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Historias de horror de las presas iraquíes

Las tenebrosas mazmorras secretas de Iraq

Fuentes: Uruknet.Info

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


Cuando en Iraq s e arresta a alguna mujer, se la hace pasar habitualmente por tres espantosas fases que empiezan con la humillación, prosiguen con la tortura y acaban a menudo en la violación. He recibido información muy preocupante de dos fuentes diferentes que conocen bien la situación: por un lado, de las cualificadas trabajadoras sociales de la Prisión de Mujeres de Al-Kadimiyah, por otro, de tres funcionarios de prisiones que trabajaron en la prisión.

El procedimiento habitual es el siguiente:

Durante el arresto

El viaje a la tortura comienza cuando las fuerzas de seguridad asaltan y registran las casas, bien mediante asaltos arbitrarios o a causa de una orden concreta. El IV Comandante de la Segunda Brigada, Equipo 6, el Mayor Yuma Al-Musawi, ha confirmado esta información. Este hombre tiene un record criminal y fue asignado para este puesto por las fuerzas estadounidenses cuando realizaba sus primeros cursos de entrenamiento para la recogida de información de inteligencia. Solía vivir en Al-Zawra/Sector 87 (ahora denominada Ciudad Sadr). En sus propias palabras:

» Cuando nos llegan las órdenes de búsqueda y captura de la Brigada de Inteligencia, normalmente empezamos con una pequeña fiesta en la que bebemos alcohol o tomamos algunas drogas. Elegimos a los soldados más crueles para que lleven a cabo esas operaciones. Cuando llegamos a la casa, lo primero que hacemos es encerrar a los hombres y a los muchachos en una habitación y a las mujeres y a los niños en otra. Empezamos por robar todo aquello con lo que podemos cargar fácilmente, como las joyas, y nos dedicamos a revolver la casa, arrojando, por ejemplo, ropa interior de las mujeres por aquí y por allá; algunos soldados incluso roban esa ropa interior. Después, empezamos a cachear a las mujeres y nos divertimos tocándoles sus partes íntimas y los senos. Las amenazamos con arrestar a los hombres de la casa si se niegan a dejarse tocar. Si esas mujeres son bellas, normalmente las violamos de inmediato y nos vamos de la casa cuando no encontramos armas ni ningún objeto que pueda incriminarles. En caso de que encontremos armas, arrestamos a todos los hombres y muchachos de la casa, y si no hay hombres nos llevamos a todas las mujeres. Esto se hace siguiendo totalmente las órdenes que recibimos».

Lo que sigue es una de las muchas historias de los crímenes perpetrados por esos corruptos elementos, fechorías de las que alardean desvergonzadamente los unos con los otros. Al-Musawi y su ayudante, el teniente Rafid Al-Darrayi (otro criminal que estuvo encarcelado en Abu-Ghraib y sentenciado a muerte pero que fue liberado por los estadounidenses, utilizándole después como guardián, junto con sus propios perros de presa, y a quien concedieron el rango de teniente). Solía vivir en el distrito de Al-Nuariyah. Esto es lo que declaran:

» En julio de 2006, recibimos una orden para asaltar y registrar la casa de uno de los fabricantes de tejidos de Karradah (no se mencionó su nombre). Cuando llegamos a la casa, a la una de la madrugada, no encontramos al hombre, solo a su mujer y a un hijo de 17 años. Durante el registro encontramos un rifle, que según nuestras leyes está permitido para la protección personal de civiles. Pero amenazamos a la mujer con que arrestaríamos a su hijo si no dejaba que la violáramos. Por tanto, esposamos al hijo y le encerramos en una habitación, y un soldado tras otro violamos a la mujer en la otra habitación. El resto de los soldados robaron cuanto encontraron, después nos dirigimos a un famoso burdel del Distrito de Al-Dura, al establecimiento de Um Alaa, para disfrutar allí del resto de la noche».

C ontinúan:

» Lo primero que hacemos cuando estamos trasladando a una mujer arrestada al centro de detención, es que todos los soldados que van en el vehículo la tocan por todas partes a la vez que empleamos un lenguaje soez. Cuando llegamos a las instalaciones, la dejamos en la sala de interrogatorio, bajo control del oficial de inteligencia y sus ayudantes. Ellos directamente le quitan todas las ropas, le vendan los ojos, le atan las manos y después el oficial de inteligencia empieza a violarla con su ayudante. Y después le hacen algunas preguntas: si es culpable o inocente, etc. Después la chantajean, diciéndole que deberá cooperar y aportar información importante sobre el distrito donde vive, si no distribuirán fotos de ella desnuda cuando estaba siendo violada. La acusarán con falsos cargos si ella se atreve a presentar una queja por acoso y tortura. Si recibe el veredicto de «culpable», normalmente se queda en el mismo lugar durante un período de uno a tres meses, hasta acabar las diligencias de su «caso». Durante esos meses, cada uno de los oficiales y soldados de la inteligencia de la Brigada la violará. Después, la enviarán a la Prisión Al-Tasfirat en el Estadio Shaab, o a la Prisión del Aeropuerto Al-Muzanna. Algunas veces trasladan a la prisionera a las instalaciones de la Oficina del Comandante en Jefe en la Zona Verde, consistente en un sótano que está bajo el edificio del Cuartel de Operaciones de Bagdad que controlar el General de División Adnan Al-Musawi».

Esa es una de las prisiones más sucias y peligrosas de Al-Maliki .

Las prisiones de Al-Tasfirat

Esta es la segunda etapa en la historia de un arresto injusto. La mujer detenida será enviada a la Prisión del Estadio Shaab o a la tristemente célebre Prisión del Aeropuerto Al-Muzanna. Un grupo de los peores psicópatas del gobierno es quien controla esta prisión, un corrupto comité de criminales procedentes de la inteligencia militar, los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, junto a un representante de la Seguridad e Inteligencia de la Oficina del Comandante en Jefe. Estos cargos son designados por la Oficina de Corrección Iraquí a través del Ministerio de Justicia. El 45% de sus empleados son miembros de la Milicia Al-Mahdi, el 30% de la Organización Badr. El 25% restante se compone de otros partidos criminales en el gobierno.

Se considera que esta fase es la más brutal. Las fuerzas de seguridad, los guardias de la prisión y quienes se encargan del funcionamiento de la prisión practican las formas más terribles de tortura, humillación, pro fanación, penuria, chantaje, discriminación étnica, sectaria y política y violación de hombres y mujeres sin excepción. Las prisioneras son detenidas durante períodos muy largos sin acusaciones legítimas ni investigación alguna acerca de sus casos. En las celdas del criminal Maliki, hay muchas mujeres encarceladas durante períodos que oscilan entre un año y seis años, sin representación legal ni procesamiento alguno.

Hay muchos ejemplos de las prácticas brutales e inmorales a que se somete tanto a los presos como a las presas en las Prisiones Al-Tasfirat. Algunos funcionarios de los Ministerios del Interior y Defensa, la Oficina del Jefe de Mando y algunos líderes de las criminales milicias partidistas visitan esas prisiones y eligen a algunos de los detenidos para torturarles durante horas y violarles por motivos sectarios. Algunos de los prisioneros mueren como consecuencia de las brutales torturas. Entre 2008-2012, la Prisión Tasfirat Al-Rasafah registró la muerte de más de 250 prisioneros, entre ellos 17 mujeres. Durante ese mismo período, la Prisión del Aeropuerto de Al-Muzanna registró asimismo la muerte de 125 presos, entre ellos tres mujeres.

Y esas prácticas de tortura no sólo se produc en en las Prisiones Al-Tasfirat sino en todas las cárceles que están bajo el control del Ministerio de Justicia, sobre todo en la Prisión de Menores, en la Prisión de Mujeres de Al-Kadimiyah, en la infame Prisión de Abu Ghraib, además de en las prisiones secretas de Al-Maliki, de las que no se dispone de información alguna sobre los detenidos, tanto hombres como mujeres, que murieron a causa de las brutales torturas que allí tuvieron que soportar.

Merece la pena mencionar que bajo el gobierno de Al-Maliki, se liberó o se sacó a escondidas a algunos prisioneros muy peligrosos -tanto hombres como mujeres- de las Prisiones Al-Tasfirat, después de destruir todos los documentos y papeles relativos a sus casos, en función de las órdenes de Ministros y altos cargos de los Ministerios de Interior y Defensa y de la Oficina del Comandante en Jefe. Veamos ahora solo dos de esos casos de prisioneros que fueron «liberados»:

  1. Radiyah Kadum Muhsin: Era una de las líderes destaca das del Partido Dawa; fue liberada tras una orden emitida por el mismo Al-Maliki bajo la supervisión de su Asesor de Inteligencia y Seguridad. Estaba acusada de secuestrar y vender niños, además de dedicarse a la prostitución, de seducir a algunos oficiales y funcionarios del gobierno para chantajearles después con fotos pornográficas e incluso de haberles eliminado. Fue acusada también de narcotráfico y de falsear documentos oficiales.

  2. Adnan Abdulsahra Al-Arayi: Es uno de los líderes más destacados de la Milicia del Mahdi y el jefe de una de las bandas más criminales que se han conocido en la historia iraquí por su sadismo, criminalidad y actos de discriminación. Fue arrestado por los estadounidenses cuando intentaba pasar de contrabando 5.000 cadáveres de sus víctimas a Irán durante las guerras sectarias de 2006. Esos cuerpos se enviaban a Irán en tres vehículos refrigerados e iban a dedicarse al comercio de órganos humanos. Fue acusado también de saquear lugares arqueológicos, de tenencia de explosivos, armas y drogas.

Después del juicio

Es cuando comienza la auténtica tragedia. Tras el arresto, la prisionera, si es que queda con vida, tiene heridas físicas por todo el cuerpo, además de muchos problemas psicológicos debido a los juicios injustos soportados y al terrible trato recibido durante el tiempo en prisión que, como hemos visto, incluye la tortura y violación.

Pero, a continuación, han de enfrentarse a otra situación de extrema dureza dentro de las cárceles.

En esas prisiones hay mujeres con antecedentes criminales acusadas de varios delitos. Los vigilantes de la prisión utilizan a esas presas para que acosen e intimiden a las presas inocentes que han sid o detenidas de forma arbitraria por razones sectarias, debido a acusaciones falsas o a delaciones de informantes secretos. Esas presas tienen aterradas a las detenidas, las vigilan, las chantajean e intentan continuamente averiguar detalles de sus vidas personales. Después, esos datos se utilizan contra esas mujeres inocentes para destrozarlas psicológicamente, mediante la desinformación y mentiras acerca de sus familias.

Métodos de tortura utilizados con las prisioneras iraquíes

  1. Torturas físicas y psicológicas: Los encargados de las prisiones utilizan muchas formas de tortura física y psicológica, que han aprendido de sus instructores iraníes y estadounidenses. Estos métodos incluyen:

  • Desnudar a las prisioneras durante más de dos horas mientras las insultan.

  • Golpearlas fuertemente con palos o darles patadas en los riñones.

  • Descargas eléctricas en el pecho, riñones y cabeza.

  • Todo tipo de acoso sexual (no podemos dar más detalles debido a la naturaleza extremadamente humillante de los mismos).

  • Frecuentes violaciones después de medianoche por parte de los guardias y otras pers onas que trabajan en la prisión en presencia del director de la prisión, porque a menudo las violaciones se producen en su despacho.

Esos criminales, el director de la prisión y otros supervisores repiten continuamente esos actos repugnantes. Invitan a otros funcionarios de la seguridad de los Ministerios de Interi or y Defensa a que participen en sus salvajes orgías, que siempre terminan con la violación de las prisioneras.

Mencionaré solo un incidente del que fui testigo en la Prisión de Al-Kadimiyah en 2008, que podría confirmar la trabajadora social que allí trabaja:

En una de las prisiones secretas de Al-Maliki en la Zona Verde había un prisionero llamado A.A. Al-Zaidi. Había sido antes coronel de la policía y también tenía un puesto en el Departamento de Inteligencia de la Organización Badr, conocida por ser una milicia terrorista extremista. Su tarea era ayudar al Comandante de la Guardia Revolucionaria Iraní para conseguir información sobre los nombres y direcciones de los oficiales de la seguridad e inteligencia del régimen de Saddam, a fin de encontrarles y eliminarles. Su mujer le ayudaba también, junto con su primo, que es teniente de los Comandos Especiales del Ministerio del Interior, que se llama Sayid Yalal Al-Magsusi.

A.A. Al-Zaidi era también responsable de reclutar a mujeres para que cometieran ataques-suicidas en Jordania, Arabia Saudí y las zonas sunníes de Iraq, especialmente en Diyala y Bagdad. Fue arrestado por las tropas estadounidenses cuando intentaba entrar ilegalmente en Jordania con su e sposa y otras tres mujeres, que viajaban con equipamiento para el espionaje. Las cuatro mujeres fueron encerradas en la Prisión de Al-Kadimiyah, pero a él le metieron en la prisión secreta de Al-Maliki en la Zona Verde.

La víspera de Año Nuevo, cuando los agentes de inteligencia y algunos interrogadores estaban de fiesta bebiendo en la prisión, le dijeron a uno de los guardias que trajera a Al-Zaidi. El prisionero entró y los oficiales, que estaban borrachos, le preguntaron si quería hablar por teléfono con su mujer. Telefonearon al director de la Prisión de Al-Kadimiyah y le pidieron que pusiera al teléfono a la mujer del prisionero. Los dos hablaron por teléfono y el prisionero fue llevado de nuevo a su celda.

A continuación , el jefe de los interrogadores habló con la esposa y le dijo: «Queremos divertirnos contigo y otras cinco amigas guapas que tengas. Iremos dentro de una hora a la prisión de mujeres, deberéis estar preparadas. Vosotras debéis ser cinco y nosotros somos seis. El director de la prisión les preparó una habitación y las prisioneras fueron violadas numerosas veces por esos oficiales y dos guardias de la prisión. Mientras se divertían y violaban a las mujeres, gritaban: «¡Viva Maliki, el chulo putas, el mentiroso, el ladrón de Bagdad!»

  1. Privaciones:

La palabra no describe con precisión la difícil situación de las mujeres en las cárceles , donde carecen de los más elementales derechos y donde no pueden satisfacer ni las más mínimas necesidades, a saber:

  • Privación de las visitas familiares, llamadas telefónicas y cualquier tipo de contacto.

  • Privación de servicios y atención sanitaria o cualquier necesidad de ese tipo.

  • Privación de derechos jurídicos, no pueden ver ni consultar a un abogado.

  • Privación de la exposición regular a la luz solar, careciendo también de detergentes o de los necesarios desinfectantes.

  • Privación de poder presentar quej as ante los comités pertinentes; a las presas se las amenaza para que no se atrevan a denunciar nada ante esos comités o de lo contrario… Y aunque presenten alguna queja, nadie va a recogerla, porque esos comités oirán las quejas y las olvidarán después.

  1. Chantaje y terror:

A las mujeres se las amenaza a menudo con arrestar a sus familiares y con presentar falsas acusaciones contra ellos. La presa tiene que pagar una gran cantidad de dinero y suplicar para poder hacer una llamada telefónica a su familia. Las que no tienen dinero tienen que vender sus cuerpos si quieren llamar.

Este es solo un breve relato de lo que sucede en las prisiones de mujeres en Iraq. Solo en Bagdad hay más de 3.000 mujeres encarceladas, distribuidas en las siguientes prisiones:

  • Prisión de Al-Kadimiyah

  • Prisión de Al-Tasfirat, en el Estadio Shaab

  • Prisión del Aeropuerto de Al-Muzanna

  • Prisión de Al-Baladiyat

  • Prisión de Al-Rustumiyah

Hay otra prisión secreta bajo el control de la Oficina del Comandante en Jefe que tiene alrededor de 65 mujeres encarceladas. El lugar de esta prisión se cambia habitualmente. Además de las prisiones mencionadas hay otros pequeños centros de detención que se localizan en las sedes de los diferentes servicios de inteligencia y seguridad.

Lubna Al-Rudaini tradujo este artículo del árabe al inglés, apareciendo esta versión originariamente en la página en Internet del Tribunal de Bruselas .

Fuente:

http://www.uruknet.info/?p=m93192&hd=&size=1&l=e