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Ahora ya sabemos por qué lo invadieron

Las grandes compañías petrolíferas a punto de firmar contratos en Iraq

Fuentes: The Guardian

Traducido para Rebelión por LB

Irak se está preparando para permitir que cuatro de las mayores compañías petrolíferas occidentales renueven la explotación de las vastas reservas del país por primera vez en casi cuatro décadas.

El ministerio del petróleo de Irak intensificó las conversaciones con BP, Exxon Mobil, Shell y Total después de que el vicepresidente de USA, Dick Cheney, visitara Irak en marzo, donde también presionó al gobierno para que reactivara sus esfuerzos para aprobar la ley de hidrocarburos que estaba siendo bloqueada por los diputados nacionalistas. Se prevé que la firma de los primeros contratos tenga lugar este mes. Cerca del 90% del presupuesto del Irak procede de los ingresos procedentes del petróleo.

El ministro irakí del petróleo, Hussein al-Shahristani, manifestó a The Guardian esta semana que los contratos no significaban la privatización del petróleo del país. Sin embargo, las cuatro empresas son herederas del consorcio que recibió la concesión para controlar el petróleo de Irak de manos del rey Faisal, el árabe sunita extranjero que los británicos impusieron a la mayoría chiíta de Irak tras ocupar el país durante la Primera Guerra Mundial. Estas empresas perdieron su derecho a explorar nuevos campos en 1961 tras el derrocamiento de la monarquía y la nacionalización llevada a cabo por el partido Ba’ath.

No hubo licitación pública para las concesiones, que se otorgarán a los cuatro gigantes más Chevron y algunas otras pequeñas empresas. Tras la invasión usamericana del 2003 las grandes petroleras suministraron gratuitamente asesores e instructores al ministerio del petróleo irakí con la esperanza de asegurarse un trozo del pastel. La empresa rusa Lukoil hizo lo mismo, pero perdió ante Total y Chevron el contrato de explotación del campo petrolífero infraexplotado más grande de Irak. Igualmente lo perdieron las empresas chinas e indias.

La legislación que ha de regular el desarrollo de la industria petrolífera irakí y la forma de compartir los beneficios entre sus regiones quedó atascada en el parlamento el pasado otoño.

A fin de calmar los temores nacionalistas, los contratos se limitan a prestar «apoyo técnico» durante dos años. Las empresas venderán equipo y experiencia en lugar de proporcionar capital y controlar la gestión. El objetivo es aumentar en 100.000 barriles diarios la producción de cada uno de los cuatro campos.

Sin embargo, los acuerdos, conocidos como contratos de servicios, son inusuales, explicó Greg Mutitt, co-director de Plataforma, un grupo dedicado a investigar a la industria petrolífera. «Normalmente estos contratos de servicios los realizan empresas especializadas… Las grandes petroleras no están normalmente interesadas en este tipo de negocios, pues prefieren invertir en proyectos que les aseguren una participación en la propiedad del petróleo extraído y la posibilidad de obtener grandes ganancias. La explicación es que los ven como un peldaño en el camino… »

Dijo que los abogados de las compañías habían insistido «en la extensión de derechos en virtud del cual cada empresa obtendría preferencia en cualquier futuro contrato para el campo en el que hubiera trabajado».

Fuente: http://www.guardian.co.uk/world/2008/jun/20/iraq.oil