Medios de comunicación iraquíes y árabes desmienten la versión oficial de que la sangrienta «batalla de Najaf» tuviera como objetivo abortar un intento insurreccional de una secta chiíta con motivo de la Ashura. Por contra, aseguran que tuvo su origen en una operación policial para evitar la entrada en Najaf de miembros de una tribu […]
Medios de comunicación iraquíes y árabes desmienten la versión oficial de que la sangrienta «batalla de Najaf» tuviera como objetivo abortar un intento insurreccional de una secta chiíta con motivo de la Ashura. Por contra, aseguran que tuvo su origen en una operación policial para evitar la entrada en Najaf de miembros de una tribu contraria a la ocupación. Estos fueron socorridos por una tribu local igualmente disidente. Todos fueron bombardeados.
Hay crecientes sospechas de que la historia oficial de la batalla en las afueras de la ciudad santa de Najaf entre miembros de un culto mesiánico y fuerzas de seguridad iraquíes respaldadas por EEUU, en la que murieron 263 personas y 210 resultaron heridas, es fabricada y se trataría de una matanza de miembros de tribus chiítas no alineadas con la ocupación.
La nueva versión, que ha comenzado a divulgarse en sitios web iraquíes independientes y periódicos árabes, asegura que el incidente comenzó cuando un control policial en el área de Zarka, a 30 kilómetros de la ciudad santa chiíta, recibió a tiros a cientos de peregrinos de la tribu Hawatim, del sur de Irak. El jefe de la tribu, Hajj Saad Saad Najif Hatemi y su esposa murieron acribillados en su coche.
Los miembros de la comitiva, naturalmente armados, respondieron con fuego contra el puesto de control policial para vengar la muerte de su jefe. Miembros de la tribu Jaza’il, de Zarka, trataron de intervenir para detener el enfrentamiento, pero se vieron bajo fuego.
Siguiendo con esta versión basada en testimonios locales, los policías lanzaron un SOS a sus comandantes asegurando que se hallaban bajo fuego de Al Qaeda con armas de grueso calibre. Inmediatamente llegaron los refuerzos, que incluyeron helicópteros estadounidenses, que lanzaron panfletos con la siguiente proclama: «A los terroristas, ríndandes antes de que lancemos bombas contra todo el área».
Los atacados respondieron derribando un helicóptero, a lo que los ocupantes respondieron lanzando un intenso y devastador bombardeo aéreo.
La secta chiíta dirigida por Ahmed Hassani, que no oculta sus diferencias con las autoridades políticas de Najaf pero que se reclama pacifista, se vio involucrada en el enfrentamiento porque su base está en Zarka, lo que fue tomado como una buena excusa para realizar la matanza. Este grupo ha negado que albergara planes para protagonizar una insurrección armada en la ciudad santa con motivo de la Ashura.
Igualmente, las tribus Hawatim y Jaza’il no obedecen a las formaciones chiítas Dawa y Asamblea Suprema para la Revolución Islámica (ASRII), ambas aliadas actualmente de los ocupantes y que copan el Gobierno central del Irak ocupado, así como el poder político local en Najaf.
Tres días después de que los ocupantes y sus colaboradores nativos informaran sobre la «batalla de Najaf», las nuevas informaciones dan cuenta de que se trató realmente de la «matanza de Najaf». Otra más de una larga lista.
Desfalcos en la «ayuda a la reconstrucción»
El informe anual al Congreso de EEUU revela el desfalco de cientos de millones de dólares en Irak. El solar para un campamento de adistramiento de policías 43 millones) sigue vacío. Coches de lujo, piscinas olímpicas y otros gastos, como equipamientos militares, están sin justificar. –
Incertidumbre, pesimismo y temor ante el nuevo «Plan de Seguridad de Bagdad»
BAGDAD
La incertidumbre rodea todavía el nuevo «Plan de Seguridad para Bagdad» ya que hasta este momento se ignora con exactitud cuándo comenzará, aunque algunas fuentes hayan afirmado anteriormente que será la primera semana de febrero.
La capital será dividida en cinco zonas, que estarán administradas cada una por un jefe militar o hakem, que tendrá a cargo fuerzas del Ejército y la Policía iraquíes y tendrá poderes marciales, como castigar sin juicio a los sospechosos.
El plan supondrá la movilización de tres divisiones del Ejército iraquí hacia Bagdad, dos desde el norte del país y otra desde el sur; y la participación de más de 20.000 policías. Además, implica la participación de unos 17.500 de un total de 21.500 nuevos soldados estadounidenses, que el presidente, George W. Bush, anunció enviará al país, en el marco de su nueva estrategia para Irak.
El nuevo plan ha sido precedido en el pasado por otros dos planes de seguridad, que han resultado estériles y no han impedido que la capital sea escenario diario de ataques, secuestros y muertes.
14 muertos ayer
Al menos 14 personas murieron ayer en Bagdad. Los ciudadanos de a pie tampoco ocultan su inquietud. Zaid Mohamed, de 37 años, teme que los controles militares hagan aún más difícil la vida diaria y la llegada de productos básicos a la ciudad. La gente ya ha comenzado a hacer acopio de todo lo que puede en sus casas.
Harez Muntazar al Raui expresa su desconfianza hacia el Gobierno y la Policía. «No son más que promesas», asegura.