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"La Administración estadounidense es la responsable de todas estas matanzas"

La carnicería de Ciudad Sáder y sus consecuencias

Fuentes: Iraq Solidaridad

Lo ocurrido en Medina [Ciudad] as-Sáder ayer [23 de noviembre] es una sangrienta y repugnante carnicería [1], que pone al descubierto en qué extremo de deterioro vive el «nuevo Iraq» y cómo el actual gobierno [iraquí de Nuri al-Maliki] es incapaz de hacerle frente o de implementar alguno de sus compromisos para garantizar la seguridad […]

Lo ocurrido en Medina [Ciudad] as-Sáder ayer [23 de noviembre] es una sangrienta y repugnante carnicería [1], que pone al descubierto en qué extremo de deterioro vive el «nuevo Iraq» y cómo el actual gobierno [iraquí de Nuri al-Maliki] es incapaz de hacerle frente o de implementar alguno de sus compromisos para garantizar la seguridad y proteger las vidas de los civiles inocentes.

Pero es la Administración estadounidense es la responsable de todas estas matanzas porque es quien ha cometido los errores mortales que están pagando el pueblo iraquí con la sangre y las vidas de su gente. El mayor de estos errores fue la disolución del ejército iraquí, desmantelar las estructuras de seguridad y reforzar el poder de las milicias y del gobierno sectario al que protegen.

Iraq se hunde en el mar de sangre de la guerra civil sectaria; está entrando en la más peligrosa de las situaciones: la venganza y la contra-venganza. Las milicias sectarias y los escuadrones de la muerte secuestran a personas de confesión sunní, [y] los torturan con taladros eléctricos hasta la muerte. La respuesta de organizaciones [sunníes] es hacer estallar coches-bomba contra los mercados y las aglomeraciones shiíes para segar también la vida de inocentes sin hacer distinciones. A la sombra de esta espiral repugnante de venganza -sin perder de vista las injerencias de los servicios secretos extranjeros en el escenario- se produce una explosión aquí y un asesinato allá para echar más leña al fuego de la escisión.

El gobierno, carga y castigo de la población

La clase gobernante en Iraq tiene también buena parte de responsabilidad en el derramamiento de sangre por dos motivos. El primero, porque desde el primer día en que asumieron el poder ha funcionado con una mentalidad vengativa y ha usado las milicias para ajustar cuentas; el segundo, porque [la clase dirigente] no se ha comportado en ningún momento como el gobierno de todos los iraquíes, de las distintas confesiones y etnias, que debía ser, trabajando para aplicar la ley y los preceptos constitucionales, el primero de ellos proteger la vida de todos los iraquíes sin importar su confesión o procedencia.

La carnicería de ayer en Medina as-Sáder genera temor de que estalle una guerra civil sectaria y nos adentremos en una época en la que será difícil solucionar o minimizar los peligros. Esta carnicería ha puesto en evidencia que el proceso político que se ha instaurado bajo la protección de la ocupación ha fracasado. El gobierno, que la expresión por excelencia de este proceso, se ha convertido en una carga y en un castigo para el pueblo iraquí.

Los estadounidenses utilizan a este gobierno elegido democráticamente en un clima de impostura, mentira y engaño para desentenderse de cualquier responsabilidad legal ante la deteriorada situación actual y de sus sangrientas consecuencias; también para decir que ellos no gobiernan Iraq, que hay un gobierno iraquí que es quien gestiona los asuntos del país y es el responsable de todo lo que ocurre.

Es una pena que esta falacia estadounidense haya calado en algunos iraquíes sedientos de poder, aunque lograr este poder sea a costa de la seguridad de Iraq y de su estabilidad, sirviendo en bandeja genocidios.

Un informe de Naciones Unidas asegura que cerca de 7.500 iraquíes han sido asesinados en los meses de septiembre y octubre pasados, y que el número de heridos multiplica por cuatro veces esta cifra [2]. A ello hay que sumar la emigración de más de dos millones de iraquíes a países vecinos para poner a salvo sus vidas [3]. La masacre de ayer no hace sino presagiar un oscuro y sangriento futuro.

La ocupación estadounidense ha cambiado Iraq, pero a peor, y lo ha convertido en una gran fosa común, en un escenario de anarquía y guerra civil sectaria, con la ayuda de algunos políticos iraquíes que han antepuesto sus propios odios sectarios y doctrinales al interés de Iraq, su pueblo, su seguridad, su estabilidad y su unidad.

Notas de IraqSolidaridad:

1. La cifra de muertos de los ataques coordinados contra Medina as-Sáder supera los 200 muertos.
2.
www.uniraq.org
3. Según Naciones Unidas, un millar de iraquíes se convierten en desplazados internos como consecuencia de los operativos de los ocupantes y de la violencia sectaria. Asimismo, 2.000 iraquíes huyen al día a Siria, y otros 1.000 a Jordania. En total, 1,6 millones de iraquíes se han convertido en refugiados internos y otros 1,8 han abandonado su país desde el inicio de la ocupación (The Washington Post, 24 de noviembre, 2006).

Al-Quds al-Arabi, 24 de noviembre, 2006
Al Fanar Traductores (
www.boletin.org) e IraqSolidaridad (www.iraqsolidaridad.org), 28 de noviembre, 2006. (Traducido del árabe por Al Fanar Traductores)