Cualquier árabe o musulmán entusiasma tiene derecho a preguntarse por el futuro que aguarda a Iraq. Este país está situado en el corazón de las tierras de dos mundos: el árabe y el musulmán. Iraq es un bálsamo de equilibrio para la región. Quizá el artículo del querido hermano Abdel Halim Qandil «A […]
Cualquier árabe o musulmán entusiasma tiene derecho a preguntarse por el futuro que aguarda a Iraq. Este país está situado en el corazón de las tierras de dos mundos: el árabe y el musulmán. Iraq es un bálsamo de equilibrio para la región. Quizá el artículo del querido hermano Abdel Halim Qandil «A la espera de la revolución iraquí» publicado en el periódico Al Quds al Arabi (7/11/2011) el 7 noviembre 2011 es un buen ejemplo de lo que preocupa sobre Iraq a millones de corazones de árabes y musulmanes.
Querría primero comenzar por saludar a los pioneros del despertar, a aquellos que han abogado por el cambio, a los revolucionarios entre los que está sin duda el hermano Qandil para decirles a continuación una realidad muy importante: la revolución popular iraquí ya ha comenzado y no está a la espera. Puso en marcha sus motores a finales de 2010. Pero el día 25 febrero pasado cuando la revolución despegó definitivamente. Hijos de 16 de las 18 provincias que componen Iraq salieron en manifestaciones exigiendo su derecho a la liberación y a vivir en paz en el llamado Viernes del Comienzo. Desde entonces los viernes se han convertido en una cita para continuar y renovarse. Entre las citas más destacadas están el Viernes de los Mártires (4/3/2011), el Viernes de la Primavera del Honor (1/4/2011), el Viernes de la Unidad Nacional (22/4/2011) hasta el viernes más reciente el 4 noviembre que llegó por lema «Sí a la Unidad de Iraq, no a las Autonomías».
Es cierto, se han reprimido estas manifestaciones a sangre y fuego. Murieron en el primer viernes 25 mártires y fueron detenidos muchos de nuestros hijos en total impunidad. También se han producido asesinatos en la sombra de activistas. Al resto les han amenazado las fuerzas de seguridad del gobierno actual y las milicias que dependen del mismo. Esta revolución no ha tenido la suerte que han tenido otras como la tunecina, la egipcia u otras de ser una prioridad para los medios de comunicación. Esto tiene diversas explicaciones entre las cuales destaca que este régimen iraquí no es un régimen independiente a la hora de reprimir sino que es parte del engranaje cuyo origen es la ocupación estadounidense que le proporciona apoyo con todo su potencial de gran superpotencia que como todos saben, además del poder de su ejército y de sus armas, tiene una gran influencia sobre los estados y las organizaciones y controla los medios de comunicación del mundo.
A pesar de todo el fuego de la revolución no se ha extinguido, no se ha pagado el calor que hoy es comparable a unas ascuas ardiendo bajo la ceniza. Tenemos que tener en cuenta que con la retirada estadounidense, aspecto nada desdeñable a pesar de las dudas que planean sobre su veracidad, Iraq va a entrar a todos los niveles en una nueva dinámica. El balance de fuerzas va a ser distinto y el pueblo iraquí se encontrará ante el reto más fuerte para enfrentarse a los entes del actual régimen gobernante que se va a refugiar completamente en su vecino iraní quien parece, muy a nuestro pesar, que no ha tenido suficiente con todos los derechos que ha usurpado a los iraquíes a lo largo de los años de la ocupación, ni con el dominio y la influencia que ha logrado sobre el terreno. Irán se está preparando para llenar cualquier vacío que encuentre en Iraq. En este punto será indispensable que el mundo árabe preste su apoyo a esta movilización popular, que les ayude y que potencie la movilización pacífica para hacer frente al gobierno más represivo de la historia de Iraq.
Sobre el proyecto de unidad al que se refiere el señor Qandil entre las facciones de la resistencia, y una vez repasados los nombres y los parámetros a los que se refiere, no creo que el asunto deba preocuparnos pues la mayoría de las acciones de la resistencia iraquí están de acuerdo sobre cómo debe ser el futuro de Iraq. Las diferencias en este sentido son nimias, reducidas a algunos detalles. Esto es fruto de las medidas que tomadas por la Asociación de Ulemas Musulmanes y por el resto de fuerzas patrióticas que rechazan la ocupación y su proyecto político. Ahora mismo esto es lo importante. Cuando los árabes sean conscientes de la importancia de ayudar a Iraq en esta etapa y apoyar su causa, se empezarán a producir una serie de cambios en la realidad iraquí a los que aspiramos, al igual que esperan que se produzcan el señor Qandil y otros entusiastas amigos de las naciones árabe y musulmana, respecto a la unidad formal de la resistencia una vez lograda la unidad de contenidos. A partir de ahí se trabajará para construir todas las instituciones mediante elecciones como pide el mismo señor Qandil, y así poder comenzar a redactar la nueva constitución del Iraq libre y plural que sustituirá a la constitución de la ocupación a estadounidense. También se llevará a cabo la tarea de reescribir todo lo necesario para reconstruir el país y lograr la felicidad de la gente.
La movilización popular pacífica será la columna vertebral de la próxima etapa en Iraq para lograr este éxito crucial. Las fuerzas patrióticas, entre ellas la resistencia iraquí, se alineará apoyando a esta movilización hasta lograr todos los honorables objetivos. Dios mediante, ese día está próximo.
Harez al Dari, secretario general de la Asociación de Ulemas Musulmanes de Iraq
http://alquds.co.uk/index.asp?
Traducido por Al Fanar Traductores: http://www.boletin.org/control/product/~category_id=ESP_ROOT/~product_id=QU-4011-11-11