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La policía metropolitana de Londres utiliza un sistema de seguimiento para vigilar los teléfonos móviles

Fuentes: The Guardian

Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez


La fuerza policial más numerosa de Gran Bretaña está utilizando tecnología de seguimiento encubierto que puede disfrazarse como una red de telefonía móvil, transmitiendo una señal que permite que las autoridades desconecten los teléfonos por control remoto, intercepten comunicaciones y recojan datos sobre miles de usuarios en una determinada zona.

La policía metropolitana ha obtenido el sistema de vigilancia y seguimiento a través de la compañía Datong plc., radicada en Leeds, entre cuyos clientes se encuentran los servicios secretos estadounidenses, el Ministerio de Defensa británico y regímenes de Oriente Próximo. Etiquetado rigurosamente en el protocolo gubernamental como «Listed X», el sistema es capaz de emitir una señal en una determinada zona de una extensión estimada hasta en diez kilómetros cuadrados, obligando a centenares de teléfonos móviles por minuto a dar a conocer sus códigos de identificación IMSI (acrónimo de In ternational Mobile Subcriber Identity, Identidad Internacional del Abonado a un Móvil ) e IMEI (siglas de International Mobile Equipment Identity , Identidad Internacional de Equipo Móvil ), exclusivos de cada aparato, que se pueden utilizar para seguir en tiempo real los movimientos de una persona.

La revelación ha suscitado preocupación entre abogados y grupos de defensa de la privacidad por la posibilidad de que gran número de personas inocentes puedan estar implicadas sin saberlo en operaciones de inteligencia encubiertas para recabar información. La policía se ha negado a confirmar si el sistema se utiliza en situaciones de control del orden público, como durante manifestaciones o protestas masivas.

Nick Pickles, director de Big Brother Watch, un grupo de defensa de la privacidad y las libertades civiles, ha advertido que esta tecnología podría otorgar a la policía capacidad para llevar a cabo seguimientos «ocultos e indiscriminados»: «Plantea una serie de preocupaciones graves por las libertades civiles y es necesario que se clarifique con urgencia cuándo y dónde se ha utilizado esta tecnología y qué datos se han obtenido -dijo-. Este tipo de vigilancia invasora debe estar rigurosamente regulada, autorizada por las más altas instancias y empleada únicamente en las investigaciones más graves. Debe quedar absolutamente claro que solo se recopilan o almacenan datos relacionados directamente con los objetivos de investigaciones determinadas», añadió.

La página web de Datong afirma que sus productos están concebidos para abastecer a agencias militares, de seguridad o que velan por el orden público, o a grupos de operaciones especiales, de los medios para «recoger información inteligente muy pronto con el fin de identificar y adelantarse a amenazas y actividades ilegales antes de que se puedan ejecutar».

Los sistemas de la empresa, presentado en la feria de armamento DSEi celebrada en el este de Londres el mes pasado, permiten a las autoridades interceptar mensajes SMS y llamadas telefónicas engañando en secreto a los teléfonos móviles a su alcance para que operen en una red falsa, donde se puedan someter a «denegaciones de servicio inteligentes2. Esta función está concebida para desconectar un teléfono móvil utilizado como detonante de un aparato explosivo.

Se puede colocar un receptor-transmisor del tamaño aproximado de una maleta en un vehículo o cualquier otro lugar estático y las autoridades pueden hacerlo funcionar por control remoto y sin hilos. Datong también ofrece receptores-transmisores clandestinos con «opciones de antena oculta». Datong vende sus productos a casi cuarenta países de todo el mundo, en zonas como Europa del Este, América del Sur, Oriente Próximo y la región de Asia-Pacífico. En el año 2009 se le denegó una licencia de exportación para enviar tecnología por valor de 0,8 millones de libras esterlinas a un país indeterminado de la zona de Asia-Pacífico porque el Ministerio de Negocios, Innovación y Capacitación (BIS, Department of Bussiness, Innovation and Skills) consideró que se podía utilizar para cometer violaciones de los derechos humanos.

Un documento al que ha tenido acceso The Guardian refleja que la policía metropolitana ha pagado 143.455 libras esterlinas a Datong por el «hardware ICT» en los años 2008 y 2009. En 2010, la empresa de treinta y siete años de antigüedad, que ha sido, que cotiza en bolsa desde octubre de 2005, informó de que sus ingresos pro forma en el Reino Unido ascendían a 3,9 millones de libras esterlinas, y señalaba que «se está consolidando un buen posicionamiento con nuevos grupos de clientes para velar por el cumplimiento de la ley». En febrero de 2011, según un informe de la transacción hecho público al amparo de la libertad de información, la policía de Herthfordshire le pagó 8.373 libras esterlinas.

Entre los años 2004 y 2009, Datong ganó más de 1,6 millones de dólares (1,03 millones de libras esterlinas) mediante contratos con agencias oficiales estadounidenses, entre las que se encuentran los servicios secretos, el comando de operaciones especiales y la Oficina de Inmigración y Aduanas. En Febrero de 2010, la empresa obtuvo un contrato de 750.000 libras esterlinas para suministrar tecnología de seguimiento y localización al sector de defensa estadounidense. Los documentos oficiales también muestran que en el año 2009 Datong participó en adjudicaciones de contratos del Ministerio de Defensa por valor de más de 500.000 libras esterlinas.

Toda la vigilancia encubierta está regulada en la actualidad por la Ley de Regulación de Competencias de Investigación (RIPA, Regulation of Investigatory Powers Act), que establece que para interceptar comunicaciones es preciso recibir personalmente una orden de autorización del secretario del interior y que la tarea sea necesaria y proporcionada. Las estipulaciones de la RIPA permiten interceptar llamadas telefónicas y mensajes SMS en aras de la seguridad nacional, para impedir y detectar la comisión de delitos graves o para salvaguardar el bienestar económico del Reino Unido.

Las últimas cifras presentadas por sir Paul Kennedy, el comisario de intercepción de comunicaciones nombrado por el gobierno, muestran que en el año 2010 el secretario del interior autorizó 1.682 intervenciones. Las autoridades oficiales pueden solicitar otros datos de las comunicaciones, como la fecha, la hora y la localización desde la que se hizo una llamada telefónica, sin la autorización del secretario de interior. En el año 2010 se realizaron 552.550 peticiones de esta naturaleza, en torno a una media de 1.500 diarias.

El abogado Jonathan Lennon, especializado en casos relacionados con la RIPA y los servicios de inteligencia encubiertos, afirmó que la utilización del sistema de vigilancia de Datong por parte de la policía metropolitana de Londres planteaba dudas legislativas relevantes sobre la proporcionalidad y la intromisión en la intimidad.

«¿Cómo es posible que sea proporcionado un mecanismo que invade la intimidad de un número indeterminado de personas? -dijo-. Es preciso que se clarifique si la intercepción de comunicaciones múltiples, cuando ni siquiera se puede identificar quiénes son las personas intervenidas, respeta la ley. Es posible que se trate de otro caso en el que la tecnología se adelanta a la legislación. Porque si esta tecnología permite ahora realizar al mismo tiempo múltiples seguimientos e intervenciones telefónicas, yo diría que eso no era lo que el parlamento tenía en mente cuando redactó la RIPA.»

Bob Helm, antiguo superintendente de detectives que tuvo autoridad para firmar solicitudes de seguimiento encubierto amparadas en la RIPA durante 31 años de servicio en la policía de Lancashire, ha declarado lo siguiente: «Todo está muy bien establecido desde el punto de vista legislativo… cuándo se puede y no se puede hacer. Tiene que ser legal y ostensiblemente proporcionado, además de estar justificado. Si no se puede hacer eso, y las consecuencias tangenciales superan con creces las pruebas que se vayan a obtener, bueno, entonces simplemente no se contempla la posibilidad».

En el mes de mayo, The Guardian reveló que la policía metropolitana había adquirido software empleado para determinar los movimientos digitales de sospechosos utilizando datos recabados en páginas web de redes sociales, equipos de navegación por satélite, teléfonos móviles, transacciones financieras y registros de redes IP. La policía dijo que ese software estaba siendo sometido a pruebas utilizando «datos ficticios» para explorar cómo se podía utilizar para examinar «movimientos de vehículos policiales, pautas delictivas e investigaciones telefónicas».

La policía metropolitana de Londres no va a hablar de cómo usa la tecnología de Datong ni a dar detalles de dónde o cuando se había empleado.

Un portavoz declaró que «el servicio de policía metropolitana [MPS, Metropolitan Police Service] puede utilizar tecnología de seguimiento en el marco de sus esfuerzos continuados para garantizar la seguridad de los londinenses y prevenir la delincuencia. Puede tratarse de una herramienta de investigación esencial y altamente efectiva».

«Aunque no hablamos de tecnologías o tácticas concretas, podemos garantizar a quienes viven y trabajan en Londres que toda actividad que desarrollamos cumple con los requisitos legales y las normas reguladoras prácticas.»

Un portavoz de Ministerio del Interior británico dijo que sir Christopher Rose, comisario jefe de vigilancia, que vigila la conducta de las autoridades y garantiza que cumplen con la legislación vigente, se encarga de la «supervisión continua» de la vigilancia encubierta.

Y añadió: «A los organismos que velan por el cumplimiento de la ley se les exige que actúen de acuerdo con la ley y con los niveles de autorización adecuados para su actividad».

Datong ha declinado hacer comentarios.

Fuente: http://www.guardian.co.uk/uk/2011/oct/30/metropolitan_police_mobile_phone_surveillance/print