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La segunda arista de la concepción marxista del mundo: la dialéctica (novena aproximación).

Fuentes: Rebelión

Tras el capítulo dedicado a Marx y Engels y a «La cristalización de la concepción de origen engelsiano», el siguiente y último apartado -» Crítica de la dialéctica en la tradición marxista o socialista»- del curso sobre «Inducción y dialéctica» impartido durante el curso 1982-1983 en la UNAM mexicana, en el seminario de postgrado sobre […]

Tras el capítulo dedicado a Marx y Engels y a «La cristalización de la concepción de origen engelsiano», el siguiente y último apartado -» Crítica de la dialéctica en la tradición marxista o socialista»- del curso sobre «Inducción y dialéctica» impartido durante el curso 1982-1983 en la UNAM mexicana, en el seminario de postgrado sobre «Inducción y dialéctica» que posteriormente retomaría Sacristán en la Facultad de Económicas de la UB en 1984-1985 [1], estaba dividido a su vez en seis puntos. El primero se centrada en los «Los precedentes en el pensamiento de la IlI Internacional». Presentaba el siguiente desarrollo:

      1. Dühring.

1.1.1. El maniqueo de Engels.

1.1.2. «Los comienzos de una época «científica»‘ de la historiografía de las doctrinas», Schumpeter, Historia del análisis económico , p. 436, n [2], citando a E. Schams, «Die Anfänge lehrgeshchichtlicher Betranchtungsweise in der Nationalökonomie», Zeitschrift für Nationalökonomie , septiembre de 1931.

1.1.3. Ernst Mach [3] cita elogiosamente la Kritische Geschichte der allgemeinen Principien der Mechanik de Dühring en el prólogo a su Die Mechanik .

      1. Bernstein y el austromarxismo.

1.2.1. La vuelta a Kant.

1.2.2. Interpretación idealista de la física.

1.2.3. La ley de causalidad como ley lógica.

1.2.4. Fundamento ético del socialismo.

1.2.5. Rechazo de la dialéctica.

1.2.6. Escasa finura filosófica de Bernstein, a pesar de su influencia (como Lenin).

1.2.7. El parentesco de época por debajo de las polémicas, ilustrado con Adler (Bauer).

          1. La vuelta a Kant. Baden y Marburgo.
          2. Conocimiento de Mach.
          3. Supuesta reconstitución de la ortodoxia: programa.
          4. Enfrentamiento con Bernstein.
          5. Nominal recuperación de Hegel.
          6. Domesticación de la dialéctica hegeliana.
          7. El motivo del realismo de Hegel. Korsch.
          8. Domesticación del hegelismo de Marx, de forma muy parecida a la operación Lukács [4]

 

El siguiente apartado de este tercer punto estaba dedicado a «La dialéctica en el empiriocriticismo y el neopotivismo marxistas». Presentaba el siguiente desarrollo:

2.1. Caracterización general: el otro izquierdismo.

2.2. Bogdánov [5].

2.3. Pannekoek [6].

2.3.1. Algo sobre su vida y su obra.

2.3.2. Pannekoek utiliza muy escasamente el término y sus derivados.

2.3.2.1. En el capítulo II de Lenin als Philosoph [Lenin como filósofo], «Marxismus», lo que contrapone a «materialismo burgués» es «materialismo histórico».

2.3.2.1.1. Lo hace sistemáticamente, con una aplicación algo oscura de su noción de realidad objetiva no igual a materia.

2.3.2.1.1.1. Lo cual es un punto de contacto con la neutralidad de los «elementos» de Mach.

2.3.3. Otro punto de contacto con Mach es su noción prediccionista peculiar (un tanto operacionalista) de la ley natural.

2.3.4. El principio de economía del pensamiento y el principio de la práctica.

2.3.4.1. Proximidad de Mach al materialismo histórico.

2.3.4.2. Los dos principios son afines.

2.3.5. Pero no es un neopositivista propiamente.

2.3.5.1. Declaración general.

2.3.5.2. En el empiriocriticismo y en el neopositivismo actúa «el espíritu anti-materialista del mundo burgués».

2.3.5.2.1.Que se manifiesta en subjetivismo, inconsecuentemente con la neutralidad postulada de los elementos.

2.3.5.3.La filosofía marxista se constituye con un principio de método contrapuesto al de toda filosofía burguesa.

2.3.6. Noción de lo dialéctico.

2.3.6.1. Dialecticidad no es contradictoriedad real.

2.3.6.2. Interaccionismo.

2.3.6.3. Dinamicismo.

2.3.6.4. Evolucionismo.

2.3.6.5. Emergentismo.

2.3.6.6. Consideración final».

 

La sección dedicada a Pannekoek, puede completarse con estas anotaciones de Sacristán, del fichero «Dialéctica» depositado en Reserva de la BC de la UB, sobre Lenin como filósofo , según la edición alemana de Europa-Verlag de 1969:

«1. AP: «Una clarificación de esas contraposiciones que se extienden desde las concepciones políticas hasta todos los terrenos de la vida social, no es posible más que si nos remontamos a los principios más profundos de lo que ambas partes llaman marxismo. Y esos principios son las cuestiones filosóficas fundamentales» (pp. 19-20).

MSL: El sofisma de falsa deducibilidad, más la mala interpretación del marxismo.

2. «La filosofía hegeliana en la cual la Idea absoluta crea por su autodesarrollo el mundo y se extraña en él, para luego volver a autoconsciencia en el mundo mismo, en el ulterior desarrollo, en el hombre, fue el revestimiento del cristianismo en la forma que correspondía a la restauración desde 1815» (p. 22).

MSL: Exagerao… Interesante para la confusión en que vivimos, según la cual (Fetscher, etc) Hegel inspira la izquierda marxista, y el antihegelismo inspiraría el stalinismo.

3. «El método materialista consiste en sustituir el fantasear y el discutir sobre conceptos abstractos por el estudio del mundo material real» (p. 25).

MSL: Tampoco esta exageración parecería hoy de izquierda.

4. «De este modo el materialismo histórico tiene que ver en las formaciones de la ciencia, en los conceptos, las sustancias, las leyes naturales, las fuerzas, por mucho que costen de materia natural, creaciones, ante todo, del trabajo espiritual humano» (pp. 40-41).

MSL: En contraposición al materialismo burgués claro. Prepara la tesis de que el materialismo de Lenin es el burgués, lo cual en Materialismo y Empiriocriticismo es prácticamente verdad.

5. «Otra contraposición se encuentra en la dialéctica, la herencia hegeliana del materialismo histórico» (p. 41).

MSL: Pero, como es natural, se defiende epistemológicamente, pese a citar mucho Anti-Dühring . Y así formula redondo:

«El pensamiento dialéctico es adecuado a la realidad porque al aplicar esos conceptos [tajantes del sentido común] se mantiene siempre consciente de que lo limitado y rígido no puede representar el mundo fluyente, y de que casa concepto tiene que desarrollarse en nuevos conceptos o incluso que mutar en su opuesto» (p. 42).

6. «El marxismo supera la religión con explicarla» (p.45). MSL: Je.

7. «Cuando en nuestras representaciones y enunciados acerca del éter o de los átomos se presentan contradicciones, éstas no se encuentran en la naturaleza misma, sino en la forma que escogemos para nuestras abstracciones y nuestras leyes con objeto de poder utilizarlas del modo más breve y manejable» (p.63).

MSL: Claro sobre dialéctica de la naturaleza.

8. «Cuando los hombres constituyen el mundo con sus vivencias, lo que hacen es reconstruir el mundo objetivo. Poseemos el mundo dos veces, y con eso empiezan las cuestiones de la teoría del conocimiento. El materialismo histórico muestra cómo se resuelven sin metafísica» (p. 68)

MSL: Es su visión dialéctica, sin la palabra «dialéctica», sino «interacción». Pero no es la interacción entre «base» y «sobreestructura» que tanto molestaba a Korsch.

9. La concepción de P. es que Mach subraya el valor de abstracción de la ciencia, en lo cual coincide con Dietzgen, pero que se diferencia de éste por estar sometido, como Carnap, a la involución mística de la burguesía (pp.68-69).

10. La crítica de P. -acertada- consiste en decir que Lenin profesa frente a Mach el «materialismo burgués». Esa expresión tiende empero a hacer olvidar que tan burgués como ese materialismo -o más- es Mach. Más, porque el viejo materialismo «burgués» no lo fue apologéticamente (p. 90).

11. «Negar la existencia objetiva de leyes naturales significa (…) para él [Lenin] negar la naturaleza misma; hacer del hombre el creador de las leyes naturales significa para él hacer de la razón humana la creadora de la naturaleza; será siempre una lógica incomprensible para el lector sin prejuicios que el buen Dios surja de eso como creador» (p. 91).

MSL: Independientemente de que Lenin no llevaba razón, P. muestra olvidarse de la línea Berkeley y de su paralela continental, Malebranche, etc.

12. «La condensación de una multitud de fenómenos en una fórmula breve, en la ley natural, es puesta por Mach como principio de la investigación con el rótulo de «economía del pensamiento». Se podría pensar que esa reconducción de la teoría abstracta a la práctica del trabajo (científico) tendría que simpática precisamente a un marxista. Pero Lenin no ha entendido nada de ello…» (p. 93).

MSL: Yo también creo que Lenin no lo ha entendido, pero pienso además que no hay motivo para entusiasmarse con la idea de la economía del pensamiento como tesis sobre lo que es la ciencia. Es más programática que descriptiva (v. Bunge).

13. «Muy bien; se puede estar de acuerdo con la definición contenida en las primeras frases [de la cita de Lenin de Materialismo y Empiriocriticismo , p.117]. Pero si se limita ese concepto a la materia física que consta de moléculas y átomos, se pone uno en contradicción con la definición.También la electricidad es realidad objetiva, mas ¿basta eso para decir que es materia física?» (pp. 98-99).

MSL: Aquí Pannekoek no parece haber entendido nada de Lenin… ni de la moderna teoría de la ciencia. Lenin está postulando un uso de ‘materia’. P. siente el moderno disgusto burgués por la palabra.

14. Corrige a Lenin de modo completamente injusto y con la misma sabihondería que reprocha a Lenin, pues éste no ha pensado nunca en reducir a los átomos la noción de ‘materia’, contra lo que dice P. en las páginas 99-100.

15. «El materialismo burgués identifica la materia física con la realidad objetivamente existente; por eso tiene que considerar todo lo demás, incluso lo espiritual, como un atributo, una propiedad de esa materia» (p. 100).

MSL: La colocación de la realidad objetiva como naturaleza tiene en el pensamiento de P. dos funciones: a) superar el esquema materialista común, rechazando el dualismo en cuanto a la objetividad; b) recoger a Mach, o dejarlo, al menos, muy cerca del «materialismo histórico».

16. «No es, pues, verosímil que (Engels) haya considerado la sensación, que es una característica de los organismos vivos, como una propiedad general de toda materia [MSL: contra la lectura de Lenin]. Semejante generalización de una propiedad, que aparece en algunas formas especiales de la materia, para atribuirla a toda materia corresponde esencialmente a la actitud del materialismo burgués, que es adialéctico» (p.101).

MSL: Este paso, de los pocos -si no el único- que relaciona materialismo con dialéctica, sugiere bastante bien lo que es para P. dialéctico en este caso: admisión de emergencias.

17. «La clase obrera no puede apoyarse en la ciencia de la naturaleza; tiene que luchar contra la burguesía, la cual ha puesto esa ciencia a su servicio [MSL: Pues que no se sirva tampoco ni del agua ni del pan]. El arma teorética del proletariado es la ciencia del desarrollo social. Combatir la religión por medio del conocimiento de la naturaleza no tiene para la clase obrera ningún sentido, puesto que sabe que la religión queda sin raíces por obra del desarrollo capitalista, y señaladamente por obra de su propia lucha de clases» (pp. 108-109).

MSL: Falta de dialéctica. Interesantes medias verdades. Que la clase obrera no pueda basarse en la ciencia de la naturaleza es afirmación falsísima cuando la clase obrera tiene el poder, falsa por ignorar el criterio de verdad científica en cuanto oportuno (irreligión) y políticamente desarmadora porque va en contra de la consciencia de hegemonía obrera. Pero contiene la verdad que dice literalmente.

18. «Pero en Rusia no había ninguna burguesía de mínima importancia y que pudiera emprender la lucha [contra la aristocracia y la religión] como futura clase dominante. Esta tarea correspondió a la intelectualidad rusa, la cual sostuvo sola durante decenios una dura lucha por la ilustración del pueblo y contra el zarismo» (p.109).

MSL: ¿Por qué luchó, si no había burguesía? ¿De dónde procedía ella? La verdad es que había burguesía, débil, y nada combativa, como en todas partes en el siglo XX, desde 1870. En eso se basaba la táctica de Lenin y su comprensión de la revolución.

Sacristán concluye sus observaciones señalando que «en todo el capítulo II de Lenin als Philosoph -«Der Marxismus»- no se habla de dialéctica ni de materialismo dialéctico. Lo que se contrapone al materialismo burgués» es el «materialismo histórico». Pannekoek conserva -muy parcamente- el adjetivo «dialéctico», pero en el sentido de la primera afirmación de Engels en el Anti-Dühring : como una característica del pensamiento científico; y no mantiene la idea de dialéctica como lógica».

El siguiente apartado -el 2.4.- estaba dedicado a Otto Neurath. Es uno de los lugares en los que Sacristán se refirió más explícitamente a la obra del gran filósofo y sociólogo del Círculo de Viena, cuyos puntos de contacto con su obra no son en absoluto inexistentes:

«2.4.1. Justificación de su inclusión en un curso como éste.

2.4.2. La orientación «para-dialéctica» o «para-historicista», que reúne algunos rasgos típicos de la tradición dialéctica, particularmente en ciencias sociales.

2.4.2.1. La globalización metodológica.

2.4.2.2. Mach y Marx: complementarios.

2.4.2.3. Con rechazo de la lógica dialéctica.

2.4.3. Rechazo del falsacionismo [7].

2.4.4. Las tesis son a fortiori verdaderas paras las ciencias sociales.

2.4.4.1. En las ciencias sociales no hacen falta hoy «técnicas refinadas».

2.4.4.2. Licitud de la indistinción en historia y ciencias sociales.

2.4.5. La orientación «para-dialéctica» es como el programa teórico de la dialéctica del viejo Engels (incorporación a la ciencia y realización en ella de los criterios dialécticos + lógica), pero sin la lógica».

 

La obra de Karl Korsch abría el apartado tercero, el siguiente punto del esquema.

 

Notas:

[1] Es el último curso de «Metodología de las Ciencia sociales» que pudo impartir.

[2] Sacristán tradujo para Ariel, en 1971, la Historia del análisis económico . En una entrevista sobre traducción fechada en 1982, se le preguntó: » Usted ha traducido cosas tan heterogéneas como los pensadores marxistas y algunos economistas capitalistas «. Esta fue su respuesta: «Sí. Pero de todos maneras no es tan asombroso. ¿Estáis pensando en Galbraith? Y en Schumpeter, ¿no?. No es el mismo caso en los dos. Schumpeter es un clásico de la historia del pensamiento económico, es como traducir a Platón. Y uno puede ser todo lo aristotélico que quiera, pero traducir a Platón es traducir a Platón. Éste era el caso de Schumpeter».

Sacristán se refiere en el esquema del curso a la larga nota -la 4- de las páginas 435 y 436 de la traducción castellana.

[3] Una entrada sobre » Mach, Ernst» fue añadida por Sacristán a la traducción castellana del Diccionario de Filosofía editado por Dagobert D. Runes (p. 242): «Profesor de física y de filosofía en Viena de 1895 a 1901. Profesó en teoría del conocimiento tesis sensistas y fenomenistas. En teoría de la ciencia, Mach ha contribuido considerablemente al renacimiento del positivismo en el siglo XX. Para Mach las leyes científicas no son explicaciones causales ni genéticas, sino descripciones condensadas y útiles de los fenómenos, de acuerdo con un principio de «economía de pensamiento» y cuya justificación es pragmática. Con ese punto de vista, y como fruto de sus importantes investigaciones de historia de la ciencia, Mach ha aportado criterios para la comprensión de la estructura de las teorías científicas. Entre los grupos iniciadores del Círculo de Viena se encontraba el Verein Ernst Mach [Asociación E.M.], inspirado por su obra.

Die Geschichte und die Wurzel des Satzes von der Erhaltung der Arbeit [La historia y la raíz del principio de conservación del trabajo] , 1872; Die Mechanik in ihrer Entwicklung historisch-kritisch dargestellt [Exposición histórico-crítica de la evolución de la mecánica] , 1883; Die Principien der Wärmelehre, historisch-kritisch entwickelt Exposición histórico-crítica de los principios de la termodinámica] , 1896; Die Analyse der Empfindungen, 1900 (trad. castellana, Análisis de las sensaciones, 1925); Erkenntnis und Irrtum, 1905 (trad. castellana, Conocimiento y error, 1940)»

Por lo demás, en «El filosofar de Lenin» ( Sobre Marx y marxismo . Icaria, Barcelona, 1983, pp.137-138), señalaba Sacristán: «[…] Ya en lo puramente filosófico los empiriocriticistas -no sólo Mach- con su neutralismo epistemológico y su noción de experiencia pura sustraída a la distinción sujeto/objeto, aportan un punto de vista que se aleja considerablemente del de Berkeley y no tiene con el de Hume y el de Kant sino el parecido -importante, pero no identificador- de la filiación histórica. Mas la peculiaridad importante del «machismo» no está en ese terreno de la filosofía del conocimiento, sino en el de la teoría de la ciencia y en el de la división del trabajo científico. Mach ha sido un precursor inmediato de técnicas y operaciones intelectuales hoy de uso común. Se trata de unas técnicas de análisis de los conceptos, del lenguaje de las teorías científicas, o de las disciplinas científicas en vías de teorización, destinadas a poner de manifiesto la estructura y el funcionamiento interno de esos aparatos intelectuales. La aportación de Mach (y de otros autores relacionados con él por comunidad de temática más que de escuela, como Duhem) a la comprensión del modo de constituirse y del funcionamiento de las teorías científicas ha sido de considerable importancia para que se tomara consciencia de problemas de metodología formal y de análisis de los varios planos de los lenguajes científicos (su esqueleto gramatical, sus modos de significar, su eficacia informativa, su mejor o peor disposición respecto de las operaciones de verificación). Estos problemas, dicho sea de paso, tienen que ver con algunos que hoy va sugiriendo la misma producción material, a través de sus incipientes momentos cibernéticos».

Para Sacristán, La mecánica expuesta histórico-críticamente en su evolución, editada en 1883, el año del fallecimiento de Marx, era un temprano clásico de este «análisis interno de las disciplinas científicas». Se podría incluso decir, añadía, aun reconociendo la importancia de las inspiraciones de Hume y Kant, «que la aportación del empiriocriticismo es la invención de esta problemática que no se refiere directamente al mundo natural y social, sino a ciertos instrumentos útiles para el conocimiento del mundo: las teorías y los conceptos científicos (los cuales son también, desde luego, parte del mundo social).»

[4] En nota manuscrita, escribía Sacristán: «Aquí tengo que distinguir más Bernstein, Adler, Bauer y Hilferding».

[5] En su e ntrevista con Dialéctica, en 1983, confesaba Sacristán una preferencia: «[…] Nunca me gustó la epistemología predominante en la tradición marxista. Siempre me pareció que en ese campo eran mejores las escuelas marxistas minoritarias. Por ejemplo, que entre Bogdánov y Lenin el que llevaba la razón era Bogdánov; en el terreno epistemológico, se entiende, no en el político, en el que seguramente era más realista Lenin».

Por lo demás, en «El filosofar de Lenin» ( Sobre Marx y marxismo , ed cit, pp. 139-140), señalaba: «[…] Los machistas o empiriocriticistas contra los que polemiza Lenin en 1908-1909 forman un grupo de bolcheviques del que destaca precisamente el hombre que había sido su colaborador principal en la constitución de la fracción: Bogdánov. Y la pugna filosófica discurría paralelamente a un choque político. En julio de 1907 el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso había celebrado en Vyborg una conferencia para resolver el problema de la actitud que adoptar ante la III Duma imperial. Esta asamblea iba a ser elegida según una ley sumamente reaccionaria, consecuencia de la derrota de la revolución de 1905. Los bolcheviques y Lenin votaron a favor de la participación del POSDR en aquellas elecciones ultrarreaccionarias; Bogdánov tomó la dirección del resto de los bolcheviques, que votaron en contra. Los mencheviques y Lenin vencieron por un margen escaso (15-11). Bogdánov y los demás bolcheviques se atuvieron a la disciplina de partido, pero al modo entonces practicado, antes de la prohibición de las fracciones: después de las elecciones a la III Duma se proclamaron «anuladores» de los mandatos obtenidos por el partido y formularon una línea de insurrección armada que Lenin rechazaba en aquel momento por considerar que desde 1906 «la situación política concreta» era de reacción del poder y cansancio de las masas. Bogdánov y los bolcheviques entonces llamados «de izquierda» concluyeron que Lenin se había vuelto derechista, y así lo dijeron a los alumnos que acudían a la escuela de partido instalada en Capri con la colaboración de Máximo Gorki y dirigida por Bogdánov»..

Les dijeron también, proseguía Sacristán, que Lenin era un ignorante en cuestiones de filosofía, cosa que él mismo había admitido en una carta a Gorki de esos años. «Se estaba en 1909, el año en que apareció Materialismo y empiriocriticismo . La discrepancia política ponía ya en primer plano diferencias de concepción del mundo que, contra lo pactado tiempo atrás entre Lenin y Bogdánov, tendían a agriarse irreparablemente».

La misma interacción de motivaciones políticas y filosóficas se podía apreciar, añadía, en los comunistas neopositivistas que por los años 20 y 30 recogieron «la doble herencia de Bogdánov -la herencia del empiriocriticismo y la del izquierdismo o extremismo- y acabaron también fuera del partido internacional, pero en las nuevas condiciones y con las nuevas consecuencias y manifestaciones de ceguera recíproca propias del período estaliniano…»

[6] En su conferencia, de 1978, «Sobre el estalinismo» (M. Sacristán, Seis conferencias . El Viejo Topo, Barcelona, 2005), señalaba sobre Anton Pannekoek: «[…] Lo que pasa es que esa acumulación originaria socialista que decía Preobrazhenski, muy probablemente no hay que verla como socialista. ¿Por qué socialista ? Lo que ha conseguido es en gran parte lo mismo que consiguió la acumulación originaria burguesa, a saber: una civilización industrial. En esto creo -lo digo porque me parece bueno arriesgar la propia opinión- que llevaba razón la extrema izquierda de los años veinte, los que Lenin criticaba por izquierdistas. Yo creo que cuando Pannekoek decía que lo que se estaba haciendo allí era lo mismo que en la revolución burguesa inglesa llevaba razón: una acumulación originaria de capital. Sin embargo, esa acumulación originaria se ha producido en la Unión Soviética no bajo el dominio de la vieja clase dominante sino bajo el dominio de una nueva clase, de un nuevo grupo, como se le quiera llamar, de una nueva agrupación de personas, los funcionarios del partido y del estado, cosa, creo, en la cual no llevaban razón los izquierdistas de los años veinte. Es decir, esta nueva acumulación no reproduce exactamente una acumulación burguesa de capital al modo clásico estudiado por Marx. Es un nuevo grupo social, el de la dirección del estado y del partido, el que domina esa acumulación, el que la dirige, como han puesto de manifiesto varios sociólogos contemporáneos».

[7] Este apunte sobre sir Karl Popper, de una entrevista para la revista Argumentos de 1983 ( «¡¡Una broma de entrevista!!», Salvador López Arnal y Pere de la Fuente (eds), Acerca de Manuel Sacristán , Barcelona, Destino, 1996, p. 238), es de cita obligada: «[…] Prescindiendo de las intenciones de los poderosos, la acumulación de armamentos y la especialización de éstos desarrollan una dinámica que aumenta ininterrumpidamente la probabilidad del desastre. Un filósofo tan cauto y analítico como sir Karl R. Popper escribió hace ya más de diez años lo que hoy debería ser obvio para todos: la posibilidad del desastre. «Yo ya lo dije antes de Hiroshima», escribe Popper: «es infinitamente posible que ocurra un desastre local, total o parcial». Por otra parte, Popper, que cree en la realidad de ese riesgo, cree también en la necesidad y la posibilidad de combatirlo…Me complace traer a colación a un conservador tan redomado como Popper para ejemplificar que para entender las cosas hay que estudiarlas, y que el creerse de izquierdas no da automáticamente comprensión al que no se molesta en estudiarlas».

 

Referencia Prólogo:

El prólogo de Sacristán en la red: http://archivo.juventudes.org/node/114

 

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