Traducido del inglés por Sinfo Fernández
Raghed Sarmad, de 32 años, y sus dos niños, de siete y ocho años de edad, pasan sus días hurgando entre los montones de basura que pueblan la capital iraquí, Bagdad, en busca de algo que poder vender para comer. Ella prefiere rebuscar entre los residuos sanitarios, porque hay mayor posibilidad de encontrar artículos de algún valor.
Sarmad ignora las numerosas enfermedades que se pueden coger al manejar esos residuos.
«No hay mucha sangre en la basura [por eso es segura]. Encontramos buenos objetos de metal que podemos vender en el mercado. Algunas personas nos compras jeringuillas con agujas. No creo que las agujas puedan dañarnos porque deben haber sido ya esterilizadas», dijo Sarmad a IRIN mientras revolvía los residuos médicos abandonados cerca de la puerta principal del Hospital Yarmuk en Bagdad.
«Tengo que comer y no puedo encontrar un trabajo. A mi marido le mataron hace tres años, dejándome sola con tres niños a los que mantener. Podemos vender algunas cosas que encontramos en los basureros y al menos así conseguimos algo de comida», añadió.
Muchos hospitales en Bagdad dejan sus residuos médicos para que sean recogidos junto a sus puertas principales. Solían quemarlos, pero ya no pueden hacerlo por la carencia de fuel. Lo que agrava este riesgo para la salud es el hecho de que la inseguridad ha provocado que cada vez haya menos basureros, que además cada vez trabajan más esporádicamente.
«Los recogedores de la basura están siendo elegidos como blanco a causa de su pertenencia a determinada secta. Muchos trabajadores se han negado a recoger las basuras en las zonas donde han sido amenazados», dijo Judar Nuridin, portavoz del Ministerio para las Municipalidades y Obras Públicas en Bagdad, añadiendo que han sido asesinados al menos quince trabajadores mientras recogían la basura por la capital.
Los doctores están pidiendo una acción urgente del gobierno que asegure el transporte rápido de los deshechos desde los hospitales a zonas donde puedan ser depositados en condiciones de seguridad.
El Dr. Yamal Kamel, un especialista en enfermedades infecciosas en el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas en Bagdad, dijo a IRIN que la acumulación de residuos médicos supone un riesgo muy serio para todos los que entran en contacto con ellos.
Infecciones virales
«La gente más desfavorecida busca cosas entre la basura que poder reciclar o vender y desconocen todas las enfermedades que pueden llegar a contraer en los basureros. Infecciones bacteriológicas o víricas que pueden cogerse con toda facilidad a partir de los residuos depositados por clínicas y hospitales», dijo Kamel, añadiendo que la recogida de los deshechos sanitarios se ha convertido en un problema en todo el país.
Funcionarios del Hospital Ibn Sina, en la norteña ciudad de Mosul, situada a 390 kms. de Bagdad, dijeron que había basuras que no se habían recogido desde hacía más de una semana y que la gente pobre se había ido llevando las bolsas de plástico de los deshechos sanitarios.
«El hospital carece de medicinas y de profesionales, pero hay también carencia de materiales esenciales como el fuel utilizado para quemar los residuos… No tenemos suficiente fuel para poder hacerlo porque lo necesitamos para el generador eléctrico», dijo Dirar Mashhaddany, portavoz del Hospital Ibn Sina.
«Tenemos casos de infecciones bacteriológicas en cuatro niños que han estado en contacto con los residuos de hospitales y las basuras de las casas durante los últimos dos meses», añadió.
En Ciudad Sadr, una de los mayores suburbios de Bagdad, niños con los pies descalzos juegan cerca de los basureros.
«A lo largo del año pasado, docenas de niños terminaron en nuestras urgencias con síntomas de enfermedades infecciosas debido al contacto con las basuras, algunas procedentes de los residuos del hospital. La pobreza es la causa principal de esos sucesos, pero la falta de preocupación está agravando el problema», dijo Haydar Juri, un pediatra del Hospital de Ciudad Sadr.
«La pasada semana tuvimos un niño con la aguja [de una jeringuilla] clavada en la pierna por jugar con la basura del hospital», añadió Juri.
Ali Hassan, un vecino de nueve años de Ciudad Sadr, es uno de los que acuden regularmente a recoger los residuos del hospital.
«Encontramos cosas estupendas para jugar entre la basura del hospital. Hallamos jeringuillas, algodón y botellas vacías. Una vez encontramos un feto, ¡fue alucinante! Jugamos a que somos doctores. Mi madre siempre dice que me entrene bien porque un día podría ser un buen doctor», dijo Ali.
Enlace texto original en inglés:
www.irinnews.org/Report.aspx?ReportId=71225
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate