Tras Edward Scissorhands, el Ciclo sobre vida y obra de Tim Burton, desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños, vía Cine-Club Al Filo del Tiempo, continúa con The Nightmare Before Christmas (1993) o Pesadilla antes de Navidad o El extraño mundo de Jack, de Henry Selick e historia y personajes por Tim Burton. Filme en Stop Motion o animación del volumen, o registro cuadro a cuadro, que da sensación de movimiento a dibujos o miniaturas y, para ello, utiliza cámaras especiales que pueden filmar un cuadro cada vez: en el caso de los dibujos c/u con un ligero cambio en la posición del sujeto y filmados de modo individual; en el de las miniaturas, se filma un cuadro cada vez y sus posiciones se alteran ligeramente entre cuadros. Al proyectar las fotos de forma continua, figuras dibujadas o modelos parecen moverse de seguido. En suma, El extraño… es un filme sobrevalorado sobre un Santa Claus esquelético, es decir, menos calidad que cantidad, más caos que dicha.
Así, aunque se diga una obra maestra de la modernidad, lo cierto es que El extraño… podría ubicarse muy lejos de La bella y la bestia (1991), de Gary Trousdale y Kirk Wise, Aladino (1992), de John Musker y Ron Clements, El rey león (1994), de Roger Allers y Rob Minkoff, Toy Story (1995), de John Lasseter, El jorobado de Notre Dame (1996), de Trousdale y Wise, lo que va sin citar un clásico de animación con marionetas, y con justicia, El sueño de una noche de verano (1959), de Jirí Trnka: filmes, todos, cuyo éxito, fuera de la rentabilidad en el mercado del video casero, llevó a otros grandes estudios a crear sin dilación sus propios departamentos de animación por PC. Aunque, se reitera, en el caso de El extraño… la filmación es cuadro a cuadro, a partir de un cuento de T. Burton escrito hacia 1982, mientras trabajaba como animador en Walt Disney Productions y cuya producción tardó hasta jul.91 cuando Disney Studios la lanzó bajo el sello Touchstone Pictures por razón de su tono gótico.
Todo ello porque el estudio Disney creía que dicho tono gótico sería demasiado oscuro y aterrador para los niños, lo que da risa a los de ahora. Y a sus padres que, luego de ver las pesadillas reales producidas por Trump y Netanyahu, la pesadilla entre gótica, romántica y musical de Burton, en retrospectiva, les parece un tonto cuento de hadas. Cuento mágico o historia ficticia que puede contar con hadas, brujas, duendes, elfos, gigantes, gnomos, ogros, sirenas, troles, e incluir hechizos, por lo general mostrados, como en El extraño…, en modo encadenado e inverosímil de eventos. En el plano actual, como al margen del contexto literario, el cuento de h… se asocia a princesas, así la de Jack sea una deshilachada chica que a cada rato es vuelta a coser y pueda vincularse con cualquier relato retorcido, rocambolesco, fantástico, en fin, de tintes harto extraordinarios. Selick, cual alter ego de Burton, junta con humor, gracia e inventiva al terror fílmico/literario todo tipo de bichos, de sujetos y de cosas.
Entonces, a brujas, espectros, esqueletos, orates de la ciencia y/o muertos vivientes, le suma laboratorios de todo tipo, mansiones en abandono y cementerios, a la vez que usa espacios propios del expresionismo alemán, con sus edificios y formas inclinados y semi deformes, como lugares nocturnos y de lluvia con luces y sombras acentuadas, con ecos de filmes como El gabinete del Dr. Caligari (1921), de Robert Wiene, o El último hombre (1924), de F. W. Murnau, con guion de Carl Mayer inspirado en El capote, de N. Gógol, o Berlín Alexanderplatz (1980), de R. W. Fassbinder, según la novela de Alfred Döblin, filmes a los que Burton les ha hecho guiños a lo largo de su oficio, en especial al de Wiene. El de Selick, vía historia y personajes de Burton, describe a Jack Skellington, el rey de Pueblo Halloween que un día por accidente descubre Pueblo Navidad, se fascina con esta nueva fiesta y decide llevarla a su propia casa u hogar en modo peculiar y gringamente recargado y espeluznante…
Sin tratarse, desde luego, como dicen algunos por ahí, de una simple mixtura de humor negro y plegaria conmovedora sobre cómo entender y respetar las diferencias culturales, sino, más bien, cómo despejar el camino del pensamiento complejo/diverso para imponer, con garrote más que con zanahoria, por vía del fascismo, el pensamiento único, a través de la violencia y si no de la muerte, ya sin guerras convencionales, excepto a punta de privaciones: de bienes culturales, por falta de agua y de salud, a través del hambre. Lo malo es que eso, de forma hábil, lo escamotean Selick, Burton y Disney+, el canal de Streaming en el que hoy puede verse este filme que va más sobre la cantidad que sobre la calidad, como en su momento pasó con The Doors (1991), de Oliver Stone (1), otro musical, rockero, que se centra en la imagen pop de Jim Morrison, con su figura oscilante entre la belleza, la juventud y lo material, y se olvida del resto, ante todo del genio y líder, cantante y pianista, Ray Manzarek (1939-2013).
El extraño… podría verse como el efecto de la mezcla sensata, pero jamás perfecta, entre un virtuoso director de animación Stop Motion y un aventajado autor de la comedia, en este caso musical, también, horror y cine gótico. Sin olvidar, claro, el aporte en el guion de Caroline Thompson, quien ya lo había hecho para Edward manos de tijeras (1990) (2), ese sí por entero de Tim Burton, y fue coautora del de La familia Addams (1991), de Barry Sonnenfeld, filme con el que ella permitía de nuevo dejar ver su talento no sólo para escribir sino para divulgar el de Tim Burton, así como para salpicar de humor las sustancias macabras de su filmografía. El de Selick no es sólo terror cómico sino historia de navidad que pese a no ser género canónico se ha logrado separar y tiene sus propios asuntos y estilos. Para cierta crítica, Pesadilla a… sería un cuento gótico moderno decembrino, tan popular como la novela Canción de Navidad, de Dickens o el relato Cómo el Grinch robó la Navidad, del Dr. Seuss.
Cuando Jack tiene claro que festejar la Navidad es lo que siempre buscó, notifica a los aldeanos: estos no coinciden con su decisión, él se rancha en ella, planea todo al detalle y crea adornos, juguetes, renos. Se apoya en aquellos y envía a un trío de danieles a secuestrar nada menos que a Santa Claus para que no se interponga y aquellos lo entregan al malandro de turno Oogie Boogie. Aquí entra la desflecada Sally, creación de Finkelstein, y psíquica con premoniciones sobre algo malo por suceder, además de enamorada de Jack, de quien presiente que todo lo que urda acabará en desastre, trata de hacérselo saber y de que deje la idea, pero él desobedece y pelea por su sueño individualista, travestido de lucha popular. Jack es loco, idealista y melancólico, pese a su fisonomía y risa lúgubre no puede decirse que sea un tipo malo: más bien, un cándido animado por expandir su alegría a los demás o un pendejo optimista que cree no ser pendejo, lo opuesto al pendejo pesimista que cree ser el único p…
Jack aprovecha la ocasión para pedirle a Sally que le haga un traje de Santa Claus. Así, cuando sale de Halloween Town y entra en Christmas Town (36 y 35 días antes de las fiestas) y los suburbios de los terrícolas, se convierte en un ser contemplativo, típico de las creaciones de Burton: alguien que harto del suyo busca encajar en otro espacio modélico, pero no lo logra. Cuando Lock, Shock y Barrel le llevan a Santa Claus, Jack, perplejo, nota que no es el tipo con garras esperado, le dice que él se hará cargo de la Navidad y le exige al trío por su seguridad. Pero, no le hacen caso y es, en ese punto, que S. Claus es llevado ante O. Boogie, quien planea jugar con su vida. Mientras Sally no logra atravesarse en los planes de Jack y pretende salvarlo de Boogie, acaba por ser la retenida. Los regalos de Mr. Esqueleto producen terror entre habitantes del mundo real, que se contactan con la policía y de vuelta les ordena cerrar sus casas. Al hacer creer a todos que está muerto, el ejército le dispara desde lo alto…
Pronto se sabe que Jack sobrevivió y chocó contra un cementerio, se resiente por los líos que causó, advierte, no obstante, que gozó de la aventura y renovó sus ideas para festejar el Día de la Calabaza, del que es Rey sin par. Y le sale tan natural, como Hitler Trump hoy refiere sus logros, el de echarle azúcar y no fructuosa a la Caca-cola. Al ser herido por los militares, los aldeanos entran en duelo por Jack. Más tarde, recupera la lucidez, identifica sus yerros, regresa a Pueblo Halloween por el auténtico S. Claus, vence a O. Boogie tras desenredar un hilo con su empaque de tela que hace que todos sus bichos se derramen por doquier y lo reduzcan a la nada, y rescata al héroe rojiblanco y a su muñeca de trapo. Aun en medio de su disgusto con Jack por sus errores y por desoír a Sally, S. Claus renueva su amistad con Jack, vuelve a sus hábitos usuales y cambia los regalos, por lo que el pueblo de Halloween celebra el retorno de aquél, que, por fin, junto a Sally revelan su amor en lo alto de Colina Espiral…
Un beso profundo parece sellar un Happy-end. Pero, no, es sólo lo típico del Sistema de entretenimiento para engañar a los incautos que aún puedan creer en fórmulas mágicas para escamotear el fascismo que el capitalismo renueva cada tanto en contra de la Humanidad y, en particular, de la cultura, como forma vulgar de dominación. Como ideología nacionalista y xenófoba y como movimiento político que busca purificar y homogenizar la población en los Estados-nación, existe desde hace un siglo. Su función: defender la economía del capital vía eliminación de la democracia congresional o parlamentaria (elecciones libres, competencia de partidos, división de poderes y garantía de DD.HH) para sustituirla por un régimen autoritario: dictadura de partido único, fusión del legislativo, ejecutivo y poder judicial. Régimen que no contradice el oligopolio de la economía capitalista (3), sino que la refuerza; aunque su función contrarrevolucionaria permanece constante, su apariencia varía.
En conclusión, El extraño… es una animación Stop Motion que se mueve entre la comedia y la tragedia, lo lúdico y lo tétrico, el ingenio para armonizar los mundos adulto e infantil. Un filme más sobre la Navidad que el Halloween y con personajes que sobresalen: Jack el Esqueleto, con su recio/carismático carácter y poderosa voz: la hablada, de Chris Sarandon, y la cantada, de Danny Elfman, a su vez el autor de la b.s.o.; Glenn Shadix, como el Alcalde de Halloween Town, con su doble cara feliz y triste y quien dirige con entusiasmo las reuniones del pueblo; Sally, la modista, incluso de sí misma, toxicóloga que usa varias clases de veneno para liberarse del cautiverio de Finkelstein y amante postrera de Jack; Oogie Boogie, el villano hombre del saco de Halloween Town apasionado por el juego y rival de Jack; Zero, el bicho de nariz roja que sigue a Jack por donde va; en fin, S. Claus, quien gobierna Christmas Town, también llamado Garras de Arena y narrador al inicio del filme…
Uno, se reitera, sobrevalorado, sobre un Jack raquítico y un S. Claus esquelético, al final más fracaso que triunfo. Ninguna obra maestra de la modernidad animada, como si lo son las citadas al inicio, incluida la adaptación de Shakespeare por el checo Trnka u otras obras de Hermína Týrlová (1900-1993) y cuyo tono entre gótico y romántico, atravesado por el esperpento y el vértigo del cine hollywoodense, jamás resulta demasiado oscuro ni aterrador para los niños y da risa a los de ahora e incluso a los adultos, si al frente se tiene a Trump y Netanyahu, los dos genocidas que hoy se ríen del mundo y de la injusticia de la Justicia. Al saber que no hay mayor regalo que estar en esa fecha con los seres queridos, Jack halla el sentido de la Navidad en Sally pues su búsqueda del sentido de la vida es a la vez la búsqueda del sentido de tal fiesta, ya no del Halloween. Tras su fracaso como Santa Claus raquítico, así se reconozca en el Halloween, no logra resistir al encanto del antiguo espíritu de navidad.
Como pasa con El extraño…, The Doors (1991), es un filme underground elevado a la categoría de superproducción, en la que predomina cantidad sobre calidad: muy elaborado técnicamente, sí, pero con una más bien poco asequible, casi esotérica, visión personal no sobre el grupo musical que le da nombre y que operó entre 1965 y 73, sino sobre su cantante, Jim Morrison, la que de paso se olvida de su estrella, el compositor y organista/teclista Ray Manzarek, así como de su creador y guitarrista Robert Alan Robby Krieger, los dos cerebros de la banda formada en L. Á. (lo que va sin hablar de John Densmore). Los que, básicamente, hicieron de ella, uno de las cuatro exponentes claves de la psicodelia en los años 60 del XX al lado de Grateful Dead, Jefferson Airplane y Pink Floyd. (4) Obra en la que la aparente crítica de lo real está al servicio del espectáculo, al contrario de lo que sucede en JFK, filme en el que el espectáculo está al servicio de la crítica de lo real. Como en El extraño mundo…
Para terminar, Pesadilla antes… no es tan inofensiva como se le quiere ver desde la cultura, por más divertida o trágica, gótica o tétrica, fantástica o esperpéntica que sea, sino que es un producto útil al Sistema de Entretenimiento gringo, dominante en el mundo. Una obra basada en el miedo, el terror, el horror, que históricamente ha manejado Hollywood para subyugar la conciencia colectiva a sus intereses privados: v. gr., los del modelo Mkultra (5), eufemismo por método de tortura ejercida por la CIA en contra de artistas, actores y actrices, sobre todo, que no se adaptaran al sistema de producción fílmico o que mostraran rasgos de rebeldía o disensión o crítica al aparato o a su industria, como lo deja ver el siguiente artículo de mpr21: las citas a dicho programa fueron tildadas de conspiranoicas hasta que en 1975 Seymour Hersh las publicó en el NYT. Han pasado 70 años desde que la Big Pharma gringa Ely Lilly produjera LSD bajo técnicas industriales: esto es, el principal vendedor de drogas de la CIA.
Entre los documentos clave de la nueva colección está un plan aprobado en 1950 por el director, para crear ‘equipos de interrogatorio’ que ‘utilizarían el polígrafo, las drogas y la hipnosis para lograr los mejores resultados posibles en las técnicas de interrogatorio’. Un memorándum de 1951 documenta una reunión entre la CIA y funcionarios de inteligencia extranjeros sobre la investigación del control mental y su interés compartido en el concepto de control mental individual: es decir, a lo largo de la llamada Guerra Fría, que sería la III GM a los ojos de Juan C. Monedero pues dejó más muertos que las otras dos aceptadas de forma convencional, los aliados y socios de EE.UU estuvieron al tanto de las técnicas de tortura de la CIA. Hecho que se recogerá en otro libro escrito en torno a la prisión de Abu Ghraib (6), en Irak, manejada por los gringos tras su invasión al país asiático, y titulado Obediencia debida: del 11S a las torturas de Abu-Ghraib (2004), del gringo Seymour Hersh.
Allí, Hersh da respuesta a una pregunta clave: ¿cómo pasó EE.UU de aquella mañana en que unos secuestradores (financiados por los mismos EE.UU, amigos de Bin Laden) estrellaron aviones contra el World Trade Center y, dizque, el Pentágono, a una guerra sucia y polémica y, más allá, arbitraria, con Irak? En Obediencia debida, Hersh examina lo que se esconde tras la guerra contra el terror, para ejercer más terrorismo, del Pdte. Bush y las mentiras y obsesiones que llevaron a los gringos a Irak y a matar, en modo gratuito, a Saddam Hussein en la horca: el sangriento dictador iraquí que fue cazado como un conejo, titula de forma tendenciosa/infame Infobae. (7) El autor ofrece una nueva aproximación al escándalo de Abu Ghraib y señala a aquellos que, en su opinión, son los verdaderos responsables. En definitiva, un retrato devastador de una Administración cegada por el prejuicio y la ideología de un presidente cuyas decisiones han convertido al mundo en un espacio cada día más peligroso…
Tim Burton, artista tal vez bien intencionado, pero que padece el síndrome de Asperger, da en El extraño mundo de Jack todas las señales de ese mundo peligroso, entre paranoico y esquizofrénico, alcohólico y drogadicto, ya no sólo de Hollywood sino de los EE.UU. País que ahora pretende descargarse, por vía de la producción del fentanilo, droga producida y distribuida por ellos a través de los carteles mexicanos a los que financia, sobre México y, en particular, sobre Claudia Sheinbaum, porque es mujer y mexicana. Y porque es la primera mujer mexicana en llegar al Poder del país que le presta y le sirve con entre 30 y 40 millones de personas a EE.UU, pero que por contar con el fusible misógino, xenófobo, racista y sexista Hitler Trump, ahora según él tiene que resignarse a ver regresar a sus migrantes y aceptar los aranceles que se le crucen por la cabeza al loco moniliso, sin rechistar: así por el camino deje las huellas de sus deposiciones y sus retractaciones. He ahí el extraño mundo de Jack Trump.
Notas, enlaces y bibliografía:
(1) https://rebelion.org/jfk-1991-de-oliver-stone-la-denuncia-con-rigor-para-goce-de-los-justos/
(2) https://rebelion.org/fabula-en-clave-de-ia-o-mas-bien-de-bc/
(3) https://www.topia.com.ar/articulos/retorno-del-fascismo-que-y-como
(4) https://www.gruposamericanos.com/rock-psicodelico/
(6) https://www.casadellibro.com.co/libro-obediencia-debida-del-11-s-a-las-torturas-de-abu-ghraib/9788403095502/988739 Otro libro clave es La balada de Abú Ghraib, de Philip Gourevitch y Errol Morris, a partir de las humillantes fotos tomadas en dicha cárcel por los mismos torturadores. https://www.lecturalia.com/libro/65770/la-balada-de-abu-ghraib
FICHA TÉCNICA: Título original: The Nightmare Before Christmas. En castellano: Pesadilla antes de Navidad o El extraño mundo de Jack. País: EE.UU. Año: 1993. Gén.: Animación / Comedia / Drama / Musical / Gótico / Fantástico / Infantil. For.: 35 mm; color; 76 min. Dir.: Henry Selick. Guion: Caroline Thompson. Prod.: Tim Burton / Denise Di Novi / Danny Elfman. Basada en historias y personajes de Tim Burton. Mús.: Danny Elfman. Fot.: Pete Kozachik. Mon.: Stan Webb. Guion gráfico: Joe Ranft. Int.: Jack, voz hablada (Chris Sarandon); Jack, voz cantada (Danny Elfman); Sally (Catherine O’Hara); Dr. Finkelstein (William Hickey); Alcalde de Halloween Town (Glenn Shadix); Oogie Boogie (Ken Page); Santa Claus (Ed Ivory); Igor (Joe Ranft); Lock (Paul Reubens). Prod.: Touchstone Pictures / Skellington Productions. Dist.: Walt Disney Studios Motion Pictures. Estreno: Festival de Cine de NY, 9.oct.1993.
Luis Carlos Muñoz Sarmiento (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y jazz, catedrático, corrector de estilo, traductor y, sobre todo, lector. Fundador y director del Cine-Club Andrés Caicedo, desde 1984. Colaborador de El Magazín EE, 2012; columnista, 2018. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, se lanzó en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por MLK: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Siete ensayos sobre los imperialismos – Literatura y biopolítica, coautoría con Luís E. Soares, publicado por la UFES, Vitória (Edufes, 2020). El libro El estatuto (contra)colonial de la Humanidad, producto del III Congreso Int. Literatura y Revolución, con su ensayo sobre MZO y su novela Changó, el gran putas, lo lanzó UFES, 20.feb.21. Invitado por Pijao Eds. al Encuentro Nal. de Narrativa vista desde las Regiones (Ibagué, 1º a 4 nov.23) Invitado por la UFES al Congreso Literatura, Soberanía Nacional y Multipolaridad (Vitória, 25.nov.23). El 10.abr.2025 fue publicado en Brasil La Fábrica de Sueños – Ensayos sobre Cine, primero de ocho libros por salir en dicho año. Autor en ARC, Rebelión, Magazín de EE, Las2Orillas y traductor/coautor, con Luis E. Soares, en dichos medios. Director del Cine-Club Al Filo del Tiempo, que se emite desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños. E-mail: [email protected]
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