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Las protestas en el sur de Iraq afectan a las instalaciones petroleras

Fuentes: Al Monitor

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

Las protestas continuaron durante seis días en diferentes partes de la provincia sureña de Basora sin que el gobierno sea capaz de ofrecer soluciones realistas para restaurar el orden en las calles.

El primer ministro Haider al-Abadi llegó a Basora el 12 de julio desde Bruselas donde había asistido a una reunión internacional de los Estados integrantes en la coalición contra el Estado Islámico (EI) celebrada el 12 de julio. Esa era una de las exigencias de los manifestantes, ver al primer ministro en la provincia para poder discutir con él cara a cara sus reivindicaciones

El líder del clan Bani Tamim (una de las mayores tribus de Basora) Muzahim al-Tamimi, cuyos hijos participaron en las protestas, publicó una declaración en su página de Facebook pidiendo al primer ministro que «volviera inmediatamente [de Bruselas] para dirigirse directamente al pueblo de Basora […] e invitar a las grandes corporaciones a emprender proyectos de envergadura [y] construir una central eléctrica que proporcione al mismo tiempo la oportunidad de eliminar parcialmente el paro y acelere la transferencia de la refinería de inversión de Basora al [proyecto de refinería] de Fao».

Tamimi afirmó que cuando los manifestantes vean la seriedad del gobierno volverán a la calma, aunque no hay indicio alguno de calma entre los manifestantes de Basora, sino que, por el contrario, las protestas se están extendiendo a todo el país ya que cientos de manifestantes irrumpieron en el aeropuerto internacional de Najaf el viernes y ese mismo día otros rodearon la residencia del gobernador en la ciudad de Nasiriyah situada al sur.

En una declaración del 12 de julio el presidente iraquí Fuad Masum pidió a los gobiernos provincial y federal que hicieran todo lo posible para responder rápidamente a las legítimas reivindicaciones de los manifestantes. Pidió a estos últimos actuar pacíficamente y con moderación, acatar la ley y que se abstuvieran de dañar propiedades del gobierno o la sede de las compañías petroleras.

Los manifestantes, por su parte, pidieron que el gobierno mejorara los servicios y abordara tanto las cada vez más graves crisis de salinidad, escasez de agua y cortes frecuentes de electricidad, como los problemas del paro y de la vivienda en la zona.

La oleada de protestas se ha incrementado en los últimos días y el 12 de julio cientos de personas del distrito Shatt al-Arab de Basora cortaron las carreteras que llevan al paso fronterizo de Shalamjah con Irán.

Decenas de manifestantes asaltaron las oficinas de la empresa South Oil Company de Basora el 12 de julio antes de que las fuerzas de seguridad recuperaran el control del lugar esa misma noche. Ahora los manifestantes han bloqueado las carreteras que llevan a las refinerías locales instalando tiendas de campaña en las calles principales cercanas a los campos petroleros.

El 13 de julio las fuerzas especiales de la unidad antiterrorista llegaron a Basora para proteger las empresas y campos petroleros de la provincia.

Durante las actuales protestas también se ha robado equipamiento de los campos petroleros, aunque el 11 de julio los manifestantes lograron detener a ocho ladrones y los entregaron a las autoridades como muestra de confianza entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.

Aunque varias partes de la provincia de Basora fueron testigo de manifestaciones violentas, incluido el bloqueo de carreteras y la quema de neumáticos, el ritmo de las protestas aumentó después de que el 8 de julio un manifestante resultara muerto y varios heridos cerca de un campo petrolero en West Qurna.

Dado que continúan las protestas, las compañías petroleras extranjeras han empezado a trasladar a sus empleados internacionales fuera de la provincia de Basora para tratar de evitar que sean atacados. Los medios locales informaron el 12 de julio de que unos helicópteros habían evacuado al personal de la sede de Lukoil en el segundo campo de Qurna, mientras que las fuerzas de seguridad aumentaban su presencia en la zona después de que los manifestantes quemaran un checkpoint, aunque el ministro del Petróleo desmintió las noticias.

Después de que las manifestaciones se recrudecieran el primer ministro Haider al-Abadi encargó el 11 de julio a una delegación de cinco ministros que visitara la ciudad de Basora para escuchar las reivindicaciones de los manifestantes y resolver sus quejas. Este anuncio se produjo durante la visita oficial de Abadi a Bruselas.

El 11 de julio el comité ministerial llegó a la provincia de Basora donde discutieron acerca de soluciones prácticas y rápidas para los retos a los que se enfrenta la región. El comité también celebró una serie de reuniones con representantes gubernamentales de la provincia, líderes tribales y dignatarios para hablar acerca de las necesidades locales, tras cual se anunciaron planes de proyectos de servicios a corto, medio y largo plazo.

En una declaración del 12 de julio el ministro del Petróleo Jabbar Ali al-Luaibi, que encabeza el comité ministerial, afirmó: «El gobierno iraquí quiere aumentar el nivel de los servicios para los ciudadanos de la provincia de Basora y promover resultados económicos en la agricultura y la industria. Esto es fruto de una serie de consultas celebradas por el comité ministerial con el presidente y los miembros del consejo regional de Basora». Y añadía: «Hemos hablado acerca de las necesidad y retos fundamentales de la provincia, y el ministro ha presentado un informe al comité ministerial referente a los servicios principales.» Según Luaibi, se llevará a cabo una estrategia consistente en «tres planes [… ], un plan urgente que se implementará en el plazo de entre uno y dos meses [referente al agua, la electricidad, los servicios públicos y la seguridad], un plan a medio plazo para dentro de entre tres y seis meses y otro a largo plazo que se implementará en el plazo de dos años».

El comité anunció su decisión de conceder al departamento del agua de Basora «2.000 millones de dólares para desarrollar su sector del agua potable y equipar a los residentes con suministros adicionales de agua potable» y «aumentar las horas de suministro eléctrico [en el gobernorado] después de restablecer en unos días la conexión con Irán».

El comité también decidió asignar «10.000 empleos a los residentes de la provincia [de Basora] en función la densidad de población en cada distrito».

En última instancia, no parece haber soluciones realista para esta crisis en las actuales condiciones políticas y económicas. El nuevo gobierno no se ha formado todavía, pero este nuevo gobierno no podrá adoptar ningún gran proyecto económico debido a su débil estructura que depende de las cuotas sectarias. Esto sirve de advertencia acerca de las repetidas oleadas de protestas y una creciente oleada de ira que podría llevar al país hacia unas consecuencias no deseadas.

Ali Mamouri es director de la sección Iraq Pulse de Al-Monitor, además de investigador y escritor especializado en religión. Fue profesor en universidades en Irán y en seminarios en Irán e Iraq. Ha publicado varios artículos sobre cuestiones religiosas en ambos países y sobre las transformaciones sociales y sectarismo en Oriente Próximo.

Fuente: https://www.al-monitor.com/pulse/originals/2018/07/iraq-basra-oilfield-protests.html?utm_campaign=20180716&utm_source=sailthru&utm_medium=email&utm_term=Daily%20Newsletter

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la misma.