Los insurgentes lanzaron su primera ofensiva general en Irak, con ataques contra estaciones de policía y edificios gubernamentales que de-jaron un total de alrededor de cien muertos y más de 300 heridos, se-gún los últimos informes. Más tarde los insurgentes se hicieron fuertes en los palmares de los alrededores de la ciudad. Las peores bajas […]
Los insurgentes lanzaron su primera ofensiva general en Irak, con ataques contra estaciones de policía y edificios gubernamentales que de-jaron un total de alrededor de cien muertos y más de 300 heridos, se-gún los últimos informes.
Más tarde los insurgentes se hicieron fuertes en los palmares de los alrededores de la ciudad.
Las peores bajas ocurrieron en la ciudad norteña de Mosul, don-de siete coches bombas mataron a 62 personas, entre ellas muchos policías y un soldado estadunidense, y lesionaron a más de 200.
En esa ciudad se declaró el toque de queda de las 9 de la no-che a las 6 de la mañana. En Ra-madi, una descarga de granadas impulsadas por cohetes dio en la estación central de policía.
«Estábamos dentro de la estación de Al Qatana (…) fue atacada por todos lados», señaló el teniente Ahmed Sami. En total, murieron nueve oficiales de policía y 27 resultaron heridos.
Durante los 12 meses anteriores el corazón de la rebelión ha sido la región media del Eufrates, al oeste de Bagdad. Desde abril, cuando los marines de Estados Unidos pusieron sitio a Fallujah pero no lograron capturarla, esa zona ha estado en gran parte bajo control de los insurgentes.
Este jueves, en tanto los marines libraban feroz batalla en los polvorientos suburbios de la ciudad, un helicóptero Cobra fue de-rribado pero sus tripulantes resultaron ilesos. Los marines sostuvieron que su acción fue puramente defensiva.
Los insurgentes buscan evidentemente socavar desde el principio cualquier esperanza de que el gobierno interino iraquí sea capaz de contener la guerra de guerrillas fortaleciendo las fuerzas de seguridad iraquíes.
Se supone que Washington en-tregará el poder al gobierno el 30 de junio, pero Iyad Allawi, el nue-vo primer ministro iraquí, se apoyará en los 138 mil soldados estadunidenses estacionados en el país árabe, así como en el dinero de Washington.
En tono desafiante, Allawi ex-presó este jueves que los ataques buscan frustrar el proceso democrático, pero «vamos a derrotarlos. Vamos a aplastarlos».
Se piensa llevar a la práctica planes elaborados para crear una gran fuerza de contrainsurgencia iraquí, pese a que durante la re-vuelta de abril quedó claro que los soldados del país ocupado no quieren combatir a otros compatriotas. Se tiene planeado realizar elecciones en enero próximo.
Incapacidad y cooperación
Los combates de este jueves y los ataques de las anteriores dos se-manas muestran que la policía y el paramilitar Cuerpo Iraquí de De-fensa Civil son incapaces de hacer frente a los asaltos cada vez mejor planeados de los guerrilleros. En algunos casos hasta cooperaron con los insurgentes.
El problema para Estados Unidos es que el gobierno interino es visto por muchos iraquíes como peón de la ocupación, la cual para ellos continuará con otro nombre.
Al parecer los insurgentes es-tán cambiando de táctica. En el pasado habían infligido las mayores bajas a las fuerzas estadunidenses mediante la utilización de bombas mortíferas sembradas al lado de los caminos.
Pero este jueves los rebeldes dieron la impresión de ser capaces de movilizar combatientes en ma-yor número de lo que se había visto hasta ahora.
La insurgencia tiene sus bases en las comunidades árabes sunitas rurales y no ha logrado lanzar muchos ataques terrestres en Bagdad.
Este jueves, un atacante suicida se voló en un retén del sur de la capital, llamado Abu Dasheer, y mató a ocho personas entre elementos armados iraquíes y civiles, además de herir a 13.
Se observó a tres soldados es-tadunidenses que auxiliaban a un colega que yacía en el suelo, lesionado, cuyo casco estaba tirado a corta distancia, mientras una ca-mioneta pick-up ardía cerca, lanzando columnas de humo al aire.
Cuatro estaciones de policía han sido también asaltadas con granadas, morteros y rifles AK-47 en los dos días anteriores, pero ninguna fue capturada.
En suma, los insurgentes mostraron hoy que la guerra no va a terminar con la entrega del poder al gobierno interino, el 30 de junio, y que los soldados estadunidenses son quienes tendrán que librar la mayoría de los combates.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya