La descomunal agresión militar israelí al Líbano y sus atrocidades criminales han sido rechazadas por todas las personas pacifistas del mundo, quienes demandan a los gobiernos de las grandes potencias, en especial al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que dejen de actuar contemplativamente y dispongan un cese del fuego inmediato y el retiro […]
La descomunal agresión militar israelí al Líbano y sus atrocidades criminales han sido rechazadas por todas las personas pacifistas del mundo, quienes demandan a los gobiernos de las grandes potencias, en especial al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que dejen de actuar contemplativamente y dispongan un cese del fuego inmediato y el retiro de las tropas israelíes del territorio libanés. Sin embargo, por encima del derecho a la vida y a la autodeterminación priman los intereses geoeconómicos y geopolíticos de Estados Unidos, para quien Israel juega un rol importante al impedir la paz en Medio Oriente y con ello mantener una inestabilidad político-militar útil para la carrera armamentista y el acceso a los campos petroleros sin lo cual le economía estadounidense no puede competir con los demás países del Grupo de los Ocho.
Los bombardeos contra el Líbano son la continuación de una política intervencionista que intenta eliminar a la Autoridad Nacional Palestina, comenzando por destruir la infraestructura, minar la resistencia popular y hundir a la sociedad árabe de la región en un estado de caos y zozobra. Esto apunta a impedir la creación de un Estado Palestino Independiente al lado de Israel, única potencia militar atómica en la región, presentada como «víctima del terrorismo».
En verdad, como ya es común escucharle al Presidente Bush, la guerra desatada por Israel se enmarca en un ámbito bélico mayor de «guerra al terrorismo» que hace las veces de «guerra al comunismo» que una vez terminada la Guerra Fría ya no tiene vigencia. El sábado 29 de julio pasado, en su acostumbrada transmisión de radio semanal en Washington, ante los crecientes reclamos internacionales de agilizar una tregua desde el Consejo de Seguridad y no vetar las propuestas de paz, con su conocido esquematismo y refiriéndose sobre todo a Gran Bretaña señaló: «Trabajaremos con nuestros aliados para adoptar una resolución que establezca un marco para terminar con la violencia rápidamente, y otorgue el mandato de una fuerza multinacional» (1); y no dudó en afirmar que «mientras trabajamos para resolver la crisis, debemos reconocer que Líbano es el último tramo de una batalla más amplia entre la libertad y el terrorismo que se está desarrollando a lo largo de la región». Terminó enfatizando que «esta estrategia demostrará la determinación de la comunidad internacional de apoyar al Gobierno del Líbano y acabar con la amenaza de Hezbolá y sus aliados extranjeros», entendiendo por tales a Siria e Irán.
El escenario está entonces delineado, en el mejor de los casos se establecerá un cese incipiente de la agresión israelí y un eventual despliegue temporal de tropas de cascos azules, pues de ninguna manera Hezbolá aceptará desarmarse, ni tampoco Israel renunciará a una mayor ofensiva terrestre.
La otra Resistencia
Paralelamente a las conocidas acciones de defensa de las organizaciones libanesas y palestinas, desde hace algún tiempo vienen realizándose actividades a través de Internet por parte de un grupo de jóvenes marroquíes que se autodenominan «Team Evil» (Equipo Diabólico), cuyo objetivo es protestar en la web contra la muerte cotidiana de palestinos provocada por los ataques israelíes.
«Mientras ustedes maten palestinos, nosotros mataremos vuestros servidores» indica la inscripción dejada en un inglés aproximado sobre la página inicial de los 850 sitios israelíes atacados el 28 de junio de 2006, luego de la incursión militar israelí en la Franja de Gaza, dentro de las operaciones de asalto denominadas » Lluvias de verano «. Uno de sus miembros declaró a una agencia de información israelí : «Somos un grupo de hackers marroquíes que piratean los sitios en señal de solidaridad con la guerra de resistencia llevada a cabo contra Israel. Atacamos sitios israelíes cada día: es nuestro deber. El hacking no es un crimen. Cesen de matar niños y pararemos de piratear.» (2).
Este grupo de e-manifestantes es al parecer bastante conocido por ser muy activo en el combate informático contra la ocupación de Israel en Palestina y aquella del ejército norteamericano en Irak. Se afirma que más de 7.605 sitios han sido pirateados, algunos de ellos de gran tamaño, en abril de 2006, como aquel del Instituto Israelí de investigación biológica y el de la cadena de restaurantes McDonald’s Israel. Otros blancos apuntados fueron el Banco Apoalim, el Banco Otsar Ha-hayal’, BMW Israel, Subaru Israel, Citroen Israel, la cadena de vestidos Jump, Guysen Israel News, etc.
Se cree que el grupo está compuesto por jóvenes menores de veinte años que actúan desde el 2004, desfigurando páginas web gubernamentales e institucionales norteamericanas e israelíes con una pericia únicamente superada por los hackers brasileños (3). Marruecos forma parte del 60% de los 178 países de la INTERPOL que no poseen leyes sobre la llamada ciber-criminalidad y sólo sancionan la piratería informática, con 5 a 10 años de prisión, que es el desafío permanente de los hackeractivistas.
Desde luego, el crecimiento de las acciones de hacking de los sitios web que siguen a las operaciones militares es un fenómeno conocido y previsible en Israel, sin embargo de lo cual la guerra trasladada a la Net toma allá la forma de un debate nacional sobre las capacidades intelectuales de los árabes, a los cuales siempre se les ha tratado racistamente como retrasados mentales. Es así que en un Foro informático de discusión, un joven israelí se interroga sobre la lección que hay que sacar de estos ataques: «Paremos de tomar a los árabes como unos tontos y de creer que somos los más inteligentes del planeta, ellos pueden piratear los sitios más protegidos. ¿Qué hemos podido hacer? Nada, sino comprobar los estragos. Y nosotros, realizando las acciones más criminales, sólo logramos hacernos pasar por verdugos ante los ojos del mundo entero.» (4).
Como las actividades de los hackers se hicieron públicas, estas fueron vistas con simpatía por los demás jóvenes marroquíes y varias manifestaciones en solidaridad con Palestina se desarrollaron en Casablanca, la ciudad más grande del país. La intifada de la calle se sumó a la intifada de la red, recordando las gestas heróicas de la niñez palestina, cuando enfrentó lanzando piedras a los tanques invasores israelíes en Gaza y Cisjordania, en 1987 (5).
La reacción sionista y la norteamericana
Como era de esperarse, Israel no tardó en responder constituyendo un grupo denominado «Team Good» (Equipo del Bien), que atacó el sitio marroquí Omihost que alberga unas 400 direcciones electrónicas, causando serios daños en las web, pues el servidor no asegura copias de los sitios de sus clientes. Luego de una semana unos 150 sitios fueron reparados (6).
Esta acción fue considerada insuficiente por el gobierno israelí y no dudó en enviar a Marruecos, vía París, un equipo de agentes del Mossad, el Servicio Secreto de Inteligencia, para que descubriera físicamente a los autores y los eliminara, aprovechando ciertas debilidades en la organización, pues muchos hackers marroquíes actúan abiertamente y mantienen Foros informáticos donde se puede aprender múltiples cosas; como hacer trampa en los juegos electrónicos, piratear una foto desde un teléfono celular (portable), romper seguridades de las web, etc.
Sin embargo, los sabuesos del Mossad no están solos en esta búsqueda y compiten con los agentes del servicio más secreto de la National Security Agency, el «X Group Special Acces Systems», quienes se apresuran a encontrar a los jóvenes del Team Evil, pero no para matarlos, sino para reclutarlos e incorporarlos a sus filas tecnológicas, pensando que una oferta multimillonaria de dinero convence más que una causa justa.
Solidaridad cibernáutica para rato
«Los jóvenes de hoy están marcados por el síndrome de Al Jazira (la TV árabe alternativa), ya no se movilizan por slogans, por tal o cual ideología, por cualquier partido político sino por las imágenes que desfilan ante sus ojos en la pantalla, reaccionando por lo que ven en directo», explica un sociólogo marroquí, y otro añade que la simpatía ferviente de los jóvenes por la causa palestina se debe «a una sensibilidad más grande en ellos frente a la globalización de la política norteamericana, a su terrorismo de Estado, siempre marcados por un panarabismo reticente al sionismo» (7).
Las e-manifestaciones dan lugar a la e-solidaridad y ésta al e-jihad, este sacrificio digital o numérico en esta ciber-guerra que los jóvenes cibernautas marroquíes están trazando como ejemplo y como pasos claves en medio de los conflictos bélicos asimétricos. Muchos dirán que son pocos los efectos reales en esta contienda, pero algo sustancial debe preocupar a los halcones del imperio para que se precipiten a descifrar los códigos de estos hackers islámicos libertarios (8).
Aún más, esta nueva solidaridad cibernáutica parece tener ribetes altamente contagiosos y se extiende ya por otras latitudes: el 28 de julio pasado, en protesta por la sangrienta invasión del Líbano, dos sitios web de la NASA fueron atacados por un grupo chileno que firma sus proclamas como Byond Hackers Crew, quien se dio gusto entrando al hasta entonces impermeable sistema aeroespacial, sustrayéndose del servidor nombres de usuarios, contraseñas, y e-mails, con lo cual irrumpieron en el área administrativa y alteraron el servicio, antes de desconfigurar la página web y despedirse dejando un mensaje de condena por la masacre de inocentes en el sur del Líbano bajo el pretexto de buscar terroristas (9). Otros sitios «visitados» corresponden a Microsoft, a la Berkeley University, a oficinas gubernamentales de Estados Unidos…
Referencias bibliográficas
2. Habibou Bangré, Hackers Marocains & Web Israélien, www.afrik.com.
3. Abdellatif El Azizi, Activisme informatique. L’Intifada des hackers marocains, Revue Tel Quel, No. 233, 8-14 juillet 2006, Maroc.
5. La intifada, o » levantamiento «, http://edualter.org/material/palestina/intifada.html
7. Abdellatif El Azizi, op.cit
8. Kfir Damari,et al, A Cyber-terrorism Attack, Analysis and Response, 12th july 2006. www.BeyondSecurity.com. Ver archivo adjunto en versión Word, en pdf pesa más de un mega.
9. Cyberwar: The Beginning, www.zone-h.org, donde se da un listado de los sitios más atacados en esta última semana de julio. Ver también: www.whitedust.net
– Vìctor Hugo Jijón, CDDH-Ecuador