¿Qué va a suceder en el futuro? Con elecciones o sin ellas, la resistencia causará golpes cada vez más duros a las fuerzas de ocupación. Si la consulta electoral se celebra, la mayor abstención se dará particularmente en las regiones de Mosul, Tikrit, Samarra, Bagdad, Hila, Faluya, Ramadi es decir, sobre un espacio suficientemente grande y poblado como para privar de legitimidad el escrutinio. Si las elecciones se aplazan, será considerado como una afrenta por parte de George W. Bush y como «una catástrofe inimaginable» por los simpatizantes de Ali Al-Sistani, según sus propias palabras.
En una región del mundo donde no existen elecciones de ningún tipo y si las hay, son poco o nada democráticas -y que incluye a Israel- las elecciones previstas para el 30 de enero en Iraq no serán «el ejemplo a seguir» como lo imaginaban los neoconservadores americanos, sino una «farsa electoral» como las llaman numerosos movimientos de resistencia.
George W.Bush, el ayatolah Ali Al-Sistani y sus seguidores hacen frente común para que las elecciones legislativas se celebren antes de la fecha límite fijada el pasado mayo de 2004 por la Autoridad Provisional de la Coalición, sea cual sea la situación. ¿Lo conseguirán? Según el colombiano Carlos Valenzuela, jefe de la misión de observadores de la ONU en Bagdad, únicamente la falta de urnas y de boletines de voto obligaría al «gobierno» iraquí a posponer la fecha del escrutíneo. Para evitar los riesgos de sabotaje, dice, se han fabricado fuera
En teoría…
Entonces, si las elecciones no se «dejan» para días mejores, los iraquíes elegirán «a cuota» 275 deputados y los miembros de 18 consejos provinciales. En Kurdistán, «autonomía obliga», los kurdos renovarán los 111 miembros del Parlamento regional.
El número de electores se estima en 13,9 milliones, cálculo basado en las cartillas de racionamiento distribuidas por el gobierno iraquí durante el embargo. Un millón de iraquíes expatriados podrán votar en sus embajadas en caso de estar inscritos. Sin contar las recientes deserciones, cerca de 6.000 candidatos repartidos en un centenar de listas se presentarán a las legislativas. Más de 7 500 candidatos competirán por un puesto de consejero provincial.
Si los observadores locales e internacionales aseguran que la consulta transcurre sin demasiados problemas, la nueva «asamblea nacional», llamada constituyente, nombrará a los miembros de un nuevo «gobierno». La Asamblea redactará la nueva constitución iraquí que será votada en un referéndum nacional cuya fecha ya está fijada para el 15 de octubre de 2005. Dos meses más tarde se volverán a celebrar elecciones legislativas con el fin de elegir una asamblea nacional definitiva. En fin, veremos si todo transcurre sin obstáculos, pues la incertidumbre no falta.
Sobre el terreno
La empresa Manpower-Suisse –que elabora las listas electorales en Iraq- por ahora tiene censados solamente a 3 millones de electores No es nada extraño, puesto que las dificultades encontradas sobre el terreno son prácticamente insalvables. Las cartillas de racionamiento que sirven de referencia fueron distribuidas por hogar y no están actualizadas. ¿Quién podrá comprobar si algunas de las personas inscritas tienen hoy la edad de votar o se borran los nombres de las que fallecieron?
Otro problema: en el Sur de Iraq de mayoría chií ahora hay más electores de lo previsto. Cientos de miles de iraquíes de origen iraní e iraníes arabófonos se han instalado en Nayaf, Basora o Kerbala. Se estima que su número se eleva a un millón En su mayoría son simpatizantes del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq de Abdel Aziz Al-Hakim o del Partido Al-Dawa. Exigen poder participar en las elecciones. ¿Quién puede impedirselo? Aún peor: teniendo en cuenta la perspectiva de que la lista unitaria patrocinada por el ayatollah Al-Sistani obtenga la mayoría de votos, 600 personalidades chiíes de las provincias el sur se han reunido en Nayaf a primeros de diciembre de 2004 para exigir la creación de la constitución de una región autónoma chií.
En Kurdistán, la presión independentista es tal que los dirigentes kurdos consideran ahora la posibilidad de celebrar un referéndum al mismo tiempo de las elecciones a fin de obtener respuesta a la pregunta: ¿Quereis o no la independencia para Kurdistán?». Si este proyecto se hace realidad, la secesión de la región es inevitable. En Kirkuk, Masoud Barzani y Jalal Talabani hicieron ratificar la limpieza étnica anti-árabe y anti-turcomana en curso desde hace un año. Ahora amenazan con boicotear a nivel local las elecciones si los árabes «transplantados» son autorizados para votar.
Puesto que las elecciones son por cuota, los americanos cuentan con los embajadores iraquíes en el extranjero para que el millón de expatriados inscritos elijan diputados liberales o sunníes pro-occidentales. Sabiendo que más de 3 millones de iraquíes abandonaron su país en los últimos 14 años, es fácil imaginar las «manipulaciones» que ocurrirán en los consulados.
Peligros en el horizonte
Sea en Palestina o en Iraq, elección no rima con ocupación, pero sí con liberación. El pasado 7 de diciembre Vladimir Putin declaraba a Iyad Allaoui, «primer ministro» iraquí, que no se podía «imaginar cómo se pueden organizar unas elecciones en condiciones de ocupación total de un país por tropas extranjeras». Operaciones llevadas por la Resistencia, represión indiscriminada por parte de las tropas americanas, ejecución de colaboracionistas, atentados indiscriminados, son hechos que de por sí no incitan a acudir a las urnas y las amenazas de muerte lanzadas por el «Ejército Islámico de Iraq», el «Ejército de Ansar al-Sunna» y el «Ejército de Muyaidines» todavía menos. Para esas tres organizaciones votar equivale a «apostatar», y cada voto es «una puñalada en la espalda».
Hoy día el miedo entre los candidatos es tal, que algunos exigen que ni su nombre ni su foto aparezcan en las listas electorales. Esto llevará a situaciones grotescas y poco democráticas: los electores no sabrán a quién van a elegir, o no podrán diferenciar algunos partidos políticos con nombres y objetivos similares. El lado surrealista de la situación no se le escapó a Hazim Al-Chaalan, «ministro» iraquí de Defensa a quien el diario Al-Sharq Al-Awsat preguntaba sobre las medidas previstas para proteger a los candidatos y a los electores. Simplemente respondió: ninguna, porque los iraquíes «no saben quién es candidato y quién es elector».
En el campo de la resistencia chií, Moqtada Al-Sadr anunció que él no votará, lo que equivale a una llamada al boicot de las elecciones. En un mensaje leído por el Sheij Abdul Zahrah Al-Suwayi en la mezquita Al-Muhsin de Bagdad, Al-Sadr insistía: «por negaros a participar os condenarán como enemigos de la democracia, pero el hecho de participar os hará caer en una trampa de la que no podréis salir nunca más». Cientos de miles de electores del barrio de Sadr-City y los chiíes sorprendidos por la duplicidad mostrada por Ali Al-Sistani durante la batalla de Nayaf seguirán su ejemplo.
¿Qué va a suceder en el futuro? Con elecciones o sin ellas, la resistencia causará golpes cada vez más duros a las fuerzas de ocupación. Si la consulta electoral se celebra, la mayor abstención se dará particularmente en las regiones de Mosul, Tikrit, Samarra, Bagdad, Hila, Faluya, Ramadi es decir, sobre un espacio suficientemente grande y poblado como para privar de legitimidad el escrutinio. Si las elecciones se aplazan, será considerado como una afrenta por parte de George W. Bush y como «una catástrofe inimaginable« por los simpatizantes de Ali Al-Sistani, según sus propias palabras. La Hawza de Nayaf, la autoridad suprema para la mayoría de chiíes de Iraq, efectivamente a elevado la obligación de votar a nivel de la oración y el ayuno, dos de los grandes principios del Islam
En ambos casos, la imagen de la democracia occidental y del proyecto americano del Gran Oriente Medio sufrirá un golpe. Pero no exageremos, la administración americana sobrevivirá a ello. No le faltan escenarios de repuesto. Otros peligros se avistan ya en el horizonte. Se conocen como balkanización, partición, guerra civil.
Traducción para CSCAweb de Natalia Litvina