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La pobreza en el nuevo Iraq

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Atenea Acevedo

Siempre pasa igual: empiezo con el deseo de escribir sobre algo que me parece importante, pero algo que resulta más importante aún exige mi atención. Ya aprendí a ordenar mis prioridades en la vida… y mi prioridad siempre ha sido y sigue siendo Iraq.

Iraq, ocupado, violado y destruido sigue siendo una prioridad y con justa razón, porque ya no aparece en los medios dominantes ni «alternativos». Pero ese es otro asunto en el que tendré que enfrascarme en otro momento para decir que este silencio en torno a la causa de Iraq constituye es, en sí mismo, un crimen.

No quiero perder la ilación de mis ideas, sobre todo porque sé que la capacidad de concentración de la mayoría de quienes me leen es comparable a la de una persona de 10 años, así que seré breve y dulce. De acuerdo, dulce no, pero sí breve y concisa, tanto como pueda, tal como les gusta.

Me limitaré a presentar hechos puros y duros (tampoco es que abundar en información vaya a cambiar las cosas), a mostrar lo último sobre el «nuevo» Iraq: la pobreza desde 2003.

En un estudio publicado por la Universidad de Babel presenta cifras pasmosas sobre los niveles de pobreza en Iraq.

Quizás ya sepan que hay, básicamente, dos tipos de índices de pobreza: el absoluto y el relativo. Las definiciones convenidas por los economistas son las siguientes: 1) pobreza absoluta es vivir con menos de 2 dólares al día; 2) el índice de pobreza relativa, por otra parte, se calcula conforme a indicadores de distribución de la riqueza y desigualdad en dicha distribución, además de otros indicadores como inflación, empleo, etcétera. No voy a meterme en honduras en lo que respecta a procedimientos de evaluación, pero quiero que tengan una idea sobre lo que se define como pobreza.

Dicho lo anterior, según el estudio publicado por la Universidad de Babel, 10 millones de iraquíes viven en absoluta pobreza desde 2003. El grueso de esos 10 millones son jóvenes, es decir, menores de 30 años, o sea, el segmento demográfico que se supondría como grupo etario más productivo en una situación normal. 10 millones de iraquíes quiere decir poco más de 30% de la población total del país.

Son diversas las causas detrás de semejante miseria:

1) La ocupación y la violencia dejaron masas de indigentes: viudas, huérfanos y personas desplazadas dentro del territorio… la cifra llega a los 2 millones.

2) El rotundo fracaso de todos los esfuerzos de reconstrucción, es decir, posibilidades nulas de crear empleo mediante proyectos.

3) La mala gestión de recursos debido a la corrupción y la falta de cuadros, tecnócratas y profesionales con experiencia (en este punto no tomamos en cuenta la falsificación de títulos universitarios con fines sectarios chiítas)

4) La privatización de paraestatales que ha causado cierres y despidos masivos de personal, dejando a la gente sin posibilidad de encontrar otro empleo.

5) Otra consecuencia de la privatización es la acentuada dependencia de importaciones, lo que a su vez significa el estrangulamiento de las manufacturas locales y, por ende, acaba provocando su quiebra.

6) Además, la corrupción endémica en un gobierno títere de mayoría kurda chiíta, los exorbitantes sueldos y las ventajas de las que gozan parlamentarios títeres, milicias títeres y miembros de partidos títeres han causado en gran medida a desigualdad en la distribución de la riqueza, de la mano de una pésima gestión de los recursos del país. Todo ello ha provocado un índice de inflación que, a su vez, alimenta el círculo vicioso de la pobreza.

7) El índice de desmpleo ronda el 50% (la cifra oficial es 30%). Los puntos anteriores se conjugan para hacer prácticamente imposible conseguir trabajo y aumentar la cifra de pobreza absoluta. Los economistas iraquíes esperan que la tendencia empeore en los próximos años.

8) Otro factor a tomar en cuenta es la ausencia total, desde 2003, de instituciones sociales y seguros/pensiones capaces de garantizar un ingreso mínimo para quienes carecen de empleo.

9) Tampoco hay que perder de vista el hecho de que lo aquí citado ha tenido lugar en un país de por sí vulnerable, se ha impuesto una situación terrible a una sociedad aniquilada por 13 años de bloqueo, aquel bloqueo impuesto por el Occidente civilizado.

10) El fracaso del sistema educativo debido a la falta de recursos (corrupción, sectarismo, ausencia de personal por el exilio, muerte de docentes e investigadores…), sumado a una inseguridad crónica debida a la violencia y la pobreza. Todo ello significa que el analfabetismo (erradicado durante el mandato de Saddam Hussein) y los pésimos niveles educativos alimentan y empeoran aún más el círculo de desempleo y pobreza.

Las consecuencias o, digamos, efectos secundarios de esta pobreza se han traducido en problemas sociales muy preocupantes y graves, como…

– Delincuencia: secuestro en busca de dinero

– Tráfico de personas: mujeres, menores

– Prostitución

– Drogadicción

– Tráfico de órganos

por citar algunos ejemplos.

No olvidemos que Iraq es la segunda reserva de petróleo en el mundo.

¿Qué han hecho con Iraq, desgraciados? ¡Malnacidos!

Fuente: http://arabwomanblues.blogspot.com/2010/01/poverty-in-new-iraq.html