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¿La industria mueve sus hilos?

Fuentes: Granma

Es creciente el ascenso de una industria musical que se aleja de conceptos establecidos por los mismos patrones que hoy se contradicen. Si acudimos a la relación entre las discográficas, patrocinadores, managers y artistas con sus respectivas audiencias, hallaremos cambios significativos en años recientes. El mundo sonoro de hoy, obviamente, ha cambiado, y no porque los gustos, tendencias o las bandas lo hayan hecho propiamente, sino porque en un elevado porciento la industria del entretenimiento obliga a entretenernos a toda costa.

Hace pocas semanas, la televisión cubana exhibía una interesante película musical de la cual podríamos extraer algunas sólidas verdades en torno al mundo del show business –desconocido para muchos– y sus maneras de hacer. La era del rock, el filme en cuestión, fue estrenado en 2012 y es, a su vez, una adaptación del musical homónimo de Broadway. Narra una historia con el trasfondo sonoro del rock en torno a una polémica figura de ficción llamada Stacee Jaxx, músico legendario cultivador del heavy metal, alrededor del cual se entretejen varias alusiones muy claras del funcionamiento pragmático de la industria.

En el filme, que abarca los años 80, se recrean varias tesis y una de ellas fue introducir un personaje que deseaba depurar la ciudad de Los Ángeles de todo lo que oliese a rock’ n’ roll, llamando a protestar y a quemar discos frente al teatro donde se desarrolla la trama, azuzando el estereotipo de que era música inherente a sexo y drogas. Hasta ahí la ficción.

¿Acaso no es eso una clara alusión a lo acontecido en 1979 en el Comiskey Park en Chicago? Bajo argumentos similares, varios presentadores de programas de radio, frenéticos, convocaron a sus seguidores a dicho estadio de beisbol para quemar discos de estrellas de la música disco, acabando la noche en disturbios, cuando una muchedumbre histérica invadió el terreno de juego. Se recuerda tristemente como Disco Demolition Night, y fue un puntillazo para que el género y sus cultores no fueran radiados ni grabados, obligando a la música disco al destierro sonoro y comercial. Pero la gran duda es ¿por qué la industria calló y no movilizó sus resortes para revertir lo ocurrido? ¿miedo, o ya tenía reemplazo para todos esos artistas?

Según otro enfoque de la película, algunos promotores y productores ya veían el rock obsoleto y querían sepultarlo para dar lugar a nuevas tendencias. Así, el inescrupuloso manager de Stacee Jaxx involucra a un joven cantante rocker (no sin antes arrancarle sus sueños de superestrella del heavy metal) y le crea una banda de pop llamada Guyeezz z, sentenciando así la muerte del rock y tildando la nueva banda como el sonido del momento, cuando en realidad rozaba el ridículo musical y visual. ¿Coincidencias con la vida real? ¿Acaso grupos así no inundaron la radio y los aforos en esos mismos años?

Esos dos ejemplos de este filme de ficción, pero con basamentos en cronologías musicales, nos pueden conducir a varias preguntas. ¿Un género sonoro muere de forma natural, o su fin es inducido por la industria? ¿Quiénes lo dictan: público, disqueras o artistas? ¿Por qué muere una tendencia musical? Algo indica que nada es tan casual y, muchas veces, se impone el dinero más que el buen arte, incluyendo a quienes adoran quemar y triturar discos.

Fuente original: ¿La industria mueve sus hilos? › Musicando › Granma – Órgano oficial del PCC