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En la ocupación e invasión de Iraq dirigida por Estados Unidos han muerto más periodistas que en cualquier otra guerra de la historia

La guerra de Iraq, la más mortífera para los periodistas

Fuentes: Aljazeera

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

El 8 de abril de 2003, durante la invasión de Iraq dirigida por Estados Unidos, el corresponsal de Al Jazeera Tareq Ayoub fue asesinado cuando un avión de combate estadounidense bombardeó la sede de Al Jazeera en Bagdad.

La invasión y los subsiguientes nueve años de ocupación de Iraq se cobraron las vidas de una cantidad sin precedentes de periodistas. Sin lugar a dudas fue la guerra más mortífera para los periodistas de la historia.

Resulta inquietante que murieran más periodistas en asesinatos selectivos en Iraq que en circunstancias relacionadas con el combate, según el grupo Comité para Proteger a los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

Las investigaciones del CPJ muestran que «al menos 150 periodistas y 54 trabajadores relacionados con los medios murieron en Iraq desde la invasión dirigida por Estados Unidos en 2003 hasta la declaración del final de la guerra en diciembre de 2011».

«Estados Unidos no dio la bienvenida a los medios», declaró a Al Jazeera Soazig Dollet, directora de la oficina de Oriente Próximo y África del norte de Periodistas sin Fronteras. «Es verdaderamente obvio».

Desgraciadamente para Al Jazeera y Tareq Ayoub, la declaración de Soazig Dollet era completamente cierta.

Los periodistas «no deberían estar aquí»

Durante la invasión y ocupación de Iraq Al Jazeera soportó un aluvión constante de verborrea belicosa por parte de los altos cargos del gobierno. El entonces secretario de Defensa Donald Rumsfeld calificó un reportaje de Al Jazeera en árabe de «despiadado, inapropiado e inexcusable».

Pero el ataque verbal había ido precedido de bombas en Afganistán.

Estados Unidos bombardeó la oficina de Al Jazeera en Kabul durante la invasión de Afganistán dirigida por Estados Unidos en 2001 y atacó a este medio muchas veces durante la invasión de Iraq en 2003, incluido el asesinato de Ayoub, a pesar de que Al Jazeera había proporcionado al Pentágono las coordinadas de su sede de Bagdad en febrero de 2003.

El mismo día en que Ayoub fue asesinado un tanque estadounidense disparó un obús contra el Hotel Palestina, donde vivían y trabajaban más de cien periodistas internacionales no empotrados destinados entonces a Bagdad. El obús se estrelló contra la oficina de Reuters y asesinó a dos cámaras, Taras Protsyuk, de Reuters, y José Couso de la cadena española Telecinco. Aquel día las fuerzas estadounidenses también atacaron una oficina de la TV de Abu Dhabi.

En la espeluznante declaración al final de aquel sangriento día la entonces portavoz del Pentágono Victoria Clarke dejó clara la política del Pentágono respecto a los periodistas no empotrados en las tropas estadounidenses cuando les advirtió de que Bagdad «es un lugar seguro. Ustedes no deberían estar aquí».

Falta de justicia

Para 2010 Periodistas sin Fronteras había registrado la muertes de 230 profesionales de los medios, un 87% de los cuales eran iraquíes.

El día en que Ayoub fue asesinado junto con los otros dos cámaras se convirtió desafortunadamente en una advertencia de lo que estaba por llegar para los periodistas que trabajaban en Iraq.

A pesar de que la contabilidad realizada tanto del CPJ como de Periodistas sin Fronteras es muy elevada, otro grupo, el Tribunal Brussells, ha elaborado una contabilidad detallada de las muertes de los trabajadores iraquíes de los medios , además de proporcionar un relato detallado de cada muerte. Llega a la conclusión de que han muerto 382 periodistas y trabajadores de los medios entre iraquíes y no iraquíes.

Sin embargo, el índice de impunidad de Iraq o el grado en el que quienes perpetraron estas muertes se han librado de procesos judiciales por asesinar periodista es a todas luces el peor del mundo. Incluso hoy, cuando Iraq ha evolucionado más allá del conflicto estadounidense, las autoridades tanto iraquíes como estadounidenses no demuestran interés en investigar estas muertes.

Dima Tareq Tahboub, la viuda de Tareq Ayoub, todavía está de luto por su esposo fallecido, luto que afirma que es prolongado debido a la falta de justicia por lo ocurrido.

«A día de hoy no se ha hecho justicia después de diez años», declaró a Al Jazeera.

En su búsqueda de justicia por la muerte de su esposo Tahboub ha presentado demandas en Bélgica, Estados Unidos y Jordania, pero «ninguno de los casos tuvo éxito y el abogado estadounidense finalmente nos informó de que se había concedido la inmunidad judicial a los soldados».

Hoy reconoce que el esfuerzo hecho por personas individuales como ella misma «no es suficiente» y pide que los observatorios de los medios y grupos de derechos humanos trabajen constantemente en busca de justicia y para proteger mejor a los periodistas en zonas de conflicto de todo el mundo.

Consecuencias a largo plazo

Tahboub y su hija de 11 años, Fátima, luchan hoy en día para sobrellevar la pérdida de Tareq.

«¿Acaso alguien sobrelleva alguna vez la pérdida de un ser querido?», preguntó a Al Jazeera. «El hecho de que los asesinos sigan impunes ahonda nuestro dolor y agonía. Estamos varadas en el pasado, incapaces de avanzar y de pasar página con algún tipo de alivio».

Soazig Dollet cree que la invasión y ocupación estadounidense de Iraq tiene unas consecuencias a largo plazo para la libertad de prensa en Iraq y considera que es probable que continúen los ataques a periodistas.

«Entre 2003 y 2010 los estadounidenses detuvieron y encarcelaron en prisiones iraquíes a más de 30 periodistas iraquíes», explicó. «Los estadounidenses detuvieron arbitrariamente a todos estos periodistas, de la misma manera que hoy el gobierno iraquí continúa deteniéndolos».

Tahboub sigue esperando que en última instancia la muerte de su marido acabe en una acusación formal a las personas responsables del gobierno Bush.

«Aquellos miembros del ejército estadounidense que fueron responsables y los demás perpetradores deberían ser llevados ante los tribunales», afirmó. «Deberían ser acusados del asesinato premeditado de Tareq y revelar la verdad del ataque a la oficina de Al Jazeera en Bagdad».

«El trato de Estados Unidos a los periodistas durante y después de la invasión fue una clara violación de la Convención de Ginebra», añadió Soazig Dollet. «Periodistas sin Fronteras sigue enfadado por lo que ocurrió en Iraq y nosotros seguimos investigando quién es responsable de todos los asesinatos de periodistas extranjeros e iraquíes, y nuestro objetivo es llegar a los tribunales».

Soazig Dollet tiene claro a quiénes considera responsables su grupo: «Estados Unidos, como potencia ocupante de Iraq durante todos estos años, tiene una enorme responsabilidad de lo que ocurrió», concluyó.

Al Jazeera sigue esperando que gobierno de Estados Unidos se disculpe por la muerte de Tareq Ayoub.

Fuente: http://www.aljazeera.com/humanrights/2013/04/2013481202781452.html