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Crónicas desde Iraq

Iraq, ese cuarto oscuro

Fuentes: Rebelión

(1)  Informar desde Irak se ha convertido en una labor de alto riesgo, como todos saben, no solo para el europeo que asuma el reto sino para los acompañantes locales que le guían. Colaborar con extranjeros puede acarrear graves y fatales consecuencias. Las milicias no entienden de información o solidaridad y de ser detenidos junto […]

(1) 

Informar desde Irak se ha convertido en una labor de alto riesgo, como todos saben, no solo para el europeo que asuma el reto sino para los acompañantes locales que le guían. Colaborar con extranjeros puede acarrear graves y fatales consecuencias. Las milicias no entienden de información o solidaridad y de ser detenidos junto al extranjero en alguno de los trayectos el riesgo para los locales es, si cabe, aun mayor que para quien filma y escribe. El caso de Mastrogiacomo, el periodista italiano secuestrado en Afganistán hace pocas semanas así lo demuestra. El se salvó, sus acompañantes no. El casi centenar de periodistas asesinados en Irak hace imposible informar desde cualquier zona del país que no se encuentre bajo control de las autoridades kurdas, los míticos peshmergas. Pero todos somos conscientes de la importancia que tendría poder transmitir al exterior de Irak una imagen diferente de su sociedad civil: o al menos confirmar que esta existe más allá de las milicias y, sobre todo, pese a ellas.

Durante semanas, incluso meses, he tratado de conseguir el modo de informar de Bagdad junto a sus habitantes. Nunca he considerado la posibilidad de empotrarme con un ejército ocupante. Informar rodeado de guardaespaldas armados no parece la opción mas seria desde el punto de vista ético ya que la identificación entre ejército extranjero y periodistas ha sido uno de los detonantes de los asesinatos de periodistas. Lo mismo les ha sucedido a algunos cooperantes y organizaciones. Trabajar y viajar protegidos por el ejercito les ha puesto incluso ante un riesgo mayor que el que ya de por si acarrea la situación del país. La opción de encerrarse en un hotel de la zona verde tampoco parece la mejor manera de acercarse a los iraquíes para conocerles de cerca. El miedo es tan grande, la tensión a la que se ven sometidos es tan salvaje, que la simple idea de montarse en un coche con uno de ellos hace que el interlocutor se escandalice y se niegue en redondo a cualquier posibilidad de cooperación. Un número muy reducido de traductores y conductores -«fixers» en el lenguaje profesional- esta dispuesto a colaborar con el extranjero. Y quien tiene esos contactos, no los facilita, temiendo poner en riesgo su integridad física. De este modo la información se simplifica, y a medida que el pasa el tiempo sin testigos directos sobre el terreno, la información se aleja cada vez mas de la realidad. Irak se convierte, poco a poco, en una especie de cuarto oscuro sobre el que todo el mundo habla pero respecto al cual perdemos cada vez más los parámetros correctos para interpretarlo correctamente. Quizás la política partidaria y sus implicaciones geoestratégicas permanecen bien cubiertos por la prensa desde los notas de agencia. Pero la realidad que viven sus habitantes y su sociedad civil es una gran incógnita.

Por eso finalmente me encuentro en Erbil. Acompañado de un numero de activistas y trabajadores humanitarios que se agrupan en torno a NCCI (Coordinadora de Ong’s de Irak) y se reúnen periódicamente en Erbil para celebrar reuniones y talleres con el objetivo de planificar su trabajo. Bajo la denominación de HIWAR «dialogo» la ONG local Al Mesalla provee del espacio físico para reunirse y NCCI aporta el capital humano y organizacional. Según Abdallah Khaled, Director del centro, bajo la denominación de HIWAR –diálogo en árabe- «el centro tiene como principales retos servir de punto de encuentro laico y la vez plural y respetuoso con todas las confesiones, apartado de cualquier sectarismo. Pretende convertirse en espacio de trabajo para todos aquellos que se niegan a abandonar la esperanza, proveer de un lugar seguro donde diseñar actividades conjuntas, encontrarse y asesorar a las diversas organizaciones en sus relaciones con el exterior y el desarrollo de su trabajo diario» .

El centro se inauguro el pasado 10 de diciembre. Tuve la suerte de poder estar presente. El encuentro que se celebro en aquella ocasión tenia como objetivo generalizar entre los trabajadores humanitarios locales que aun trabajan en Bagdad el sistema de estándares internacionales «Sphere» que permite, entre otras cosas, mejorar la fiscalización de la información emitida por aquellos que se encuentran sobre el terreno y facilitar de ese modo la ayuda humanitaria en las mejores condiciones. Aquel 10 de diciembre conocí a Ali, medico de un hospital de Bagdad. Estas fueron las frases que recogí aquel día: «en mi departamento hemos tenido que organizar traslados de hospital porque los médicos y las enfermeras de distintas confesiones ya no quieren trabajar juntos o incluso se niegan a tratar a los pacientes que no pertenecen a su sector». Toda una definición del terror en el que vive inmersa esta sociedad. Esta mañana he vuelto a verle y he tomado te con el. Asegura que la situación empeora continuamente. «la ultima locura de los norteamericanos» como define al muro de cemento con el que han comenzado a rodear el barrio de Adamihya en Bagdad, «no servirá absolutamente de nada. En noviembre de 2004 ya aplicaron medidas similares en Fallujah. Tarjetas electrónicas personales, huellas dactilares, identificación por iris. Y nada ha cambiado allí. Ahora pretenden extender el sistema a Bagdad y a Ramadi, la capital de Al Anbar. No servirá de nada. No entienden nada, no quieren aprender de sus errores del pasado». Me despido de Ali por segunda vez y cuando le digo que volveremos a vernos me contesta «yo no estaría tan seguro». Muchos iraquíes viven conscientes de que cada día puede ser el último para ellos.

Mantengo la misma situación con uno de los coordinadores de NCCI. Cedric, un francés de Montauban, rubio y orondo que continúa, pese a las circunstancias, siendo uno de los pocos extranjeros que se mueve por Bagdad sin protección armada en el marco de su trabajo de coordinación humanitaria. Califica cada uno de sus viajes, de no mas de tres o cuatro días «como un autentico suicidio. Me visto con ropas iraquíes, preparo el viaje con semanas de antelación para minimizar los movimientos, me siento en el asiento trasero de un coche y me limito a tener suerte. A este ritmo, llegara un momento en el que sea absolutamente imposible llegar hasta la ciudad. Hoy en día ya hay barrios a los que no podemos ni soñar con acercarnos». Le pregunto si esta dispuesto a continuar trabajando en estas circunstancias. «Mientras quede una sola posibilidad de seguir adelante, no tiraremos la toalla. Nuestro compromiso es firme», contesta.

Cedric ríe, cínico, supongo que por no llorar, cuando le hago la pregunta típica respecto a la situación del enfrentamiento sectario. Su respuesta es clara, «primero les invadimos, después destruimos su país y cualquier forma de estructura estatal que pudiese hacerse cargo de la situación. Una vez destruido el tejido que mantenía unido al país, se desatan las fuerzas oscuras de la lucha por el poder, atomizándose hasta un nivel en el que ya no tenemos interlocutores validos con los que negociar ni siquiera el envió de alimentos y medicinas a quienes los necesitan. Una estructura social que durante cientos de anos ha sido tribal y basada en relaciones fuertemente violentas se ha sentido autorizada a sacar las armas a la calle y defender intereses mafiosos: poder, control económico y acceso a los recursos.» Cedric no menciona la religión en ningún momento. «Es mucho mas complicado que ser sunita o chiíta. Para llevar un cargamento desde el aeropuerto a Diyala, por ejemplo, tenemos que negociar con al menos 10 grupos diferentes que compiten entre si. A veces se trata de pagarles un peaje por atravesar los 20 kilómetros que puede controlar cada uno de ellos, otras veces ni siquiera tiene que ver con el dinero y es, simplemente, poder: caciquismo y control de la fuerza, jerarquía. Pero hay demasiadas jerarquías, tantas, que no son identificables. Llevamos tiempo diciendo que el enfrentamiento en Irak no es solo un enfrentamiento sectario, que también, en el nivel de los partidos políticos, sino un enfrentamiento para controlar el poder entre una infinidad de grupos de estructura mafiosa no identificables». Desesperado, este trabajador humanitario, habla de que se convierte en imposible distribuir comida. En Irak no solo se muere por explosiones, disparos en la nuca y degüellos. Los iraquíes también se mueren porque no tienen comida, agua y medicamentos.

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Irak sufre una crisis humanitaria sin precedentes y de dimensiones trágicas. Según Naciones Unidas, más de 2 millones de personas han abandonado el país desde el año 2003 y 1,9 millones se han convertido en desplazados internos, de los cuales 730.000, según la organización Refugees International, han abandonado sus hogares desde el atentado contra la Mezquita de Samarra que, en febrero de 2006, marcó la radicalización del enfrentamiento sectario. Para comprender el por que de este éxodo masivo, parece interesante mencionar que solo a lo largo del ano 2006 y según datos de la UNAMI (Misión de Naciones Unidas para Irak), 35.000 civiles han sido asesinados y en lo que va de 2007 la media es de más de 100 muertos al día. Cito cifras oficiales, las informales, manejadas por las ONG’s casi las duplican. Siria y Jordania actúan, hasta el momento, y al limite absoluto de sus posibilidades tanto económicas como politicas, como «tapones» ante la marea de personas que escapan de Irak. Hace un par de noches, el Ministro de Interior de Jordania en una entrevista concedida a Al Jazeera internacional aseguraba, con un inmenso estoicismo, que solo 1200 iraquíes viven en Jordania como refugiados. El resto son inmigrantes ilegales. De ser ciertas las cifras mas optimistas que manejan las ong’s esa cifra puede ascender a casi un millón de personas. El 20% de la población de la población jordana. ¿Qué pasara con el agua o, sin ir más lejos, con la vivienda, si las instituciones internacionales no toman cartas en el asunto?. Europa puede esperar una marea de refugiados iraquíes sin que pase demasiado tiempo si no se ataja el problema en su origen y se colabora sobre el terreno con quienes trabajan aquí.

Refugees Internacional ha elaborado un informe sobre la ayuda humanitaria en Irak en el que demuestra la insuficiencia de los fondos destinados a la cuestión de los desplazados internos por parte de las instituciones que tienen la capacidad de apoyarlos. Tan solo en marzo de 2007, se reunieron en Ginebra por primera vez las agencias humanitarias de Naciones Unidas para coordinarse al respecto. Su imagen en Irak se encuentra deteriorada debido a la imposibilidad de la organización para evitar la guerra y a que partir de la radicalización de la violencia, su personal solo se mueve en compañía de la fuerza multinacional incluso aquí, en el Kurdistan, lugar donde podría trabajarse en condiciones de seguridad bastante estables. Mientras yo me desplazo solo y sin problemas, los trabajadores de Naciones Unidas solo lo hacen con escolta militar. La identificación entre ayuda y ejército no favorece de ningún modo el desarrollo de su trabajo.

Los gobiernos europeos y norteamericano siguen implicados en el lenguaje de reconstrucción económica del país, ciegos, de algún modo a las necesidades más urgentes y reales de la sociedad iraquí, las de la cooperación humanitaria, escudándose siempre en la situación de seguridad, que impide desplazar equipos sobre el terreno. La cuarta edición de la Feria-Conferencia «Rebuilding Irak» que se celebrará en Amman la primera semana de mayo es buena prueba de ello contando con la participación, entre otras instituciones, del Instituto Español de Comercio Exterior. La extracción de petróleo se mantiene a toda costa, aun sin alcanzar los niveles previos a la invasión. Especialmente en el Kurdistan, donde no se ha suspendido nunca y que según sus habitantes «flota sobra una primavera de recursos». Mientras tanto, la comida y el agua no llegan a sus destinatarios, cuesta 80 dólares llenar un depósito de gasolina para recorrer 500 kilómetros, en un país conde los sueldos no superan en casi ningún caso los 450 dólares al mes y dos semanas de generador eléctrico, necesario para que la nevera o este ordenador desde el que escribo funcionen correctamente, pueden costar en torno a 150 dólares en función del consumo familiar.

En esta dirección, NCCI (Coordinadora de ong’s en Irak) desarrolla desde hace meses un importante trabajo de lobby ante las instituciones internacionales con competencia en la cuestión con el objetivo de defender la transferencia de fondos y responsabilidades a las organizaciones locales que trabajan sobre el terreno. Prácticamente todos los gobiernos europeos han bloqueado sus programas de cooperación con el país. Las ONG’s no tienen suficientes fondos con los que trabajar. Los representantes de NCCI, que incluso viéndose obligados a cerrar sus oficinas varios meses al año por falta de recursos, continúan trabajando, aseguran que cada vez que muchas de las veces que tratan de pedir fondos a las agencias internacionales se encuentran con las puertas cerradas. «No» es la respuesta que reciben sistemáticamente. Cedric, uno de los coordinadores de NCCI insiste: «llamamos a todas las puertas, asistimos a todas las reuniones a las que se nos permite asistir, repetimos y repetimos lo que nos transmiten los trabajadores humanitarios sobre el terreno con la intención de aumentar el apoyo a las organizaciones que ayudan a los iraquíes directamente sobre el terreno».

Otras ong’s con las que hablo en este encuentro de organizaciones son claras también. «Desde hace meses tratamos de concertar entrevistas con las Embajada en Bagdad. Se niegan a recibirnos. ¿Que es, entonces, lo que hacen allí? Con la AECI española hemos contactado, y nos consta que otras organizaciones españolas lo han hecho también. Siempre dicen que es imposible trabajar en el país. Mientras ellos miran hacia otro lado, esperando a que la situación mejore, muchas personas en Irak trabajan en condiciones limite y sin apoyos externos. Dentro de tres años, querrán venir con su dinero a ponerse medallas y sacarse fotografías y entonces los iraquíes les pegaran una gran patada en el culo mirándoles a los ojos y preguntándoles porque no estaban aquí cuando realmente les necesitaban.»

(3)

En los proximos dias se dictara en Baghdad sentencia contra Ali Hassem Majed, Ali el quimico. Se le acusa de ser uno de los principales instigadores de la campana Al Anfal -denominacion neutra para referirse a lo que aqui todos conocen como el genocidio kurdo– cuando ocupaba el cargo de Ministro de defensa de Saddam Hussein. Mientras se arreglan cuentas con el pasado, en un proceso cuya legitimidad muchos ponen en duda debido a la presencia de una fuerza multinacional ocupante en el pais, Kurdistan vive, por fin, una polemica independencia de facto tras cientos de anos de luchas con sus vecinos del norte, en Turquia, y con sus vecinos arabes del sur.

Desde 1991, cuando las Naciones Unidas establecieron una zona de exclusion aerea que expulso al ejercito iraqui de sus territorio, la region no ha hecho mas que crecer y desarrollarse de modo cada vez mas separado de Irak y unido economicamente a Turquia, el mismo pais que continuamente les amenaza con un ataque si no cesan en su supuesto apoyo a los independentistas kurdos de Turquia, el PKK. En enero de 2006 los dos principales partidos kurdos, el UPK (Union patrotica de Kurdistan) liderado por Jalal Talabani y el PDK (Partido democratico de Kurdistan) liderado por Massoud Barzani, firmaron un acuerdo que sello la paz entre ellos tras una decada de enfrentamiento en la que llegaron a contar con dos gobiernos paralelos, uno en Erbil y otro en Suleimanya. En la actualidad la Region Autonoma del Kurdistan esta dividida en tres gobernaciones: Erbil, Suleimanya y Dohuk. Un cuarto, Kirkurk, se encuentra en disputa con la region central del pais. Rica en petroleo, la region de Kirkurk sufrio un desplazamiento masivo de poblacion desde los anos 60 con el objeto de desquilibrar la balanza demografica, «la arabizacion de Kirkurk» que aun colea y a la que se debe que por ejemplo, para visitar esa ciudad, tengamos que planear el viaje con gran antelacion y amplias medidas de seguridad.

No he podido ver ni una sola bandera iraqui en toda la ciudad de Erbil. Los kurdos se sienten libres, una vez derrocado el regimen de Saddam y nominalmente continuan perteneciendo a Irak aunque en la practica cuentan con un Primer Ministro, Massoud Barzani, del Partido Democratico del Kurdistan, un parlamento propio y fuerzas de seguridad, los miticos peshemergas -que durante anos combatieron en las montanas contra el regimen de Saddam- encargados de mantener la region sellada frente a la violencia que podria contagiarse desde el sur del pais. Checkpoints a la entrada de todas las ciudades y cruces de caminos, patrullas de hombres armados por las calles de las ciudades. Seguridad, en definitiva, que sirve para garantizar la libertad de movimientos con la que un periodista espanol puede moverse por la zona que controlan. De otro modo ya ni siquiera podriamos informar desde aqui.

Pese a la compleja relacion del pasado y las actuales controversias, los kurdos colaboran con el gobierno iraqui. Sin ir mas lejos, el presidente iraqui, Jalal Talabani pertenece a la Union Patriotica del Kurdistan y al mismo tiempo es polemica la participacion de unidades kurdas en el nuevo plan de seguridad de Bagdad ya que implica su entrada en combate contra las milicias sunitas, las mismas fuerzas con las que mantienen una fuerte controversia -en algunas ocasiones armada- en la region de Kirkurk.

La estabilidad del Kurdistan flota sobre el petroleo, la geopolitica y el futuro federal de Irak. La publicacion del informe Baker Hamilton que no contempla la atribucion de mas competencias a la region autonoma ni una solucion a la incorporacion de Kirkurk a la misma, no ha servido mas que para tensar unos animos que pueden estallar en cualquier momento no solo en Kirkurk sino en la ciudad fronteriza de Mosul. Otro viaje pendiente que requiere largos dias de preparacion y un tanto de locura.

Pese a lo inestable de la calma y el desarrollo que se viven actualidad, y por mas que se habla con personas de diversos origenes, la frialdad y ausencia de odio con la que se describe lo sucedido entre 1987 y 1988 demuestra que se ha integrado la tragedia kurda en el proceso de construccion nacional. Faisal es el conductor de los cooperantes de NCCI en Irak. Cuando recuerda aquellos anos, se refiere directamente a la comparacion con Palestina «habia controles militares en todas las carreteras, no podia moverme entre Erbil y Suleimaniya y si queriamos ir a Bagdad, atravesar el punto de control en la carretera de Kirkurk era casi imposible para los kurdos. Toda nuestra vida giraba en torno a un toque de queda que impedia circular entre las 5 de la tarde y las 9 de la manana. Cualquier podia morirse porque ni siquieran dejaban entrar en los hospitales.»

Halabja es ya un caso paradigmatico y bien conocido en el exterior. En torno a 5000 personas fueron gaseadas en varios dias por la aviacion del regimen de Saddam Hussein. 4.500 pueblos desaparecieron, destruidos, y sus habitantes fueron desplazados al sur de Irak, -de donde la mayoria nunca volvio, en el peor de los casos- y a campos de refugiados que se han convertido en ciudades con el paso de los anos. Bahrka a unos kilometros de Erbil es uno de los mas conocidos. En torno a 182.000 personas fallecieron o se encuentran aun desaparecidas.

Recientemente se ha encontrado una fosa comun en la localidad de Nagrasalman, en el sur de Irak, con mas de 500 cuerpos. Sin inmutarse y mientras me explica como se deletrea el nombre de la localidad, Mohammed mi traductor, cuenta, como un hecho mas, «mi hermano estaba trabajando el campo de la familia en Aumar Mamaka, tenia 17 anos. Un helicoptero le vio y le mato. Habian ordenado abandonar el pueblo, pero el volvia de vez en cuando a cuidar de nuestras tierras. Fue en 1986». Cuando le pregunto por los baazistas (partidarios de Saddam Hussein) que participaron en las matanzas y que aun continuan viviendo en el Kurdistan, me mira tranquilamente y asiente sistematicamente ante las palabras de Khaled, abogado de asociaciones kurdas y antiguo guerrillero kurdo «nuestros lideres nos pidieron que les perdonasemos y les han permtido quedarse siempre que no se metan en politica. Sabemos quienes son pero es mejor no vengarse ni hacerles nada, dejarles aqui y que se queden encerrados en sus casas sin molestar a nadie».

Mohammad asegura que corren rumores sobre la ejecucion de Ali el Quimico. Sin que se haya dictado aun sentencia legal, no solo la esperan con interes, sino que algunos kurdos dan por hecho que su ejecucion tendra lugar en las proximas en Halabja, el pueblo que ordeno bombardear con gas. Mas que una realidad supone la silenciosa e intima conviccion de que al final pagara sus crimenes. No puedo atisbar la mas minima piedad al respecto. El dedo se desliza por el cuello y sonrien levemente.

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Calurosa mañana de domingo ante el Parlamento Kurdo en Erbil. Varias organizaciones de la sociedad civil kurda se ha convocado para protestar ante sus representantes y exigirles que actuan ante los llamados «crímenes de honor». El 9 de abril, Doa, una joven de la etnia Yazidia en la aldea de Bahzan, a pocos kilómetros de Mosul, fue asesinada a golpes por su familia. Tenía 17 anos. Su crimen: enamorarse un musulmán. No se trata de un hecho aislado. Otras veces, antes de que llegue el asesinato, la propia joven decide suicidarse. Normalmente prendiéndose fuego.

Stara Aruf, de la Oficina para la Accion Femenina de Suleimanya explica que «quien mata a una mujer, comete un atentado contra la sociedad. Aunque en el Kurdistan existe una tradición de respeto por la mujer mas arraigada que en el resto del país, hemos decidido movilizarnos ante nuestros políticos para pedirles que den un paso y tomen cartas en el asunto. Entregamos una petición colectiva de más de 25 organizaciones para que detengan a los responsables de este asesinato. Pero soy poco optimista. No creo que lo hagan».

A partir de las 11 de la mañana, los manifestantes comenzaron a concentrase a unos 200 metros del parlamento. Unos 30 militares equipados con material antidisturbios y un número indeterminado de policías de paisano, se esforzaban en evitar que la actividad se convirtiera en una manifestación. Finalmente, formaron dos grupos de manifestantes y les permitieron avanzar hacia la entrada mediante un cordón policial que les separaba entre si. Según Ahram Jamal del Instituto para las elecciones de Suleimnaya «es muy difícil desarrollar la democracia en estas condiciones. Nos encontramos ante la responsabilidad de ayudarla a nacer, pero el clima de violencia, incluso en una concentración como esta es muy fuerte, como puedes ver». Ahram se muestra esceptico ante la democratizacion del Kurdistan. «El gobierno no confia en la sociedad civil y no le permite desarrollarse, existe una tension continua entre nuestras actividades y los permisos que podemos conseguir para desarrollarlas. Nuestras libertas sufren violaciones constantes. Irak, y el Kurdistan han sido lugares tradicionalmente violentos y ahora las autoridades han recogido esa tradición pese al cambio de regimen.».

Mientras tanto, Abdullah Khaled y Walid, del centro Al Mesalla reparten posters y calendarios en los que, sobre un florido mapa iraquí puede leerse «llamamos al pueblo a Iraquí a reducir la violencia». Convocan a los participantes a sumarse a la «Semana iraquí de la noviolencia». Entre sorprendidos e interesados, los participantes los recogen, una vez que lo leen, lo hacen suyo y lo levantan al aire ante los soldados. Especialmente las mujeres Yasidias, veladas y rigurosamente vestidas de negro, que participan en la concentración y también se los dan a sus hijos para que los agiten y los muestren ante las cámaras que los filman. Le pregunto a Ahram si ha oído hablar de la Semana iraquí de la noviolencia, «En Suleimanya hemos organizado varias reuniones y actividades con estudiantes de la universidad y con alumnos de escuelas. Hemos conseguido versiones subtituladas en kurdo de documentales sobre Gandhi, Martin Luther King o la lucha de los trabajadores de los astilleros polacos y los mostramos para explicar que podemos defender nuestros derechos sin recurrir a las armas que han destruido Irak. La recepción siempre es positiva, pero nos cuesta mucho pasar de la teoría a la práctica.»

Decenas de asociaciones y más de un centenar de activistas se han puesto de acuerdo para desarrollar actividades en escuelas, teatros y espacios públicos de todo el país a lo largo de una semana. Kut, Baghdad, Basra, Diwaniya, Dohuq, Erbil, Faw, Kirkuk, Maysan, Mosul, Salaheddin, Sulaimaniya, Tikrit.

En conversación telefónica con Bagdad, Basil AbdulKarim responsable de Al Mesalla en la capital me anuncia emocionado que «lo hemos hecho, hemos comenzado la campaña en Bagdad». Desarrollar actividades públicas en la capital de Irak, la ciudad -sin lugar a dudas- más peligrosa del mundo es casi suicida. Si se trata de actividades pacifistas reviste aun más valor. Basil me cuenta, contento «Dos decenas de activistas se han concentrado a las puertas de la Universidad de Al Mustansiriya, en el mismo lugar donde en enero, mas de 60 estudiantes y profesores fueron asesinados. Hemos inaugurado una exposición con sus fotos y hemos repartido posters por la noviolencia incluso fuera de la universidad, en la calle».

Hace tan solo unos días, en Amman, Ismael Dawood, coordinador de la red LAONF (Noviolencia en arabe), me explicaba el objetivo que persiguen con sus actividades a lo largo del todo país. Ismael afirma, absolutamente convencido que quieren «probar ante la comunidad internacional que la sociedad civil iraquí es capaz de organizar eventos unitarios sin limitaciones sectarias, rechazar la lógica de la guerra civil desafiando a los grupos armados, iniciar un proceso de concienciación de la sociedad civil sobre la posibilidad de renunciar al odio y la violencia y tratar de aumentar el numero de personas y organizaciones integrantes de la red LAONF.» La red LAONF, creada a principios del ano 2006 se ha propuesto que los iraquíes retomen el dialogo y rechacen la violencia independientemente de su pertenencia uno u otro origen sectario.

De vuelta en Erbil, finalmente, tras algún que otro grito y forcejeo y exhaustivos cacheos, los manifestantes logran ingresar al Parlamento para entregarle a su Vicepresidente Kamal Kerkuki, la petición de arresto y juicio contra los responsables del asesinato de Doa. Nadie se cree lo que dice, y las preguntas que le lanzan son tan respetuosas como desafiantes. Kerkuki se limita a declarar «los parlamentarios estamos realmente preocupados por el clima de violencia que ha desembocado en la muerte de esta joven. Sabemos que no representa la voluntad del pueblo Yazidios y estamos convencidos de que hay grupos interesados en desatar la violencia entre musulmanos, Yazidios y cristianos que conviven en paz en el Kurdistan. Pretenden dividir nuestro país y esto es solo una muestra. Castigaremos a los responsables.». Nadie le cree. Las mujeres le persiguen e increpan pidiendo justicia e insistiéndole en que hagan algo. Se escabulle hacia el interior del edificio y la manifestación se desconvoca mientras un grupo de Mujeres de negro que porta la foto de la joven asesinada decide permanecer concentrado en silencio ante las cámaras. No todo en Irak se revuelve entre bombas y explosiones. La sociedad civil se organiza y comienza a actuar.