Vencer la inercia a fuerza de razones siempre ha sido difícil. Pero siempre será más dificil imponer razones en contra de los interés particulares que se verían afectados solamente con que se conocieran aquellas razones. El Software Libre en Venezuela enfrenta ambos tipos de dificultades. Estan quienes no tienen ninguna intención de afectar el realmente […]
Vencer la inercia a fuerza de razones siempre ha sido difícil. Pero siempre será más dificil imponer razones en contra de los interés particulares que se verían afectados solamente con que se conocieran aquellas razones.
El Software Libre en Venezuela enfrenta ambos tipos de dificultades. Estan quienes no tienen ninguna intención de afectar el realmente frágil equilibrio que han alcanzado con alguna solución tecnológica privativa, porque no están interesados en ir más allá. Y están quienes viven de esa dependencia y no quieren que se discuta alguna posibilidad de cambiarla. Los primeros son muchos. Los segundos son pocos, pero suficientes y en posiciones claves para la toma de decisiones.
El resultado es un país que ha confundido migración con caída y mesa límpia y cree que todo estará bien mientras los programas «corran» sobre Linux (es decir, GNU/Linux). Se está convirtiendo en una dramática reducción del concepto que puede dar al traste con todas las iniciativas por el conocimiento libre, comenzando por el Decreto Presidencial 3390.
Suficiente protesta.
¿Cuáles son las razones de fondo para colocar a todo el Sector Público del País (los individuos deben decidir por su cuenta) a usar, producir y cultivar el Software Libre?
Las razones para cultivar, desde el Estado, el Software Libre están fundadas en lo académico, lo económico, lo social y lo político, y son abundantes. Sin ánimos de agotarlas, nos permitimos exponerlas a continuación:
1.- El Software Libre es mejor porque es libre y porque funciona. Los usuarios pueden usar, estudiar, copiar y mejorar los productos en esta modalidad tecnológica, sin mayores restricciones. Pero, además, el grado de desarrollo es tal que existen cientos de miles de soluciones libremente disponibles [1], muchas de ellas dotadas de formidables plataformas de soporte y desarrollo continuo [2]. Existen, de hecho, soluciones específicas a problemas tecnológicos tradicionales como la Ofimática, que compiten muy bien, en funcionalidad y usabilidad, con las soluciones privativas [3].
2.- El Software Libre no requiere (no permite) el pago por licencias de uso. De hecho, aborrece el concepto por la falta ética que implica. En la práctica esto se traduce en que es posible dotar, por ejemplo, a toda la infraestructura computacional de una Universidad, del software que necesita, sin tener que desembolsar ingentes cantidades de dinero por pagos periódicos y recurrentes de licencias de uso. Y es ciertamente posible.
3.- El Software Libre es adaptable a las necesidades y a los recursos disponibles en la institución. Hay, de hecho, experiencias institucionales en la distribución de software a la medida [4] que sólo son posibles en la práctica gracias al carácter libre del software libre. Más aún, el costo de actualización del software en toda la plataforma institucional es mínimo pues, no sólo obtenemos actualizaciones sin costo, sino que podemos organizar los mecanismos internos de distribución de acuerdo a nuestros propios recursos y sin depender de costosas conexiones a proveedores externos. Es posible organizar repositorios de software internos que, entre otras ventajas, significarían un ahorro considerable en ancho de banda de conexión a Internet.
4.- La incidencia de los virus computacionales en las plataformas libres es prácticamente nula. Aún si existiera alguna amenaza por esa vía, la comunidad organizada del software libre ha dado muestras de una clara disposición y una sorprendente capacidad para responder a esas amenazas. Esto significa que la data los usuarios de una red institucional estaría aún más segura, mientras los usuarios tendrían que dedicar mucho menos tiempo a esa clase de preocupaciones (como actualizar el antivirus). Una red con menos incidencia de virus significaría también una red con mejor capacidad para el despacho de correo electrónico, servicio que se ha visto degradado en los últimos tiempos por la necesidad perentoria de buscar y eliminar virus y amenazas cada vez más sofisticadas para las plataformas privativas.
5.- El Software Libre otorga la total libertad para agregar valor local a desarrollos de sistemas que ya funcionan para diversas aplicaciones, así como libertad para una mejor apropiación tecnológica, pues no hay restricciones para conocer. Por esta razón, el Software Libre es ideal para la enseñanza y para promover el desarrollo tecnológico de una nación, como bien sostienen experiencias formalmente reportadas en otros países [5].
6.- Varias instituciones tiene ya capacidad para establecer y mantener un sistema de soporte a usuarios de la misma institución que bien podría confederarse para suplementar el apoyo a otras instituciones con necesidades similares. RedULA [11], por ejemplo, atesora una experiencia extraordinaria, de más de una década, en el uso y aprovechamiento de Software Libre. Cerca del 90% de los servicios de RedULA funcionan sobre Software Libre [6] y todos sus usuarios, más de 4000 activos, son usuarios regulares, aunque muchas veces sin saberlo, de Software Libre en servicios como Correo Electrónico, Enrutamiento, WebMail y los Servidores Web de los repositorios institucionales.
7.- El Software Libre mantiene una íntima relación con los Estándares Tecnológicos Abiertos, que garantizan que cualquiera puede conocer las normas y proceder a implementarlas. Los estándares abiertos son esenciales en la preservación de la memoria institucional (todo el acervo documental, formal e informal, administrativo y académico) pues permiten recuperar datos, información y conocimiento sin depender de intermediarios forzosos.
8.- El Software Libre es política pública nacional en Venezuela desde el 23 de Diciembre de 2004, fecha en la que fue promulgado el Decreto 3390 que establece el uso prioritario de Software Libre en la administración pública nacional. Es, además, política pública nacional en otros países de la región (como Brasil y Ecuador) y en otros países del mundo en desarrollo (como Sudafrica).
9.- El Software Libre estimula la cooperación y la solidaridad. Comunidades de Software Libre destacan por su increíble productividad colectiva [2], [9]. Incluso, hay experiencias de difusión de conocimiento por vías tradicionales que se han visto repotenciadas por el cambio tecnológico y la distribución solidaria [7]. La Universidad de Los Andes ha demostrado su disposición hacia el libre acceso al conocimiento en muchas oportunidades [7], incluyendo la subscripción formal de la llamada Declaración de Berlin [8]. El Software Libre es una extensión natural de esa línea de pensamiento que, inclusive, estimulará la innovación y liberación del Software desarrollado en esta misma casa de estudios, como otra forma, esencial en estos tiempos, de cumplir su misión fundamental: la generación de conocimiento.
Pero ¿Por qué estas razones no persuaden?
En el sector público no hay excusas. En las llamadas iniciativas público-privadas, uno puede continuar discutiendo (explicando detalles para justificar el cambio a los privados), pero igualmente, las razones son definitivas.
Pero cuando se trata de persuadir a los individuos o a organizaciones con fines de lucro, las razones fallan. El problema, tan breve como se puede plantear, parece ser que la idea de una economía exitosa y solidaria es contraintuitiva para la gente de negocios. Cómo si no pudieran creer en tal cosa.
Una economía en la que los agentes se auto-limitan, por razones no económicas, y no extraen el máximo provecho (económico claro) de sus (clientes a cambio de sus) productos, es una economía disfuncional según entienden algunos economistas (y según enseñan algunas escuelas de economía).
En el Software Libre, el desarrollador o el dueño del software (porque pagó por el desarrollo) renuncia al derecho (que le otorga la legislación de derechos de autor de casi todo el mundo) de restringir la reproducción y mejora de ese software. Se priva de privar, decimos nosotros, como una muestra definitiva de respeto por el usuario.
Pero privarse de privar no implica privarse de cobrar (por cada desarrollo). Nada en el Software Libre impide que el desarrollador venda su software al precio que quiera. Nada. El detalle está en que no puede cobrar por cada copia. Cuando vende, vende con el código fuente y, si ese fuente es liberado, tendrá poco sentido esperar que alguien le vuelva a pagar por él. A menos claro, que no venda sólo el software con su código fuente, sino, por ejemplo, el software con su código fuente y alguna garantía de funcionamiento o convenio de mantenimiento y actualización. En ese caso, quien quiera la garantía del desarrollador, pagará de nuevo y cómo haga falta.
¿Acaso eso no es rentable?
Hemos hecho algunos experimentos de simulación para ayudar a precisar las condiciones en la que «eso» es rentable [10]. Pero lo más curioso del caso es que «eso» es lo que ha venido haciendo la gran mayoría de los desarrolladores de software en todo el mundo. El llamado mercado de los paquetes de software privativo (el que no se priva de privar) es, según algunos estudios [5], apenas el 20% de todo el mercado de software. El resto es software libre o software privado (para uso interno en alguna organización normalmente) que se mercantiliza justamente en esos términos.
¿Debemos seguir discutiendo razones?
Desde luego que sí. Pero valdría tener en cuenta que estas razones públicas o colectivas (más aún, conceptos abstractos como la defensa de la libertad) no persuaden o motivan a todos. Quizás es tiempo de mirar a las razones individuales, confiando que existan claro está.
Referencias
[1] http://sourceforge.net
[2] http://debian.org
[3] http://openoffice.org
[4] http://nux.ula.ve
[5] http://ec.europa.eu/enterprise
[6] http://nux.ula.ve/documentos
[7] http://www.saber.ula.ve/
[8] http://oa.mpg.de/openaccess
[9] http://wikipedia.org
[10] http://galatea.sourceforge.net
[11] http://www.ula.ve/
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