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La «excusa» de Iraq

Fuentes: Rebelión

Recientemente Bush ha acusado a los terroristas (no se refiere a sí mismo, claro), de utilizar Iraq como «excusa» para «intimidar al mundo» y «esclavizar naciones». También Blair dijo que «Iraq no es una excusa válida», en referencia a los atentados de Londres. El tono suena como el del niño que llega a casa con […]

Recientemente Bush ha acusado a los terroristas (no se refiere a sí mismo, claro), de utilizar Iraq como «excusa» para «intimidar al mundo» y «esclavizar naciones». También Blair dijo que «Iraq no es una excusa válida», en referencia a los atentados de Londres. El tono suena como el del niño que llega a casa con malas notas y dice «es que los profesores me tienen manía», a lo que contestan los padres «basta de excusas y ponte a estudiar».

El caso es que bajo ese comentario de la «excusa de Iraq» se esconde una sutil y muy eficaz trampa de la propaganda. Consiste en desviar la atención de las explicaciones y las causas a las justificaciones morales. Algo así:

A: Creo que los atentados se deben en parte a la invasión de Iraq

B: O sea, que estás justificando los atentados por lo de Iraq

Y aquí acaba el diálogo, porque en la vida real no hay oportunidad para la contrarréplica, de modo que los políticos dicen siempre la última palabra. Pero lo cierto es que la respuesta de B no se corresponde con lo que dice A, porque ambos están hablando de aspectos distintos de la cuestión. A se refiere a las causas de los atentados, a su explicación racional. B está hablando de ética, de si los atentados son moralmente aceptables o no.

Para averiguar si existe una relación causal entre dos fenómenos lo primero es ver si ambos están correlacionados, es decir, si se dan conjuntamente más allá del simple azar. Por ejemplo, la aparición de lluvia no está correlacionada con que haya luna llena, porque la lluvia se da con la misma frecuencia para todas las fases de la luna. Por tanto, podemos asegurar que la luna llena no es una causa de que llueva.

Aplicando el mismo razonamiento podemos descartar las tesis oficiales de que los atentados terroristas se dirigen contra la democracia o contra la libertad. Si así fuera, los atentados se distribuirían aleatoriamente entre los países que supuestamente atesoran la democracia y la libertad, pero sabemos que se dirigen sólo contra unos países muy concretos. El propio Bin Laden dejó este punto muy claro, «¿por qué no hemos atacado Suecia?» La respuesta es tan obvia como incómoda: Suecia no apoya los principales motivos del mal llamado «terrorismo islámico», a saber, la invasión de Iraq y la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel.

Es ahí, pues, donde debemos buscar las causas de este terrorismo, en eso que tienen en común los países atacados. Y así lo señalan algunos expertos en el tema, pero cuando esto se comenta los políticos se limitan a negarlo. Así, poco después de los atentados de Londres, el ministro de exteriores británico, Jack Straw, declaró indignado:

«El tiempo para las excusas al terrorismo ha terminado. Los terroristas han golpeado a todo el mundo, a países aliados de Estados Unidos, que respaldan la guerra en Iraq, y a países que no tienen nada que ver con la guerra en Iraq» (…) «Han golpeado en Kenia, en Tanzania, en Indonesia, en Yemen. Han golpeado este fin de semana en Turquía, que no apoyó la guerra en Iraq»

Para refutar esto basta con navegar un poco por internet, lo que está al alcance de cualquiera, pero sobre todo hace falta la voluntad para querer refutarlo. Los atentados en Kenia y Tanzania no ocurrieron en cualquier lugar de esos países sino precisamente en las embajadas de Estados Unidos en esos países. Los varios atentados de Indonesia han tenido lugar en discotecas repletas de australianos y en la embajada de Australia, fiel aliado de Estados Unidos. El atentado de Yemen fue contra un destructor de Estados Unidos. Y finalmente el atentado en Turquía al que hace referencia Straw, en un minibús ocupado por turistas británicos, se atribuye a la guerrilla kurda, por lo que responde a motivaciones bien distintas. Pero todo eso a Straw le da igual; el terrorismo es todo lo mismo y se mueve sólo por el odio … contra la libertad. Esa es la doctrina, tan burda como indiscutida.

Resumiendo, los atentados terroristas se producen principalmente contra los países que bombardean, invaden y reprimen, y en segundo lugar contra los países que apoyan todo eso, los aliados y «amigos». Esa es la conclusión a la que llegan muchos expertos, la percepción que tiene la mayoría de la gente, a juzgar por las encuestas, y además es lo que declaran los propios autores de los atentados. Pero esto no puede ser aceptado de ningún modo por los gobernantes que impulsan esas políticas, porque sería tanto como reconocer que, no sólo lo que hacen no reduce el terrorismo, sino que lo incrementa.

Hasta aquí por lo que se refiere a las explicaciones, que, insisto, son algo separado de las justificaciones. Pero digamos algo de esto último. Bush, Blair y compañía rechazan Iraq como «excusa» para el terrorismo, dicen que nada justifica matar inocentes. De acuerdo, entonces ¿cuál es su «excusa» para haber matado a tantos miles de inocentes? ¿qué justifica esta forma de terrorismo, incomparablemente más letal que el de Al Qaeda? ¿las armas de destrucción masiva? ¿la democracia? ¿la libertad? Francamente, me resulta imposible entender cómo estos asesinos pueden mirarse al espejo cada mañana.