Contra todo pronóstico, mucha más gente salió a votar en Irak, sobre todo en zonas chiitas y del Kurdistán. ¿Para usted cuál es el principal significado de esto? ¿Cuál es el primer mensaje que interpreta de esta participación? Es un poco lo que nosotros siempre hemos dicho en relación con las elecciones de transición. Muchos […]
Contra todo pronóstico, mucha más gente salió a votar en Irak, sobre todo en zonas chiitas y del Kurdistán. ¿Para usted cuál es el principal significado de esto? ¿Cuál es el primer mensaje que interpreta de esta participación?
Es un poco lo que nosotros siempre hemos dicho en relación con las elecciones de transición. Muchos comentaristas tratan de descalificar la elección desde un inicio pensando que la violencia no permite elecciones creíbles, elecciones transparentes.
Mientras que realmente parte de la naturaleza de los procesos de transición es salir de un estado de violencia y de inestabilidad a un estado mucho más calmado, mucho más tranquilo, mucho más estable.
¿Cómo han logrado saber cuántas personas votaron en las áreas chiitas, sunitas y en la zona kurda?
Realmente no existe ninguna precisión en cuanto a la cantidad de personas que vinieron a votar en ninguna parte de Irak. Es más fácil hacer pronósticos en las zonas del sur y del norte del país porque hubo excelente participación.
En las zonas del centro, la situación es más complicada, primero porque la participación no fue igual en todas las zonas. Sin embargo, la tendencia que tenemos es que sí hubo participación más alta en todas partes de lo que se esperaba.
¿Qué porcentaje de participación están manejando ustedes en este momento?
En este momento no estamos manejando ningún porcentaje porque no hay precisión. Estamos esperando los resultados de todo el país.
Los informes de que en algunas zonas del país la participación excedió el 70%, en otras excedió el 55%. ¿No debemos creer esas cantidades?
No, son estimaciones que se han hecho de manera aproximativa, de manera anecdótica y pensamos que en esta elección es tan importante el elemento de participación que es preferible no especular y más bien esperar – un poco de paciencia – a que lleguen los resultados.
¿De dónde están saliendo estas cantidades?
Se hicieron aproximaciones de estimativos que se hacen a partir de distintos grupos: los grupos de seguridad que estaban apoyando el proceso, las diferentes entidades políticas, pero por eso mismo se decidió en el seno de la comisión esperar a que toda la información estuviese recogida, reunida y sistematizada para poder presentarla oficialmente.
¿Usted podría describir estas elecciones como auténticamente libres, justas y transparentes?
Realmente no es a nosotros en Naciones Unidas lo que nos corresponde describirlas de esa manera.
Pero son ustedes quienes se han encargado de organizar esto.
Precisamente porque somos nosotros los que estamos apoyando la organización – nosotros no la organizamos – que no podemos entrar a hacer juicios sobre la calidad de la elección porque estaríamos siendo tanto juez como partido.
Lo que sí le podemos decir es que hay muchos elementos que van en un juicio de elección que son bastantes positivos aquí. Uno de los principales es el hecho de que existe un marco electoral que cumple todas las normas internacionales.
La prensa occidental ha rescatado en todas las primeras planas esta mañana lo que describen como el éxito de las elecciones y de la democracia en Irak. Hasta cierto punto se percibe un excesivo triunfalismo. ¿Usted cree que haya un exceso de optimismo?
Creo que hay que estar en Irak y vivir las condiciones cotidianas del país para saber que un proceso de transición que prometa estabilidad, que prometa un poco más de seguridad es algo que se celebra con muchísima jubilación y optimismo.
Pienso que en Irak la gente ha entendido que esto es un primer paso, una oportunidad. Decidió utilizarla y creo que el sentimiento de optimismo y de festejo que se siente en Bagdad en estos momentos y en el resto de Irak es muy claro.
No creo que la gente esté convencida de que ésta es la solución a todos sus problemas y que ésta es ya la adquisición de la democracia y de la estabilidad en Irak.
La democracia – como lo sabemos nosotros en nosotros países latinoamericanos – no se adquiere, se construye y este es un paso importantísimo en la construcción de la democracia y hay que seguir adelante.