Apenas diez días después de culminada la invasión de Iraq, el diario The New York Times avanzaba la intención de EEUU de establecerse duraderamente en Iraq: «EEUU está planeando [establecer] una relación militar a largo plazo con el emergente gobierno de Iraq que le permita garantizar el acceso a bases militares y proyectar la influencia […]
Apenas diez días después de culminada la invasión de Iraq, el diario The New York Times avanzaba la intención de EEUU de establecerse duraderamente en Iraq:
«EEUU está planeando [establecer] una relación militar a largo plazo con el emergente gobierno de Iraq que le permita garantizar el acceso a bases militares y proyectar la influencia estadounidense en el corazón de la tan inestable región. […] Altos mandos militares […] hablan de mantener quizá cuatro bases en Iraq que podrían utilizarse en un futuro: una en el Aeropuerto Internacional, justo a las afueras de Bagdad; otra en Tallil, cerca de Nasiriya en el sur; la tercera en una pista de aterrizaje aislada, llamada H-1, en el desierto occidental, a lo largo del oleoducto que va hasta Jordania; y la última en el aeródromo de Bashur, en el norte kurdo.» [1]
Tres años después, pese a las reiterativas afirmaciones oficiales de que EEUU no tiene intención de establecer bases permanentes en Iraq -la última, recogida por France Press el 11 de marzo de 2006, por parte de Zalmay Jalilzad, embajador estadounidense en Bagdad- [2], la Administración Bush ciertamente parece estar afianzando su presencia militar permanente en Iraq. Según el Servicio de Investigación del Congreso (Congressional Research Service) de EEUU, la Administración Bush ha solicitado y obtenido más de 1.100 millones de dólares para nuevas construcciones en sus bases en Iraq desde el inicio de la ocupación, el doble de lo presupuestado conjuntamente para Kuwait, Qatar y los EAU [3]. Ya un año atrás, en abril de 2005, un informe de esta misma instancia congresual estadounidense señalaba que EEUU estaba entonces gastando cientos de millones de dólares «[…] en sustanciales inversiones para mejorar las instalaciones [en Iraq] que podrían usarse a largo plazo» [4]. De la última partida de emergencia de algo más de 70 mil millones de dólares solicitada por la administración Bush para las guerras de Iraq y Afganistán y aprobada este año, 348 millones se destinarán a nuevas construcciones en las bases en Iraq [5].
Instancias legislativas estadounidenses han llamado la atención sobre el hecho de que tal volumen de gasto es «[…] de una magnitud habitualmente asociada con bases permanente», y ha exigido la presentación de una «Plan maestro» sobre la presencia militar de EEUU en Iraq [6]. De hecho, el 16 de mazo de 2006, el Congreso estadounidense ciertamente aprobaba la nueva partida militar antes mencionada, pero introduciendo una enmienda que establece que «[…] el gobierno estadounidense no puede utilizar ninguno de los fondos [establecidos] en esta ley para un acuerdo [con el gobierno iraquí] sobre derechos de establecimiento de bases entre EEUU e Iraq» [7].
Tan solo el general John Abizaid, jefe del Comando Central estadounidense de Oriente Medio (Centcom, en sus siglas en inglés), parece dispuesto a reconocer públicamente el interés último de EEUU de establecer bases permanentes en Iraq. Abizaid ha declarado muy recientemente ante el Subcomité de la Cámara de Representantes que no debe descartarse llegar a un acuerdo con el nuevo gobierno iraquí en tal sentido: «En última instancia, ello afecta al libre flujo de bienes y recursos de los que depende la prosperidad de nuestra propia nación y de cualquiera en el mundo que dependa de ella» [8].
‘Plan de consolidación’
En junio de 2003, el Departamento de Defensa asignaba los primeros 200 millones de dólares a la compañía Kellog Brown Root (KBR), subcontratada por Halliburton, para construir barracones para 100.000 soldados estadounidenses en Iraq en 20 bases. A comienzos de 2004, las tropas de EEUU en Iraq ya ocupaban medio centenar de localizaciones por todo el país [9].
La opacidad informativa del Pentágono y el cambio habitual de denominación de las instalaciones militares estadounidenses en Iraq hace extremadamente difícil conocer su número y localización exactos. Hace un año, en mayo de 2005, el Pentágono afirmaba tener en este país 106 instalaciones militares de distinta naturaleza y dimensiones, desde grandes bases como Campo Victoria, en el Aeropuerto Internacional de Bagdad, hasta pequeños puestos con destacamentos de 500 soldados. Desde entonces y a lo largo de 2005, EEUU ha reducido este número a 75 (sin contar los cuatro centros de internamiento que gestionan los ocupantes y localizaciones menores de abastecimiento de sus convoyes) [10], mientras que por su parte el ejército británico dispone en la actualidad de ocho bases en el sur del país [11]. En los primeros cinco meses del año pasado, el Pentágono transfirió unas 13 instalaciones menores en Bagdad a los ministerios de Interior y Defensa iraquíes. Con anterioridad, en agosto de 2004, se promulgó la orden de evacuación de los antiguos palacios presidenciales en Mosul, Tikrit, Ramadi, Basora y Bagdad, una decisión que quedó en suspenso en noviembre de ese mismo año por razones de seguridad. De nuevo en 2005, el Pentágono informó de su intención de ceder a fuerzas iraquíes dos palacios presidenciales en Tikrit y otro más en Mosul a finales de ese año [12].
Ya en 2004, coincidiendo con la fecha de transferencia formal de soberanía de la Autoridad Provisional de la Coalición al gobierno transitorio iraquí de Iyad Alawi, los medios de comunicación estadounidenses empezaron a identificar de entre el conjunto de instalaciones de EEUU en Iraq 14 de ellas como «duraderas» (enduring), a veces también denominadas «permanentes» [13], si bien solo 12 tienen un precisa localización [14]:
– La Zona Verde, situada en el centro de la capital y que alberga las embajadas británica y estadounidense, y las sedes del gobierno y ministerios iraquíes;
– Campo Victoria o al-Nasr, situado a unos cinco kilómetros del Aeropuerto Internacional de la capital, en torno al antiguo palacio presidencial de al-Faw;
– Campo Halcón o al-Sarq, en Bagdad;
– Campo Faluya, cuya localización exacta y el nombre de la base se desconocen;
– Campo Anaconda, o base aérea de Balad;
– Campo Taji, antigua «ciudad militar» de la Guardia Republicana en la ciudad del mismo nombre, situada a menos de 40 kilómetros al noroeste de Bagdad;
– Puesto Libertad, antiguo palacio presidencial en Mosul, aloja actualmente a la 101ª División Aerotransportada;
– Campo Marez, situado en un aeropuerto del sudoeste de Mosul;
– Campo Renegado, base aérea estratégicamente situada cerca de los campos de petróleo de la refinería de Kirkuk y de su planta petroquímica;
– Campo Speicher, cerca de Tikrit, en el norte de Iraq, aproximadamente a unos 170 kilómetros al norte de Bagdad;
– Tallil o base aérea Ali, en Nasiriya, al sudeste de Iraq;
– y una última no identificada entre Irbil y Kirkuk.
En mayo de 2005, el diario The Washington Post informaba de un «nuevo plan de consolidación» de la presencia de EEUU en Iraq por medio de cuatro grandes bases aéreas, que absorberían las dotaciones de otras menores, si bien el Pentágono no ha confirmado el desmantelamiento o cesión a fuerzas iraquíes de las restantes instalaciones. Según el Pentágono, la funcionalidad de estas macro-bases sería la de concentrar las tropas estadounidenses en Iraq en un proceso paulatino de reducción de las mismas a lo largo de 2006, al tiempo que permitiría «[…] proveer de continuado apoyo logístico y asistencia de combate de emergencia» a las fuerzas iraquíes [15]. El portavoz en Bagdad del Centcom, el teniente coronel Barry Jonson, ha denominado a estas cuatro grandes bases militares de EEUU en Iraq como «de contingencia», enfatizando con ello su carácter temporal [16], pero su denominación oficial es la de «bases operativas avanzadas» (forward operating bases) [17].
Tres de estas macro-bases están bien identificadas: Tallil o Campo Adder, en el sur, a 310 kilómetros al sureste de Bagdad y a 20 kilómetros al suroeste de Nasiriya [18]; al-Asad o base Qadisiyah, al oeste del país, en la provincia de al-Anbar, a 180 kilómetros de Bagdad y a 12 del río Éufrates [19]; y, la más importante, Balad o Campo Anaconda, a 68 kilómetros al norte de Bagdad. La cuarta, peor caracterizada, se situaría en Irbil o, más seguramente, en Qayyarah, en el norte de Iraq. La base aérea de Qayyarah (o Q-West o FOB Endurance) está situada a 300 kilómetros al norte de Bagdad y a 16 del río Tigris [20].
Reino Unido por su parte concentraría su presencia en una base más, mientras que una sexta -de localización no especificada, como la británica- sería conjunta con fuerzas iraquíes o exclusiva de éstas [21].
‘Macro-bases’ aéreas
Mandos militares de EEUU citados por BBC News [22] confirman que el Pentágono está concentrando el gasto en Iraq en grandes bases aéreas, recintos que permitirían al tiempo concentrar las tropas aún desplegadas en el país y apoyar desde el aire las operaciones terrestres contra la resistencia del nuevo ejército iraquí, la Guardia Nacional. Las cantidades gastadas en 2005 y las solicitadas al Congreso para el año en curso por parte de la Administración Bush en las tres bases aéreas mencionadas son las siguientes]:
– Balad, 228,7 y 17,8 millones de dólares, respectivamente;
– Tallil, 10,8 y 110,3 millones de dólares, respectivamente; y
– al-Asad, cantidad desconocida gastada en 2005 y requerida para 2006 de 46,3 millones de dólares; y
En 2005 la Administración Bush gastó asimismo 50 millones de dólares en Campo Taji [23], al igual que las anteriores bases aéreas, considerada una instalación esencial en el control territorial estadounidense de Iraq.
Las tres bases aéreas y Campo Taji [24] albergan ya la cuarta parte de todos los efectivos militares de EEUU en Iraq. Tan solo Balad acoge a 25.000 soldados y personal civil estadounidenses; Tallil, a 6.000 pilotos y soldados; al-Asad, a 17.000 militares y trabajadores civiles [25]. Las dimensiones y dotaciones de estas instalaciones son espectaculares, descritas como auténticas recreaciones de ciudades suburbiales estadounidenses por quienes las han visitado, con sus restaurantes de Pizza Hut y Burger King, o sus cafeterías Starbucks.
La base aérea de Balad, que alberga a la 332 Ala Aérea Expedicionaria, cuenta con su propia línea aérea, y con sus 27.500 vuelos aéreos mensuales es el segundo mayor aeropuerto mundial en tránsito de aeronaves después del de Haerthrow, en Londres [26]. En Balad están ubicados los nuevos aviones Predator, cuyos misiles aire-tierra Hellfire son guiados por medio de satélites desde la base aérea de Nellis, en Las Vegas. Su extensión es de 25 kilómetros cuadrados y su perímetro de seguridad de 20 kilómetros. Dispone de 35 refugios para los aviones y helicópteros.
Las dimensiones de la segunda base área de Iraq, la de al-Asad, de 35 kilómetros cuadrados, han obligado a establecer dos líneas internas de autobuses, mientras que la construcción en 2006 de un segundo muro, que delimitará un perímetro de seguridad exterior a la base de 21 kilómetros, la aislará aún más en el desierto occidental iraquí. Por su parte, la base de Tallil tiene un perímetro de seguridad de 22 kilómetros y su recinto es de 30 kilómetros cuadrados.
Bagdad, la mayor embajada del mundo
Aunque no cabe calificarla estrictamente de base militar, hay otra instalación estadounidense en Iraq que parecería confirmar la voluntad de EEUU de asentarse sólida y permanentemente en este país: su embajada en la capital.
Pese a los reveses sobre el terreno y la falta de previsión de estabilización de la situación en Iraq, la Administración Bush está haciendo de su embajada en Bagdad la más grande legación estadounidense en el mundo. Hay una recién aprobada dotación (si bien reducida por el Congreso a casi a la mitad de la cantidad originalmente pedida por la Administración Bush) de 592 millones de dólares para nuevas edificaciones de la embajada de EEUU en la Zona Verde de la capital [The Green Zone, en el sector superior derecho de la imagen de satélite reproducida]. El general Chuck Willians, jefe de la Oficina de Construcciones de Ultramar del Departamento de Estado de EEUU, confirma que la embajada en Bagdad será «[…] la mayor [del mundo] hasta la fecha», y añade que es el «[…] más ambicioso proyecto» jamás abordado por esta instancia gubernamental [27]. El proyecto incluye la reforma o construcción de 21 edificaciones blindadas en la zona de los palacios presidenciales de la margen derecha del río Tigris, una mini-ciudad en la que vivirán y trabajarán al menos 1.000 funcionarios estadounidenses junto a los marines encargados de protegerles. El complejo de la embajada dispondrá de suministro de agua potable y electricidad, y sistema de alcantarillado independientes de los de la ciudad.
En lo que es un gesto político claro, para irritación de los contratistas estadounidenses, las obras fueron adjudicadas el pasado verano por el Departamento de Estado a una empresa kuwaití, la First Kuwait General Trading & Contrating (FKGTC), que ya ha recibido contratos estadounidenses en Iraq por valor de mil millones de dólares. FKGTC ha sido reiteradamente acusada de explotar a sus 7.000 trabajadores asiáticos en Iraq, y de forzar su permanencia en un escenario de guerra en contra de su voluntad [28].
Irse o quedarse
Preguntado recientemente por un periodista durante una rueda de prensa en la Casa Blanca sobre una definitiva salida de las tropas de EEUU de Iraq, el presidente Bush contestó: «Ese es, por supuesto, el objetivo, pero habrán de decidirlo los futuros presidentes y los futuros gobiernos de Iraq» [29]. El pasado 8 de noviembre de 2005 el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas renovó hasta diciembre de este año el mandato de presencia de tropas extranjeras en Iraq, que el organismo internacional denomina «Fuerza Multinacional» [30]. Una vez formado el nuevo gobierno iraquí, EEUU deberá negociar con éste la continuidad de su presencia militar en Iraq, un tema hasta el momento premeditadamente no abordado con anteriores instancias gubernamentales transitorias iraquíes.
Desde el último trimestre de 2005, EEUU está procurando reducir al máximo su presencia militar directa sobre el terreno, sustituyendo sus operativos terrestres contra áreas y ciudades rebeldes con un abusivo recurso a bombardeos aéreos y con misiles, todo ello a fin de mantener un precario control territorial frente a la resistencia pero reduciendo al máximo sus bajas [31], que no disminuyen: con 63 militares muertos en combate (además de otros 10 por «causas no hostiles»), abril ha sido el mes más mortífero para EEUU desde noviembre de 2005 [32]. La lógica de acuartelar sus tropas en emplazamientos fortificados es ya una realidad, resultado de la presión sostenida de la actividad armada de la resistencia iraquí. Los bombardeos de este mes de marzo contra Ramadi -una ciudad de de 400.000 habitantes, capital de la provincia occidental de al-Anbar- son el último ejemplo de tal táctica.
Las elecciones de mediados de noviembre en EEUU, imponen además a la Administración Bush una reducción significativa de la presencia estadounidense en Iraq ante las crecientes críticas domésticas sobre la conducción de la guerra. En estos momentos EEUU tiene en Iraq 132.500 efectivos. Desde el inicio del año 2006, el Pentágono ha podido reducir en 5.500 efectivos sus tropas en Iraq, una reducción menor de la prevista: durante su anterior visita a Iraq, en diciembre de 2005, Rumsfeld había anunciado la primera de una serie de reducciones de tropas a lo largo de 2006, desde 17 brigadas a 15, es decir una disminución de 138.00 a 130.000 efectivos, que, como se ve, no ha podido llevarse plenamente a cabo. No hay por lo pronto previsión de nuevas reducciones [33].
Las expectativas de una estabilización interna en Iraq que permitan imaginar una presencia permanente de EEUU en el país son muy inconsistentes. El proceso político interno iraquí está lastrado por el carácter sectario y disgregador que los propios ocupantes le imprimieron desde el inicio, y en buena medida depende de un acuerdo de entendimiento global con Irán, que ha establecido una sólida influencia dentro de Iraq a través de las formaciones confesionales chiíes, hegemónicas en las nuevas instituciones iraquíes [34]. Por otra parte, las previsiones sobre una sustitución de las tropas extranjeras por iraquíes del nuevo ejército es aún más irreal: ninguno de los 100 batallones iraquíes entrenados y armados por EEUU y sus aliados puede aún entrar en combate contra la resistencia sin la participación esencial de las tropas de ocupación, según ha reconocido el Pentágono recientemente [35].
El establecimiento de bases militares en Iraq, diseñadas ciertamente como si fueran a ser permanentes, puede deberse a la inercia de los proyectos iniciales de Washington de afianzar con la invasión y la ocupación de Iraq un cinturón de instalaciones que permitan a EEUU el control definitivo, estratégico del conjunto de Oriente Medio árabe y asiático. Pero tal pretensión no se corresponde con la realidad sobre el terreno. Quizás los planes que hemos comentado de pocas y aisladas macro-bases respondan más bien a la constatación opuesta: la de la pérdida definitiva del control territorial directo de buena parte de Iraq, que comienza a parchearse en áreas bajo control de la resistencia y de las milicias sectarias y Escuadrones de la muerte parapoliciales. Washington puede que se encuentre en la peor coyuntura posible en Iraq: la de no poder ni irse ni quedarse. La imagen de sus tropas acuarteladas en bases aisladas desde las que bombardean el país correspondería a la solución imposible entre una opción y otra.
Notas:
1. Shanker T. y Smith E., «Pentagon Expects Long-Term Access to Four Key Bases in Iraq», The New York Times, 19 de abril, 2003. Más adelante se podrá comprobar que estas bases coinciden en buena medida con las que ahora se están reforzando como permanentes. 2. Véase la revisión que hace Sarah Meyer en su artículo de 3 de abril de 2006 en: http://indexresearch.blogspot.com 3. Barry J., Hosenball M., Hastings M., y Johnson S., «Don’t dream about full exits. The military is in Iraq for the long haul», Newsweek, 1 de mayo, 2006. 4. Véase: www.commondreams.org, que incluye enlace al documento. 5. Spiegel P., «Bush’s Requests for Iraqi Base Funding Make Some Wary of Extended Stay», Los Angeles Times, 24 de marzo, 2006. 6. Bradford B., «Iraq bases spur questions over US plans», BBC News, 30 de marzo, 2006. 7. Léase en: www.unitedforpeace.org 8. Reuters, 15 de marzo, 2006. 9. www.globalsecurity.org 10. Graham, B., «Commander’s Plan Eventual Consolidation of U.S. Bases in Iraq», 22 de mayo, 2005. 11. The Independent, 2 de abril, 2006. 12. Graham, B., 2005. 13. Spolar Ch., «14 ‘enduring’ bases set in Iraq: Lon-term military presence planed», The Chicago Tribune, 23 de marzo, de 2004. 14. Véase en GlobalSecurity.org: www.globalsecurity.org 15. Graham, B., 2005. 16. Barry J., Hosenball M., Hastings M., y Johnson S., 2006. 17. Graham, B., 2005. 18. www.globalsecurity.org/military/world/iraq/tallil.htm 19. www.globalsecurity.org/military/world/iraq/al-asad.htm 20. www.globalsecurity.org/military/world/iraq/qayyarah-west.htm 21. Buncombe A., «US and UK forces estabish ‘enduring bases’ in Iraq», The Independent, 2 de abril, 2006. 22. Bradford B., 2006. 23. Spiegel P., 2006. 24. www.globalsecurity.org/military/world/iraq/al-taji.htm 25. Bradford B., «Iraq bases spur questions over US plans», BBC News, 30 de marzo, 2006; Hanley Ch. J., «Signs of a long US stay ahead», AP, 26 de marzo, 2006; , y Buncombe A., 2006. 26. Barry J., Hosenball M., Hastings M., y Johnson S., 2006. 27. Ídem. 28. Phinney D., «Bagdad Embassy Bonanza», CorpWatch, 12 de febrero, 2006. 29. AP, 20 de marzo, 2006. 30. Véase en IraqSolidaridad: Noticias relacionadas con las tropas de ocupación en Iraq 31. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Abandonando el terreno – Atacado con misiles el aeropuerto de Basora El Cuerpo de Marines cerca Rutba con un muro de arena de 17 kilómetros – Carlos Varea: El Pentágono traslada nuevamente a Iraq los mortíferos aviones de ataque aéreo ‘AC-130 Spectre’ Doug Lorimer: EEUU incrementa los bombardeos contra ciudades iraquíes. Al menos 18 ciudades fueron atacadas en 2005 por aviones estadounidenses – Carlos Varea: Aumenta el número de heridos en combate de EEUU en Iraq 32. Según datos del Pentágono recogidos en: http://icasualties.org/oif 33. AP, 26 de abril, 2006. 34. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: EEUU e Irán, dispuestos a negociar sobre Iraq – La operación ‘Swarmer’ en Samarra, cortina de humo del fracaso militar estadounidense en Iraq 35. AP, 2 de marzo, 2006.