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Joe Dante estrena en el festival de Sitges 'Homecoming', una fábula en la que los zombis de Irak acosan a Bush

«La política de EEUU da más miedo que mis películas»

Fuentes: El Mundo

Escribió en un fanzine llamado El castillo de Frankenstein cuando no era más que un chaval. Luego tuvo que buscarse un trabajo y se metió en la fábrica fílmica de Roger Corman, la New World Pictures, donde montaba los trailers. La ocasión de rodar una película no le llegó hasta 1978, cuando, con un montoncito […]

Escribió en un fanzine llamado El castillo de Frankenstein cuando no era más que un chaval. Luego tuvo que buscarse un trabajo y se metió en la fábrica fílmica de Roger Corman, la New World Pictures, donde montaba los trailers. La ocasión de rodar una película no le llegó hasta 1978, cuando, con un montoncito de dólares ahorrados, dirigió Piraña. Seis años después, se hizo un hueco entre los responsables de clásicos juveniles con Gremlins, todo un éxito. Una veintena de filmes más tarde, su sitio está en la televisión. Joe Dante acaba de rodar su segundo episodio para la serie Masters of horror y se presenta en el Festival Internacional de Cinema de Catalunya con el primero bajo el brazo.

«El trabajo en estudio ya no tiene el interés de antes. La televisión da la libertad que el cine ha perdido», confesó ayer el director, quien presentó el mediometraje Homecoming.

«Me dieron 10 días para rodar y me dijeron: ‘Haz lo que quieras’. De verdad, podría retirarme aquí». Y eso que Dante «tiene en mente» algún que otro largometraje para la gran pantalla. «Pero, cuando tienes entre manos un gran presupuesto, la presión es tan grande que la historia no puede ser buena. Pretenden que guste a todo el mundo y las cosas no se hacen así», añadió.

Homecoming es, sin duda, lo contrario. Una sátira política disfrazada de película de zombis al uso (descarado es su homenaje a George A. Romero, maestro del arte del muerto viviente cinematográfico) y que explora el lado más salvaje del reinado de George W. Bush. La historia arranca en un plató de televisión. Uno de los hombres del presidente se encara a las madres de los soldados muertos en Irak y les dice que, si pudieran regresar sus hijos, volverían a ir a luchar por su país.

Dicho y hecho. Al día siguiente, los cementerios son un ir y venir de soldados y coroneles fallecidos que, en forma de comprometidos zombis, salen de sus tumbas para votar contra el presidente republicano. En ningún momento se menciona su nombre, aunque sí se oye su voz por televisión y se intuye su perfil, un poco metepatas. La escritora ultraderechista Jane Cleaver (inspirada en Ann Coulter) lo acompañará en su penuria, causada por los zombis que conceden entrevistas en prime time y apoyan al Partido Demócrata.

«La política estadounidense es terrorífica hoy en día. Da tanto miedo como mis películas», dijo Dante, quien ironiza, además, sobre la función de altavoz que tienen los medios de comunicación.

Como en Rebelión en la granja, de George Orwell, los mismos que dijeron ‘entonces’ se desdicen ahora, manipulan más tarde y duermen tranquilos. Tampoco Homecoming olvida de dónde viene. Quizá por eso, cuenta en sus filas con Howard Berger, un clásico del maquillaje, que precisamente recibió ayer mismo el homenaje del festival.

Por su parte, Cigarette burns, del también clásico John Carpenter, toma como punto de partida el propio festival de Sitges para narrar la historia de una macabra película que únicamente se proyectó en el certamen, La fin absolute du monde. La proyección acabó en matanza de espectadores y en mito de los buscadores de snuffs movies.

Por su parte, La caja Kovak, de Daniel Monzón, parte de una línea de salida similar a la de Misery, de Stephen King, para después lanzarse a un desarrollo críptico con su estética hollywoodiense. Monzón está convencido de que el único monstruo posible hoy en día es «el ruido que nos hace incapaces de distinguir la realidad de la ficción». Y construye una caja de pequeñas cajitas por las que se mueve un escritor de ciencia ficción que bien podría ser Michael Crichton. Su destino es un delirante juego mortal, que arranca con Gloomy sunday, la canción de los suicidas, según la leyenda urbana.

Por último, y a concurso, Michel Gondry presentó ayer su última película, La science des rêves (La ciencia de los sueños). El largometraje, protagonizado por Gael García Bernal y Charlotte Gainsbourg, toma el camino de Eternal sunshine of the spotless mind. La diferencia, dicen, es la que separa una gran canción pop y un gran álbum punk.