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Entrevisa a Maritza Castillo, madre de Camilo Mejía, primer soldado que se negó a ir a la guerra de Irak

«Hay miles de soldados de EEUU que se oponen a la guerra de Irak»

Fuentes:

«Yo he sido testigo del sufrimiento de un pueblo cuyo país esta en ruinas y quienes son además humillados por las requisas, patrullas y toques de queda de un ejército de ocupación… mi experiencia en esta guerra me ha cambiado por siempre» Sgto. Camilo MejíaNos encontramos en el mismo café en Manhattan, Nueva York, donde […]

«Yo he sido testigo del sufrimiento de un pueblo cuyo país esta en ruinas y quienes son además humillados por las requisas, patrullas y toques de queda de un ejército de ocupación… mi experiencia en esta guerra me ha cambiado por siempre» Sgto. Camilo Mejía

Nos encontramos en el mismo café en Manhattan, Nueva York, donde hace unos meses el sargento Camilo Ernesto Mejía escribió su manifiesto de 53 paginas declarándose Objetor de Conciencia convirtiéndose de esta forma en el primer veterano de Irak en negarse públicamente a regresar a la guerra y desencadenando con ello una tormenta política sobre la ilegalidad de esta guerra criminal.

La madre de Camilo, la señora Maritza Castillo, se encuentra aquí para denunciar la situación desesperante de jóvenes humildes como su hijo que se ven forzados a participar en esta guerra inhumana para satisfacer las ansias de poder del grupo que actualmente dirige los destinos de esta nación. En este contexto comenzó la entrevista.

Cuénteme un poco de donde viene usted y Camilo, ¿nació Camilo en los Estados Unidos?

No. Camilo nació en Nicaragua donde yo vivía con su padre. El padre de Camilo es el cantautor popular nicaragüense Carlos Mejía Godoy. Camilo se hizo residente permanente de los Estados Unidos al poco tiempo que llegamos aquí, cuando el tenía 19 años. Actualmente tiene 28.

¿Por qué deciden salir de Nicaragua y como llegan a los EEEUU?

En Nicaragua vivimos una guerra dura, durísima, y después vino el sentimiento de la derrota y la decepción; no con la revolución, sino con algunos dirigentes Sandinistas. Carlos y yo estábamos muy involucrados en la Revolución y por eso mi hijo se llama Camilo, por el cura Camilo Torres, y Ernesto, por el Ché. Después de la derrota electoral salimos de Nicaragua vivimos tres años en Costa Rica pero mis hijos estaban muy chicos y no se adaptaban, finalmente decido venir a este país ya que aquí vivía mi madre, quien es ciudadana estadounidense. Una vez aquí me desvinculé de las actividades políticas y me dediqué a sobrevivir y a trabajar sin descanso para sacar a mis hijos adelante.

¿Cómo se alista Camilo en el ejército?

Bueno, eso pasó en una etapa muy complicada en nuestras vidas. Desde que llegamos como inmigrantes mis hijos y yo tuvimos que desempeñar los trabajos peor pagados. Yo era cajera de un supermercado y nuestra situación económica era muy difícil. La perspectiva de pagar estudios universitarios a mis hijos lucía casi imposible. Fue en ese preciso momento que el reclutador apareció. Fue en la escuela secundaria donde estudiaba Camilo su último año. El reclutador le hablo del orgullo que significa servir a esta nación, de ser parte del ejército mejor preparado, de poder estar entre los mejores hombres y cosas así por el estilo. Pero además le ofrecían entre 30.000 y 40.000 dólares para sus estudios universitarios. Mi hijo estaba muy joven y pasaba por un momento muy difícil, por un lado nuestra estrecha situación económica, y por otro lado el estaba afectado por el hecho de que estuviéramos rodando de país en país y cuando por fin llegamos aquí el necesitaba un sentimiento de pertenencia, de estabilidad y eso fue usado muy bien por el reclutador.

¿Estuvo usted de acuerdo con que Camilo se uniera al ejército?

No. Ese día cuando Camilo llegó a la casa le rogué, le supliqué que no lo hiciera, pero no lo pude persuadir. El le creyó más al reclutador. Ese fue uno de los días más tristes de mi vida. Mi hijo estaba en una edad donde los jóvenes quieren buscar su propio camino e independencia y el decidió seguir con su idea en contra de mi voluntad. Camilo firmó un contrato por tres años pero la verdad es que están obligados a servir por ocho años en cualquier momento, incluso fuera del país. En ese tiempo mucha gente me preguntaba porque yo no quería que él se uniera al ejército si estábamos en tiempos de paz y no había mas Unión Soviética, pero yo sabía que esta es una nación imperialista con un historial y una agenda de guerras expansionistas. Una nación que quiere poseer el planeta y sus guerras siempre han sido afuera, ahí están sus intervenciones en América Latina, Asia y África y el Medio Oriente.

¿Qué hace Camilo cuando termina el servicio activo?

Una vez que termina los tres años consiguió cupo, gracias a su excelente record académico, en la Universidad de Miami. Entonces el ejército le dijo que no le darían dinero para una universidad privada, que tenía que ser pública. Sin embargo Camilo consiguió entrar gracias a sus notas y a préstamos que consiguió sin la ayuda del ejército. Por aquel entonces Camilo decidió entrar al cuerpo de reservistas de la Guardia Nacional para terminar de cumplir sus ocho años del contrato. El quería utilizar su experiencia como soldado siendo útil ayudando la gente en desastres naturales y emergencias domesticas.

¿Cuándo se entera Camilo que lo van mandar a la guerra?

Por agosto del 2002 Camilo escucha de sus superiores la posibilidad de una guerra. El solo me lo menciono y yo empecé a investigar por mi cuenta. Los medios no decían nada pero poco después se hizo claro que el objetivo sería Irak. El 5 de Julio del 2003 Colin Powell presento un informe a la ONU sobre las armas de destrucción masiva que según el poseía Irak. Un informe basado en mentiras, porque las armas químicas que una vez tuvo Saddam se las vendieron ese mismo montón de hampones, empezando por Donald Rumsfield (secretario de Defensa). Ese mismo montón de hampones que apoyan dictaduras como la de Pakistán y Arabia Saudita. Es que cada vez que veo todo eso me da un sentimiento de rabia y de impotencia…

Faltando tres meses para terminar su contrato de ocho años, Camilo se entera que su unidad va a salir para el Medio Oriente. Camilo estaba descubriendo la verdad de los sucios intereses detrás de la guerra, sin embargo el tenía una pelea en la corte por la custodia de su pequeña hija y se sentía intimidado de tener que dejar el país y poder perder a su hija si se negaba a presentarse. Pero Camilo todavía confiaba en el ejército y estaba seguro que al expirar su contrato lo darían de baja ya que según las regulaciones, ningún residente puede permanecer mas de 8 años en el ejército y Camilo era todavía residente ya que el nunca solicitó la ciudadanía estadounidense. 


¿Y que pasó entonces? ¿Confiaron ustedes ciegamente en lo que decía el reglamento del ejército?

Yo no. Yo empecé a mandar cartas a varios senadores, incluso a mismo presidente Bush explicando que era injusto mandar a la guerra a un joven padre cuando su contrato estaba terminando. De la oficina del presidente Bush recibí una carta cuyo texto no tenía absolutamente nada que ver con mi petición; de un senador recibí la respuesta que debía ser mi propio hijo quien hiciera la petición y de inmediato me fui para la base a hablar con Camilo, pero ya era muy tarde. El ya había consultado con el equipo de abogados del ejército quienes le dijeron que debía partir y en esas condiciones sale él para Jordania y en abril entra a Irak.

¿Y cómo era la situación de Camilo en Irak?

Bueno, no recibíamos casi nada de información oficial. Es por esa razón que un grupo de madres y familiares empezamos a crear una red donde nos compartíamos la poca información que nos llegaba. Compartíamos las cartas, todo, y así nos enteramos que estaban patrullando en Irak sin chalecos blindados, escasa agua potable e insuficientes municiones. Empezamos a escribir cartas a los generales denunciando las malas condiciones en que estaban. Las autoridades militares siempre respondían nuestras cartas con evasivas, nos escribían «felicitaciones por su patriotismo» y cosas así. A ese punto empezamos a protestar con otras madres pidiendo el regreso de las tropas de Irak y poco a poco empezamos a atraer la atención de la prensa, pero cada vez que nos hacían una entrevista editaban el contenido cortando nuestras opiniones políticas. Nos hacían aparecer como unas madres llorando y extrañando a nuestros hijos.

¿Y que paso cuando se venció el contrato de Camilo?

En Mayo del 2003 su contrato venció y él inmediatamente exige su retorno. La respuesta de los generales fue que en una situación de guerra su contrato quedaba automáticamente extendido, aun en contra de su voluntad; sin embargo nosotros sabíamos que esa condición aplica sólo para ciudadanos estadounidenses, no así para los residentes. Camilo entonces pidió regresar para renovar su tarjeta de residencia la cual estaba a punto de expirar y para atender al juicio por la custodia de su hija. Al final, dada su persistencia le conceden un permiso de dos semanas. El primero de Octubre Camilo regresa. Para ese tiempo yo ya estaba organizada junto con otras madres y envueltas de lleno en el movimiento anti-guerra.

¿Cuándo y cómo decide Camilo no regresar a Irak?

Primero Camilo trató por la vía legal. Le solicitó al departamento legal del ejército copia de las regulaciones para los residentes prestando servicio. El ejército empezó a darle largas esperando que se le venciera el permiso. Faltando pocos días para que su permiso terminara Camilo recibe una copia enviada anónimamente del libro con las regulaciones vigentes del ejército donde comprobamos que efectivamente no había razón legal alguna que le obligara a regresar. Inmediatamente Camilo le envía un email a su comandante citándole textualmente el párrafo donde se le exime de continuar en servicio activo y la respuesta del comandante fue una sarta de insultos llamándole cobarde y ordenándole regresar. Camilo entonces le escribe al superior inmediato, un coronel en Bagdad, y le explica la situación. El coronel contesta pidiéndole tres días para investigar su caso. Tres días después le contesta que no encuentra las regulaciones y que por lo tanto mejor regrese a Irak y allá ellos revisarían su caso. Es en ese punto que Camilo se niega a regresar.

¿Y cuándo se entrega Camilo a las autoridades militares?

Primero fuimos a New York a contactar unos abogados. Camilo estaba clandestino y necesitábamos protección y ayuda y la red anti-guerra nos la brindó. La organización nos dio todo el soporte que necesitábamos y durante ese tiempo Camilo se crece y se fortalece su conciencia, se da cuenta que hay miles y millones de personas que como a el se oponen a la guerra. Camilo es entrevistado en el famoso programa «60 Minutos» donde es visto por mas de 27 millones de personas y donde denuncia la guerra y declara públicamente que no volverá porque es una guerra inmoral, ilegal, basada en mentiras, motivada por el petróleo donde los soldados son usados como carne de cañón y donde se cometen crímenes de guerra y se violan los derechos humanos de la población civil y de los prisioneros. También es entrevistado por Michael Moore.

Entre las organizaciones que nos ayudaron todo ese tiempo estuvieron Citizens Soldiers y la Abadía por la Paz de Massachussets. En esos días Camilo tuvo la opción de irse a Canadá pero él decidió quedarse ya que no había cometido delito alguno, además de tener a su hija aquí. Después de una preparación legal de cinco meses Camilo escribe su declaración de objetor de conciencia y se presenta al ejército armado de todas las razones legales además de razones morales. Fue el 15 de Marzo. Ese día viajamos todos para estar con el, incluso vino familia desde Nicaragua, además había cientos de personas y periodistas. Incluso un soldado que estuvo bajo las órdenes de Camilo en la guerra declaró ahí ante los medios que «Camilo fue el mejor jefe, el más humano y volvería a poner mi vida en sus manos».

¿Y tuvo Camilo un juicio justo?

No. A Camilo se le juzga por no haber regresado a la guerra pasando por alto su declaración de objeción de conciencia. El tuvo varios abogados que lo ayudaron voluntariamente, incluso el Dr. Ramsey Clark, ex-Fisacal General de los EEUU participa en su equipo de defensa. Sin embargo el juez ignorando todas las pruebas declara a Camilo culpable de deserción. Todavía recuerdo claramente todas las palabras que dijo ese día, «Yo no soy el único juzgado aquí, son ustedes, nosotros, Norteamérica la que esta siendo juzgada por esta guerra y el mundo nos está observando»…»yo estoy hoy aquí defendiendo mi liderazgo con mis soldados, estoy aquí por el pueblo de Irak y no me arrepiento de lo que he hecho»…»Ustedes tienen el poder de condenarme y darme la pena máxima y me duele porque tengo una hija, pero yo tengo un poder mas grande que es mi conciencia y detrás de esas rejas yo soy un hombre libre!» El juez condenó a mi hijo a un año por desertor y le darán la baja por «mala conducta». Una condena injusta, incluso Amnistía Internacional declaró a Camilo prisionero de conciencia.

¿Algo mas que agregar?

Es importante que  el mundo sepa que hay miles de soldados, jóvenes resistiendo la guerra, mi hijo fue el primero en denunciarlo públicamente pero hay muchos que están huyendo a otros países y dentro de los EEUU muchos viven escondidos, en la oscuridad, huyendo para no ir. Hay además un movimiento que se esta organizando de veteranos de Irak contra la guerra, junto con veteranos de Vietnam, y hay cientos de jóvenes que están aplicando a la objeción de conciencia.

¿Y cuando Camilo salga habrá terminado la lucha para usted?

No. Seguiré metida en el movimiento anti-guerra. A pesar del dolor, a la guerra le agradezco que me desempolvó la conciencia y la memoria y por eso seguiré adelante!.

Entrevista realizada por Omar Sierra, del Círculo Bolivariano «Prof. Alberto Lovera» de New York Cbalbertoloverayahoo.com