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Vietnam, Guatemala, Grenada, Yugoslavia – destrucción sistemática y obligaciones violadas

La deconstrucción de Iraq

Fuentes: peacepalestine

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens

El letrero en la fachada dice: «Iraq está abierto para los negocios». Leímos lo que hace y lo que dice el presidente iraquí, o el ministerio de esto o de aquello, y es fácil quedarse con la impresión de que Iraq se convierte en un Estado soberano, aunque no sea particularmente laico y a pesar de que emplea la tortura; pero después de todo, es un Estado independiente, que funciona, ¿no es cierto? Luego leemos que el FMI y el resto de la mafia financiera internacional – con USA en su papel sine qua non de costumbre – otorgan inmensos préstamos al país y condonan deudas, con las condiciones de costumbre; en la situación actual, que se acabe con los subsidios gubernamentales para el combustible y otros productos del petróleo. Y así el gobierno comienza a reducir los subsidios para estos productos que afectan casi cada aspecto importante de la vida, y los precios se quintuplican rápidamente, provocando amplio descontento y protestas. [1]
¿Quién querría sumar más sufrimientos a un pueblo como el iraquí que ya está por los suelos, en esta nación soberana? Pero la mafia financiera internacional se preocupa sólo de que los países cumplan con ciertos criterios consagrados en Economics 101[curso de economía básica, N.d.T.], como ser un presupuesto equilibrado, privatización, desregulación, haciéndose así más atractivos para los inversionistas internacionales.
En caso de que la presencia de 130.000 soldados usamericanos, una cantidad cada vez mayor de bases de USA en crecimiento descontrolado, y todas esas leyes restrictivas de la Autoridad Provisional de la Coalición, diseñadas en Washington, que siguen vigentes, no basten para tener a raya al gobierno iraquí, esto lo hará: Iraq tendrá que aceptar que su economía sea dirigida por el FMI durante la próxima década. El mismo FMI que Joseph Stiglitz, el economista laureado con el premio Nobel y disidente ex jefe economista del Banco Mundial, describe como «ha llevado a Rusia y a Argentina al desastre y dejado una huella de economías en desarrollo devastadas por su camino.» [2]
A esto se agrega la revelación del despilfarro por la ocupación usamericana del recurso más valioso de la nación: el petróleo. Hay que leer el nuevo informe: «»Crude Designs: The Rip-Off of Iraq’s Oil Wealth» de la organización no-gubernamental, Platform. [Vea http://www.rebelion.org/noticia.php?id=23876]
Entre sus conclusiones:
El informe revela cómo una política petrolera originada en el Departamento de Estado de USA iba a ser adoptada en Iraq, poco después de las elecciones de diciembre, sin debate público y a un coste potencial inmenso. Esa política adjudica la mayoría de los campos petrolíferos de Iraq – que representan por lo menos un 64% de las reservas de petróleo del país – a su desarrollo por compañías petroleras multinacionales.
El coste estimado para Iraq durante la duración de los nuevos contratos petroleros es de entre 74.000 y 194.000 millones de dólares, en comparación con la permanencia del petróleo en manos públicas.
Los contratos garantizarían masivos beneficios para las compañías extranjeras, con tasas de rendimiento entre un 42 y un 162 por ciento. El tipo de contratos que asegura estos rendimientos es conocido como acuerdos de compartimiento de la producción. [PSA por sus siglas en inglés] Los PSA han sido enérgicamente impulsados por el gobierno de USA y por los grandes del petróleo y tienen el respaldo de altos personajes en el Ministro Iraquí del Petróleo. Sin embargo, los PSA duran entre 25 y 40 años, son usualmente secretos e impiden que los gobiernos alteren posteriormente los términos del contrato. [3]
El autor y principal investigador de «Crude Designs», Greg Muttitt, dice: «El tipo de contratos que está siendo impulsado constituye la opción más cara y antidemocrática disponible. El petróleo de Iraq debería beneficiar al pueblo iraquí, no a las compañías petroleras extranjeras.» [4]
Noam Chomsky señaló recientemente: «Esperan que creamos que USA habría invadido Iraq si fuera una isla en el Océano Índico y sus principales exportaciones fueran pepinillos y lechuga. Es lo que esperan que creamos.» [5]
Reconstrucción, tu nombre no es Usamérica
La administración Bush ha anunciado que no va a pedir más fondos adicionales para la reconstrucción de Iraq en la solicitud de presupuesto que será presentada al Congreso en febrero. Cuando se haya gastado el resto del presupuesto de reconstrucción, los funcionarios usamericanos en Bagdad han dejado en claro que otros donantes extranjeros y el novato gobierno iraquí tendrán que encarar lo que las autoridades dicen que son decenas de miles de millones de dólares en trabajos que aún quedan por realizar sólo para asegurar servicios fiables de electricidad, agua y otros, para los 26 millones de iraquíes. [6]
Hay que señalar que estos servicios, incluyendo los servicios sanitarios, fueron en su mayor parte destruidos por los bombardeos usamericanos – la mayor parte de modo bastante deliberado – comenzando con la primera Guerra del Golfo: los bombardeos duraron 40 días y noches, demoliendo todo lo que conforma una sociedad moderna, seguidos por 12 años de implacables sanciones económicas, acompañadas por 12 años de bombardeos, a menudo diarios, que supuestamente servían para proteger las así llamadas zonas de no-vuelo; finalmente, el bombardeo, la invasión y la devastación generalizada que comenzó en marzo de 2003 y que continúa mientras lees estas líneas.
«USA nunca tuvo la intención de reconstruir Iraq por completo,» declaró a periodistas el general de brigada William McCoy, comandante del Cuerpo de Ingenieros del Ejército que supervisa el trabajo, en una reciente conferencia de prensa. En una entrevista de la semana pasada, McCoy dijo: «Esto no iba a ser más que un arranque rápido.» [7]
Es un modelo notable por su coherencia a través de los años: Usamérica tiene un prolongado historial de bombardeo de naciones, de reducción a escombros de vecindarios enteros y de gran parte de las ciudades, destruyendo la infraestructura, arruinando la vida de los que no mueren bajo las bombas. Y después hace espantosamente poco o literalmente nada por reparar el daño.
Vietnam
El 27 de enero de 1973, en París, Usamérica firmó el «Acuerdo sobre la Terminación de la Guerra y la Restauración de la Paz en Vietnam». Entre los principios que aceptó Usamérica se encontraba el declarado en el Artículo 21: «En cumplimiento de su tradicional [sic] política, Usamérica contribuirá a remediar las heridas de la guerra, y a la reconstrucción de la República Democrática de Vietnam [Vietnam del Norte] y en toda Indochina.»
Cinco días más tarde, el presidente Nixon envió un mensaje al primer ministro de Vietnam del Norte en el que estipuló lo siguiente: (1) El Gobierno de Estados Unidos de [Norte] América contribuirá a la reconstrucción de posguerra en Vietnam del Norte sin ninguna condición política. (2) Estudios preliminares usamericanos indican que los programas apropiados para la contribución de Usamérica a la reconstrucción de posguerra serán del orden de 3.250 millones de dólares de subvención de ayuda durante 5 años. No pagaron ni un centavo de la ayuda prometida para la reconstrucción. Ni lo pagarán jamás.
Durante el mismo período, Laos y Camboya fueron arrasados por implacables bombardeos usamericanos igual que Vietnam. Después del fin de las guerras de Indochina, esas naciones también vivieron la «política tradicional» de cero reconstrucción de Usamérica. Luego vinieron los bombardeos usamericanos de Grenada y Panamá en los años ochenta.
Panamá y Grenada
Cientos de panameños elevaron una petición a la Organización de Estados Americanos, controlada por Washington, así como ante tribunales usamericanos, hasta llegar a la Corte Suprema de USA, solicitando una «compensación justa» por el daño causado por la Operación Causa Justa (no-fue-señal-de-burla: es el nombre con el que bautizaron a la invasión y el bombardeo usamericanos). Lo que recibieron fue peor que nada, lo mismo que recibió la gente en Grenada.
Sudán
En 1998, Washington, en su interminable sabiduría, disparó más de una docena de misiles crucero contra un edificio en Sudán del que afirmó que producía armas químicas y biológicas. El edificio, completamente pulverizado, era en realidad una importante planta farmacéutica, vital para el pueblo sudanés. Usamérica admitió efectivamente su error al liberar los activos del propietario de la planta, que había congelado. Seguramente había llegado el momento de la compensación. Sucede que al dueño, que presentó una demanda, no se le ha pagado un centavo; tampoco a los heridos en el bombardeo. [8]
Yugoslavia
Un año después sobrevino el caso de Yugoslavia: 78 días de bombardeos permanentes, que virtualmente transformaron ese Estado avanzado en pre-industrial; las necesidades de reconstrucción eran sobrecogedoras. Han pasado seis años y medio desde que los puentes yugoslavos cayeron al Danubio, las fábricas y casas del país fueron arrasadas, sus carreteras inutilizadas, el transporte destruido. Pero el país no ha recibido ningún medio para la reconstrucción de parte del arquitecto y principal perpetrador de la campaña de bombardeos: Usamérica.
El día después del anuncio mencionado sobre el fin de los esfuerzos de reconstrucción de USA en Iraq, se informó que Usamérica también terminaba su compromiso de reconstruir Afganistán [9]. Esto, después de varios años del usual lanzamiento de bombas y misiles contra ciudades y aldeas, con la destrucción y la ruina de costumbre.
Esas extrañas costumbres tribales
El 7 de diciembre, el programa «All things considered» de National Public Radio presentó un informe sobre el asesinato «por honor» de una joven en Iraq que había sido secuestrada. Tuvo que ser muerta por su familia por la simple posibilidad de que habría sido violada por sus captores; la familia tenía que proteger su honor; era una hija muy amada y admirada, pero a pesar de ello, su primo la mató a tiros. No tenía nada que ver con el Islam, dijo la información, fue una «costumbre tribal».
Este informe fue seguido de inmediato por Gary Anderson, coronel en retiro de los Marines de USA, que argumentó que Usamérica tiene que mantener su curso en Iraq. Está preocupado de que bin Laden et al, pensarán que Usamérica es «un rajado». Dice que irse ahora «deshonraría» a los iraquíes y que al parecer él está dispuesto a seguir asesinando cualquier número de personas de ese mismo pueblo iraquí para preservar su honor. Los antropólogos dicen que parece ser una especie de «costumbre tribal» en el país de Anderson. Presumiblemente al buen coronel no le preocupa que una gran mayoría de la gente informada del mundo piense que Usamérica es un poder imperialista asesino – probablemente se enorgullece de ello – sino la posibilidad de que piense que es un «rajado». Tendrán que pasar por sobre su cadáver. O sobre el cadáver de alguna otra persona.
Karma yanqui
Los problemas sobre la inmigración a Usamérica desde el sur de la frontera continúan de año en año, y cada vez se discuten los mismos temas una y otra vez: ¿Cómo bloquear el flujo hacia el país? Una amnistía, un programa de trabajadores visitantes, si los inmigrantes contribuyen a la economía, que los inmigrantes cobran asistencia social, el control de los empleadores que contratan a inmigrantes… etc. etc., y así sigue el tiovivo, durante décadas. De vez en cuando, alguien opuesto a la inmigración cuestionará si Usamérica tiene alguna obligación moral de aceptar a esos inmigrantes latinos. Una respuesta a esa pregunta sería: Sí mister, Usamérica tiene una obligación moral porque tantos de los inmigrantes escapan de situaciones en sus patrias que se han hecho desesperadas por las intervenciones usamericanas. En Guatemala, Washington derrocó al gobierno progresista que estaba sinceramente comprometido con la lucha contra la pobreza. En Nicaragua, intervino a través de terroristas asesinos desde países vecinos. En El Salvador, USA tuvo un papel importante en la represión de un movimiento que trataba de lograr un gobierno semejante, y en menor medida, tuvo ese rol en Honduras.
El resultado final de esas políticas ha sido un ejército de gente desesperada que va hacia el norte en busca de una vida mejor, y al hacerlo se suma al lastre de pobreza de México, induciendo a numerosos mexicanos a emprender la marcha hacia Yanquilandia.
Aunque Washington no ha intervenido militarmente en México desde 1919, durante los años USA ha estado suministrando entrenamiento, armas y tecnología de vigilancia a la policía y a las fuerzas armadas de México para mejorar su capacidad de reprimir las aspiraciones de su propio pueblo, como en Chiapas, y esto se ha sumado a la afluencia de los empobrecidos hacia Usamérica. Además, el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA), ha provocado una inundación de granos baratos subvencionados de USA a México y llevado a numerosos agricultores mexicanos a abandonar sus campos y a unirse a la corriente inmigratoria hacia el norte.
Bacterias letales en Washington
¡Um!, tal vez corremos realmente un peligro de un ataque biológico… pero no de al Qaeda. Una semana después de la masiva manifestación contra la guerra en Washington del 24 de septiembre, se reveló que bacterias letales han sido detectadas en varios lugares de la ciudad, incluyendo el Lincoln Memorial, situado muy cerca de la manifestación. Controles de biopeligros instalados en varios lugares dieron resultados positivos el 24 y el 25 de la bacteria francisella tularensis, que causa la enfermedad infecciosa tularemia, una dolencia parecida a la neumonía que puede ser adquirida a través de la inhalación de bacterias transportadas por el aire y que puede ser fatal. Este agente biológico está en la «lista A» de biopeligros del Departamento de Seguridad Interior, junto con el ántrax, la plaga y la viruela. [10]
Mi primera reacción al leerlo fue: Esos hijos de puta… les gustaría castigar a la gente que protesta contra la guerra. Los considero capaces de cualquier cosa.
La segunda fue: ¡Déjate de ser tan paranoico! Las noticias citaron a funcionarios federales de la salud que dijeron que la bacteria tularemia puede ocurrir naturalmente en el suelo y en pequeños animales.
La tercera idea se me ocurrió más de un mes después, cuando leí por casualidad que en los años sesenta hubo un programa del Ejército de USA que realizó numerosos ejercicios con la fumigación aérea de barcos de guerra usamericanos con miles de soldados a bordo. Utilizaron una amplia variedad de agentes químicos y biológicos para saber más sobre la vulnerabilidad de esos barcos y del personal a bordo ante tales ataques y para desarrollar procedimientos para reaccionar si ocurren. Entre los agentes químicos y biológicos utilizados estuvo pasteurella tularensis (otro nombre para francisella tularensis), que, dijo luego el Departamento de Defensa, causa tularemia, que puede causar síntomas muy serios, y que tiene una tasa de mortalidad de aproximadamente un seis por ciento. [11]
Estos ensayos utilizaron, en efecto, a miembros de las fuerzas armadas como conejillos de indias, sin su consentimiento informado y sin una atención médica posterior adecuada. Fue un guión implementado en numerosas ocasiones durante la Guerra Fría, y después, involucrando literalmente a millones de militares, con frecuentes efectos dañinos, incluyendo por lo menos varias muertes, militares y civiles. No deja de ser posible que en alguna fecha futura oigamos que ensayos similares siguen ocurriendo como parte de la guerra contra el terrorismo. De todo esto concluyo que si a nuestros gloriosos dirigentes no les preocupa en particular la salud y el bienestar de sus propios soldados, los desdichados soldados que reclutan para combatir las guerras del imperio, ¿cómo nos puede sorprender que no les importe la salud y el bienestar de aquellos de nosotros que nos oponemos al imperio?
Las libertades cívicas tienen un lugar importante en el centro de la retórica de la administración Bush: «Éste es un programa limitado diseñado para prevenir ataques contra los Estados Unidos de [Norte] América y, repito, limitado,» dijo el presidente Bush hablando del espionaje interior de la Agencia Nacional de Seguridad contra usamericanos, sin orden judicial. [12]
Por malo que sea, el hombre sabe lo que dice. Es fácil criticar el programa de espionaje interior, pero la realidad es que el presidente tiene razón, evidentemente es un programa limitado. Limitado a los que son espiados. Nadie – repito, nadie – al que no se espía, es espiado. Por otra parte, ha habido eruditos legales, como el ex juez de la Corte Suprema Lewis Brandeis, que opinan seriamente que todas las escuchas gubernamentales deberían ser consideradas como una investigación inconstitucional bajo la Cuarta Enmienda, que, hay que recordar, indica: «El derecho de los habitantes de que sus personas, domicilios, papeles y efectos se hallen a salvo de pesquisas y aprehensiones arbitrarias, será inviolable y no se expedirá al efecto mandamientos que no se apoyen en un motivo verosímil, estén corroborados mediante juramento o protesta y describan con particularidad el lugar que deba ser registrado y las personas o cosas que han de ser detenidas o embargadas».
Thomas Jefferson dijo que el precio de la libertad es la vigilancia eterna. Pero, como alguien ha señalado, hablaba de que los ciudadanos vigilaran al gobierno, no al revés.
NOTAS[1] Los Angeles Times, 28 de diciembre de 2005, p.1; Agence France Presse, 23 de diciembre de 2005
[2] Johann Hari, «Why Are We Inflicting This Discredited Market Fundamentalism on Iraq?» The Independent (Gran Bretaña), 22 de diciembre de 2004; Sí, 2004, ha sido un trabajo que ha progresado cuidadosamente desde hace bastante tiempo.
[3] http://www.informationclearinghouse.info/article11330.htm
[6] Washington Post, 2 de enero de 2006, p.1
[7] Ibíd.
[8] William Blum, «Freeing the World to Death: Essays on the American Empire», p.134-8
[9] Washington Post, 3 de enero de 2006, p.1
[10] Washington Post, 2 de octubre de 2005, p.C13
[11] Parte de «Project Shipboard Hazard and Defense (SHAD)», Department of Defense «Fact Sheets» publicadas en 2001-2, «Shady Grove» test; http://www.deploymentlink.osd.mil/current_issues/shad/shad_intro.shtml
Vea también Associated Press, 0 de octubre de 2002, The New York Times 24 de mayo de 2002, p.1
[12] Associated Press, 2 de enero de 2006
William Blum es autor de «Killing Hope: US Military and CIA Interventions Since World War 2», «Rogue State: A Guide to the World’s Only SuperpowerWest-Bloc Dissident: A Cold War Memoir»
«Freeing the World to Death: Essays on the American Empire» www.killinghope.org
http://peacepalestine.blogspot.com/2006/01/william-blum-there-goes-neighbourhood.html
Traducido del inglés al castellano por Germán Leyens, miembro de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística ([email protected]). Esta traducción es copyleft. «