Mientras el Tribunal Penal Supremo iraquí dio inicio hoy aquí al segundo juicio contra el ex presidente Sadam Hussein y seis de sus colaboradores, un grupo de trabajo de la ONU calificó de arbitraria su detención. Este segundo proceso comenzó el pasado agosto y tanto el ex mandatario como sus antiguos asistentes son acusados de […]
Mientras el Tribunal Penal Supremo iraquí dio inicio hoy aquí al segundo juicio contra el ex presidente Sadam Hussein y seis de sus colaboradores, un grupo de trabajo de la ONU calificó de arbitraria su detención.
Este segundo proceso comenzó el pasado agosto y tanto el ex mandatario como sus antiguos asistentes son acusados de genocidio por la presunta matanza de decenas de kurdos en Al Anfal, en la década de los 80.
La causa se reinició este lunes y el tribunal escucha las declaraciones de testigos, para luego dar paso a las consideraciones de expertos.
En tanto, el grupo de trabajo de la ONU sobre detenciones arbitrarias consideró que el gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, se abstenga de cumplir la sentencia a muerte dictada contra Husein y dos de sus seguidores a principios de mes.
El pasado 5 de noviembre el ex presidente, su hermanastro Barzan Tikriti y el extitular del Tribunal de la Revolución, Awad Hamad Al Bandar, fueron condenados a la horca por el supuesto de estar implicados en los sucesos de Dujail, donde murieron 148 iraquíes.
Los hechos tuvieron lugar después de que un grupo de hombres armados atacaron a tiros en ese lugar la caravana en la que viajaba el entonces gobernante.
Después de estudiar las circunstancias en que se dictó la sentencia a muerte, el grupo de trabajo de la ONU determinó «falta de observancia de los estándares internacionales», lo cual fue difundido hoy en Ginebra en un comunicado.
De acuerdo con la nota, los expertos detectaron numerosos errores en el proceso y determinaron arbitraria su detención, además de violar el Convenio Internacional de Derechos Políticos y Civiles, del que Estados Unidos e Iraq son signatarios.
Entre las faltas cometidas se señalan la imparcialidad del tribunal, la limitante de tiempo para prepararse de manera adecuada la defensa y las restricciones que tanto abogados como testigos tuvieron para asistir a las secciones del juzgado.
Durante los largos meses que duró el juicio varios de los juristas defensores murieron y otros renunciaron por las presiones a que fueron sometidos, en tanto, numerosos testigos salieron del país.
Desde un primer momento Sadam Husein y sus colaboradores calificaron de ilegal el proceso al considerar que tenía lugar bajo la ocupación del país por una fuerza militar extranjera.
El comunicado presentado por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos insta al gobierno iraquí y al mando de ocupación estadounidense a respetar las normas internacionales, o recomienda que un tribunal internacional asuma el juicio.