que tiene de legitimarse estriba en servirse de toda una serie de aparatos de orden simbólico -medios de comunicación, industria cultural….) para no sólo difundir e inocular su mensaje, sino también para estructurar de una forma prístina la experiencia de los sujetos.

Siguiendo las tesis de Abad Domínguez, muy cercanas en el espíritu a las planteadas por Zizek a lo largo de su crítica a la ideología, la eficacia semiótica del discurso capitalista se erige en uno de los mecanismos más útiles para generar la ideología propia del paradigma capitalista. Sin embargo, no se trata, como nos expone la perspectiva tradicional, de que lo ideológico se constituye en el mero reflejo de una infraestructura caracterizada por las desigualdades y desequilibrios económicos, producto de la apropiación de capital por parte de una clase determinada del orden social, sino que la cuestión estriba en que la ideología es un instrumento que genera por sí sola realidad. Al servirse de todos los instrumentos simbólicos (entre otros), la ideología se encarga de generar experiencia en el sujeto. Dicho sucintamente, lo ideológico no sólo oculta el auténtico estado de (desigualdad) las cosas, ya que además se encarga de gestionar, forjar y producir una nueva realidad en los individuos. Evidentemente, dicha realidad novedosa, se halla perfectamente acorde con la lógica explotadora que caracteriza el capitalismo. Ahora bien, la ideología ya no es solamente el reflejo especular de un orden material, sino que ella goza de una cierta dosis de autonomía y, por ese motivo, se encarga de producir por sí misma realidad.

Al exhumar este carácter estructural que goza lo semiótico para con la percepción que tiene el sujeto de la realidad, la obra de Abad Domínguez, se erige en uno de los análisis más penetrantes y diáfanos del verdadero devenir del paradigma capitalista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.