Estados Unidos está construyendo grandes bases militares, caras y con previsión de futuro en Iraq, así como un enorme complejo para la nueva embajada en Bagdad. Estos proyectos de construcción son muy controvertidos; como han demostrado muchas encuestas de opinión, los iraquíes se oponen abrumadoramente a [la creación en su país de] las bases y […]
Estados Unidos está construyendo grandes bases militares, caras y con previsión de futuro en Iraq, así como un enorme complejo para la nueva embajada en Bagdad. Estos proyectos de construcción son muy controvertidos; como han demostrado muchas encuestas de opinión, los iraquíes se oponen abrumadoramente a [la creación en su país de] las bases y el Congreso estadounidense también ha rechazado el gasto de fondos para bases «permanentes» en Iraq. De forma muy generalizada las bases y la embajada se consideran símbolos de que EEUU proyecta ejercer una influencia militar y política excepcional en Iraq -y en la zona- durante muchos años.
Bases de operaciones y bases de contingencias
Durante los años 2003 y 2004, EEUU estableció en Iraq más de un centenar de bases de diferentes tamaños, incluidas bases aéreas, centros de detención, cuarteles generales del ejército de tierra, almacenes logísticos y muchas pequeñas «bases de operaciones a largo plazo» cerca del escenario de combate [1]. Al año de la ocupación, el Pentágono ya había desarrollado hasta 14 bases más allá de lo que es un campamento temporal [2]. Las tiendas de campaña o los remolques dieron paso a infraestructuras más permanentes destinadas a vivir y se realizaron inversiones en infraestructuras de carreteras, edificios para cuarteles generales e instalaciones para los aviones.
A finales de 2006 había 55 bases estadounidenses en Iraq [3], de entre las que los mandos militares habían elegido unas cuantas para convertirlas en perdurables o «duraderas». Ahora el proceso de construcción de bases está muy adelantado junto con la construcción de importantes pistas de hormigón, comunicaciones, instalaciones y todo tipo de servicios para los soldados.
Estas bases especiales están situadas en diferentes regiones del país, lo que permite el control militar de toda la superficie de Iraq. Las bases están situadas en torno a los principales aeródromos militares, reconstruidos desde la época de Sadam [Husein], lo que permite a las fuerzas terrestres que viven allí proteger la capacidad estadounidense para atacar desde el aire. Los aeródromos dan a las bases cierto grado de independencia del soporte logístico por tierra (que se puede atacar con facilidad), y permiten una coordinación mayor entre las fuerzas de tierra y las operaciones tácticas aéreas.
Aunque los presupuestos del Pentágono han hecho imposible determinar con exactitud las cantidades destinadas a la construcción de bases en Iraq, en estas bases especiales se ha gastado bastante más de mil millones de dólares [4]. En el suplemento de crédito presupuestario de 2006 se destinaron 348 millones de dólares para más construcciones [5].
Las bases clave son:
– Al-Balad, también conocida como Campo Anaconda, a unos109 kilómetros al norte de Bagdad; toda la actividad aérea de la Coalición en Iraq se coordina en esta base.
– Al-Talil, a unos 22 kilómetros al sudoeste de Nasiriya, en el sur [de Iraq].
– Al-Asad, a unos 193 kilómetros al oeste de Bagdad, cerca de la ciudad ribereña del Éufrates de Jan al-Bagdadi.
– Al-Qayyara, a unos 80 kilómetros al sudeste de Mosul, en el norte del país [6].
– Campo Victoria o Campo Libertad, un complejo cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad, donde el mando militar estadounidense tiene su cuartel general.
Otras instalaciones importantes que se han mejorado incluyen Campo Marez, cerca del Aeropuerto de Mosul; Campo Cook, al norte de Bagdad, y una nueva base cerca de Irbil, en el Kurdistán. Los documentos de planificación [de las bases] se referían inicialmente a ellas como «bases duraderas», pero en febrero de 2005 el Pentágono cambió el término por el de «bases de funcionamiento para contingencias» [7].
Según se informa, quienes las han diseñado consideran que las bases desempeñan un papel político en Iraq, en particular una capacidad para influir en las zonas limítrofes y para intervenir tanto en conflictos locales como nacionales o de Oriente Medio. Como declaró al [diario] The Washington Post un general implicado en la planificación [de las bases], «[…] No queríamos elegir lugares que estén muy cerca de núcleos de población iraquí, sino lugares que nos permitieran influir en una zona y nos dieran alguna capacidad de presión» [8]. El término «capacidad de presión» se refiere, aparentemente, a potenciales ataques militares contra otros países, tales como Siria e Irán.
Estas bases estadounidenses clave son enormes. Al-Balad (Campo Anaconda) ocupa 24 kilómetros cuadrados [9] mientras que las bases al-Asad y al-Talil ocupan algo más de 32 kilómetros cuadrados cada una [10]. Incluso cerca de Bagdad, el complejo de la base estadounidense Victoria o Libertad es tan grande que tiene cabida para una carrera de triatlón de unos 224 kilómetros [11]. Un gran número de personal de servicio estadounidense, así como equipos de constructores privados y otros trabajadores de contratas, están destinados en estas instalaciones. Por lo que se refiere únicamente al personal militar, [la base de] al-Balad (Campo Anaconda) cuenta con 20.000 personas [12], al-Asad con 17.000 [13] y Victoria o Libertad con 14,000 [14]. Los equipos de construcción y contratas suman otros miles de personas más.
Distribución de las principales bases de EEUU en Iraq y países limítrofes (Paco Arnau para IraqSolidaridad) Ampliar
En el centro de estas bases se ubican amplios y sofisticados aeródromos militares, con pistas dobles de entre dos y tres kilómetros y medio que pueden dar cabida a muchos aviones, incluidos los de combate, los teledirigidos, los helicópteros y los grandes aviones de transporte. Al-Balad alberga a un total de 250 de estos aviones, incluidos 120 helicópteros y numerosos predadores teledirigidos, estacionados en vastas plataformas de hormigón para el estacionamiento y pistas de rodaje [15]. Las construcciones en esta base, cuyo presupuesto se ha aprobado recientemente, incluyen una rampa de estacionamiento para el descomunal avión de carga C-5A Galaxy de las fuerzas aéreas, así como la mejora de la iluminación para las operaciones que se realizan las 24 horas del día. Se dice que el tráfico aéreo de [la base de] Balad está entre los más intensos del mundo, con operaciones aéreas durante las 24 horas del día los siete días de la semana, comparable con el del aeropuerto O’Hare de Chicago [16]. El aeródromo de la base de al-Asad también cuenta con un nuevo sistema de iluminación así como con un sofisticado sistema de control de tráfico aéreo [17].
Las bases son cumplidamente autosuficientes en lo relativo a sus instalaciones, incluida la electricidad, los sistemas de telefonía, el aire acondicionado y la calefacción, y las instalaciones hospitalarias [18]. Mientras que el agua potable, la electricidad o el tratamiento médico de calidad escasean en el país, las bases son un oasis de servicios que funcionan a pleno rendimiento -un largo costoso camino muy distante de las tiendas militares o de los barracones provisionales levantados a toda prisa en el campo-. Resulta irónico que los proyectos de las bases se terminen con prontitud mientras que otros muchos proyectos de construcción en beneficio de los iraquíes, como las plantas de tratamiento de aguas, las centrales eléctricas e instalaciones sanitarias hayan sufrido un sin fin de retrasos, recortes y fallos.
Las bases están protegidas del exterior por un perímetro altamente fortificado y actualmente el Pentágono está modernizando aún más los sistemas de seguridad perimetral. En [la base de] al-Talil los constructores están levantando una valla de seguridad de doble perímetro por valor de 22 millones de dólares con controles de alta tecnología en las puertas, torres de control y una zanja de protección similar a un foso, mientras que las vallas del perímetro de al-Balad se están modernizando y extendiendo en tierra de nadie [19].
Las bases han reforzado los edificios de hormigón, han hecho más sólidos los búnkeres y han creado sistemas electrónicos que rara vez, si es que alguna, se colocan en las instalaciones de las bases temporales. Las bases también poseen amplios barracones de hormigón para los soldados y un gran sistema de carreteras interiores. Asimismo disponen de importantes centros logísticos que les permiten aprovisionar a las tropas destinadas en esa zona del país de comida, combustible, municiones y otros suministros.
Las bases disponen de complejos servicios para llevar el estilo de vida estadounidenses a las tropas. Además de cuatro comedores y una gran instalación deportiva, Balad cuenta con dos enormes almacenes [tipo] economato y varios establecimientos de comida rápida, incluidos un Burger King, abierto 24 horas, un Pizza Hut, una imitación de Starbucks llamada «Green Beans,» y una heladería Baskin Robbins, así como un minigolf [20]. [La base de] al-Asad cuenta con un campo de fútbol, una oficina de alquiler de coches Hertz, un ciber-café, una piscina cubierta, un cine donde se exhiben los últimos estrenos e incluso un concesionario de automóviles. También tiene un Burger King, un Pizza Hut y otros establecimientos de comida rápida [21]. Del mismo modo, [la base de] Victoria o Libertad dispone de establecimientos de comida rápida, una sofisticada instalación deportiva y gimnasio, así como el mayor almacén economato de Iraq [22]. Los soldados de estas bases cuentan con aire-acondicionado, acceso a Internet vía satélite, televisión por cable y un servicio telefónico internacional.
Estas bases representan vastos proyectos de construcción que cuestan, cada uno de ellos, cientos de millones de dólares. Ingenieros militares declararon a un periodista que visitó al-Balad que para hacer la mezcla de cemento destinada a la construcción de la base en el período anterior a marzo de 2006 fueron necesarios 31.000 volquetes de camión con arena y grava para las nueve plantas donde se hace el cemento [23]. Además de pistas de aterrizaje, torres de control, carreteras, edificios y fortificaciones periféricas, las bases tiene complejas redes subterráneas de tuberías de agua y de comunicación por cable.
Debido a los opacos presupuestos del Pentágono y, en especial, a los nada transparentes suplementos de crédito, puede que nunca se sepa el coste total de cada base ni el descomunal coste de las instalaciones a futuro [24]. Diferentes partidas presupuestarias se dedican a la construcción de bases e incluyen el trabajo sin coste de las cuadrillas militares de construcción, así como los contratos con grandes empresas de ingeniería como la filial de Halliburton, KBR. Se dice que la base de al-Balad ha costado, al menos de 230 millones de dólares de los «fondos de emergencia» a lo largo de diciembre de 2005 y, al menos, 50 millones de dólares más desde entonces [25]. Actualmente se han presupuestado otros 110 millones de dólares para [la base de] al-Talil [26], mientras que en la de al-Asad se han gastado 46 millones de dólares en mejoras tales como el perímetro de seguridad, la iluminación y el control del tráfico aéreo [27].
Grúas de construcción en la Zona Verde de Bagdad de la que será la más grande embajada de EEUU en el mundo, seis veces mayor que las instalaciones de Naciones Unidas en Nueva York.
¿Una presencia militar permanente?
La cuestión de nuevas bases estadounidenses en la región del Golfo Pérsico surgió a finales de la década de 1990 en los debates de Washington fomentados por el bloque neo-conservador ascendente. El Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense [The Proyect for a New American Century] reunió entonces a un poderoso grupo de neo-conservadores para presionar a favor de una postura internacional estadounidense más agresiva [28]. Entre sus miembros estaban Richard Cheney y Donald Rumsfeld, quienes más tarde llegarían a ser vice-presidente y secretario de Defensa en el gobierno de George W. Bush respectivamente. En un informe publicado en 2000, el Proyecto insistía en la necesidad de una «sustancial presencia estadounidense en el Golfo» para proteger el suministro de petróleo y disuadir a potenciales adversarios [29]. En un momento en el que EEUU abandonaba importantes bases en Arabia Saudí, estaba claro que los autores del informe estaban presentando nuevos planes para crear bases en otros países. Pero se dejó sin especificar su ubicación. En 2002, cuando se avecinaba la invasión de Iraq, miembros clave del Proyecto desempeñaban altos cargos [en el gobierno].
Según estrategas políticos y militares de EEUU, las bases estadounidenses de larga duración en Iraq ofrecen importantes ventajas. El 19 de abril de 2003, mucho antes de que las tropas estadounidenses tomaran el control de Bagdad, los periodistas Thom Shanker y Eric Schmitt escribieron un artículo de portada para el The New York Times indicando los planes del Pentágono para «mantener» cuatro bases en Iraq de cara al futuro [30]. Mejor que hablar de «bases permanentes», los militares entonces preferían hablar de «acceso permanente» a Iraq [31]. Aproximadamente en la misma época, altos cargos del gobierno declararon al The New York Times que EEUU estaba planificando «una relación militar a largo plazo con el incipiente gobierno de Iraq, una relación que garantizaría al Pentágono el acceso a bases militares y la proyección de la influencia estadounidense en el corazón de la región» [32].
El secretario de Defensa Rumsfeld negó rápidamente estos informes declarando ese mismo mes a la prensa que hablar de una presencia militar estadounidense permanente es «erróneo y desafortunado» [33]. Tanto el presidente Bush como el secretario Rumsfeld continuaron negándolo incluso cuando la construcción de estas colosales instalaciones ya estaba muy avanzada. El 17 de febrero de 2005, Rumsfeld declaró ante el Comité del Senado para el Ejército: «[…] Puedo asegurarles que en este momento no tenemos intención de establecer bases permanentes en Iraq» [34]. Pero los miembros de Congreso empezaban a dudar puesto que el Pentágono estaba pidiéndoles que autorizaran cientos de millones de los presupuestos anuales para financiar la construcción de las bases.
Mandos militares sobre el terreno han sido relativamente francos al hablar acerca de las bases y de su posible utilización a largo plazo. En 2005, Robert Pollman, general de brigada del Ejército [estadounidense], declaró a un periodista: «[…] ¿Es esto un cambio por las bases saudíes? No lo sé (…) Cuando hablamos de bases duraderas aquí, estamos hablando de la operación actual (…) Pero tiene sentido. Tiene mucha lógica» [35]. El 14 de marzo de 2006, John Abizaid, el general estadounidense al mando en Iraq comentó a la prensa que EEUU pudiera querer mantener una presencia militar a largo plazo en Iraq para reforzar a los [países] «moderados» pro estadounidenses y «[…] proteger el flujo de petróleo en la región» [36].
Larry Diamond, miembro de la conservadora Hoover Institution de la universidad de Stanford y ex-consejero de Paul Bremer en Bagdad, indicó que el gobierno Bush no declararía que no desea bases permanentes en Iraq «[…] porque estamos construyendo bases militares permanentes en Iraq». James Glanz del The New York Times señala que a falta de unas fuerzas aéreas iraquíes completamente funcionales, EEUU será «[…] responsable de la defensa aérea» en Iraq «[…] durante algún tiempo en el futuro». Y GlobalSecurity comenta que la gigantesca torre de comunicaciones nueva de la base de al-Balad es «[…] otro signo de permanencia» [37].
Un proyecto de ley presupuestario esbozado en el Pentágono y aprobado por el Congreso en mayo de 2005 afirmaba directamente que algunos proyectos de construcción de bases en países no identificados serían «permanentes». Sostenía que los fondos cubrirían «[…] en algunos casos muy restringidos instalaciones permanentes» que incluirían «[…] barracones, zonas administrativas, instalaciones para el mantenimiento de vehículos, instalaciones para la aviación, barracones de movilización y desmovilización e instalaciones de apoyo a la comunidad», en una palabra, prácticamente todo lo que se está haciendo en las principales bases que se están construyendo ahora en Iraq [38].
La preocupación del Congreso de EEUU
Muchos miembros del Congreso piensan que las grandes bases provocan el resentimiento de los iraquíes respecto a EEUU. También los miembros del Congreso tienen la sospecha cada vez mayor de que los proyectos de construcción están diseñados para ser de larga duración. Con la creciente presión por parte de los votantes, el Congreso empezó a debatir una legislación restrictiva. Durante 2005, legisladores de ambos partidos se expresaron en relación a este tema. En la legislación sobre el suplemento de crédito presupuestario de defensa de la primavera de 2006, el Congreso introdujo una enmienda prohibiendo las bases permanentes [39]. El Pentágono respondió con una intensa presión para suprimir la enmienda, con lo que se sugería que el departamento de Defensa realmente quería construir y operar en bases permanentes [40]. Cediendo a la presión, las dos cámaras del Congreso suprimieron la enmienda y posteriormente la introdujeron de nuevo. Sorpresivamente el lenguaje sobre las bases fue después eliminado por el comité de negociación. Por ello no aparecieron [las bases] en el proyecto de ley final que aprobaba cientos de millones de dólares para continuar con los proyectos de construcción, fundamentalmente en las bases más importantes. Pero junto con la legislación el Congreso publicó un informe que concluía que el dinero era «[…] de una magnitud que se asocia normalmente a [la construcción de] bases permanentes» [41].
Muy poco después, las dos cámaras del Congreso votaron la prohibición de las bases permanentes en las partidas presupuestarias de 2007 y la autorización de gastos para el departamento de Defensa y el departamento de Estado [42]. Los votos a favor de estas medidas fueron abrumadores (en el Senado, 100 a 0). El Congreso también hizo un llamamiento al Pentágono para que aportara un plan transparente para su proyecto de construcción de bases. A pesar de estos avances, los legisladores todavía no han utilizado todo el poder de control que poseen sobre el presupuesto para detener la construcción de bases. Esto permite al gobierno continuar con los proyectos de construcción de bases y seguir con el argumento semántico acerca de la conveniencia de aplicar el término «permanente» [43].
Pero en 2006, después de las elecciones a mitad de la legislatura del gobierno, el nuevo Congreso está obligado a aumentar la presión sobre la cuestión de las bases. Las nuevas medidas podrían empezar con una legislación sobre fondos suplementarios en la primavera de 2007. Pero mientras tanto los proyectos de construcción continúan, los contratistas siguen vertiendo más cemento y al menos tres colosales bases están a punto de finalizarse.
Muro exterior de la base de Taji, antigua «ciudad militar» de la Guardia Republicana en la ciudad del mismo nombre, situada a menos de 40 kilómetros al noroeste de Bagdad
Oposición iraquí a las bases permanentes
Una gran mayoría de los iraquíes se opone a la presencia estadounidense a largo plazo en su país y consideran las bases como un símbolo negativo y fundamental de la ocupación. Las encuestas de opinión han demostrado que los iraquíes creen que EEUU está planeando asentar y mantener estas bases, aun cuando el gobierno iraquí les pidiera que las desmantelara [44].
Entre los políticos iraquíes, aunque unos pocos dirigentes kurdos han afirmado ser partidarios de las bases permanentes [45], una gran cantidad de figuras destacadas del Parlamento ha rechazado firmemente la idea. En septiembre de 2006, un portavoz de la coalición de partidos Frente de Acuerdo Sunní [participante crítico en el proceso político iraquí auspiciado por EEUU] afirmó que esta organización «[…] no permitirá bases militares permanentes en suelo iraquí con el pretexto de proteger Iraq» [46], y un portavoz del Frente de Diálogo Nacional denunció que estas bases «[…] atentaban contra la soberanía iraquí» [47]. La Asociación de Ulemas Musulmanes, [máxima instancia religiosa] sunní, declaró rotundamente: «[…] condenamos estas propuestas irresponsables» [48].
Con toda probabilidad la cuestión de las bases de larga duración se convertirá en un punto álgido en el sistema político iraquí si Washington insiste en mantener durante largo tiempo las bases principales y a miles de personas para tenerlas en funcionamiento. Con toda seguridad una amplia oposición política se enfrentará a cualquier gobierno iraquí que consienta tal idea.
El recinto de la nueva embajada
El «recinto de la nueva embajada» estadounidense, que se está construyendo en la Zona Verde, en el centro de Bagdad, ocupará casi 260 hectáreas, diez veces el tamaño medio de las embajadas estadounidenses y seis veces el tamaño del recinto de Naciones Unidas en Nueva York [49]. Estará compuesto por 21 edificios principales y otros muchos secundarios.
Se calcula que su coste, incluido todo el perímetro de seguridad, todos los servicios necesarios y otras instalaciones, ronda los mil millones de dólares [50]. En la primavera de 2005 el Congreso aprobó los fondos para el contrato principal por un total de 592 millones de dólares [51]. El Servicio de Investigación del Congreso se ha quejado de que no se podrá conocer con exactitud el coste real del programa de construcción debido a los opacos presupuestos que impiden la supervisión efectiva del Congreso [52].
El recinto con aspecto de fortaleza que se está levantando en un parque a lo largo del río Tigris está situado dentro de los seis kilómetros y medio del enclave de alta seguridad de la Zona Verde, donde el gobierno iraquí y los altos cargos estadounidenses tienen ahora sus despachos y residencias. La propia Zona Verde está rodeada de kilómetros de muros de hormigón, alambre de espino, torres vigías y sofisticadas entradas de seguridad [53]. Pero dentro de la Zona Verde, la nueva embajada estadounidense tendrá un sistema de seguridad aún más complejo y un perímetro de seguridad aún más sólido con muros de hasta cuatro metros y medio de anchura. Los edificios reforzarán dos veces y media las especificaciones habituales, «se endurecerán» para soportar ataques directos de mortero e incluso bombardeos aéreos [54].
La embajada está diseñada para tener su propia planta de tratamiento de aguas residuales, pozos de agua y una central eléctrica, lo que le permite ser «[…] 100 % independiente de los servicios de la ciudad» [55].
Programado para terminarse a finales del verano de 2007, el recinto incluirá dos grandes edificios de oficinas así como seis edificios residenciales con un total de más de 600 apartamentos. Según se informa, más de mil diplomáticos y personal de apoyo trabajarán en el complejo. Habrá una serie de viviendas para altos cargos, así como un edifico para el ocio y los deportes que incluye un gimnasio, vestuarios y una piscina. También habrá un cine, una bolera, peluquería masculina y salones de belleza, comedores al aire libre y una zona para cenar, un colegio, un economato, una central eléctrica, un taller de coches, cocheras y, por supuesto, tiendas y restaurantes para ofrecer al personal de la embajada comida y productos de consumo estadounidenses [56].
Más de 2.000 personas que pertenecen al personal de seguridad y defensa vivirán y trabajarán en la zona, incluido un alto número de personal privado que trabaja como guardaespaldas y una sólida fuerza de marines para el sistema de defensa del perímetro propio [57]. Los marines vivirán en el edifico de barracones, de gran envergadura. Llevarán armas pesadas, incluidos misiles tierra-aire para protegerse contra ataques aéreos [58]. Habrá cinco entradas de alta seguridad equipadas con los últimos sistemas de control y de vigilancia electrónica [59].
Informes de finales de 2006 insinúan que el gobierno está planeando incrementar aún más el personal de la embajada en 2007, lo que hará que el descomunal recinto sea insuficiente incluso antes de que se termine [60]. La vasta dotación de personal ha planteado problemas de incorporación y ha puesto a prueba el sistema estadounidense del servicio en el exterior. Según se ha informado, al personal seleccionado se le ha ofrecido el doble del salario normal, destino de un año y cuatro viajes fuera de Iraq durante su permanencia [61]. Un diplomático comentó que «[…] [la embajada de EEUU en] Bagdad empequeñece cualquier cosa; se está convirtiendo en un monstruo al que hay que alimentar todos los años con una nueva tanda de voluntarios» [62].
Entre el personal actual de unas mil personas hay doscientos diplomáticos de carrera, cientos de personas procedentes de otros departamentos y agencias del gobierno estadounidense (incluido un considerable contingente de la CIA) y una gran cantidad de políticos nombrados, descritos oficialmente como técnicos expertos pero que, según dicen algunos diplomáticos, son leales republicanos no demasiado competentes [63]. Algunos informes sugieren que actualmente están trabajando en el complejo estadounidense hasta 5.000 personas, una cifra que incluye el personal de seguridad, el personal de servicio e incluso a los trabajadores de la construcción [64]. Según un informe del Grupo de Estudios de Iraq, solo el seis por mil del personal permanente de la embajada habla árabe con fluidez [65].
El recinto ha causado muchos comentarios en Bagdad, donde lo llaman «el palacio de George W. Bush», una referencia a las esmeradas estructuras construidas en el pasado por Sadam Huseín. A diferencia de muchos proyectos fallidos de reconstrucción en otros lugares de Iraq, se dice que el complejo de la embajada estará bien construido y se acabará en el plazo fijado [66].
La presencia de una descomunal embajada estadounidense -la mayor del mundo- situada en la Zona Verde junto al gobierno iraquí es un poderoso símbolo en el centro de la capital de Iraq. Completamente aislada del exterior, con la garantía de todos los servicios y grandes comodidades en medio del sufrimiento, la embajada emerge en gran contraste con su vecino, el soberano gobierno iraquí [67].
Conclusión
A pesar de la creciente oposición dentro del Congreso estadounidense y del gobierno iraquí, el gobierno Bush avanza rápidamente con sus programas de construcción de las bases a largo plazo así como de su descomunal embajada. Evidentemente, quienes concibieron estos proyectos tienen poca sensibilidad respecto a cómo pudieran reaccionar los iraquíes y poca conciencia de la poderosa imaginería y simbolismo que está creando EEUU.
Estos colosales proyectos de construcción, que cuestan miles de millones de dólares, sugieren de manera contundente que sus autores consideran Iraq como un Estado cliente y como una base para las operaciones militares estadounidenses en la región de Oriente Medio. Como observó Ron Paul, congresista estadounidense republicano por Texas: «[…] tanto la embajada [de EEUU] en Bagdad, como las bases militares que se están construyendo, envía un mensaje de que contamos con permanecer en Iraq, y dirigir Iraq, durante mucho tiempo» [68].
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Beatriz Morales (www.iraqsolidaridad.org)
Notas de ‘Global Policy Forum’ e IraqSolidaridad:
1. GlobalSecurity.org «Iraq facilities». Según el Washington Post, en mayo de 2005 todavía había más de 100 bases estadounidenses en el país. Bradley Graham, «Commanders Plan Eventual Consolidation of US Bases in Iraq» (22 de mayo de 2005). Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: EEUU ha gastado 1.100 millones de dólares en instalaciones militares en Iraq y Las fotos de la devastación del principal depósito de munición de Iraq .
2. Christine Spolar, «14 ‘Enduring Bases’ Set in Iraq» Chicago Tribune (23 de marzo de 2004).
3. Iraq Study Group, (New York de 2006). 4. Peter Spiegel, «Bush’s Request for Iraqi Base Funding Make Some Wary of Extended Stay,» Los Angeles Times (24 de marzo de 2006). Para un debate más detallado sobre los gastos y los asuntos relacionados con el problema de la construcción de bases secretas o clasificadas véase Congressional Research Service, «Military Construction in Support of Afghanistan and Iraq» (11 de abril de 2005). 5. Ibid. 6. Graham, op. cit. 7. Ibid. 8. Ibid. 9. Dahr Jamail, «Permanent US Colony,» truthout (14 de marzo de 2006). 10. «Extended Presence of US in Iraq Looms Large» Associated Press (21 de marzo 2006); GlobalSecurity.org, página sobre la base al-Talil. 11. Sargento Andrew Miller, «Ironman Soldier Races Through Iraq» DefendAmerica (7 de noviembre de 2005). 12. Thomas E. Ricks «Biggest Base in Iraq Has Small-Town Feel» Washington Post (4 de febrero de 2006). 13. Charles J. Hanley, «Iraqis Think US in Their Nation to Stay» Associated Press (20 de marzo de 2006). 14. Joshua Hammer, «Digging In» Mother Jones (número de marzo/abril de 2005). 15. Hanley op. cit. 16. Ricks, op. cit. 17. Hanley, op cit. 18. A principios de 2006 Thomas Ricks informó de que el hospital de la base de Balad operó a 400 heridos al mes (Ricks, op. cit.). 19. «Extended Presence of US in Iraq Looms Large» Associated Press (21 de marzo de 2006). 20. Ricks op. cit. 21. Oliver Poole, «Football and Pizza Point to US Staying for Long Haul» Independent (2 de noviembre de 2006). 22. Hammer, op. cit. 23. Hanley, op. cit. 24. Congressional Research Service, op. cit. El Pentágono utiliza fondos de las operaciones actuales para construir estas bases así como dinero de presupuestos especiales para la construcción. Generalmente las peticiones de presupuesto proporcionan poca información y el proceso de un suplemento de crédito no exige el detallado proceso de supervisión típico de las partidas presupuestarias normales. 25. Spiegel, op. cit. 26. Hanley, op. cit. 27. Ibid. 28. Véase, por ejemplo, la carta al presidente Clinton, Project for the New American Century (26 de enero de 1998). 29. Project for the New American Century, Rebuilding America’s Defenses: Strategy, Forces, and Resources For a New Century (septiembre de 2000). 30. Thom Shanker y Eric Schmitt, «Pentagon Expects Long-Term Access to Four Key Bases in Iraq» New York Times (19 de abril de 2003). 31. Ibid. 32. Ibid. 33. «Enduring Bases in Iraq» Iraq News Net (1 de octubre de 2004). 34. Sam Graham-Felsen, «Operation: Enduring Presence» AlterNet (28 de julio de 2005). 35. Ibid. 36. Vicki Allen, «Abizaid Says US May Want to Keep Bases in Iraq» Reuters (15 de marzo de 2006). 37. Larry Diamond, «What Went Wrong in Iraq and Prospects for Democracy and Stability» Speech at UCLA Law School (3 de febrero de 2005) y James Glanz, «Hindered by Delays and Corruption, the Iraqi Air Force is Flying Again, But Barely,» New York Times, 5 de febrero de 2007, p. A6, y la página web GlobalSecurity.org, sobre al-Balad. 38. Graham-Felsen, op. cit. 39. Joseph R. Biden Jr., «Biden Asks Congress to Go on Record: No Permanent Bases in Iraq» Comunicado de prensa Release (27 de abril de 2006). 40. Friends Committee on National Legislation, «Iraq, Conferees Eliminate Ban on Permanent Bases» (9 de juniode 2006). 41. Becky Branford, «Iraq Bases Spur Questions over US Plans,» BBC (30 de marzo de 20). 42. Las leyes estatales prohíben que los fondos se gasten en la negociación de derechos de bases permanentes en Iraq, mientras que la ley de Defensa (H.R. 5631) prohíbe que los fondos se gasten en «establecer» esas instalaciones para bases permanentes de las fuerzas estadounidenses. 43. Sobre los plazos para la actuación del Congreso, véase la página web Friends Committee on National Legislation (www.fcnl.org). Véase también Spiegel, op. cit. David R. Francis, «US Bases in Iraq: a costly legacy» Christian Science Monitor (3 de abril de 2006); «Congress Heads off Permanent Iraq Bases» Reuters (30 de septiembre de 2006). 44. World Public Opinion Poll, dirigido por el Program on International Policy Attitudes, University of Maryland, «The Iraqi Public on the US Presence and the Future of Iraq» (27 de septiembre de 2006) p.9. 45. «Iraq Is not in Chaos» Washington Post (25 de septiembre de 2006). 46. Citado en «Iraqi MPs Condemn Talabani for Welcoming American Military Bases,» al-Hayat (26 de septiembre de 2006) traducido por Mideast Wire. 47. Citado en ibid. 48. Citado en ibid. 49. Charles Hanley, «US Building Massive Embassy in Bagdad» Associated Press (14 de abril de 2006). 50. «New US Embassy in Iraq Cloaked in Mystery» Associated Press (14 de abrilde 2006). 51. El artículo formaba parte del proyecto de ley de la partida suplementaria de emergencia y convertido en el 11 de mayo de 2005. 52. Susan B. Epstein, «US Embassy in Iraq» Congressional Research Service (revisado el 24 de octubre de 2006). 53. A lo largo de 2007, la seguridad de la Zona Verde ha quedado abiertamente cuestionada, creando gran preocupación entre los ocupantes. Al atentado suicida en el interior del Parlamento (antes, Palacio de Congresos) del día 12 de marzo, que causó la muerte al menos a ocho personas (entre ellas, tres diputados), se unen los diarios ataques con mortero y misiles desarrollados de la resistencia, que, por ejemplo, causaban la muerte a un soldado y un civil estadounidense en marzo. En la Zona Verde están también las dependencias de Naciones Unidas. [Nota de IraqSolidaridad.] 54. Tom Engelhardt, «A Permanent Basis for Withdrawal?» Tom Dispatch (14 de febrero de 2006). 55. Citado en Hanley, op. cit. 56. Engelhardt, op. cit. Véase también Hanley, op. cit. y Paul McGeough, «Bush ‘Palace’ Shielded from Iraqi Storm» Age (28 de agosto de 2006). 57. Guy Dinmore, «US Twists Civilian Arms to Fill Fortress Bagdad» Financial Times (8 de enerode 2007). 58. McGeough, op. cit., «Bush ‘Palace’ Shielded from Iraqi Storm» Age (28 de agosto de 2006). 59. Hanley, op. cit. 60. Dinmore, op cit. Hanley, op. cit. 61. Dinmore, op. cit. 62. Dinmore, op. cit. 63. Dinmore, op. cit. 64. Hanley, op. cit. State Department spokesman Justin Higgins told Fox News in May 2006 that the embassy then had an «employee roster» of 5,747. Kelley Beaucar Vlahos, «US Embassy in Iraq a Fortress City Inside a War Zone,» Fox News, 11 de mayo de 2006. 65. Iraq Study Group, op. cit., p. 92. Según se informa el número de personas en la embajada que habla árabe en algún grado es sólo de 33 personas. 66. McGeough, op. cit. 67. Hanley, op. cit. 68. Representante republicano Ron Paul (Texas), «Why We Fight», discurso ante la Cámara de Representantes estadounidense (8 de septiembre de 2005).