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Francia se afianza en Iraq mientras EE. UU. se retira

La biodiversidad de las marismas del sur iraquí en peligro

Fuentes: The New Arab

Foto: Macron ha sido el primer líder internacional en visitar Iraq desde que Mustafa al-Khadimi tomó posesión como primer ministro (Getty Images)

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Mientras Estados Unidos continúa reduciendo su presencia en Iraq más de 17 años después de invadirlo, otras potencias tienen la mirada puesta en el vacío que dejará Washington al  partir.

El presidente francés, Emmanuel Macron, hizo recientemente un viaje a Iraq y ha prometido apoyo económico, militar y político al asediado gobierno del primer ministro iraquí Mustafa al-Kadhimi, reavivando con ello la discusión sobre el papel de Francia en ese país desde la década de 1980 y sus ventas de armas al antiguo régimen de Saddam Hussein.

Sin embargo, a nivel nacional, se mira con sospecha a las potencias vecinas porque miles de toneladas de peces han muerto misteriosamente en las marismas del sur de Iraq.

Las tribus locales, en gran medida dependientes tanto de los peces como de los búfalos de agua para su sustento, han resultado muy afectadas, y algunas acusan de juego sucio a ciertos actores originarios de Irán y Turquía, con grandes economías regionales que intentan exportar cantidades significativas de alimentos, incluidos los mariscos, a Iraq.

Francia se afianza en el país mientras EE. UU. se retira

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha proclamado que va a proporcionar una gran cantidad de paquetes de ayuda para apoyar al asediado gobierno iraquí, ya que los informes indican que Estados Unidos está planeando nuevas reducciones de tropas en el asediado país.

Miles de soldados estadounidenses podrían regresar a casa desde Iraq este próximo noviembre, según declaraciones no oficiales hechas por anónimos funcionarios estadounidenses al Wall Street Journal el viernes pasado.

Las tropas estadounidenses están ahora en Iraq para entrenar y asesorar a las fuerzas de seguridad iraquíes que luchan contra el grupo del Dáesh, pero la relación ha sido a veces inestable debido en gran parte a los ataques periódicos de grupos de milicias respaldados por Irán, que no están del todo controlados por el gobierno iraquí.

Las tropas estadounidenses, tras invadir Iraq y derrocar al presidente Sadam Husein en 2003, se retiraron del país en 2011 pero regresaron en 2014 después de que los militantes del Dáesh atravesaran la frontera siria y tomaran el control de grandes extensiones de territorio iraquí.

Si se concreta, la medida estaría en línea con las promesas de campaña del presidente Donald Trump de traer a los soldados estadounidenses a casa desde las “interminables” zonas de guerra y conflicto en el extranjero.

“Esperamos con ansia el día en que no tengamos que estar allí”, dijo Trump entonces. “Estuvimos allí y ahora nos vamos. Nos iremos pronto y la relación es muy buena”.

“Estamos alcanzando acuerdos petroleros muy importantes. Nuestras compañías petroleras están llegando a acuerdos masivos… Nos vamos a ir y, afortunadamente, vamos a dejar un país que puede defenderse”. Pero los planes estadounidenses de retirarse pueden interpretarse como una oportunidad para que otras antiguas potencias mundiales traten de reafirmarse en el escenario internacional afirmando su presencia en el país.

Francia, que se ha involucrado bastante en la política libanesa desde la devastadora explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto, tiene también ahora bastante peso en el escenario político fracturado e inestable de Iraq.

El presidente Macron llegó a Iraq el miércoles pasado siendo el primer jefe de estado extranjero en visitar el devastado país desde que el primer ministro Mustafa al-Kadhimi asumió el cargo en mayo.

En declaraciones desde Bagdad, Macron dijo que Iraq tenía que reforzar su “soberanía” a pesar de estar atrapado en las tensiones entre Estados Unidos e Irán. “Iraq ha tenido que soportar una época muy compleja durante varios años a causa de la guerra y el terrorismo”, dijo Macron.

Señaló que el país aún lucha por reactivar su economía, mejorar su sistema educativo y poner a los “elementos militares y milicias” bajo control del Estado.

Iraq se ha visto sacudido recientemente por una oleada de asesinatos selectivos de activistas, casi un año después del inicio de protestas públicas masivas que se encontraron con una respuesta sangrienta.

“Estos desafíos se están desarrollando en un contexto regional extraordinariamente tenso, con una fuerte influencia iraní y repetidas incursiones de Turquía, que cada vez interviene más en los asuntos internos iraquíes”, dijo Macron en la última conferencia de prensa que ofreció antes de regresar a Francia.

Sin embargo, lo que resulta cada vez más evidente es el intento de Macron de socavar a sus enemigos en el escenario internacional utilizando Iraq como escenario para ajustar cuentas.

Ankara, que lanzó un asalto transfronterizo contra los rebeldes kurdos en el norte en junio, se ha enfrentado diplomáticamente con Francia por el conflicto en Libia y los derechos relativos al gas en el Mediterráneo oriental.

El presidente francés ha tenido también una relación tensa con su homólogo estadounidense, por lo que su inserción en la política iraquí, en un momento en el que Estados Unidos está considerando reducir su huella en el país, puede interpretarse como un intento de “sacar ventaja” al tradicional aliado de Francia.

Francia estuvo anteriormente íntimamente involucrada con la exdictadura baazista iraquí. Ayudó a Iraq a construir su central nuclear de Osiraq, que fue destruida por un ataque aéreo israelí en 1982, y suministró al ejército iraquí armas francesas de última generación.

El Elíseo corre el riesgo de que se interprete que intenta reconstruir una relación ya  disfrutada anteriormente durante mucho tiempo con varios regímenes iraquíes, y sus promesas de ayudar a Iraq en la cuestión de su soberanía pueden interpretarse también desde ese punto de vista.

Peces y búfalos muertos en las legendarias marismas iraquíes

Miles de toneladas de peces han aparecido muertos flotando misteriosamente en la superficie de los humedales del sur de Iraq al parecer sin una razón discernible, lo que ha levantado sospechas entre las tribus árabes que habitan la zona.

Durante miles de años, varias civilizaciones y tribus han vivido de la flora y la fauna de las marismas del sur de Iraq, conocidas con el nombre de Ahwar ycatalogadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los miembros de las tribus pescaban a menudo en los humedales alimentados por los ríos Tigris y Éufrates, y también permitían que sus búfalos de agua pastaran en las áreas circundantes, vendiendo lo que no consumían.

Sin embargo, esta forma de vida tradicional está ahora en peligro después de que se descubrieran masas de peces muertos flotando en la superficie en circunstancias sospechosas que los lugareños han atribuido a las bandas afiliadas a los comerciantes de productos del mar iraníes y turcos que desean monopolizar el mercado iraquí.

Hussein Serhan, de 70 años, es uno de esos pescadores tribales. “Es un desastre ecológico”, dijo Serhan a AFP. “Hemos perdido todos nuestros ingresos. Necesitaremos años para recuperarnos”.

Otros pescadores que hablaron con AFP tenían teorías más específicas sobre quién era el responsable. “Las bandas”, dijo Hussein Ali, de 37 años, que pesca en otra orilla de la marisma al-Demaj,  de 325 kilómetros cuadrados, en la vecina provincia de Wasit.

Ali y otros culpan a los grupos con supuestos vínculos con los importadores de pescado de envenenar los suministros locales, aunque no especificaron qué sustancia pudo haberse utilizado.

“También han instalado represas a lo largo de los riachuelos que alimentan las marismas, lo que significa que los niveles de agua bajan”, agregó Ali. Dijo que cualquiera que intente quitar las represas, instaladas para elevar los niveles de agua y agrupar las poblaciones de peces, se siente amenazado. “Más de 2.000 familias viven de la pesca en al-Delmaj. No sabemos ya qué más hacer”, dijo Ali.

El pez barbo Himri, nativo de los humedales, es la base del plato nacional tradicional iraquí del masguf, que se asa a la parrilla en todo Iraq, pero es particularmente famoso en la capital, Bagdad. Su popularidad asegura su venta y proporciona ingresos a las tribus.

Sin embargo, este no es el primer desastre ribereño en Iraq: en 2018, los piscicultores alegaron que sus poblaciones habían sido envenenadas envenenadas después de que murieran millones de carpas.

En marzo de 2019, una investigación de las Naciones Unidas atribuyó la causa al virus del herpes Koi y dijo que los excedentes de peces y el agua de río de baja calidad probablemente habían facilitado que se propagara. Sin embargo, este año, un estudio preliminar del Ministerio de Agricultura iraquí descartó cualquier causa viral o bacteriana, por lo que las acusaciones de juego sucio están nuevamente flotando en la superficie.

En junio, el Ministerio del Agua iraquí declaró que bandas criminales habían disparado contra sus empleados mientras intentaban eliminar represas ilegales, lo que da más credibilidad a la acusación de las tribus de los pantanos que habitan el área de que en agosto habían tenido que enfrentarse con un grupo armado que intentaba instalar ilegalmente represas en los arroyos.

Los furiosos lugareños acusan a las autoridades federales y provinciales de no querer asegurar las marismas. «¿Dónde está el Estado en todo esto? ¿Dónde están mientras todos estos desastres amenazan con aniquilar nuestros peces?” dijo Ali.

El ministro de Agricultura iraquí, Mohammed al-Khafaji, dijo que se había iniciado una investigación.

Una teoría especulativa que se extiende entre los iraquíes es que las empresas turcas e iraníes que generalmente importan productos del mar a Iraq habían pagado a determinadas bandas para envenenar deliberadamente las marismas o interrumpir los flujos de agua porque estaban preocupados de que los consumidores iraquíes optaran por barbos cada vez más baratos, excluyendo del mercado los mariscos importados.

Los barbos se venden típicamente a los países vecinos del Golfo, pero este año, con las fronteras cerradas durante meses debido a la covid-19, el bigotudo pescado inundó los mercados locales, lo que llevó a los iraquíes a optar por estas capturas nacionales asequibles, apiladas en puestos de madera, en lugar del pescado importado.

Imad al-Makrud, que cultiva barbos en Al-Delmaj, señaló que la demanda interna había realmente aumentado.

“Bajamos nuestros precios de venta. El kilo cayó de 10.000 dinares iraquíes a 2.000 (poco más de 1,50 dólares)”, dijo. “Irán y Turquía, los principales exportadores de pescado a Iraq, perdieron mucho dinero”, dijo Makrud.

Sin una intervención estatal urgente que incluya no solo medidas de aplicación de la ley para frenar a las bandas ilegales, sino también esfuerzos diplomáticos para alentar a Turquía a liberar más aguas río arriba detrás de las represas hidroeléctricas turcas, la biodiversidad de las marismas iraquíes y las formas de vida tradicionales que se encuentran allí podrían estar en grave peligro.

Fuente: https://english.alaraby.co.uk/english/indepth/2020/9/9/the-iraq-report-france-asserts-itself-as-us-withdraws

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la fuente original, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de aquella.