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Hasta el rabo, todo es toro

Fuentes: Jaque Perpetuo

 «No me gusta decir se lo dije, pero se lo dije». Una frase que le oí muchas veces al hombre que me enseñó la mitad de lo poco que sé de derecho penal: la otra mitad me la han enseñado dolorosamente los jueces.  El difunto fiscal Don Alejandro del Toro Marzal, una persona capaz de […]

 «No me gusta decir se lo dije, pero se lo dije». Una frase que le oí muchas veces al hombre que me enseñó la mitad de lo poco que sé de derecho penal: la otra mitad me la han enseñado dolorosamente los jueces.  El difunto fiscal Don Alejandro del Toro Marzal, una persona capaz de decirle a una Audiencia Provincial -y hasta al Tribunal Supremo- que no estaba muy convencido de las órdenes de sus jefes, pero que si su obligación era embestir, él hacía honor a su apellido.

Pues eso: no me gusta decir se lo dije, pero se lo dije. Los amos y señores de la industria videográfica española me han escuchado decirles, hasta la saciedad, que por la senda de la represión no se va a ninguna parte. Ya en el año 2003, al poco de producirse la primera operación contra una página de enlaces, les dije que por ese camino sólo conseguirían crear héroes y mártires del progreso tecnológico. Cuando una revolución está en marcha, sólo hay un camino: subirse a ella o perecer.

Con el caso Cinegratis.net ya son nueve las resoluciones judiciales firmes por las que se establece que enlazar no es delito. En este caso, la Audiencia Provincial de Cantabria todavía afina más el tiro, y hasta le da pistas al legislador. Lástima que la legislatura esté finiquitada, y con respiración asistida, al igual que la clase política que nos ha tocado sufrir.  El Senado acaba de aprobar, prácticamente sin debate, la reforma del Código Penal que le ha enviado el Congreso.  Evidenciando por enésima vez que la cámara legislativa de segunda lectura es un lujo caro e inútil, que nuestro sistema político no se puede permitir por más tiempo.

Habrá más héroes y más mártires, y las peores cornadas serán las del final de temporada. El toro entablado es el más peligroso, porque sabe positivamente que ya no tiene nada que perder.

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/jaqueperpertuo/2010/06/18/hasta-el-rabo-todo-es-toro.html