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Varios altos cargos militares y la senadora Snowe dicen que el plan de Bush para Irak llega demasiado tarde y se queda corto

La sublevación de los generales

Fuentes: El Mundo

Al menos cuatro generales retirados se alinearon ayer con la mayoría demócrata y testificaron en el Senado que los 21.500 soldados de refuerzos a Irak son «demasiado escasos» y llegarán «demasiado tarde». Los demócratas siguieron cargando baterías contra la «nueva estrategia» de Bush en Irak, aunque aplazaron la ofensiva legislativa hasta la próxima semana para […]

Al menos cuatro generales retirados se alinearon ayer con la mayoría demócrata y testificaron en el Senado que los 21.500 soldados de refuerzos a Irak son «demasiado escasos» y llegarán «demasiado tarde». Los demócratas siguieron cargando baterías contra la «nueva estrategia» de Bush en Irak, aunque aplazaron la ofensiva legislativa hasta la próxima semana para intentar ganar más apoyo entre los republicanos.

La senadora Olympia Snowe fue la segunda republicana en desmarcarse de Bush y sumarse a la sublevación encabezada por Chuck Hagel, que acusó al presidente de «enviar a nuestros soldados a un baño de sangre». Snowe dijo ayer que piensa unirse a los demócratas en el voto simbólico contra el envío de tropas porque «esa resolución expresa la frustración que comparte la mayoría de los norteamericanos».

«Un aumento de las tropas no va a solucionar la raíz de las causas de la violencia en Irak», dijo Snowe, en el momento de adelantar su apoyo. «Tampoco va a servir para incitar al Gobierno iraquí a que dé pasos hacia la reconciliación nacional (…) La solución es más diplomática y política que militar».

La resolución auspiciada por los demócratas Joe Biden y Carl Levint será previsiblemente votada en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado el miércoles próximo, un día después del discurso de Bush sobre el estado de la Unión en el que se espera ofrezca más detalles sobre su estrategia en Irak.

Los demócratas confían en ganar tiempo de aquí a entonces para lograr el apoyo de hasta una decena de senadores republicanos que han expresado públicamente su descontento, aunque han mostrado sus reservas a la hora de la votación.

Paralelamente, los senadores Hillary Clinton y Chris Dodd planean ir más allá e impulsar una resolución que fije un techo de soldados en Irak en 132.000. La doble iniciativa entrará previsiblemente en el pleno también la próxima semana.

«Repliegue responsable»

La mayoría demócrata ha decidido dejar la defensa de su estrategia alternativa – «el repliegue responsable»- en manos del senador James Webb, veterano de guerra y ex administrador de la US Navy durante la era Reagan, para realzar el perfil militar de su propuesta.

Ayer, los demócratas hicieron desfilar por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la olla a presión contra la política de Bush en Irak, a un rosario de generales retirados que expresaron sus serias reservas contra la «nueva estrategia».

«Demasiado poco y demasiado tarde», fueron las palabras con las que el general Joseph Hoar, ex jefe del Comando Central, descalificó la iniciativa de Bush. En su opinión, la solución en estos momentos es «más política que militar» y la llegada de 21.500 soldados no va a servir para cambiar el escenario.

Barry McCaffrey, que comandó las tropas norteamericanas durante la primera guerra del Golfo, advirtió de que los refuerzos van a servir como mucho para compensar la retirada de las tropas de la coalición: «Nuestros aliados nos están dejando y se irán en verano».

El general Odom, ex director de la Agencia Nacional de Seguridad, insinuó que Estados Unidos no supo calibrar las consecuencias de derrocar a Sadam Husein. «Los principales beneficiarios de esta guerra han sido Al Qaeda e Irán», dijo. «No hay manera de ganar una guerra que no va con nuestros intereses», añadió.