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Una entrevista con la resistencia iraquí

«Lo importante no es el número de combatientes, sino el número de civiles que les apoyan»

Fuentes: IraqSolidaridad

Abu Yusef [1] se identifica como representante de la «[…] corriente patriótica de las [disueltas] Fuerzas Armadas iraquíes integradas en la resistencia». Abu Yusef, de pausado hablar y gesticulación discreta, de pelo y bigotes apenas entrecanos, cuya edad puede situarse no más allá de 55 años, es ex general: «Parte de las acciones de la […]

Abu Yusef [1] se identifica como representante de la «[…] corriente patriótica de las [disueltas] Fuerzas Armadas iraquíes integradas en la resistencia». Abu Yusef, de pausado hablar y gesticulación discreta, de pelo y bigotes apenas entrecanos, cuya edad puede situarse no más allá de 55 años, es ex general: «Parte de las acciones de la resistencia iraquí contra los ocupantes están siendo dirigidas por miembros del antiguo ejército iraquí», que fuera disuelto, junto con el Partido Baaz por el administrador civil de la Autoridad Provisional de la Coalición, Paul Bremer, en el verano de 2003.

La formación política correspondiente que integra a miembros nacionalistas del disuelto ejército iraquí se denomina Movimiento de Oficiales Libres (MOL), cuyo nombre recupera el de una formación clandestina de mandos militares en la etapa monárquica previa a la revolución republicada de 1958. Junto con el Partido Baaz, la Alianza Patriótica Iraquí y La Unión del Pueblo (organización formada por dirigentes y militantes comunistas disidentes de la línea colaboracionista del Partido Comunista Iraquí), el MOL está participando en el debate para la formación de un denominado Frente de Liberación Nacional [2], que deberá presentarse como la rama política de la resistencia militar a la ocupación.

Contra el hegemonismo y el sectarismo

El encuentro con la delegación de la CEOSI se celebra en una casa de Bagdad sin particulares medidas de seguridad. Sin que sea preciso establecerlo, renunciamos a grabar la conversación o tomar fotos o filmar. Abu Yusef anticipa al inicio de su intervención una clara definición de la resistencia iraquí:

«La resistencia iraquí rechaza el terrorismo, el secuestro, la extorsión, el asalto de viviendas y los ataques contra templos; protege las instituciones académicas y públicas, pues son patrimonio colectivo del pueblo iraquí. La resistencia iraquí tiene como objetivo expulsar a los ocupantes y preservar la unidad del territorio y del pueblo iraquíes.»

Abu Yusef no identifica a la resistencia con una determinada corriente ideológica ­nacionalista o islamista-, ni expresa que una u otra sea mayoritaria entre los combatientes: «Los distintos componentes de la resistencia comparten el objetivo común de expulsar a los ocupantes y rechazan la hegemonía ideológica de una corriente sobre las restantes». Abu Yusef es categórico respecto a que el movimiento insurgente «[…] defenderá el principio de ciudadanía y respetará la voluntad popular» una vez lograda la liberación del país de los ocupantes. Añade que es preciso mantener a la resistencia armada «[…] alejada del fanatismo religioso o de cualquier identificación étnica o confesional».

Abu Yusef se une a la reiterada consideración de todos nuestros interlocutores durante nuestra estancia en Iraq del intento estadounidense y de las fuerzas colaboracionistas iraquíes de inducir artificialmente un conflicto civil en Iraq [3]. Es entonces cuando en la reunión nos muestran al respecto una lista que incluye un millar de nombres y datos de personas supuestamente contrarias a la ocupación y que deberán ser asesinadas. La lista -que ha sido filtrada por funcionarios del ministerio iraquí del Interior a la resistencia- ha sido elaborada conjuntamente por las milicias del Congreso Supremo de la Revolución Islámica en Iraq (CSRII), la organización Badr, y las milicias de Ahmad Chalabi, y confirmaría la puesta en marcha de escuadrones de la muerte en Iraq.

En este mismo sentido, Abu Yusef criticó la fetua (edicto islámico) del ayatolá as-Sistani del pasado 22 de marzo, en la que se sanciona la entrega de información a los servicios secretos y de seguridad iraquíes sobre la resistencia y la oposición, un edicto «[] que no solo no condena la ocupación, sino que la apoya y la beneficia al tiempo que ahonda en el proyecto de enfrentamiento interno iraquí», indica nuestro interlocutor.

Objetivos legítimos

Preguntado sobre el nivel de unificación alcanzado entre los distintos grupos armados, Abu Yusef señala que «[]la resistencia está en una fase de mejora de su coordinación, mientras prosigue el proceso de creación de mandos unificados» territoriales. Abu Yusef elude responder sobre el número de efectivos de la resistencia señalando: «Lo importante no es tanto el número de combatientes, sino el número de civiles que la apoyan».

La resistencia iraquí, añade Abu Yusef, «[…] está desarrollando un experiencia distinta de la de los movimientos guerrilleros del periodo de entre la II Guerra Mundial y la década de los 70», teniendo en cuenta además que no dispone de bases seguras como fuera el caso, por ejemplo, del Vietcom. Abu Yusef se muestra en este sentido muy crítico a la hora de resaltar que ningún país árabe limítrofe a Iraq presta ningún tipo de apoyo a la resistencia y que, por el contrario, colaboran con los ocupantes. La resistencia iraquí, añade Abu Yusef, se financia exclusivamente con aportaciones interna iraquíes.

Abu Yusef diferencia entre lo que él denomina «objetivos legítimos» de la actividad armada de los que no lo son:

«Los ocupantes, los traidores y colaboracionistas [son objetivos legítimos de la actividad armada]. Son objetivos de la resistencia igualmente la policía iraquí y la Guardia Nacional, milicias creadas por los ocupantes para protegerse de la resistencia y que son utilizados en la actualidad como vanguardia de las fuerzas de ocupación [en las operaciones contrainsurgentes].»

Sin embargo Abu Yusef es categórico al señalar que la resistencia nunca recurre a coches-bomba ni perpetra ataques indiscriminados que cuesten la vida a civiles iraquíes. «La resistencia ­añade- recurre a ataques con bomba en los arcenes [contra convoyes de las fuerzas de ocupación], bombardeo con misiles y proyectiles de mortero, lanzagranadas y armamento ligero».

Abu Yusef recurre a la expresión «cartas mezcladas» para describir la confusión y manipulación de las reivindicaciones vía internet de acciones legítimas de resistencia como atentados terroristas por parte de grupos asociados a la red Al Qaeda o a az-Zarqawi. En ocasiones, señala Abu Yusef, algunas de las acciones indiscriminadas adjudicadas a estas tramas son obra sin embargo «[…] de corrientes religiosas de jóvenes árabes extranjeros no asociados a Al Qaeda» y desvinculados de la resistencia interior.

Son igualmente objetivos legítimos la infraestructura petrolífera mientras las empresas estatales iraquíes provean de petróleo a las empresas estadounidenses del consorcio Halliburton, así como los convoyes de camiones cisternas que nutren de carburante a las fuerzas de ocupación, y que pueden verse habitualmente en la red de autovías de la periferia de la capital escoltados por vehículos blindados estadounidenses.

Sin embargo, Abu Yusef indica que no todos los sabotajes contra oleoductos son obra de la resistencia, un dato que reiterarán otros interlocutores de la delegación de la CEOSI durante nuestra estancia en Iraq: en ocasiones, particularmente en el sur pero también en la red Kirkuk-Ceyhan del norte, funcionarios iraquíes asociados a mafias embalsan clandestinamente el petróleo derramado o incrementan la cifra de la cantidad de crudo quemada en un ataque para después venderlo de contrabando.

Retirarse de Iraq

«Estamos seguros de que EEUU va a salir de Iraq, que está buscando la manera de salir de Iraq. Para ello está estableciendo y protegiendo entidades y fuerzas [de seguridad] internas que son continuidad de las milicias de los partidos venidos con los ocupantes: su lealtad es al dinero, no al país», señala Abu Yusef. Tras citar a Winston Churchill («Los estadounidenses se equivocan una vez, vuelven a equivocarse una segunda vez, pero a la tercera aciertan.»), Abu Yusef afirma no tener duda de que más pronto que tarde los ocupantes habrán de abrir una negociación directa con la resistencia militar -intentos de negociación que, como otros interlocutores de la delegación indicarán, ya estarían produciéndose desde hace al menos ocho meses.

Notas:

1. Abu Yusef no es un necesariamente un seudónimo. Popularmente en los países árabes, los hombres cambian su nombre original de pila por el de su primer hijo o hija precedido por «padre de».

2. La delegación de la CEOSI ha tenido acceso a dos borradores de este documento elaborados por distintas organizaciones promotoras del Frente, que en uno de ellos añade a la denominación de Nacional también la de Islámico: Frente de Liberación Nacional e Islámico. Ver en IraqSolidaridad en una próxima actualización la crónica de la reunión de la delegación con las cuatros organizaciones mencionadas promotoras del Frente.

3. Abu Yusef enfatiza la tolerancia que ha caracterizado a Iraq tradicionalmente con un ejemplo personal de curioso sincretismo religioso: su madre, musulmana, ante la tardanza en quedarse embarazada, recurrió a una imagen de la Virgen de los cristianos iraquíes para lograrlo, a la que ponía velas en una determinada iglesia.